Partida Rol por web

Hallmar había estado bastante ausente desde el episodio de los tiburones, algo le había conmocionado, pero no había dicho nada al respecto. Se había vuelto más hosco, seco en el trato, dejaba todos los asuntos de gestión en manos de Katrine para frustración de algunos. Cuando llegaron al puerto de Yokohama se resistió a bajar, no se le había perdido nada en tierra, por lo que acabó bajando a regañadientes por insistencia de sus allegados. Claro que lo que se encontró de morros no le gustó un pelo, decidió callar, pero cuando la tal Victoria descerrajó el disparo a Marina tan felizmente los ojos de Hallmar se abrieron de par en par.

—¿De qué coño vas, loca psicópata? —espetó a medio camino entre la temeridad y la firmeza —. ¿En serio? —miró a Abril con una actitud que no despertaba inflexión alguna.

—No. Esta demente no entra en mi barco ni en mi puto submarino. Y punto, ¿quién coño se cree? —inflexible, cuadró la mandíbula, dispuesto a enfrentarse a quien fuera. Se acercó a Marina herida, pero parecía verse atendida ya, no es que hubiera forjado lazos de amistad o camaradería con nadie, pero no era un cabrón sin sentimientos.

No. Esta demente no entra en mi barco ni en mi puto submarino. Y punto, ¿quién coño se cree?

Otro. ¡Pero esto qué es! -exclamaba enfadada-, lo primero es que el submarino es de Triquel, ¿te queda claro? -lo miró con el ceño fruncido-.

Espera... ¿Tú no eres? No , no, no puede ser... -rió sarcástica-.

Y como si quisiera demostrar por segunda vez que ella era quien mandaba allí, Victoria se acercó al bramante capitán y le tocó el hombro.

¡Eres tú! Oh, qué lástima... Una gran lástima... ¿Quieres que te enseñe cómo está su cuerpo? Sí, lo haré. Lo haré porque tengo más información de la que piensas, lo haré porque esa bolita puede hacer aparecer a alguien que tú y yo sabemos quien es...

La rubia se divertía con aquella situación, por lo que -sin vacilar-, sacó la fotografía , como si hubiera esperado todo estos años el momento idóneo, y se la mostró:

Cita:

Miré con furia contenida a la rubia asesina, desafiante, pero debía de mantenerme tranquilo, Victoria había demostrado su tremenda inestabilidad psicológica, que por una simple réplica le pegase un tiro a Marina era de locos y aquella rubia no estaba en sus cabales, así que me mantuve en silencio mientras recogía unos de los equipos que nos habían tirado los dos matones trasl a intervención de Abril como si fueran mierda-Eh tios tened cuidado, supuestamente con éste tenemos que sumergirnos unos cuantos metros y debe de estar en perfectas condiciones, a no ser que seáis especialistas en arquelogía subacuática, sólo nos tenéis a nosotros ¿capicci?-les pregunté con cierta hostilidad.

Acompañé a las palabras de Teodoro-Espero por nuestro bien que puedas controlar a esa mujer, porque si no te vas a quedar sin equipo sano que meterse en el agua y esos dos maromos con cara de animal no tienen pinta de ser especialistas en arqueología submarina sino más bien en partir piernas-mascullé mientras echaba una mano a Teodoro con el traje, había escuchado el mensaje del walkie a medias y no parecían buenas noticias, pero nosotros ya teníamos suficiente con lo nuestro.

Uno a uno y, por desconfianza, fuisteis mirando los trajes de buzos. Estaban limpios, por raro que pareciesen...

-Venga Teo, coge la bombona y comprueba que ésta llena y la presión, prueba el regulador-indiqué mediante órdenes breves y precisas ayudándole con el chaleco. Tras ello hice lo propio conmigo mismo, el cinturón de lastre de color amarillo chillón resaltaba sobre el traje de neopreno que daba gusto. Aseguré los cierres del chaleco y comprobé que mi pequeño cuchillo estaba bien sujeto a mi pantorrilla, ya me había ayudado más de una vez y le había cogido cariño. Le llamaba cariñosamente "Predator".

Fuí revisando en rápida sucesión los demás y todo parecía correcto, pero como una mania obsesiva comprobé de nuevo el sistema de respiración, no me apetecia sufrir ninguna obstrucción o escape a 47 metros de profundidad.

Nos miramos todos al escuchar los problemas del walkie. 

-¿Nos tenemos que encargar de eso ahora primero o debemos apresurarnos a bajar? Tenía cierto respeto a las armas. No es que no hubiera usado una pero la misión empezaba a escalar puestos hacia el top 3 de misiones más jodidas de mi carrera, por razones obvias, y que nos atacaran en el puto campamento a nuestra llegada no hacía más que empeorarla.

Aprovechando la escusa de revisar los trajes y el revuelo causado por el mensaje por emisora aprovecho para susurrarle un mensaje similar al que le susurre a sorni- lo siento Drake no creo que pueda controlar a la matahari rubia, esta cambiada antes era letal e inestable pero se podía tratar con ella ahora parece como si hubiera dejado todo atrás y lo único que tuviera delante es un camino de muerte hacia su objetivo cueste lo que cueste, escúchame bien, cuando tengan lo que quieren de nosotros , no creo que haya piedad acabaran uno con uno, yo ya venia aquí sabiéndolo pero vosotros habeis venido totalmente engañados de momento no se si los podemos fiar del resto, dado q esta gente suele jugar al espionaje hasta dentro de sus propios grupos, pero debemos de buscar una manera de cuando encontremos una oportunidad deshacernos de su yugo para salir con vida- le digo seriamente preocupado- no he tenido tiempo de sondear a Halmar y su tripulación pero posiblemente sean nuestra mejor vía de escape- dicho esto aparece Halmar que lógicamente monta escandalo por la actitud de mi expeliroja preferida.

