Partida Rol por web

El Heredero de Piedra

5.- De camino al antro de la bestia...

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14/08/2012, 01:21
Director

 Con la mañana, el grupo despierta de sus pesadillas e inquietudes nocturnas. Pues tras lo acontecido en aquella cabaña tardarían bastante tiempo en poder dormir sin que los asaltaran imagenes de muñecas de porcelanas sonrientes y alaridos enloquecedores.

 Las magulladuras que sufrieran los compañeros parecen estar mejor, tras ser atendidas y limpiadas las heridas en el rostro de Nuño no parecían tan tremendas, a pesar de llenar de costras las comisuras y la piel alreddor de los labios, si bien no faltaba piel. Quien presenta una "secuela" inquietante es Jack, quien realmente parece haber envejecido tras haber sido impactado por aquel ominoso rayo morado, su pelo cortado corto muestra varias hebras plateadas y un mechón argenteo en forma de cuña entrando de la frente hacia el centro de su cabeza.

 Sin querer perder más tiempo, tras los primeros rayos de sol, el grupo reemprende la marcha hacia el cubil de la bestia. Precedidos por el joven Raúl, los compañeros se internan en tierras salvajes mientras una agotada Iasana dormita en la carreta que es tirada por la mula, al parecer paso largas horas en vela durante la noche investigando acerca de la daga.

***

 Al atardecer, tras toda una larga jornada de viaje el camino, que es poco más que una senda, se hace cada vez más escarpado hasta llegar a la pared de un risco donde, entre raíces y enredaderas, se abre una cueva. En las inmediaciones permanecen los cuerpos petrificados de algunos miembros de la partida de caza de sir Hugo el Audaz, a juzgar por los escudos de Flira de sus ropas y tabardos.

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14/08/2012, 11:40
Liam Davenport

El capitán estaba sumido en sus pensamientos más recónditos. Ese taciturno Liam trataba de alejar sus pensamientos, las pesadillas que habían capado su descanso nocturno, que le había traído oscuros presagios y sangrientas escenas que prefería olvidar. Sacudiendo la cabeza, como intentando espantar sus miedos, fijó su atención en el guía Raúl.

- ¿A cuanto dijiste que estamos del cubil de la bestia, Raúl?

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14/08/2012, 11:47
Raúl, el Trapero

 El joven lacayo de los Torquemar pasó la mayor parte del viaje en silencio. Hermético, parecía haberle afectado mucho el encuentro con Ana Isabel Monteplano y las maléficas muñecas. Y su aproximación al antro de la bestia era todo menos alentador.

 Raúl iba indicando el camino, desde la seguridad de las riendas de la mula, las cuales las llevaba tirando del bocado. Adentrándose en aquellas tierras. Pocas horas después de abandonar la cabaña ya no se escuchaban ocasionales aullidos de lobo, que durante la noche el grupo había podido escuchar, pero no solo no estaban los aullidos de los lobos, tampoco había grillos, ni pajarillos cantores, ni el reclamo de algún macho. Esa parte del bosque permanecía como embrujado, como si temiera despertar alguna bestia... o como si los estuvieran acechando.

 Durante la última hora, aproximadamente, aparecieron pequeñas figuras de piedra. Una ardilla en un árbol, encaramada entre las ramas. Un par de mariposas hermosas del color apagado de la piedra gris yacían a un lado de la senda. Una mofeta tras el tronco de un árbol.

 Incluso antes de llegar en donde había las figuras de humanos petrificados, Raúl ya estaba del todo pálido y encogido, casi escondido bajo la cabeza de la mula.

 - Ya-ya hemos llegado...

 Graznó quedamente el muchacho, aterrorizado.

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14/08/2012, 23:44
Iasana Ranackver

Al llegar el día, la compañía se puso en marcha. La joven mujer se encontraba agotada, pues tras pasar la noche en vela, se había hecho cargo del último turno de guardia y no había podido descansar. Sin embargo se la veía tranquila, como satisfecha consigo misma.

Antes de partir, se preparó otra de sus infusiones y luego se acomodó en el carro sin dar ninguna explicación. Al anochecer alcanzarían el cubil del basilisco y ella necesitaba reponer fuerzas por si el enfrentamiento se daba de imprevisto, sin que tuvieran tiempo de planearlo.

El viaje transcurrió sin novedades. Apenas se detuvieron a comer algo frugalmente y continuaron la marcha. Cuando el sol comenzaba a descender por el horizonte, Iasana se despertó por fin y tras desperezarse felinamente comenzó a prestar atención a los detalles. Una ardilla aquí, un pájaro más allá, un pequeño conejo al borde del camino... hermosas estatuas de piedra que parecían esculpidas por un artesano de habilidad exquisita. Pero ella no tuvo dudas de lo que indicaban. El basilisco estaba cerca.

Mientras Liam intentaba obtener más información del joven trapero -ella mentalmente le deseó suerte aunque no creía que el chico fuera a colaborar demasiado- alcanzaron la entrada de una cueva. A su alrededor, los cuerpos de la escolta del heredero decoraban el lugar. Nuevamente, estatuas perfectas que ni el mejor cincel del mundo lograrían tallar, salpicaban el claro dotándolo de una macabra belleza. Sin poder evitarlo, un frío poderoso la recorrió entera, obligándola a arrebujarse aún más en su capa de lo que lo hacía por costumbre.

-Deberíamos buscar un lugar donde acampar... y planificar el rescate. No creo que enfrentarnos a la bestia sin un plan sea una buena idea.

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15/08/2012, 13:34
Nuño Aguasfrias

Nuño asintió sin demasiado entusiasmo. La visión de aquellos pobres animales convertidos en piedra le puso la carne de gallina. Más aun al imaginarse a él mismo de aquella guisa. Inmediatamente intentó apartar aquella imagen de su cabeza.

- Pero ocultémonos bien… Puntualizó inquieto al comentario de Iasana.  Miró a un lado y al otro, como si en cualquier momento, una terrible bestia pudiera caer sobre ellos.

- Si hay animales petrificados… Seguro que el monstruo sale a rondar estos lares de vez en cuando. Comentó lo evidente, con cierto aire de temor. Y a decir verdad, no intentó ocultarlo.

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17/08/2012, 11:32
"Extranjero" Jack

-Busquemos un lugar elevado...elevado como una montaña... Pero una montaña de las bajas. Mejor que le veamos primero nosotros a él y no al revés... También... también podemos poder "cosas" que hagan ruido... Para saber dónde ronda.

Era de lo poco que había dicho Jack en toda la jornada. Sus "nuevos mechones" le habían dejado preocupado. Sin duda tendría que hablar con el hombre que iba a curar a sir Hugo para que le hechara un vistazo... ¿O mejor que se le pidiera a Iasana?

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20/08/2012, 10:14
Raúl, el Trapero

 El joven, y pálido, muchacho asintió mudamente pero con insitencia ante la idea de salir de las inmediaciones del cubil y buscar un lugar donde descansar antes de... hacer frente a su destino.

 Quedamente, pero insitentemente Raúl hizo que la mula reculara un poco mientras con la mirada el grupo barrió la zona buscando por algún sitio algún indicio de donde tenían que encontrar un lugar para poder trazar planes y descansar.

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20/08/2012, 10:16
Director

 De todos los presente quien parecía mantener mejor la calma era el éxotico camarada venido de los mares. Paseando la mirada por la empinada pared de piedra divisó una hendidura a varios cientos de metros, con un gesto indicó al grupo el ir para allá, Iasana, quien tenía costumbre de moverse por tierras inexploradas, supo encontrar un sitio por donde pudieron acercar la mula y la carreta hacia la hendidura, que tras unas ondulaciones del terreno, lograron apartarse lo suficiente del cubil como, por lo menos, no ver a las inquietantes figuras pétreas que semanas atrás eran valerosos jóvenes de Torquemar.

 Finalmente, con las últimas luces del atardecer alcanzaron el refugio, una profunda grieta de unos seis metros que les podría dar cobijo a la par que tenían cierta perspectiva, si trepaban un poco, para poder controlar en parte la entrada a la cueva.

- Tiradas (5)
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24/08/2012, 15:13
Raúl, el Trapero

  A pesar de haberos apartado de la entrada del cubil, y haber puesto un buen trecho de vuestro refugio al antro de la bestia, Raúl seguía tenso, rígido, temeroso de lo que pueda suceder.

 Tras dejar la mula atada a unas ramas y haberle dado forraje, el joven se acerca al resto limpiándose inconscientemente las manos en sus ropas.

 - ¿Y... y... y ahora qué hacemos?- Preguntó quedamente al resto.

