Partida Rol por web

Atardecía cuando Firifin condujo al grupo a una pequeña cala donde tenía escondida la barca encantada que les llevaría hasta el Íñigo Sharpe. Montaron todos apretujados y remaron adentrándose en el Mar Central hasta perder de vista la orilla. La marea los llevó más adentro donde fueron envueltos por la niebla nocturna y tuvieron que esperar durante horas, desorientados, con la seria sospecha de haber sido engañados. Poco antes del alba sin embargo la barca se orientó en una dirección concreta y comenzó a avanzar por medios mágicos.

Avanzó durante todo el día y toda la noche siguientes. Antes de que despuntase el alba por segunda vez, vieron puntitos de luz que podían ser fogatas en la distancia hacia las que se dirigian. Al salir el Sol, se apagaron las luces y el grupo se dió cuenta de que en realidad no avanzaban hacia tierra firme sino hacia algo llamado Mar Estrangulador.

¿Qué era el Mar Estrangulador? Si les hubiesen preguntado hace unas horas, habrían contestado que eran fábulas de marineros. Una maraña vegetal donde acababan encallando los barcos después de perderse en una niebla maldita en la que hasta los más experimentados timoneles de desorientaban por completo y de forma inexplicable. Tanto los no marineros como la mayoría de los marineros creía que el Mar Estrangulador era una especie de metáfora. ¿Dónde van los barcos que se pierden? ... al Mar Estrangulador. Algunos marineros experimentados afirmaban creer en el Mar Estrangulador y lo evitaban por todos los medios.

Ahora podían verlo con sus propios ojos. Ahí estaba, un extenso manto de plantas marinas, algas, conchas entre las que se econtraban decenas de cascos de barco en distinto grado de deterioro, del todo inservibles todos ellos. Plantas unidas entre ellas entre las que crecían extraños crustaceos y animales marinos. Especies vegetales desconocidas que no podían encontrarse porque aquella plataforma flotaba empujada por las corrientes y solo era encontrada por casualidad, casi siempre sin querer y con un resultado fatídico.

La extensión vegetal flotante tenía una extensión de decenas de kilómetros y al aproximarse la barca no tardó en abarcar todo el horizonte.

Y la barca avanzaba inexorable hacia dicha extensión flotante. Íñigo bien podía haber huído en barco y acabado como naúfrago en aquella plataforma vegetal.

El grupo había oído rumores que no sabían si eran ciertos.

• Era un lugar donde acuden a refugiarse algunos goblins huyendo de la esclavitud.
• Las tripulaciones de los barcos atrapados en el Mar Estrangulador se vuelven locas después de pasar un tiempo allí.
•  La Gran Druida culpa al Archimago y al Emperador por crear una zona antinatural semi-viva en medio del mar.
• Orcas asesinas con gusto por la carne humanoide patruyan las inmediaciones del Mar Estrangulador cazando a naúfragos incautos.
• El navío experimental enano Martillo del Mar desapareció con la misión de romper el manto vegetal de una vez por todas. No se sabe porqué el Rey Enano quería acabar con el Mar Estrangulador, pero quería. Al menos los enanos del Martillo del Mar así lo creían.

La barca parecía saber muy bien a donde dirigirse porque apuntó hacia una pequeña península en la inmensidad del mar estrangulador. