Partida Rol por web

El hambre de la guardia goblin

1- Introducción

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14/08/2021, 10:15
Director

El condado de Morris

Bienvenidos al condado de Morris, antaño próspero y rico, pero hoy en día un poco venido a menos. Y os preguntaréis porque, y la razón es muy sencilla, por la buena vida que se está pegando el joven conde Morris, en los 4 años que lleva en el cargo. Su padre era un hombre muy competente y preocupado por el bienestar de su pueblo, siempre estaba atento a cualquier cosa que perjudicase a sus gentes, y fueron muchos los combates que libro, no solo por mantener, sino también por ampliar sus tierras. Aunque también era un juerguista que sabía premiar no solo a sus señores, sino también a sus hombres. Murió repentinamente, muchos dicen que, como consecuencia de una extraña dolencia, otros que de los disgustos que le daba su heredero.

Sea como fuere, el joven conde Morris heredo el cargo y todos sus señores le juraron ser fieles. Pero con el cargo no heredo el cerebro y buen hacer de su difunto padre, más si su afición por las mujeres, la buena comida y bebida, y unas ganas insaciables de fiestas interminables. Los dos primeros años el condado se mantuvo por inercia, pero luego comenzaron los problemas y la zozobra en la que se encuentra en la actualidad. Sin guerras que le afecten, ni poderosos enemigos, la dejadez y la ambición de algunos señores, están provocando hambrunas y la ruina por muchos de los rincones de este amplio condado.

El condado forma parte del Gran Ducado, bajo la batuta del poderoso y temido, Gran Duque Anatol, o el Gran Hijoputa, o el Hijo de la Gran Puta, diversidad de nombres cariñosos con los que casi todo el mundo nombra al querido Anatol, por supuesto cuando piensan que no hay problema en quienes lo van a escuchar. Pero esta, es una de las principales causas de mortalidad prematura en el Gran Ducado. Una vez al año, a finales del verano, tras la recogida de las cosechas, todos los Condes del Ducado tienen que acudir al palacio de Anatol, a rendir cuentas y pagar los impuestos. Hace dos años la mala gestión de Morris, le supuso una reprimenda del Gran Hijoputa, pero al continuar menguando los impuestos, el pasado año fue bochornoso, Anatol separo a Morris del resto de la nobleza, y le hizo comer apartado del resto. Tras acercarse con cara de pocos amigos y decirle en tono seco y frio: “Has heredado unas tierras ricas y prósperas, pero al parecer no sabes cómo gobernarlas. No toleraré más esta total incompetencia que estas mostrando. Tienes un año para demostrarme que puedes hacerte cargo del condado y dejar de hundirlo. O buscaré a otro para que ocupe tu lugar”.

Ni que decir tiene que el pobre conde casi se cagó encima, y estuvo varios días que ni dormía, ni vivía. El Gran Hijoputa le quería picar el billete, si de eso se trataba, le dejarían colgando como una ristra de chorizos delante del palacio ducal, para escarmiento público. Pero luego pensó que tenía mucho tiempo y ya se ocuparía el del condado, pero primero, tras regresar del duro viaje, se tomaría unos días para descansar y correrse alguna juerga.

Si amigos si, ha pasado casi un año, y las cosas tan solo han empeorado. La cabeza del conde está en serio peligro, y el conde está poniéndose algo nervioso.

Una buena parte de los ingresos del reino aún no han llegado, y ya son varias las caravanas que han desaparecido y no tiene pinta de que vayan a lograr reunir una suma suficiente, como para evitar que un nuevo conde, se ocupe al final del verano de estas tierras.

Y vosotros os preguntaréis, y esto que cojones me importa. Pues bastante mis queridos reclutas, porque de todos es sabido que cuando caen los poderosos, estos cabrones suelen llevarse a otros por delante. Y son muchas las cabezas que van a ser cortadas como el Conde Morris, no encuentre donde ostias están las caravanas con su pasta.

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14/08/2021, 10:16
Director

Comenzamos

Ciudad de Fuenterrubiales, faltan 40 días para que el conde tenga que partir a ver al Gran Hijoputa, perdón, al Gran Duque y como no encuentren donde están las caravanas con los impuestos, la cosa no pinta nada bien para el conde, pero tampoco para muchas otras cabezas del condado.

