Partida Rol por web

Han pasado dos días desde la reunión con aquel extraño que decía que vuestros padres se personarían en Las Vegas para discutir un asunto. Dijo que los emblemas que llevabais puestos os indicarían donde y cuando sería la reunión, pero de momento no habían demostrado ser más que unos simples trozos de metal con formas curiosas.

Sin embargo, esta mañana, cuando os disponíais a ir a uno de los laboratorios clandestinos, vuestros emblemas comienzan a cambiar. El de Abdallah parece convertirse en una cabeza de cocodrilo real, con escamas y moviendo las fauces, mientras que el de Jose Luis comienza a brillar con una luz intensa.

Han pasado dos días desde aquella reunión con Leo y todos aquellos "héroes". Has aprovechado bien la oferta de poder entrar libremente en cualquiera de los hoteles o casinos, y se puede decir que estos dos días los has pasado de fiesta continua. Hoy te has vuelto a levantar en una suite, en el casino Wynn. La habitación huele a tabaco y ron, y unas volutas de humo salen de la silla donde dejaste la ropa que llevabas ayer puesta.

Ha sido un buen cambio el pasar de dormir en un hotel de baja categoría, a pasar dos noches en suites con todos los gastos pagados. Sin embargo, en estos dos días no has recibido ninguna señal acerca de la reunión que tu padre y otros Dioses de diferentes panteones van a mantener. Hoy te has levantado en el Excalibur, el casino donde supuestamente está alojado tu padre, pero no has visto a nadie que se le parezca ni en el comedor, ni en el salón de actos, ni en el salón de juego (un tipo tuerto no es algo que pase desapercibido). A Odín le gusta comer, beber y celebrar como a cualquier otro Dios nórdico, pero prefiere hacerlo en compañía de guerreros y los Einherjar de Valhalla. Un sitio como Las Vegas debe parecerle dolorosamente frívolo, más adecuado para alguien como Loki.

Cuando te pones la ropa y coges el emblema que te entregó aquel extraño, te das cuenta de que ya no parece de metal; la pluma se ha vuelto real, y puedes escuchar graznidos de cuervos en tu cabeza.

Aunque sabías que tenías vía libre en Las Vegas, has preferido seguir durmiendo en el apartamento que te paga la empresa para la que trabajas. Tus deberes y obligaciones no te permitían pasar la noche de fiesta si al día siguiente tenías que estar atenta y alerta en tu trabajo como guardia de seguridad. Han pasado dos días desde aquella reunión, y por el momento no has recibido señal alguna. Sin embargo, aquella mañana, mientras hacías guardia en el museo, tu emblema cambió. Las espadas cruzadas se volvieron brillantes y más reales, y oías sonido de metal chocando contra metal.

Ha sido un buen cambio el poder dormir en unas suites con todos los gastos pagados. No es que tu apartamento estuviese mal, pero no es comparable a que te lo den todo hecho y sin preguntar. Has seguido atendiendo tus obligaciones, pero parece ser que estos dos días has tenido menos trabajo. Hoy por la mañana te han llamado del Wynn; quieren comprar la nueva versión de tu programa, pero antes quieren ver una muestra de su funcionamiento. Mientras conduces en dirección al casino, empiezas a oir ruidos de martilleo. Después de descartar que esos sonidos provengan del coche, te das cuenta de que tu emblema ha cambiado; el martillo parece haberse puesto al rojo vivo, y humea. Sin embargo, no quema nada.

Aparte del cambio de habitación a mejor, también estaba el tema de la comida. Erick no tenía que preocuparse de ahorrar y podía alimentarse bien, ya estaba un poco harto de hamburguesas y pizzas.
Incluso se compró algo de ropa. Nada caro, ni un traje ni nada por el estilo. Ropa comoda y duradera, pero ropa nueva por lo menos.
Al principio estaba un poco intranquilo por hacerlo, pero enseguida se le paso.

Lo que más lamentaba era no poder averiguar nada de lo que podría pasar. No había estado buscando a su padre, por lo menos no intencionadamente. Pero sí que había estado repasando la imagen de su visión una y otra vez. Incluso lo de los halcones. Pero no logró sacar nada en claro.

Había decidido salir a pasear cuando el emblema cambió. Podía escuchar a los cuervos, y sentir el tacto de la pluma. Al instante aferró su bastón y se concentró en averiguar de donde venían los graznidos. Apretaba con fuerza el emblema por si le indicaba algo más.

Paró el coche a un lado para poder observar el símbolo. Claramente se había activado, ¿era el Wynn el lugar dónde iba a hacerse la reunión o era algún lugar cerca de ella? ¿O sólo era que estaban empezando a avisarla?

"Vaya, estos símbolos no están mal, son bonitos y hasta interesantes, en especial por la parte del extraño hechizo que hace que se caliente y humee como si fuese una chimenea, pero, ¿no hubiera sido mejor que mostrase una pantalla de luz enfrente de mí, mediotranslúcida, indicándome el lugar al que tengo que ir o simlemente como si fuese una especie de sistema de posicionamiento global y me indicase mediante flechas, y la voz de una mujer con necesidad de ir al servicio, por donde tengo que ir y cuánto me queda? Vamos, son Dioses y las películas de ciencia ficción deberían de servirles como inspiración..."

Decide seguir el camino sin dejar de fijarse en el símbolo, si no se enfría, es posible que vaya por el buen camino, y, en caso de enfríarse, será como un juego. Volverá sobre sus pasos y se irá moviendo por el camino por el que no se enfríe.

 -Hmmmpfff...-me remuevo en la cama doble de mi suite, estirándome con la exageración de un gato y aspirando el aroma que trae los restos de la fiesta de anoche. Tengo la nariz tan acostumbrada que en lugar de marearme me da la bienvenida, y me regodeo hasta que me doy la vuelta en el colchón y veo el humillo saliendo de mi ropa.-¡Joder!

Con miedo de que hubiera quedado alguna colilla encendida incendiando mi ropa, me levanto de un salto de la cama y cojo la ropa, examinándola.

Puedo comprender que mi Dios le guste los cocodrilos, en serio, a mi me gustan y los considero mi animal favorito. Es por eso que me dedico a visitarle de vez en cuando, y hacerles algun que otro regalito, como un capullo de los que se cree que es un mafioso por llevar pistola encima, y necesita aprender por las malas. Pero habia un limite, y una gran diferencia entre llevar un pin de un cocodrilo encima, y tener una cabeza fantasma amenazandome con comerse mi vestuario y conmigo como bonus.

Nervioso y asustado, actuo lo mas rapido posible, dando un puñetazo a la cabeza para alejarlo de mi cara, y luego quitandomelo de encima mia con un empujon. Una vez en el suelo, retrocedo hacia atras, mirandolo con los ojos abiertos como platos.

-¿Pero que coño...?- Pregunto sin estar seguro de que queria saber, mientras me llevo las manos a la cabeza ¿Es esto real?

Afortunadamente, nada se está quemando. El emblema con forma de calavera con sombrero de copa es el causante del humo; está emitiendo bocanadas de humo de tabaco por la boca, y también es la responsable del olor a ron especiado.

Parpadeo algo perdida. Vale, ahora tiene sentido...porque no recordaba haber fumado, seguramente lo habré hecho en sueños, pero eso no lo sabía al despertarme. Tomo el emblema y le observo un momento fumar, deleitándome también con el olor, pero sabiendo ya de primeras algo: ha reaccionado, y eso es que va a acontecer la reunión de nuestros "benefactores".

-Si, hueles muy bien...un montón, en verdad, pero deberías decirme dónde tengo que ir, ¿no?-le digo al emblema.