Partida Rol por web

Al ver que estaba desarmado , me alejo para preparar el golpe y saco mi espada larga

El monje se pone en pie sosteniendo la herida con la mano, se tambalea un poco y al percatarse de la caída de su adversario  le da una patada, el golpe va directo a la armadura y el golpe suelta un sonido seco y metálico, pero parece no afectar en nada a la exploradora.
 

El combate pasó de ser cuerpo a cuerpo a puño contra cara y apretones mortales soltados en último momento. Ahora es más personal la lucha, más cercana, no tan ajena como las que tuvimos antes. Junto fuerzas entre mis manos y la vuelvo a descarga otra vez sobre el mismo hombre, esperando que se muera de una vez por todas. Que raro que me siento, deseando con tantas ganas que deje de respirar, que deje de moverse, que se muera.

Tras recibir el impacto del proyectil mágico de Dragus, el cuerpo de Korn cae sin vida al frio suelo de la habitación, podeis ver como sus ojos se tornan blancos antes de que toque suelo.

Leila asustada tras ver como caia el ultimo de sus compañeros, se queda inerte en el suelo donde estaba sin mover un solo musculo solo se queda esperando a que alguién le de el golpe final. Mientras una lagrima le resbala por la mejilla hasta separarse de su rostro y caer en su rodilla.

Por fortuna y la mano de Elhonna el espadachín cayó ante el que seguramente era el último conjuro de Dragus. La reacción del elfo no tardó ni un instante. Tenía que aprovechar su estado de estupefacción para averiguar la verdad. 

Atadla!

Si hubierais dicho la verdad, tal vez estas muertes que ahora lamentas se habrían evitado. Has fallado a tus amigos, pero puedes salvar tu alma confesando qué hacíais aquí y si sabes algo del ataque a los templos. Si dices la verdad, tendremos misericordia contigo y enterraremos decentemente a tus muertos, pero si no, tendrás que pagar por tus crímenes aquí mismo y vuestros cuerpos serán devorados por carroñeros, como cobardes profanadores de lugares sagrados que sois. Tú elijes.

Tras las palabras de Zaius una leve sonrisa se escapa de la cara de Leila. - Hemos conseguido nuestro objetivo - y no dice ninguna palabra mas.

Puedes leer en sus ojos que quiere la muerte y que no dirá ninguna palabra.

Cuando miro a Zaius con esa actitud seria, me asusto al escucharlo, nunca lo había visto así. Dudo hasta de mi propia seguridad por un momento, pero me doy cuenta de que solo es con ella y para empeorar las cosas, se ríe jactante, dejando un mar de preguntas con su escueto comentario. - ¿Y quién les dio dicho objetivo? -

El viejo se dio cuenta de la determinación de su mirada. Nada podía hacer para hacerla temer algo que deseaba: morir. 

Puedo leer en tus ojos, Leila. Si hubieras escogido el camino del bien, hubieras sido una valiente defensora. Tu corazón sabe amar y tienes la fuerza de voluntad de diez hombres. Quizá nadie te hizo pensar que valías para nada más que lo que has sido. Tus errores son los errores de quienes hubieran podido abrirte los ojos y no lo hicieron. Tu vida, que ha sido la causante de segar la de hombres y mujeres bondadosos que dedicaron su existencia a alcanzar la iluminación y cultivar el saber y ahora están muertos, está en su final. Destruir es más fácil que crear. Lo que nace y tarda décadas en crecer y mostrar el fruto, puede ser segado como una brizna de hierba en un instante. Dime, hija, has probado el mal sabor que deja el cáliz del líquido oscuro. Quieres limpiar tu alma y hacer un último acto hacia la luz? Dinos lo que sabes, demuestra que una pizca de bien bombea tu corazón antes de reunirte con las Divinas Luces en el Otro Reino. A veces un sólo acto es la redención de una vida de pecado. Haz caso a ese rayo de luz que todavía palpita en tu pecho. 

Los ojos, antes encendidos, mostraban una inmensa comprensión y compasión. Pero también la convicción de que lo que decía era firme. Sólo había dos posibilidades: morir sin alma o salvarla para la eternidad. Todavía tenía una pequeña esperanza?

El monje agotado y frustrado por el combate tiene dificultad para mantenerse en pie, ya que el desgaste no es solo físico sino emocional también, todo el malestar y repudio por los actos criminales cometidos contra los templos, maestros y compañeros se revuelven en sus entrañas, pero las enseñanzas de auto control, la compasión se contraponían a todo eso. No podía actuar, no quería pensar, no sabia que decir......

Loy camino a la pared mas cercana y se recargo ahí para tratar de recomponer su voluntad.

Sin perder la mirada a Leila, empiezo ha registrar el cadáver de Korn , haber si hablaba mas que Leila.
Loy podrias vigilar esa ventana.
No comprendia la sonrisa de Leila .
No hay que bajar la guardia

Loy hace un movimiento con la cabeza y va hasta la ventana, da un repaso al paisaje y luego se queda ahí mirando palmo a palmo en busca de alguna posible amenaza...

Leila echa una mirada a Zaius - Solo te diré que la unica persona que tenia que salir vivo de aqui a toda costa ya hace mucho que estara muy lejos. - Leila sonrie y agacha la cabeza.

No ves nada que pueda inquitarte.

Dime, Leila, por qué haces esto? Por oro, por convicción, por lealtad,...? Me da la impresión que no eres una simple mercenaria. Le dijo el viejo mientras le registraba las ropas y le quitaba todo objeto que guardara. Lo hacía metódicamente, sin tener en cuenta ningún pudor.  

Siento hacerte esto, pero necesito saber algo más de lo que me has dicho, Leila. Te aseguro que no hay lujuria en mis manos ni en mis intenciones. A pesar de mi aspecto, soy ya muy viejo y no me queda rencor. Mintió, aunque era una mentira piadosa. 

Buscad en los demás y en el edificio. Tiene que haber alguna pista. 

Luego se dirigió a ella de nuevo. 

Dime una dirección, Leila, y te dejaré vivir o te mataré sin dolor, lo que prefieras. Y no intentes mentirme. No hay trato si no me convences.