Partida Rol por web

Mis compañeros de viaje, amigo Xan-Digo mientras doy buena cuenta de la comida y la bebida- Han salido junto con el resto de gentes del pueblo a la batida para cazar a los lobos. Yo no he participado pues no soy hombre de campo y no haria salvo estorbar en semajante cometido. Quiza si vos me acompañaseis podriamos ir en su busca a ver que tal ha ido todo. Seguro que un hombre como vos que conoceis bien el terreno podríais guiarme por estos terrenos y asi estaria a salvo de otras alimañas o que por ignorancia me pusiera a tiro de los virotes o tiros de los cazadores. Iban con arcabuces esta mañana, seguro que sus disparos deben retumbar en el monte de forma poco discreta.

Que os parece? seriais pues tan amables de ayudarme a ir en su busca?. Ardo en deseos de saber que tal les ha ido todo y de saber si han dado caza a las bestias. Es obvio que sabria recompensaros como es debido. Soy hombre de buena cuna y se como tratar a aquellos que me son serviciales y leales. - le digo mientras le sirvo otra copa de vino - No dudeis en pedir algo mas si no habeis quedado ahito 

Ehmmm, señor Íñigo -dudó Xan-; pronto será de noche. Los aldeanos estará pronto al volver. No creo que sea muy prudente marchar ahora al bosque... esos lobos...

Iñigo quedose sin argumentos ante las dudas del leñador - Tienes razon, amigo Xan, no se en que estaría yo pensando!!. Ir al monte casi anocheciendo. Si duda sería una imprudencia. Esperemos pues a ver si llegan las gentes del pueblo y mis compañeros de viaje y nos ponen al dia de lo ocurrido en la batida

Teolfo colocó tensó la cuerda del arco con la flecha y apuntó al más cercano a uno de los perros.

Prudencio agarra el bastón de caminar con ambas manos y poniéndose el guardia, se dispone a propinar un estacazo al perro que tenga más próximo.

Cada uno de los perros se lanzó feroz hacia cada uno de vosotros

Iniciativas:
P2: 28 Muerde dos veces a Prudencio
P1: 27 Muerte dos veces a Teolfo
Teolfo: 20 Dispara (dist. corta, bonus de 20%, y recarga otra flecha)
Prudencio: 19 (Ataca dos veces con el cayado)
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Uno de los perros se lanzó contra Prudencio (P2) severamente. Dos profundas dentelladas hicieron mella en el cuerpo del Peregrino. En sus largos años no hubo visto tal fiereza. El primer moridsco fue en el abdomen y el segundo en el brazo derecho.

Daño1: 6 (sin protección): 6 puntos de daño. Secuelas*
Daño2: Crítico (/2 por brazo): 3 puntos de daño.

El perro tiró al suelo a Prudencio y lo zarandeó, mordiéndole por detrás y por delante. Quiso la mala fortuna que en el primer envite le dentelleara por la espalda y llegaran sus largos colmillos a la columna, la fila de los huesos... Prudencio, tras un enorme alarido, dejó de sentir las piernas y quedó tumbado en el suelo**. Tras ello, el otro can se lanzó contra el cazador, sin éxito alguno. Por eso es que Teolfo soltó una de las flechas contra el vil can que iba hacia él:

Daño: 8 (sin protección): 8 puntos de daño.

Teolfo le clavó la flecha en los cuartos delanteros, y el perro gimió, y de seguro que le quedaría una bella cicatriz del lance***... Finalmente, tirado en el suelo y aún no del todo consciente de que no sentía las piernas, Teolfo golpeó con el cayado al fiero can, que le oprimía en el suelo, sin éxito.

¡¡Allí están!! -se oyeron otra vez las voces, y ahora si que las distinguísteis como los súbditos de Mateo de Andrade-. ¡Mi Señor! ¡Creo que han caído! ¡Los perros los han apresado! ¡Vamos! -en no mucho tiempo, alguien se acercaría-.

¿Entonces, vos, si me lo permitís, de dónde venís? -se interesó Xan mientras la tarde pasaba sin ninguna noticia de tus amigos...-.

Mi padre es el Señor de Torralba, allá por el Reino de Navarra muy hacia el este, a bastantes jornadas de camino de estas tierras. Hemos hecho un largo camino para expiar nuestros pecados y honrar a los restos del apostol, como todo buen cristiano debe hacer al menos una vez en su vida. Nuestras tierras son ricas en viñedos y preparamos unos caldos espectaculares. No es que el vino de aqui me desagrade pero aquella zona esta tocada por la mano del señor y la sangre de cristo mana de la tierra con particular gusto. Cuentame, Xan, sobre estas tierras. Quien es el señor de esta zona? Es acaso Don Mateo o alguien de su familia? Ya que vamos a pasar aqui unos dias no estaría de mas que me presentara pues es de buen cristiano hacer notar la presencia de uno cuando llega a una casa ajena

-¡Malaparidos!-gritó Prudencio intentando retroceder para buscar una posición de ataque óptima-.