Tras cuatro años de tocaros los huevos a dos manos, y gastar todas y cada una de las monedas de vuestra paga en las tabernas de los alrededores, casi habéis olvidado que sois guardianes del reino. Pero no os preocupéis que el sargento Berracus os lo recordará. Berracus amenazado de una muerte horrible por el capitán Chutnormalix, asimismo amenazado de una muerte lenta cruel y lo más dolorosa posible por el Señor de Fuenterrubiales, al que tan solo ha dicho el Conde que, si en un mes no aparecen las putas caravanas con sus impuestos, le cortará la cabeza. Que injusticias hasta para eso, hay que joderse, hasta con las muertes se notan las puñeteras clases sociales. Y claro, como podéis imaginar, Berracus está muy impaciente e implicado en la urgente labor de descubrir donde cojones están los tributos del Conde Morris.

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16/08/2021, 14:21
Sargento Berracus

Vayamos al grano, Berracus con dos guardias de ojos saltones y cara de no haber cagado en un par de días, llega hasta la lejana taberna a las afueras de Fuenterrubiales, en la que estáis bien escondidos. Pues todavía faltan muchos días para que tengáis que ir a por vuestra paga, y tampoco es cuestión de que algún mando os vea y os encargue algún trabajo.

Es temprano, falta un rato para el amanecer….

Un hombre enorme casi rompe la puerta de la sala principal, por la que apenas entra, y grita al llegar a la zona central del salón principal de la posada:-¡Salid de inmediato! ¡Desgraciados! Es que no hay forma de encontrar a un guardia cuando se le necesita. ¡Venid aquí y hacedlo ya! 

¿Cómo os encuentra y que habéis estado haciendo esta noche?

Notas de juego

Contestad cada uno a la pregunta, y en el apartado de "Notas" de vuestro post, poner una breve descripción de vuestro personaje, y que habéis estado haciendo estos últimos años. Así como contestar a estas dos preguntas.

¿Cuánto tiempo lleva en la guardia de la ciudad? ¿Qué hacia antes?

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17/08/2021, 17:04
Finn Lenguadeplata

Los años habían sido clementes para Finn. Conservaba un estado físico respetable, y pese a su avanzada edad (ya no era un muchacho) seguía teniendo su larga trenza, se mantenía aceptablemente en forma y su cabeza funcionaba a la perfección. Aquel día llevaba su túnica marrón y aquella gema verde que si la mirabas de cerca parecía que algo se movía dentro de ella. Su inseparable bastón reposaba a un lado de su silla.

La vida en la guardia no había sido todo color de rosa, sobre todo cuando la comparabas con haber sido uno de los principales ayudantes de Lothar el Sabio, pero cuando su maestro tuvo la mala decisión de morirse, no le quedó otra que enlistarse. Bueno, había tenido otras opciones, pero no le habían gustado nada. 

La principal y más atractiva era seguir siendo ayudante de mago, pero de los aprendices de Lothar, a quienes consideraba las lacras más bajas y rastreras que hubiera conocido. Eran todo respeto, reverencias y sonrisitas con su maestro, pero a cualquier otro lo trataban como estiércol. No, no quería estar al servicio de esos magos.

Tampoco había querido trabajar de panadero, herrero o algo así. Sabía que tenía capacidad para algo más. De hecho en sus frecuentes noches de borrachera Lothar le había enseñado trucos de su arte, que Finn había logrado dominar bastante bien. De hecho, no sólo había aprendido trucos sencillos, sino que había conseguido aprender algunos hechizos un poco más complejos. Los habían mantenido en secreto de todos los demás.

Aquel día, como la mayoría de los anteriores, lo había encontrado en la taberna. La bebida se había convertido en una de sus principales aficiones, y era lo que había estado haciendo esa noche. Beber en memoria de su vida anterior ayudando a su maestro, e imaginando un futuro mejor.

Cuando Berracus llamó, Finn se puso lentamente de pie, ayudado por su bastón, y salió caminando con tranquilidad para darle los buenos días al sargento.

Notas de juego

¿Cuánto tiempo lleva en la guardia de la ciudad? ¿Qué hacia antes?

Lleva 2 años en la guardia. Se enlistó luego de la muerte de su maestro, un reconocido mago. Antes era su ayudante.

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17/08/2021, 17:19
Eneris Exposito

La huérfana de la orden de la templanza esta meditando, o había estado meditando en la parte trasera de la taberna hasta que Berracus dio el primer berrido.

A su lado había una moza barriendo, mientras que la joven abría mucho, muchísimo los ojos, y se secaba la baba de meditación del borde de la boca.

