Partida Rol por web

Artie.....espera.-Me dirijo a la habitación anexa al baño y se la señalo a Artie-juraría que el sonido viene de esta puerta.....o la abrimos y vemos lo que hay dentro o la dejamos la última.-

​Puede que mi oído y mi imaginación me haya jugado una mala pasada, pero me apostaría una de mis piernas a que el sonido viene de ahí.

-Si la abrimos habría que estar preparados para cerrarla de golpe, a saber lo que hay dentro.-​Imaginé un mapache rabioso, pero dadas las circunstancias también se me ocurrían cosas más escabrosas.

¿La abrimos entonces?-​digo seria, pero me puede la curiosidad. Me situo a un lado de la puerta dispuesta a abrirla y si hiciese falta cerrarla.

El detective se detuvo ante el comentario de Anna. Aquella mujer debía tener mucho mejor oído que él, lo cual no era algo demasiado difícil, Artie era algo sordo del oído izquierdo. Un golpetazo mal dado por parte de un rufián cuando aún trabajaba para la policía fue la causa.

- ¡Claro, Anna! - Exclamó. - Si crees que viene de allí...

Miró a su alrededor en busca de algo contundente. Si se trataba de un mapache quería estar preparado para batearlo si hacía falta. Por desgracia no vio nada cerca que pudiera cumplir con las necesidades.

- Bueno, no importa... - Dijo en un susurro. - Está bien, abre esa puerta, pero con cuidado...

Asiento con la cabeza y con mucho cuidado abro la puerta.

Con movimientos lentos, la puerta se abre revelando el interior de la habitación donde el armazón de una cama, con los muelles al descubierto, es lo primero que os da la bienvenida en el deshabitado cuarto. También hay una cómoda vacía a un lado. Un olor pestilente impregna la atmósfera de la estancia hasta el punto de tener que taparos con la mano para no tener que salir corriendo. El suelo de madera aparece salpicado de manchas negras de podredumbre que, a veces, cuando desviáis la mirada, parecen convertirse en espontáneos charcos de sangre que manan de los listones de madera, pero antes de daros cuenta, vuelven a ser manchas de suciedad de nuevo. Esas cuatro paredes juegan con vuestros sentidos. Los confunden de manera continuada, provocándoos un intenso malestar. Algo habita allí. Una sensación muy real, casi palpable. Una conjunción de factores que puede amilanar los más valientes corazones. Asímismo, unos curiosos arañazos y golpes irrumpen en vuestros oídos provenientes de la zona de la ventana.

- Esto... - Carraspeo, pues dijo aquello con un hilo de voz. Le faltaba la voz tras serle desvelado el incómodo interior de aquella estancia. - Esto es extraño... - Dijo al final. 

Lo que acababan de encontrar le heló la sangre. Artie no era un hombre que se impresionara con facilidad. Había visto cosas feas durante su etapa como inspector de policía. Había encontrado cadáveres en descomposición, había entrado en domicilios atestados de trastos y con fuerte olor a orín y heces, había presenciado todo tipo de escenas macabras, pero como lo que allí dentro se encontraba... nada. No había vivido nada igual, pues aquello que percibía parecía provenir de llamado "otro lado".

- Mucho cuidado... - Dijo extrayendo su revolver de la funda e internándose en la habitación camino de la ventana, que era de donde parecían proceder aquellos ruidos extraños de arañazos.

Me llevo la mano a la boca asqueada, menudo olor más desagradable, entro en la estancia haciendo de tripas corazón y al hacerlo, me recorre un escalofrío, hay algo... algo que no sabría explicar que me produce verdadero miedo. Escucho de nuevo los rasguños que parecen provenir de la ventana. Así que al ver que Richard va hacia allí camino tras él con cuidado...