Pero los dos canes llegaron en carga y arrollaron al buen hombre derribándolo y tirándolo por el suelo para dar buena cuenta de él.

-¡Arghhh!- gritó sintiendo como que lo partían en dos-.

El hombre nunca había sentido tal dolor, ni tanta impotencia. Intentaba debatirse contra sus fieros enemigos, pero todos sus esfuerzos fueron futiles. Su bastón hacía torpes giros que de nada sirvieron. Y Prudencio se encomendó al señor con su último aliento.

-Prudencio! ¿estáis vivo? - Dios mío, que escabechina, pensó Teolfo. Y horrorizado, tardó unos instantes en volver en sí y tensar el arco, apuntando al segundo perro.

Los perros de presa seguían en sus trece, intentando despedazaros.

Iniciativas:
P2: 26 Muerde a Prudencio y esquiva
P1: 26 Muerde dos veces a Teolfo
Teolfo: 16 Dispara a P2 (dist. corta, bonus de 20%, y recarga otra flecha)
Prudencio: 12 (Ataca dos veces con el cayado)
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El can que mordía a Prudencio seguía haciéndolo, y le hendió sus colmillos en el pecho, provocándole un corte en la carne y llegando a las costillas. El mendigo viajero desfalleció finalmente y cayó inconsciente*.

Daño: 1 (sin protección): 1 punto de daño.

El otro perro volvió a cargar contra Teolfo el cazador, que ahora se veía sólo en el lance. Lo cruento es que el babeante y temible perro se lanzó contra él y le alcanzó dos veces con su dentadura; una vez en el brazo con el que sostenía el arco y ¡otra en el cuello!:

Daño1: 2 (sin protección) (/2 por brazo): 1 punto de daño.
Daño2: 1 (sin protección) (x2 en cabeza): 2 puntos de daño.

Finalmente, pese a las heridas, Teolfo respondió lanzando una flecha contra el can que mordía a Prudencio, clavándola en una de las patas delanteras:

Daño: 7 (sin protección) (/2 por pata): 4 puntos de daño

Casi sin daros cuenta, estaba anocheciendo.

Teolfo no podía dejar a Prudencio allí. Y los perros lo alcanzarían rapidamente si huyera. Así que concentrándose en las fauces de los perros intentó adivinar por donde vendrían las dentelladas. Y apuntó su arco al can más malherido para matarlo de una vez. 

¡¡¡GUAUU!!! ¡¡¡GRRRRRR!!!

Iniciativas:
P1: 30 Muerde a Teolfo dos veces
P2: 29 Huida (acción extendida)
Teolfo: 25 Dispara a P2 (dist. corta, bonus de 20%)

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Uno de los canes (el que inhabilitó a Prudencio) se lanzó contra Teolfo dientes afuera, pero éste logró zafarse de sus colmillos tenebrosos. Por su parte, el cazador disparó contra el can malherido por si lograba abatirlo, mientras intentaba huir.

Daño: 8 (sin protección) (/2 por pata): 4 puntos de daño.

Pese a que le hirió, logró huir.

¡¡Alto!! -seis hombres aparecieron en la espesura, mientras el enorme can se había marchado-. El otro perro reaccionó con cierta tranquilidad al ver a los hombres de Mateo, y dejó de atacarte... Esos tipos parecían ser los amos de los perros. Estabas ensangrentado, y Prudencio estaba ensangrentado y tendido en el suelo. ¡¡Tú!! ¡Quieto ahí! -tres de ellos te apuntaban con la ballesta cargada-.

Un instante después llegó el noble Mateo de Andrade, montado en su caballo. Vió el panorama, y se sorprendió.

Ya los tenemos... -pareció como relamerse en su interior-. ¡¡Llevad al herido a la casa de mi padre antes de que perezca -dijo ordenando a sus súbditos-. Y tapadle las heridas, ¡no dejéis que muera! Luego te miró a tí, Teolfo. ¡¡Tú, suelta el arco!!

Et que así lo tuvíste que hacer. Tres de ellos ya cogían en volandas a Prudencio, mientras otro de ellos sujetaba las cadenas de los perros para que no te devoraran. Dos seguían apuntándote.

Tras escuchar con atención tu historia de vida, el leñador respondió.

Pues es Leuter de Andrade, un noble que vive en Santiago, precisamente -respondió-. Tiene una casa en el bosque... bueno, yo a veces me acerco al bosque a por leña y llego sin entrar a sus tierras y veo de lejos esa fortaleza. Es como un palacio enorme. A veces viene a pasar temporadas a aquí. Pero quien realmente se deja ver es su hijo Mateo, primogénito y heredero: nuestro futuro señor. Es el que ha ido en batida...