 

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24/08/2012, 17:00
Liam Davenport

[-B] Vayamos a descansar, chicos[/B] - dice Lism ascendiendo hacia una zona elevada y se sentó en una roca sobresaliente desde donde se divisaba la entrsda del cubil - Un enfrentamiento directo sería mortal, mejor esperar que salga y escondernos y así atacarle por sorpresa evitando su mirada pétrea. Si tenéis otro plan mejor soltadlo ahora, si no, id a descansar y relevarme a las dos horas
No se sentía con ánimo de discutir. Si consiguieran coger a la criatura por sorpresa y evitando su mirads. Debían ser rápidos e implacables y ataca4 al mismo tiempo.Era su única oportunidad

Notas de juego

Sorry master, acabo de ver que no había hecho mi turno, pensaba haberlo hecho.

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24/08/2012, 20:23
Iasana Ranackver

-Realmente vamos a atacar?- preguntó la maga una vez estuvieron en el refugio, estableciendo una especie de consejo antes de instalarse y descansar. -Creo que deberíamos evitarlo a toda costa... sacar a ser Hugo sin cruzarnos con la bestia sería lo mejor- Mientras hablaba, iba depositando sus cosas en un rincón, con evidente cansancio mientras pensaba en lo bien que le sentaría un plato de comida y una taza de té. Sobre todo una taza de té. -Yo tomaré la segunda guardia- agregó antes de alejarse un poco para conseguir unas ramas con las cuales iniciar un fuego, pero no demasiado, para poder seguir la conversación con sus compañeros.

Notas de juego

Perdón por lo breve, pero al intentar montar una conversación no puedo ir mucho más allá XD

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24/08/2012, 23:52
"Extranjero" Jack

La perspectiva de irse a descansar siempre era del agrado de Jack. Aunque esta vez se tornase amarga ante el hecho que se hallaban cerca de un monstruo mortal.

Liam y Iasana empezaban a esbozar un plan. No se ponían de acuerdo, pero ya era un principio.
-Siempre hay tiempo para el machete. Pero Iasana tiene razón: debemos buscar a Sir Hugo lejos de la béstia. Podemos poner, no sé, cosas esas de cocina o algo que tambien haga ruido. Cuando oigamos ruido sabemos dónde está la béstia.

El marino empezó a sacar la cena que llevaban en el carro, la idea era poderla cocinar un poco. A Jack le gustaba la comida cocinada. Un lujo en alta mar.

-...Y si peleamos contra la béstia... Podemos preparar una trampa: Es fácil. Con la mula torcemos un árbol y lo atamos... Preparamos una cuerda con un nudo corredizo, ¿o era corredero?, y la atamos también al árbol... -Unos dientes relucientes destacaron en su oscuro rostro- Cuando pase la béstia, liberamos al árbol, la cuerda atrapa al bicho y... ¡ZAS! El árbol hace el resto

Años en el mar habían enseñado a Jack a no menospreciar la tensión que sufren los cabos en un velero. La gran mayoría de mutilados que navegan perdieron un miembro o más por una polea descontrolada o una cuerda que se rompe de repente.
Si encontraban el árbol idóneo podían partir en dos al maldito monstruo

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31/08/2012, 15:38
Nuño Aguasfrias

A todo esto, Nuño se mostraba reservado y callado. Un comportamiento nada habitual en el arrogante, habilidoso y dicharachero bardo. Era de suponer que aquella situación, tan cerca de un enfrentamiento contra una bestia mítica, le ponía nervioso.

Ni siquiera se planteaba sacar su laúd y alegrar los corazones de los allí presentes. Y no porque no le apeteciera oírse a si mismo, sino porque temía que la bestia se interesara por tal divina tonada que de sus dedos y boca salieran, y dando un paseo curioso, fuera a dar con él y lo convirtiera en una hermosa, pero muerta, estatua de apuesto juglar.

Así Nuño se limitó a preparar la cena.

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01/09/2012, 20:54
Iasana Ranackver

La idea de Jack de montar una trampa le pareció de lo más acertada. La maga no tenía idea de la efectividad de lo que el marino estaba proponiendo porque no sabía demasiado sobre aquellos mecanismos, pero lo que fuera que pudiera mantener alejada a la bestia del cubil mientras ellos rescataban al heredero, era bienvenido. Si además lograban deshacerse del monstruo, mejor que mejor; podría estudiar aquella bestia mágica sin correr riesgos. Claro que seguramente, cualquier chance de descubrir qué era lo que le confería su poder de volver a las criaturas vivas en piedra seguramente se habría perdido.

-Muy interesante tu propuesta Jack... lamentablemente no sabría juzgar la viabilidad de lo que propones, porque nunca lo he hecho antes, pero con intentarlo no perdemos nada- Iasana sonrió amablemente mientras depositaba un buen haz de leña cerca de donde Nuño había comenzado a preparar los alimentos para luego cocinarlos.