Se puso en pie, y en unos pocos segundos estaba colocada con su escudo al frente atenta a lo que pasaba. Ojos abiertos como un búho llevaba. Pues había dormido poco.

La buena de Eneris era un dechado de fe. No bebía, no apostaba, no hablaba con lenguaje soez, no fornicaba, según los rumores o era virgen, o era lesbiana, o era una virgen lesbiana, o era un troll debajo de la ropa. Pero sobre todo, no dejaba de ser un ejemplo y dechado de virtud para sus compañeros, a los que seguía a todos lados fuera cual fuera la misión, o el jolgorio.

Si un defecto tenia aquella joven, era la música, y cierta trovadora de la guardia siempre encontraba la manera de hacerla bailar hasta quedar rendida. Y con el ritmo de “ritmo de la noche”, la redundante noche anterior, la mujer había estado bailando hasta casi el amanecer, decidiendo arrepentirse “meditando” sobre cómo evitar mover el esqueleto la próxima vez.

Así que de aquella guisa, y haciendo un esfuerzo titánico por mantenerse despierta la pudieron observar todos los que querían observarla.

Notas de juego

Pues para no sacar mas cuentas, Eneris lleva dos de tres años en la guardia, que se vencen en breve para volver a su orden.  Y tiene la pretensión de acabar su periodo de prueba para volver con sus monjas guerreras castas y devotas (aburridas). 

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17/08/2021, 17:47
Dalfrid Cabellosdorados

Aún tenía su laúd en sus manos. Su compañera Eneris solía acompañar la melodía de las canciones que salían de mi boca y de las cuerdas del laúd. Cantar canciones de leyendas de otros pueblos (alguna que otra verdadera), recitar poesías al ritmo de un par de notas mientras viajaba a las ferias y mercados de cada ciudad o bien improvisar algo a viva voz, a capella, en cualquier lugar, para amenizar a quien quisiera escucharla... esas habían sido las tareas durante el único año que llevaba incluida en la guardia.

Durante su estancia en ella, amenizaba los corazones de los soldados en sus noches de banquete o de bebida (que eran bastantes a la semana), y si alguno se propasaba ya sabía que no le caería el laúd sobre la cabeza, pero si una buena colleja o un puñetazo en el rostro de alguien que sí que apreciaba mi buena música...

Me levanté enseguida, dejando de tocar, al son de la voz avivada y gruesa del sargento Berracus. Cualquier se negaba a hacerlo...

Notas de juego

Dalfrid ha estado en la guardia en el último año. Es de las más novatas, por llamarlo de algún modo. Es una joven humana de cabellos rubios, alta y delgada, con un buen recital de chanzas y canciones en su haber. Toca el laud y dispara con el arco. Se ha integrado bien en la guardia de Fuenterrubiales gracias a su música nocturna.

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17/08/2021, 18:14
Brent del Olmo

— ¡A la orden Sargento! — exclamó Brent.

Se encontraba como cada noche en aquella taberna, pues estaba saboreando ya los últimos días de camaradería. No lo afirmaría ante nadie, pero encontraba placentero juntarse con las nuevas generaciones, le hacía sentirse algo mas vivo y menos desconectado de todo. Los años le pesaban, pero intentaba llevarlo lo mejor que podía.

Cuando se levantaba para acudir aquella llamada - que durante tantísimos años había estado escuchando y atendiendo como si fuera un atómata - pensó en todo aquel tiempo que había formado parte de la guardia.

Ya hacía muchos años que había dejado de contar cuando había empezado, sino que contaba el tiempo que le quedaba para retirarse. Seguramente la orden que fuera a recibir en unos instantes podría ser su última, si se lo montaba bien y se escaqueaba durante el mes que le quedaba.

Todos lo conocían, pues él siempre había estado ahí. Por eso todos sabían que aparte de su puesto como capitán de pelotón de la milicia también acudía a la llamada de los nobles de la Ciudad y sobretodo del Señor de Fuenterrubiales para arreglar todo tipo de desaguisados y problemas que se tenían que llevar con discreción.

Ese era él, el "conozco a alguien que nos podría ayudar" tipo que llamaban cuando uno de los nobles se había pasado bebiendo y se había cargado a alguien en una pelea de borrachos. El "tengo a un hombre para esto" que acudía para solucionar todo tipo de desaguisados de aquella gente con pasta que se la sudaba la Ley pero querían ser protegidos de ella.