Ante el escandalo de Halmar me levanto de al lado de Drake y me acerco al recién llegado y le pongo la mano en el hombro-Tranquilo capitán no es momento de crear mas altercados y que mas gente reciba disparos, esta gente ya rendirá cuentas , quizás podría encargarse que alguien de su equipo ayude a Sorni, no me fio nada de nuestros empleadores, que puedes esperar de gente que dispara a la gente que debe llevar a cabo la misión le digo mientras miro con mala cara a las dos parejas de espías, a quienes le parece importar poco mis opiniones

Abril sentía que todo aquello se había convertido en un caos en cuestión de segundos bajo la mano de la única causante: la Barbie rubia.

Así pues, para apaciguar las aguas -y eso que aún no habían bajado-, Abril repartió mapas a diestro y siniestro de un plano del posible lugar. Ella misma lo desconocía, para qué engañarlos.

Espérense. Lo primero, debéis colocaros los trajes. Lo segundo, tenéis que llevar el mapa con ustedes. Está plastificado, por lo que es resistente al agua.

Por lo que podéis apreciar, se puede visualizar un templo en este trozo de hoja plastificada... El caso es que, bajaréis hasta allí con ayuda del submarino y los dos miembros de nuestro equipo, mientras que, por otro lado, Vicky, Marina y yo, nos moveremos por tierra. Uno: porque debemos encontrar un doctor y dos, porque nos vamos a dividir. 

Eso sería un contratiempo, Teodoro. Nos ocuparemos, quiero decir, se ocuparán  de encontrar un doctor que la cure. -comentó sin escrúpulos ningunos sin haberse bajado ,del todo, de aquel medio de transporte.

Por lo visto, Katrine estaba destinada a ir con el dúo dinámico.

Yo solo sé, que como esa herida siga... me parece que se va a  gangrenar  o... morir de sangrado. 

Y, al otro extremo, Curtis empalidecía al ver la sangre...

-No perdamos más el tiempo. Cuanto antes empecemos antes acabaremos. Digo con ademán de ponerme el traje, tratando de ser lo más profesional y evitando mirar el charco y el reguero de sangre.

Vaya que personalidades tan contrapuestas- pienso mientras escucho los comentarios  de los compañeros del capitán Hallmar.
Bueno así que nos acompañan vuestros dos guardias imperiales, va ser un viaje fabuloso, seguro que alguno tiene alma de comediante y nos entretiene con amenos monólogos - digo con sorna viendo el talante silencioso y serio de los matones- por favor que alguien me diga dónde puedo conseguir algún tipo de mochila impermeable para meter las pocas cosas que porto encima- comento mientras observo con detenimiento el mapa y  señalo el pequeño bolso de pierna que llevo encima, donde guardo cuatro cositas de las que no pienso separarme.

No me alegró nada saber que por lo pronto me tocaba pasar más tiempo con una persona que claramente no era estable mentalmente.

-Gracias Curtis, es justo lo que quería escuchar- me quejé aún desde el suelo mientras trataba de moverme -¿si ya está todo aclarado podemos proceder a que alguien me atienda?- añadí dado que era mi prioridad ahora mismo; lo cierto es que quizá estaba siendo más desagradable de lo normal pero... supongo que tenía una razón de peso.

Recibiendo con gesto adusto el mapa de las manos de Abril, Anteros se dedico a ir a ponerse el traje y sacar de su mochila otros objetos que pensaba le serian necesarios, no hizo preguntas ni pretendió esperar que le hicieran algunas.

Sin embargo volvió al poco tiempo en dirección a los otros, escuchando sus parloteos, no es que dijeran alguna cosa que él no adivinara por sí mismo, que después de todo allí estaba por cazatesoros y en ese mundillo existía ciertas manías.

-Estoy de acuerdo, deberíamos irnos ya, si no hay nada más que hablar -concordó, sin pensar demasiado en las circunstancias, debía ser porque nada podía hacer contra ellas.

Mientras Teo me ayudaba con traje, se acercó y me susurró algo a lo que yo respondí igualmente y a continuación Abril intervino.

Cita:

Cogí una de las copias que Abril nos brindaba con un gesto de calma, no podía dejarme llevar por la ira con esa pirada suelta-Gracias Abril- contesté escudriñando el plano intentando adaptarlo a mi cabeza de un modo tridimensional-Espero que no haya ningún monstruo submarino, quiero ser rico y famoso... bueno, como mínimo me conformo con rico-dije divertido guiñándole un ojo a Abril, para luego mirar a Teo.

-Venga movámonos entonces ¿no? ¡Hagamos historia sin morir en el intento!-exclamé mirando al grupo con una sonrisa emocionada.

-Sabia que algo escondían, siempre lo hacen pero no de tan enorme calibre- susurré asintiendo levemente-Intentaremos salvar el culo para salir vivos de aquí y es una lástima lo de tu antigua amiga la rubia, me gustan las chicas con carácter, pero con ese nivel de psicopatología ni creo que pudiese aguantarla, seguro que guarda orejas de sus víctimas en el frigorífico, al lago de la lechuga y la leche de soja-finalicé mirándole de reojo cómplice.