Partida Rol por web

No sabes lo que pides… - dijo, repentinamente serio. – No quieres sacar eso. Y Además, no me das ordenes, no soy de triquel recuérdalo. – repitió, mientras la voz sonaba mas enfadada. Sin embargo, ella continuo, explicando, pero de pronto, su vision se vino, roja, y su pensamiento, claro y despejado de dudas en cuanto a moralidad.

Y en cuestión de segundos, el Asesino, vino a el. La sola mención de su nombre hacia temblar dictadores, por protegidos que estuvieran.  Fue un cambio imperceptible, pero el aire pareció enrarecerse alrededor de el, y solo se habia puesto serio, pero su postura cambio, no solo era el soldado en descanso, era alguien listo para dar muerte. Como si nada, pateo a la cansada Aeryn, y la derribo al suelo, y el la siguió en el movimiento, solo para posicionarse detrás suyo. En la garganta de Aeryn, apareció el puñal curvo del Marine, y la hoja se clavo en su cuello, haciéndola sangrar ligeramente.

¿Quieres ver mi costado mas oscuro? ¿Sabes como se resuelve fácilmente esto, Aeryn? Si te mato aquí y ahora, tu padre no resucita a tu madre. Fin del cuento.  Yo salgo con vida de aquí, y tardaran años en clonarte o la mierda que hagan para recuperar la posibilidad. Tal vez inseminen a alguien y consigan a alguien lo suficientemente joven para que complete el ritual, pero el viejo ya estará muerto y probablemente, Triquel se destruirá bajo su muerte.

Clavo el puñal al lado de la muchacha y tiro de su cabello, obligándola a arquearse ante el, rasgando su camiseta...e inspiro para contenerse Respiro agitadamente, jadeando, la muchacha era hermosa y la sangre palpitante le pedía tomarla, tanto si quería, como si no… pero la respuesta final era no. Respiro profundamente dos o tres veces, recupero su cuchillo y se fue al final de la cueva. No podía dejarse ir. Los pensamientos, sin embargo, continuaban, planes de como lograr el objetivo de forma directa, sin moralidad.  Mataria a todos, un explosivo bien puesto en lugares bien determinados, abatir a los pilotos con balas de fusil a través del vidrio que sabia no podía estar tan blindado… matar a Aeryn… todas soluciones pragmáticas, que podía tomar, pero no quería. Respiro profundamente, mientras abrazaba sus rodillas. – Lo siento. Este Bosque me estresa. ¿Que tal si somos socios e intentamos salir de aqui? -

No se asustó, ni siquiera mostraba el más signo de temor en su rostro. Tal vez, porque en el fondo estaba acostumbrada a ese tipo de aplastamiento tanto físico como mentalmente.

Cuando el hombre la hubo dejado, Aeryn se pasó la mano por la herida, cuya sangre resbalaba por su cuello perdiéndose más allá de la camiseta. 

¿Quieres ver mi costado mas oscuro? ¿Sabes como se resuelve fácilmente esto, Aeryn? Si te mato aquí y ahora, tu padre no resucita a tu madre. Fin del cuento.  Yo salgo con vida de aquí, y tardaran años en clonarte o la mierda que hagan para recuperar la posibilidad. Tal vez inseminen a alguien y consigan a alguien lo suficientemente joven para que complete el ritual, pero el viejo ya estará muerto y probablemente, Triquel se destruirá bajo su muerte.

Pero ella ,decidida, quiso hurgar más en la yaga y, mientras caminaba, habló de forma lasciva y atrevida:

Házlo, lo estás deseando. Deseas clavarme el filo del arma, pegarme un tiro, volarme por los aires porque así piensas que acabaría este jueguecito entre los dos Triquel..., pero te equivocas. Todo sería más caótico y la lucha perpetuaría con o sin mí. Sin clonamientos, porque no entrarían en clonación. Jugarían con la mitología... ¿Recuerdas lo que te he dicho antes de Istar? Tenlo siempre en mente.

Su mano alcanzó el cabello de Faraday lo agarró sin hacerle daño, colocándose de cuclillas.

Esto es a lo que vengo a decirte. El bosque te puede atormentar tanto como lo desee, es por ello que debes estar precavido. Sonrió dulcemente y asintió  con una mueca olvidemos  Triquel para siempre cuando todo esto acabe. 

¿Ella podía leer mentes, o el estaba muy cansado y sus pensamientos eran obvios? No lo sabía. Sabia que convocar al Asesino, y haberlo rechazado exitosamente, le había costado una cuota importante de stress. Cerro los ojos, dejando que todo fluyera, hizo los ejercicios de respiración que estaba acostumbrado, para no dejarse fluir en aquel lago de frialdad que hacía que nada importase y le permitía actuar como alguien sin sentimientos, y sacar lo peor de si. La calma y control volvieron a el, y allí ella acaricio su cabello,

… Te gustaría… ¿huir conmigo? ¿Qué tal una cabaña en hawaii? – pregunto, medio en broma, medio en serio. Mierda, no le molestaría vivir tranquilo con una chica como esa, yendo a nadar todos los días, quizás surfear, hacer parrilladas… no, no le molestaría en absoluto hacerlo.

El momento de sensibilidad paso, y el ya habia recuperado el control de si mismo. Saco cinta aisladora, y se la paso.

Sera mejor que te envuelvas los pies y las rodillas y arregles la camiseta. Debemos empezar a irnos.

Dijo eso, pero se quedo mirándola fijo. Aun sentia el tacto de su suave mano en sus cabellos.

Aeryn lo miraba a los ojos, se sentía mal por haber invocado a la bestia, pero era necesario. Necesario para mostrarle que allí no era suficiente con ser buena persona y cumplir las órdenes, debía ser despiadado. Inclinó la cabeza hacia un lado:

Sólo, si es posible estar en plena paz con la naturaleza , ir de acampadas... Joder, creo que tengo treinta  y seis años, aún soy joven antes de llegar a los cuarenta, me queda mucho mundo que ver, será divertido tener un compañero de viajes.-rió-.

Cogió la cinta y se envolvió los pies y las rodillas, aunque no sólo aquello. El rollo de cinta daba para que se envolviese los senos. Se volvió a quitar la camiseta y la rajó colocándola  a modo de protección sobre sus pezones, para ,después, liarse el pecho en la cinta.

¿Todo listo? -le tendió la mano y la cinta-, podemos volver.

El no se perdió el proceso de ver como la muchacha se protegía con la cinta. Hizo una mueca cuando se tapo los pechos, era algo digno de verse. Pero no digo nada. Guardo la cinta y busco algo con lo que secarse las manos y volverla aspera. Pateo el fuego, y lo apago y luego, salió a la superficie de la ladera y de un salto, se agarro al borde, haciendo uso de sus brazos, tensiono y empezó a trepar, con algo de dificultad. Busco puntos donde afirmarse bien, le extendió el brazo a la muchacha. Luego de un par de intentos lograron conectar y haciendo un considerable esfuerzo, logro alzarla hasta dejarla a su par.  La cuerda se bamboleaba al viento unos metros mas arriba.

Montame. – le indico. La maniobra no fue sencilla, y el debió sostenerse con firmeza mientras ella se ponía por delante suyo, y se agarraba a su cuello, y lo rodeaba con ambas piernas por su cintura. En su estado actual, no debía de pesar mas de cincuenta kilos. No es que no le costara, pero los mas de noventa de Faraday con diez de equipo, si no se movia, podría hacerlo. Empezo a ascender.

Aeryn se agarraba con firmeza al cuello de Faraday. De vez en cuando miraba hacia abajo y comprobaba, así, a cuánta altura se encontraba.

Como nos caigamos eres consciente de que de esa no sobrevivimos...

Pese a que el hombre controlaba la situación, era inevitable que la pared rocosa no arañase el cuerpo  de la mujer. En una de esas, Aeryn se movió brutalmente, provocando que se resbalaran y ella se agarrase a él con más fuerza. 

P-Prometo no moverme más...-decía a medida que su pecho se hinchaba de aire con rapidez debido al pequeño susto-. ¿Sabes que somos un blanco fácil? Mi idea de las señales de humo era mucho mejor, yendo por el croquis del mapa que hice en la arena y que después borré.

Pero Aeryn no se callaba, parecía una cotorra debido a la extremidad que Le suponía aquel ejercicio. Si ella hubiera estado en otras condiciones,, hubiese escalado por sus propios pies y no dependería de nadie. 

¿No me daré en la cabeza con una piedra, no? -preguntó a la par que miraba hacia arriba. 

Un pie, luego el otro, ahora una mano, un paso a la vez. La chica casi no pesaba, la hambruna había hecho que este casi en los huesos y en cierta forma, compensaba el peso de la pesada mochila. No era su peso el que hacia que el ascenso fuera peligroso, era su boca, parecía racionalizarlo todo, analizarlo todo, y no quedarse callada en absoluto. Su cuerpo delicioso pegado al suyo no ayudaba tampoco, ya que la cercanía ponía a Faraday algo excitado, sobre todo desde que había invocado lo peor de el. La ignoro el primer tramo, y los primeros cinco metros de escalada fueron los peores.

Ya luego no aguanto más, pero en lugar de callarla verbalmente, amenazarla, o retarla, la beso sorpresivamente. Duro unos segundos, luego cuando la sorpresa o indignación o lo que fuera hicieran darle a Faraday unos segundos, le soltó.

Estamos subiendo asi, porque cuando lo hagamos, no dependeremos de nadie, y estaremos en nuestras condiciones, ya te dije, no podemos mostrar debilidad, ni estar en desventaja, ni confiar en nadie de los que están ahí. Todos están en un juego de traición tras otra.-

Apoyo su frente en la de ella, y le dijo. – En caso de que alguien aparezca, usaras el arma que te di, y tengo dos armas cortas mas, además de algo de munición en el chaleco.  ¿De acuerdo? En el peor escenario, que no resistamos mas, me dejo caer y mi mochila y yo absorberemos el impacto. Tu nada hacia la cueva y vende cara tu vida… Ahora serias tan amable de usar tus manos para agarrar la soga que cuelga y se bambolea por encima nuestro? -

¡Eh!, ¡pero qué haces figura! -replicó molesta-Si querías que me callara, habérmelo dicho, macho. 

Las cejas de la mujer formaron una línea recta línea donde, junto a su rostro, se contemplaba el enfado. Además, le proporcionó un pequeño golpe en el cuello mostrándole que si ella quería podía hacer caer a ambos. 

Tras ello volvió a mirar hacia arriba malhumorada. 

Hecho - sentenció a todo lo que él hubo comentado. Agarró la cuerda y resopló, iban a estar demasiado tiempo en esa postura... 

Podía, pero así fue más efectivo. – Faraday afirmo uno de los pies antes de usar la soga para impulsarse hacia arriba. Subió un tramo más, y luego la engancho con  las tiras de su equipo. Ahora el proceso era mucho más rápido, y cuando termino a ajustar todo, se hizo realmente más fácil, solo tenía que apuntalar los pies de ambos, e ir tirando de la soga hacia arriba.
Pensaba que si iba a morir, al menos me llevaba un beso de alguien tan bello como tu. –

Algo le causaba gracia, y era el enfado de la chica. Minutos atrás luego de provocarlo, lo había autorizado a que se desfogara con ella, pero un simple beso le había hecho enojar considerablemente. Esa chica era rara, algo que ya sabía, pero le causaba un poco de gracia, como aquel día que había sentido vergüenza de pedirle el baño a una chica luego de que esta hubiera estado muchos minutos dándole sexo oral.

La subida fue diferente, en esta ocasión, pues avanzaban a los saltos hacia arriba, y no tramo a tramo. La cuerda facilitaba bastante las cosas, y en cuestión de varios minutos, eso si, extremadamente cansado, ambos alcanzaban la cima, quedando la rubia de espaldas boca arriba y el marine acostado a su lado, luego de girarse, mirando un segundo el cielo. No lejos de allí debería estar Randy y el grupo inicial. Se permitió tres respiraciones largas y se incorporo, pistola en mano, buscando enemigos. La luna de miel habia durado poco.

La subida fue un éxito ,al menos no se vieron engullidos por aquellas bravas olas de nuevo. Al recuperarse observó el cielo y, justo allí, a lo lejos, habían dos helicóptero que se aproximaban al bosque. Por su forma, Aeryn sabía que no eran los suyos o, al menos, no los que ella recordaba.

Vamos, vayamos a la cueva cuanto antes. 

La joven se reincorporó en el suelo y se levantó, ayudando a Nathan. La cueva estaba cerca, de hecho, estaban enfrente de ellos y allí, en el suelo, tendido y desangrado, el cuerpo de Randy yacía muerto sobre la hierba. 

¿Ese era vuestro compañero? -preguntó con una mueca de desagrado. Lo siento, supongo, pero no hay tiempo para hacerle una sepultura digna, le pediré a la organización que se encargue de ello.

**

Caminaron hacia la cueva, allí estaban las tres mujeres ojeando entre los papeles que ella misma había dejado con anterioridad antes de ser lanzada al vacío. 

Esos papeles son los míos, jovencita... Puedes soltarlos ahora que tienes a la fuente original delante. Soy Aeryn Ainsworth y unos helicópteros se acercan, están lejos, pero llegarán pronto.

La joven hablaba firme y segura de sí, su cuerpo era muy menudo debido a la falta de alimentos durante esos años encerrada, además tenía algunas heridas por todo su cuerpo, sin importancia, y llevaba cinta alrededor de sus senos, la única prenda que cubría su torso; además de llevarla en los pies , muñecas y rodillas. Por otro lado, vestía unos bóxers de hombre.

Busquemos la pieza que falta y demos por finalizado el juego.

Rikka fue sorprendida por la figura femenina de una mujer de tez pálida que apareció junto con Nathan Farady. Al parecer, aquella mujer era a quien habían venido a buscar. ¿Yasta? ¿Ya se había acabado todo? Aquello le supuso un gran alivio, por lo que volverían a casa... ¡Al fin! Descansaría en su hogar y se olvidaría de estos días tan intensos.