Notas de juego

Bueno, mi personaje lleva "toda la vida" trabajando en la Guardia. Para la descripción física podéis mirar en mi ficha :-)

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18/08/2021, 13:18
Karel Drûm III

Estaba sentado en un taburete de madera, con el cuerpo doblado hacia la mesa y la cara metida en un cuenco vacío, pero que estuvo lleno de algo pastoso la noche anterior. La noche había sido dura, muy dura, y aunque Karel era un veterano en mil batallas y el triple en borracheras, había caído inconsciente casi al despuntar el alba.

Con el grito de ese asno, un chip interno descargó adrenalina en el cuerpo dormido del enano. Fruto de tantos y tantos años de experiencia, poco a poco fue despertándose. Siempre había que estar listo para la batalla, aunque uno estuviera totalmente borracho o con una resaca de mil demonios. Levantó la cabeza y posteriormente el cuerpo. Tenía toda la cara llena de algún guiso nauseabundo que se había quedado pegado por la barba pelirroja y que hacía que casi no se le vieran los rasgos duros de su rostro. Al levantarse, como un autómata al que le hubieran dado cuerda, se pudo apreciar que tenía una enorme mancha húmeda en la entrepierna, producto, seguramente, de una escapada de orina involuntaria. Al lado de la banqueta, apoyadas en la pared, estaban sus armas y escudo.

-"Buenos días sargento Bicharracus. Parece que ha madrugado usted hoy y eso indica que quiere algo de nosotros urgentemente. ¿Verdad?" Dije con voz ronca.

Necesitaba una buena jarra de cerveza para alejar las brumas de la inconsciencia que rondaban por mi mente. Todavía estaba entre la realidad y la niebla onírica. Miré alrededor y cogí una jarra que había en una esquina de la mesa. Miré su contenido, lo olí y me lo llevé a la boca. Incliné a fondo la jarra y tragué sin parar el elixir de la vida. Terminé con un sonoro erupto, que hizo que varias costras del guiso que tenía pegado se cayeran al suelo. Me limpié la boca con el dorso de la mano derecha y volví a mirar al sargento.

-"Mucho mejor. Ahora ya estoy listo para lo que se requiera." Dije con una voz más serena.

Alrededor mía había varios compañeros de la guardia, que habían estado también de jarana toda la noche. A algunos los conocía bien, como al viejales de Brent, y a otros de compartir algunas guardias. Todos parecían responder a la llamada del sargento, que parecía bastante enfadado. Corrí el taburete hacia atrás y me limpié la cara con un trapo sucio, que olía a cerveza amarga, que había en una mesa de al lado. Recogí mis enseres y me quedé esperando órdenes de aquel bruto ser.

Notas de juego

Poner una breve descripción de vuestro personaje y qué habéis estado haciendo estos últimos años.

En la pestaña de Descripción/Historia de mi ficha está relatado.

¿Cuánto tiempo lleva en la guardia de la ciudad? ¿Qué hacía antes?

Unos 4-5 años. Lo que hacía antes está en la pestaña de Descripción/Historia, pero diré que es un trotamundos. Ha servido en numerosos reinos como soldado, mercenario, guardián de caravanas, etc...

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18/08/2021, 13:47
Sargento Berracus

Día 1 (15 de julio) 6:15 horas, amaneciendo.

Cuando van apareciendo en la sala principal de la posada, de forma apresurada, con sus cosas de cualquier manera. Berracus esta iracundo, y saben que hacerle esperar no sería buena idea.

El enorme sargento, es como si un enano hubiese comido mucho y hubiese alcanzado los 2 metros de estatura, les mira duramente un instante a cada uno, y les dice. -Ya sabía yo que estaríais escondidos en algún agujero, pero mira tú por donde, parece que os he encontrado. Ir saliendo, que en un momento os digo lo que voy a hacer con vosotros. - Y se termina los huevos, salchichas, pan y cerveza, ya que en un instante se ha asegurado de que le sirvan todo lo que había en la cocina, con lo que podría haberse alimentado a una familia de tamaño medio, un par de días.

Una vez fuera vuelven a encontrarse con los dos guardias que acompañan a Berracus, que llevan las riendas de un par de burros, tan cargadas sus alforjas y viejos los animales que parece que puedan caer muertos en cualquier momento. Pero no tienen apenas tiempo para nada, ya que en un momento sale Berracus, limpiándose el morro con un mantel que ha cogido de alguna mesa y que arroja al suelo, tras llenarlo de grasa y restos de comida.