-Necesitas ayuda, bardo?- el verlo tan taciturno le extrañó. Aunque hacía muy poco que lo conocía, era la primera vez lo que veía totalmente metido en sus pensamientos y tal vez, un poco de compañía mientras preparaba la cena le haría bien.

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03/09/2012, 12:07
Liam Davenport

- ¡Sí , es una buena idea, mi moreno amigo! -  replica un excitado Liam - ¡no podemos dejar con vida ese maldita criatura!.

Trató de calmarse y recuperar la compostura.

- Entiendo vuestro temor, pero la criatura debe de ser destruido, por el bien nuestro y de nuestra gente. ¿realmente pensáis que podemos entrar y rescatar a Hugo sin más? No será tan fácil, creedme.

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04/09/2012, 12:41
Director

 Mientras los compañeros trazaban planes y preparaban algo caliente para comer, lo cual tal vez les ayudara a alegrar su estado de ánimo, pues la tarea de enfrentarse a una criatura salida de los cuentos de hada no era precisamente halagueño; el sol se ocultaba tras la pared rocosa donde ellos mismos se cobijaban.

 Un extraño silencio nocturno se fue instaurando como un hechizo en el valle... Mientras la noche caía, fueron perdiendo de vista el cubil de la bestia en la oscuridad reinante.

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06/09/2012, 14:54
"Extranjero" Jack

La caída de la noche resultaba ser más siniestra de lo esperado... Hacía ya demasiados años que no convivía con el bosque, pero algo le quedó de sus días de pequeño...

-No me gusta... -comentó con voz grave- ...Me refiero a todo esto, a este silencio... ¿puede que nos haya olido? me refiero a la béstia ¿que sepa que estamos?... Cerca de su cueva, me refiero. Puede que esto sea peligroso... ¡Tenemos que hacer las vigilancias de dos en dos!

Jack lamentó no haber pedido un perro para la misión, nadie mejor que ellos pueden descubrir el monstruo antes de verlo

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07/09/2012, 15:23
Raúl, el Trapero

 El joven Trapero permanecía silencioso, tenso como la cuerda de un laúd. Sentado cerca de los rescodos de la hoguera donde el grupo preparara la cena, se ven sus ojos moverse de un lado a otro, inquieto. El grupo podía sentir el miedo que emanaba de su persona.

 - Pu-puede... puede que nos haya de-detectado.- Susurro haciendo eco de las palabras de Jack, hizo un esfuerzo por tragar con la garganta seca.- De-deberíamos irnos, no es bueno permanecer aquí... o la bestia vendrá y se nos comerá.

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09/09/2012, 20:03
Nuño Aguasfrias

- No sería mala idea salir furtivamente de aquí… Se atrevió a contestar a las palabras de Raul. Y realmente su ánimo le empujaba en esa dirección. – Pero si hacemos eso, los bardos cantarán nuestras acciones y seremos tachados de cobardes durante generaciones… Se permitió pronunciar la broma en vez alta, mientras dibujaba una media sonrisa.

Nuño sabía que lo más sensato era huir, huir y escapar con vida de allí, pero también sabía que si quería escribir la canción más grande jamás cantada, tenía que experimentar aquella sensación y vencer a la bestia.

- Escondámonos sigilosos, e intentemos no alarmar a la bestia. Dijo en voz baja, llena de temor.

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10/09/2012, 00:07
Iasana Ranackver

Las palabras de sus compañeros la pusieron en tensión. Tal vez se debiera al cansancio y por ello todos estaban con los nervios a flor de piel, pero si el instinto dictaba algo, Iasana sabía que no era buena idea ignorarlo.

-Yo tampoco me siento segura aquí. Sin embargo tenemos una misión que completar. Veamos... enfrentarnos a la bestia en plena noche sería nuestra perdición, estaríamos en total desventaja... aunque la oscuridad podría salvarnos del contacto visual que nos convertiría en piedra.

Lo mejor que podríamos hacer es dejar este sitio tal como está, llevar con nosotros solamente lo estrictamente necesario y buscar refugio un poco más lejos, moviéndonos con cuidado. Si la bestia viene hacia aquí, podríamos dejarle tendida una trampa...- Iasana iba exponiendo sus ideas casi al tiempo que las iba formulando en su cabeza y sopesaba los pros y los contra en voz alta -...claro que si no funciona solo la enfureceríamos más.- Pensativa miró hacia la hoguera, de donde provenía un aroma que la hizo recordar que se encontraba hambrienta. -¿Por qué no cenamos mientras decidimos que hacer finalmente? Tal vez el estómago lleno nos ayude a pensar mejor.