Los rasguños siguen sonando mientras Artie y Rachel se acercan a la ventana curiosos. A través de la misma se divisa el techado de pizarra de la planta baja sobre el que podría haber alguien provocando esos sonido. Cuando ambos investigadores ya están suficientemente cerca, otean desde la ventana, pero les es imposible encontrar el origen de los rasguños. No hay nadie. Al instante, los rasguños cesan, y la estructura metálica de la cama sale despedida por una fuerza a todas luces sobrenatural hacia la ventana, golpeando por la espalda a Artie y Rachel, que atraviesan el vidrio convirtiéndolo en docenas de pequeños fragmentos cortantes sin que sus compañeros dispongan de tiempo para reaccionar. Mientras Artie y Rachel caen con un fuerte golpe sobre el tejado exterior que hace tan solo unos segundos divisaban de pie en la habitación, la cama sale de nuevo despedida contra el techo de la habitación, golpea una de las paredes de manera errática y acaba sobre el suelo volteada y algo abollada, con el leve ruido de los muelles aún moviéndose como única prueba del extraño ataque.

Aquello le pilló completamente por sorpresa. No se esperaba para nada un fenomeno tan violento. De hecho, no tenia muy claro que era lo que acababa de suceder. A decir verdad lo tenía bastante claro, pero no quería creerlo.

Dolorido como estaba se dio media vuelta y miró en dirección a la ventana por la que acababan de salir despedidos. Rachel estaba a su lado, parecía que había sufrido la peor parte de la caída, aunque él tampoco es que estuviera al cien por cien.

- Mes culpa... - Dijo bastante bajito. - Aunque no podía esperar lo que ha pasado. - Acercó un brazo hacia Rachel. - ¿Se encuentra bien, señorita Hemingway? - Le preguntó.

Aquello no estaba bien. Había dejado de ser divertido. Al parecer aquella casa si estaba encantada, lo que iba contra toda lógica y contra cualquier creencia de quel viejo investigador.

No me creo lo que ven mis ojos, me quedo paralizada de terror por un momento. Veo a Artie y a Rachel caer por la ventana y entonces reacciono. Cojo al profesor del brazo y lo saco de la habitación. Cierro la puerta tras nosotros y me apoyo en ella para impedir que lo que fuese aquello salga de la habitación.

¿Qué demonios acaba de pasar?

- No me encuentro nada bien Artie, que... ¿qué ha pasado? - intento coger su brazo para incorporarme pero no lo consigo - necesito descansar un poco antes de continuar.

Estaba confundida, me dolía la cabeza demasiado, todo había ocurrido demasiado deprisa y no tenía ni la menor idea de que había sucedido. ¿Podía ser que de verdad la casa estuviese encantada? Algo se revolvió en mi tripa al pensarlo.

- Te lo explicaré cuando estemos dentro... - Dijo Artie. - O fuera, pero no en este tejado. - Hablaba como si le faltara el aire. El golpe había sido fuerte. - Ni siquiera yo sé muy bien que ha sucedido. No obstante, sugeriría entrar por otra ventana... 

Artie se desplazó a través del tejado buscando la siguiente ventana. Agarró su gorró y colocó su mano en el interior, pretendía romper el vidrio de la ventana y con su sombrero igual se protegía de los cristales. Así que una vez hecho esto, dio un fuerte golpe en la esquina superior de la ventana. Acto seguido retiraría con cuidado los cristales y trataría de abrir la ventana desde fuera. Era la única manera que se le ocurría de regresar al interior sin tener que hacer barranquismo.

La espalda de Artie aún está dolorida cuando encuentra una nueva manera de entrar. Decide hacerlo rompiendo el cristal de otra ventana, la de la siguiente habitación en el pasillo del interior. Mientras tanto, Rachel tarda un rato en incorporarse. Ha sufrido un fuerte golpe y está mareada. Su cuerpo está recubierto de finísimos cortes que de los que manan hilillos de sangre, confiriéndole un aspecto deplorable. Un vidrio rompiéndose la saca de su ensimismamiento y ve a su compañero de caída cubriéndose bajo el ala de su sombrero. Se pasa la mano por la sien. ¿De verdad una cama les había golpeado? Desde el techo, Rachel se gira y contempla los alrededores del barrio. La luz entre los más altos edificios forma curiosos patrones de luz que la ciegan momentáneamente. Las calles están vacías, como si la visión de la mansión estuviera anclada en un mundo aparte, en otro tiempo, en otra realidad, invisible para el resto de los mortales. Es cuando percibe que aquí yace algo olvidado, que el tiempo ha podrido y que ahora reclama su atención.

La mano tendida de Artie que asoma por la ventana echan esos pensamientos de su cabeza. Él ya ha entrado y le ofrece su ayuda para que ella también lo haga mientras examina la estancia.