-Bueno chavales, y señoritas, las vacaciones se os han terminado. Veo que tenemos algún veterano en el grupo (Dice mirando a Brent), eso está bien. El caso, es que han desaparecido varias caravanas, lo cual no es ninguna novedad. Perooo, entre esas caravanas se encontraban las que llevaban los impuestos a nuestro queridísimo Conde. Y como podéis comprender, el Conde Morris no está nada contento. De hecho, esta tan poco contento, que como no encontréis donde ostias están esas putas carretas con el oro del Conde, son muchas las personas que van a morir. Y vosotros seréis de los primeros. -

Se acerca a uno de los pobres burros, tal vez el más jodido de los dos, o eso os parece. Y continúa: -Aquí tenéis lo que necesitaréis para poder seguir el camino a la capital y averiguar que les ha pasado a las caravanas. Comida y bebida para una semana. Y Paquito es propiedad de la ciudad (dice señalando al pobre burro), cuidadlo y devolverlo en buen estado. - Se para, y tras pensar unos instantes, continúa: -Seguir el camino hacia Entrerríos, no creo que tengáis que llegar hasta Pedrosa, pero quien sabe. Una vez encontréis el oro del Conde, llevadlo cuanto antes a la capital. Pedir ayuda para trasportarlo en cualquiera de los pueblos del camino. Y ahora largo, poneros en marcha que no hay tiempo que perder. Si os encuentro por aquí antes de cumplir con vuestra misión, no tendré ninguna piedad con vosotros. – Ya se iba, cuando de repente se detiene, se lleva la mano a la cabeza, y se da la vuelta regresando hasta donde os encontráis: -Casi se me olvida (dice mientras mete su manaza en una bolsa que lleva en bandolera y saca un pergamino), esta es la carta que indica a cualquiera que sois guardianes de Fuenterrubiales y trabajáis para el Señor Ernesto El Bueno. Con este salvoconducto, podréis alojaros y comer en cualquiera de las postas del camino, así como reclutar gente para transportar los impuestos a la capital. ¡Hala, ya está todo, buena suerte y en marcha! -

 

Turno de los personajes, pueden hacer alguna pregunta, algún preparativo o compra. Pero antes de la noche es mejor que estén fuera de la ciudad.

Notas de juego

En la sección "Mapas y planos" tenéis de momento, un mapa general, y uno más detallado del camino hasta la capital. Hay cuatro pueblos cercanos al camino, y en esos lugares justo a un lado del camino tenéis una posta, para correos y caravanas, donde podréis descansar y aprovisionaros de cosas básicas. Se tarda aproximadamente una jornada de la ciudad a el primer pueblo, así como desde un pueblo hasta el siguiente.

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18/08/2021, 14:02
Karel Drûm III

Salgo para fuera de la taberna y los primeros rayos de sol me golpean duramente, haciendo que entrecierre los ojos. El equilibrio es bastante malo, pero en un momento me sentiré mejor. Respiro profundamente y abro bien los pulmones para oler el frescor de la mañana. Ya tenemos trabajo y no parece sencillo: encontrar el oro del conde y llevarlo a la capital. ¡Casi nada! Ni idea de dónde empezar a buscar. Miro a mis compañeras y compañeros que están conmigo afuera. Quitando a la momia de Brent, los demás no parecen muy diestros para esta misión; pero muchas veces las apariencias engañan. Tenemos un bribón como Brent, un mediano que no sé a qué se dedica, una cantarina bardo, una clérigo recta como un palo y ... los rayos del sol inciden en mis ojos de nuevo, no pudiendo ver quién es la otra figura. Me vuelvo hacia el sargentus, que nos da un salvoconducto. Dejo que alguno de mis compañeros lo coja y me vuelvo hacia uno de los burros, al que han llamado Paco Paquito Paquete.

-"Yo me encargaré de llevar y guiar a este pobre burro, no se preocupe por él, sargento. Otro de vosotros que se encargue del otro." Dije apático.

La verdad es que me gustaba la faena, pero el escuchar que rodarían cabezas sino encontrábamos el oro del conde y que serían las nuestras, me bajó el entusiasmo. Y más viendo el grupo que formábamos. Nuevamente solo veía una forma borrosa en el sexto integrante. ¡Malditos rayos solares!

-"¿Y dónde dice que más o menos desaparecieron las caravanas? ¿Se sabe de bandidos por la zona o algún chisme raro? Cualquier pista o información extra que nos dé, nos será de ayuda, señor." Le pregunté a Bicharracus.