Desvió la mirada hacia Koko, quien sostenía los papeles que se habían encontrado... ¿Y ahora? ¿Ya podían volver? Sí, mierda, no. La mujer que se había presentado como Aeryn, comentó que debían de buscar aquella pieza... ¿Dónde? ¿En la cueva? Bueno, el lado positivo era que al encontrarla tooodo acabaría. ¡Genial!

Por extraño que pareciese, Rikka suspiró de alegría. En unas horas estarían en casa o... eso quería pensar.

Faraday avanzaba detrás de Aeryn, cubriendo la zona con su fusil. Avanzaba ya en modo fuerzas especiales, es decir, ligeramente agachado y midiendo cada pasó. Atrás habían quedado el posible subterfugio y no llego a tiempo de realizarle la petición a la muchacha de que se pusiera barro en el cabello y disimulara un poco mas su apariencia. Por el momento, debían de continuar. Cuando llego a randy, le cerró los ojos, y lo acomodo, también se saco una bolsa de acampada y tapo su cuerpo.

Adiós amigo.- murmuro.  – Siento no haberte podido cuidar mejor. –

Avanzo siguiendo a la rubia hasta la cueva, y apoyo rodilla en tierra, costado al grupo y cuidando y previniendo contra cualquiera que ingresara en la misma.

Si alguien se asomaba, el estaría atento. Tambien a los del helicóptero, los miro con la mira del arma, en busca de reconocimiento de los mismos, o de alguna insignia o numeración.

Koko sonrió al oír la voz de Aeryn, y por supuesto, más que soltar los papeles, los lanzó al suelo. Su visión era justo lo que necesitaba para quitarse el mal sabor de boca que tenía por estar con aquel pequeño grupo y la seguridad de tener por fin un objetivo claro, le ayudó a ello.

Su aspecto era el de alguien que había usado lo que tenía a mano para salir adelante. Era una superviviente... como ella. Eso le gustaba.

Busquemos la pieza que falta y demos por finalizado el juego.

-Entonces, tú dirás cuál es nuestro siguiente paso, porque yo estoy cansada de arriesgar el cuello por nada.

Aeryn enarcó la ceja y mostró una sonrisa de desagrado, al parecer no le había agradado el comentario de la joven:

Podemos ir al final de la cueva, algo hay que me llama, como una especie de energía, sin embargo, debéis de tener cuidado con una trampa -se señaló el tobillo donde tenía una fea cicatriz en la que se podía apreciar que le faltaba un poco de carne-.

La mujer de cabellos blancos caminó hacia adelante, pidiéndole a las féminas que las acompañasen.

Vamos, no hay tiempo.

Sin embargo, se paró al llegar al punto concreto. Alargó el brazo hacia la pared y la golpeó, fue en ese momento cuando una lanza salió disparada hacia la izquierda y, junto a ella, la letra 'O', la cual finalizaría el mensaje de todas las letras reunidas formando la palabra: SOCORRO.

Tranquilos, ahora no está activada mi lanza, pero... la trampa que alguien activó para guardar cierta reliquia... está activada de por vida. 

A pesar de ello y del golpe, la trampa que bien decía ella se activó, mostrando lanzas que surgían del suelo y de la derecha, Aeryn fue la primera en pasar con éxito, tras ello, os invitó a seguirla.

Rikka decidió que ella era la segunda en cruzar, sin embargo, no tuvo la misma suerte que la ágil joven que aparentaba su edad. Pues bien que las lanzas le atravesaron el pie, obligándola a encorvarse, acción que provocó que la otra lanza le atravesara el hombro. 

Ante aquella situación, la arqueóloga observó la figura de la albina... ¿Era su fin? Entonces, el dolor era demasiado intenso para aguantarlo y acabó desmayándose.

Rikka recibió el impacto de una lanza, por lo que Koko se lanzó corriendo detrás de ella para aprovechar el momento y lograr cruzar el lugar.

Estaba equivocada. 

Casi al mismo tiempo, otras dos lanzas surgieron de la nada. Koko esquivó la primera... pero nada pudo hacer para evitar la segunda, que atravesó su cadera, ensartándola como si siempre hubiese estado allí.

Los ojos de Koko se salieron de sus órbitas y su boca formó un grito mundo de sorpresa.

Faraday estaba al final del grupo, cerrando la formación, y preparado para disparar, cuando escucho el grito de dolor de Rikka. Maldijo por lo bajo, soltando el fusil, que quedo colgando mientras corria para ayudar, en el mismo instante que Koko hacia su salto.

Salto, y las lanzas fueron hacia el, no le importo, tenia protección, por eso una de las lanzas lo rozo, sin embargo, agarro a Koko, que era la que tenia mas posibilidades de salir de ahí con vida y arrastro de ella, sin hacer nada para sacarle la lanza, eso seguro hubiera sido una muerte inmediata.