Éste es el dormitorio de los niños, como demuestran las dos camas pequeñas, los juguetes cubiertos de polvo, las cómodas y las fotos de aviones y vaqueros.

Tras ayudar a Rachel a entrar en la habitación, lanzó una mirada inquisidora alrededor de la habitación en la que se encontraban. No quería más sorpresas desagradables como la última que les había tocado vivir. No se la iba a volver a jugar. Tras comprobar que nada parecía querer matarles, se relajó un poco.

- Parece una habitación de niños... - Dijo al examinar la estancia. - Lo fue quiero decir, es más que evidente por los jueguetes y eso... - Se encogió de hombros y salió al exterior en busca de sus compañeros. - ¿Señorita Vixen, Warren? Somos nosotros... - Dijo para tranquilizarles. Sin duda el ruido de la rotura de cristales tras aquel incidente les habría puesto los pelos de punta.

Finalmente y con la ayuda de Artie pude lograr incorporarme, aunque continuaba estando mareada, entré en la habitación a través de la ventana que había roto él y nos topamos con lo que parecía un cuarto de niños, pues las camas eran pequeñas y había juguetes llenos de polvo tirados por el suelo.

- Sí, eso parece.

Intento buscar alguna cosa que llame mi atención por allí, y de no encontrar nada me sentaría en una de las camas para intentar descansar un poco.

Desgraciadamente, aún tenéis la cabeza dolorida y el mareo aún no ha desaparecido del todo, así que os es imposible concentraros en algo específico por ahora.

Me dirijo a la puerta de la que viene la voz de Artie. La abro y corro hacia Rachel, me sitúo cerca de ella y la agarro de los hombros y la miro preocupada.-¿Estás bien?- ​Espero que me diga algo y después miro a Artie, al profesor y a Rachel.-​¿Qué ha sido eso? Habéis visto lo mismo que yo? No tengo ni idea de lo que ha sido eso, pero lo más sensato es salir de aquí como si no hubiera mañana. 

El pálido rostro del profesor hablaba por sí mismo, dando la razón a Anna sin ningún tipo de duda. Ante tan dantesco espectáculo se había quedado mudo, petrificado y únicamente sus ojos, abiertos como platos y que observaban a su alrededor con sincero miedo, daban fe de que no se trataba de una hierática estatua griega

-Coinc... aham, coincido con la señorita Vixen -masculló tras un leve carraspeo, pues la garganta se le había quedado tan seca que no era capaz ni de articular palabra. Su dogma era el estudio, y si bien estaba al corriente de ciertas prácticas herméticas, consistían sobre todo en bailes de salón, almizcle, ambar y mucho incienso. La excusa perfecta para una bacanal de la alta sociedad. Sin embargo aquello distaba mucho de ser algo normal. Y aun cuando su cerebro buscaba una explicación (como por ejemplo que la cama estuviera "tensada" y algún tipo de movimiento que hicieran soltara ese resorte) no podía por más que entender que aquella experiencia valía más que una suposición tan simple
-Creo que necesitamos a una persona más cualificada para tratar con este lugar -no sabía quién, ciertamente, aunque podría consultar con algún colega, pero estaba claro que la casa necesitaba de un experto en lo sobrenatural

- Tan solo nos queda revisar una habitación de esta planta y el sótano. - Se pronunció entonces el detective. - ¿No sería mejor echarles una rápida mirada antes de marcharnos? - Preguntó. - ¿No les puede la curiosidad?

Lo que proponía Artie parecía una completa temeridad. ¿Es que no había contemplado lo mismo que ellos? ¿Es que o había sufrido en sus propias carnes aquel tremendo golpetazo propinado por... una cama? ¡Hasta aquella afirmación dicha en alto parecía una completa locura! Al ver los gestos de preocupación de sus compañeros, Artie se mantuvo unos momentos en silencio pensativo. 

- Aunque puede que si sea mejor avisar a alguien competente en estos asuntos. - Dijo finalmente. - ¿Un sacerdote? - Artie no era religioso y no creía en demonios ni en seres paranormales, pero por alguna razón su creyó firmemente que esa casa necesitaba un exorcista. Esperaba poder encontrar uno.