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18/08/2021, 15:15
Eneris Exposito

La fina y estoica mujer salió fuera y se puso firme mientras se explicaba el contenido de su nuevo encargo. Paso por alto de lo que sus cabezas rodarían, perque bueno, no es que fuera culpa de ellos, porque iban a hacerles nada malo. ¿Verdad?.

- Así se hará sargento.-

Dijo en un tono serio y convincente como si estuviera mas que dispuesta a realizar la gesta. Porque, en verdad estaba dispuesta a llevarla acabo.

Sin embargo, en cuanto el hombreton se dio la vuelta ella empezó a bostezar a causa de su… “meditación” frustrada. Lo que no esperaba era que el sargento la pillara con la boca abierta como un pozo cuándo volvió para dar los últimos puntazos a la misión.

Se recompuso como pudo y puso una sonrisa de sincera disculpa, y acerco a recoger el pergamino. El cual, unos segundos después estaba en manos del viejo Brent. Ella era demasiado moderna para cargar con tanta responsabilidad.

Escucho como Karel Drum tercero se ofrecía a conducir al asno. Pero si algo tenia claro es que ella no iba a acercarse a dicho animal orinado, y tampoco al burro que iba cargado.

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18/08/2021, 16:58
Finn Lenguadeplata

Tras las palabras del sargento, Finn se hizo una idea bastante colorida de lo que habían sido los amables pedidos desde el gran y querido Duque al joven Conde, y de allí para abajo, hasta llegar a Berracus.

Siendo ellos los últimos eslabones de aquella cadena que adivinaba bastante larga, se imaginaba el valor que tendrían sus vidas si la misión fracasaba. No era mucho, así que se tomó muy en serio lo de las amenazas de muerte que había lanzado con tan poca delicadeza.

Miró a sus compañeros. Había compartido taberna con todos al menos una vez, y algunas más con Brent y Karel, siendo ellos los más longevos, como él mismo, y por lo tanto con quienes tenía algo más en común. Se alegró de estar con ellos ya que, modales del enano aparte, los consideraba buenos compañeros y personas en las que confiar. Respecto a Dalfrid, alguien que los entretuviera en los descansos o se encargara de la diplomancia no estaba nada mal, y el valor de una mujer de fe era conocido por cualquiera. Tal vez hasta no fracasaran del todo y tuvieran alguna posibilidad de lograr esa misión imposible.

Porque era imposible, de eso no cabían dudas. ¿Dónde iban a encontrar las benditas carretas llenas de dinero? Finn estaba seguro de que quienes las hubieran "perdido" estarían muy preocupados en que se quedaran perdidas y bien perdidas. Pero no es que les quedaran muchas opciones, y había que ponerse en camino. Esperó la respuesta a la oportuna pregunta del enano y ya trabajarían con lo poco que tenían. En una de esas salían vivos de esta y todo. Había que ser optimista.
 

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18/08/2021, 17:17
Sargento Berracus

Día 1 (15 de julio) 6:30 horas, ya ha amanecido un bonito día de verano, el cielo esta despejado, hará calor.

Tras la intervención del enano, el sargento, le mira un rato atentamente, y luego responde:- Creo recordar, enano, que tu nombre era Karel, si algo así. Llevas ya unos años en la guardia de la ciudad. Lo primero es decirte Karel, que ese otro burro cargado, no es para vosotros. Hay otro grupo al que estoy buscando, y que irá a otro lugar. Así que llevaros a Paquito, y ni tocar a Ernesto. Y respecto a si se algo más, la respuesta es torunda no. Pero era una caravana de tres grandes carretas escoltada por soldados, algunos de vuestros compañeros. Así que seguir el camino, y pasar por todas las postas, en algún lugar se tienen que haber metido. Y no creo que no hayan dejado alguna pista de su paradero. No tengo tiempo que perder, al igual que vosotros, si es que sabéis lo que os conviene. Poneros en marcha cuanto antes.- Y se larga con esos pasos suyos que hacen temblar el terreno, los dos soldados le siguen de cerca, uno de ellos con las riendas de Ernesto. Al poco rato se han perdido de vista, y estáis solos en el exterior de la posada.

Notas de juego

En el camino a Entrerrios la capital del condado, hay varias postas, donde siempre hay soldados, carreteros y otros trabajadores, para ayudar a las caravanas, así como para apoyo a los correos. Todas las caravanas tienen que pasar por las postas, al menos para que queden registradas que bienes transporta y su destino, así como el responsable/propietario. 

Hay una posta junto al camino, al lado de cada uno de los pueblos, excepto de Pedrosa que se encuentra separado del camino y su posta esta a medio camino entre Puerto Chico y la capital.

Tenéis los mapas en la correspondiente sección.

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18/08/2021, 18:02
Finn Lenguadeplata

- Pues será cuestión de ver en qué postas está registrado el paso de la caravana, y con eso al menos sabremos a cual no llegó -reflexionó Finn para sus compañeros, una vez que se hubo marchado el sargento. ¿Que opinan? -les consultó. ¿Salimos ya mismo para no perder el rastro, o alguien tiene que hacer algo antes?

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18/08/2021, 18:35
Dalfrid Cabellosdorados

No dije nada al sargento Berracus, tan sólo me limité a cuadrarme rápidamente asintiendo a todo lo que decía. Escuché los detalles y las respuestas, así como las localizaciones y el tema de las postas. Tras tocarme el mentón, estaba claro que la caravana de carretas o estaba anclada en alguna de las postas, o bien habrío torcido en algún punto... Tal vez lo primero.

Vayamos de una en una -respondí a Finn-. Eso sí, no podemos detenermos, pues nos va la vida en ello... literalmente. El caso es que me resulta extraño que una de las carretas estuviera protegida por soldados como nosotros, pero desapareciera... ¿Desertaron con la carga? ¿o fueron atacados por alguien más numeroso que ellos? Habrá que marchar cuanto antes, señores... -les dije a mis compañeros mientras comprobaba mis pertenencias-.

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18/08/2021, 20:55
Brent del Olmo

«Mierda», pensó. Lo único que se le vino a la cabeza.

Sus planes de retirarse fácilmente se habían desmoronado como un castillo de naipes. Aquel imbécil grandullón había aparecido para soplarle las cartas tras una tarde - vida - entera colocándolas minuciosamente.

— Partiremos cuanto antes, en estos casos el tiempo es un factor clave — dijo repitiendo como un loro una de sus "típicas frases" de resabido que tantas veces había soltado pero que no significaban nada.

Le habían promocionado por vejez pero él siempre había intentado escaquearse, a menor responsabilidad menor trabajo y menos se fijaban en uno. La paga seguía siendo una puta mierda en ambos casos.

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19/08/2021, 09:20
Director

Día 1 (15 de julio) 7:00 h, principio de un bonito día de verano, no hay ninguna nube en el cielo.

El camino hasta la capital del condado es muy grande y aún está muy bien conservado. Al comienzo de la marcha no os sentís muy bien, pero tras unas primeras duras horas, vuestros cuerpos han expulsado la mayoría de las toxinas y comenzáis a disfrutar del bonito paisaje, tan diferente del urbano en el que llevabais demasiado tiempo. Son caminos bastante transitados, aunque no se ven tantos comerciantes y carretas como en el pasado. Ya en las primeras horas podéis ver a muchas personas con pescado y otros productos que se habrán levantado muy temprano para llegar a los mercados de Fuenterrubiales. Y también abundantes mercancías y personas que van en vuestra dirección. Aunque en algunos momentos hay mucha gente en ambas direcciones, siempre se deja la parte exterior izquierda del camino libre, ya que esa zona está destinada a los rápidos correos, y al movimiento de tropas a caballo. Y de ambas cosas os toca ver esta mañana, varios correos y dos grupos de soldados.

Hablando con algunos viajeros, os cuentan que el gran camino hasta la capital ya no es tan seguro como en el pasado, pero que aún esta muy transitado hasta Carduelo. Más adelante verán descender mucho el tránsito de viajeros y mercancías, pero no el de soldados y correos. Todo parece indicar que algo gordo ha ocurrido estos últimos días.

Atraviesan colinas arboladas, praderas con ganado, y son muchas las granjas a ambos lados del camino. Pronto marchan cerca el río Rubiales, cuyo nacimiento se encuentra en las afueras de su ciudad. Y cuyo nombre se debe, como no podía ser de otra forma, al color de sus fragantes aguas, que recogen todas las aguas residuales de Fuenterrubiales, sus granjas y sus talleres.

Notas de juego

Durante el largo trayecto hacéis varios descansos, a un lado del camino, donde también coméis algo de las abundantes provisiones que os han dado. No es gran cosa, pero no esta mal.

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19/08/2021, 09:24
Director

Día 1 (15 de julio) 21:30 horas, el sol se va poniendo. Buena temperatura.

Llegáis a Carduelo, y lo hacéis agotados por el viaje.

Este es un pueblo construido a ambas orillas del río Rubiales, se dedican habitualmente al transporte marino y a la pesca. Se trata del puerto de vuestra ciudad, ubicado donde las aguas del río permiten el atraque de embarcaciones de gran calado. Hasta no hace mucho, era un barrio alejado de la ciudad, pero desde hace unos 100 años, Ernesto el Bueno permitió la formación de un municipio, que, aunque parcialmente independiente de la ciudad, en muchos aspectos continúa formando parte de ella.

(Si habéis leído bien, hace 100 años Ernesto el Bueno ya era señor de Fuenterrubiales. Este tipo, que, no siendo demasiado malo, bueno tampoco lo es en exceso, pero sí que es un gobernante competente. Parece ser, que es un medio elfo y mago, de apariencia humana, pero con sangre elfa. Y es toda una excepción, ya que estas tierras fueron arrebatadas a los elfos, y aun hay tensas relaciones con los reinos élficos)

Carduelo bulle de vida y energía, la caída en desgracia del gran camino a la capital hace que muchos mercaderes transporten por mar sus mercancías. Así que podría decirse que, en este caso, el pueblo-puerto está mejor de lo que sería de esperar.

En su posta, junto al camino, os podrían informar de que la caravana con los impuestos hace 8 días que paso por allí.

Estáis muy cansados detrás de un largo día de marcha, tendréis que descansar.

Pueden comprar de todo y hay abundantes posadas, numerosos lugares para beber, comer, descansar, etc. Y también esta la posibilidad de quedaros a dormir en la gran posta, que esta a las afueras del pueblo, a un lado del camino.

Vuestro turno.

 

Notas de juego

Tendréis que dormir, o al menos tratar de descansar, han sido muchas horas de marcha y no estáis acostumbrados.

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19/08/2021, 11:19
Dalfrid Cabellosdorados

Durante el viaje no había habido ninguna novedad. Viajeros y más viajeros. Había estado mirando uno a uno con los que nos cruzábamos, tratando de hacer juegos de palabras con las vestimentas y aspectos de muchos de ellos para incorporarlos en alguna canción. En el trayecto a Carduelo, a veces tarareaba unos versos, como si pensara en alto sin darme cuenta:

¿Dónde están esos impuestos?
-el duque le dice al conde.
Pronto los haré entregar
-el fulano le responde.
A formar, ¡sucios gañanes!
-Berracus viene a mandar
que vayamos a buscar
ese oro que se esconde...

Hay que descansar, compañeros -les dije-. Por el animal y por nosotros mismos... pero antes podríamos ir a preguntar en esa posta... -les sugerí-. Voy a ver qué datos nos pueden brindar estas gentes...

Y me separé un poco del grupo, tratando de acudir a la posta para conocer más detalles de la caravana extraviada.

Notas de juego

Si tengo que hacer alguna tirada, Director, cuéntame.

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19/08/2021, 12:07
Karel Drûm III

Iniciamos la caminata de inmediato. Poco a poco, los efluvios sudorosos de mi cuerpo empezaron a estar presentes, que mezclados con los de la noche anterior, hacían de mi un tipo bastante perfumado. EN cuanto tuviera ocasión, me tendría que dar un chapuzón y quitarme toda la roña que acumulaba encima.

Por el camino nos cruzamos con campesinos, comerciantes, correos y compañeros de armas. Estaba bastante concurrida la calzada y nos costaba un poco avanzar al ritmo que queríamos, pero casi al anochecer llegamos a nuestra primera parada. En la posta preguntaríamos cuándo había pasado la caravana y así iríamos descartando pueblos. Pero antes de continuar hasta la siguiente posta, tendríamos que descansar y esperar al día siguiente para continuar. Mis piernas estaban cansadas de estar todo el día caminando. Menos mal que Dalfrid nos amenizaba de vez en cuando con su música, sino estaría todo el rato gruñendo.

La bardo se adelantó para preguntar dentro y yo la seguí, me moría por tomar una cerveza... o una docena. Miré a los demás y les indiqué con la cabeza que si venían. Llevé a Paquito al establo o la cuadra o lo que hubiera en ese sitio y la dejé atada. Le puse algo de forraje y un cubo de agua y entré al tugurio.

-"¿Quién se apunta a una ronda de cervezas? ¿Brent, Finn, Palomemix?" Dije contento y con voz rugiente.

La clérigo no creo que quisiera beber estando de servicio. Aunque tampoco recordaba haberla visto bebiendo...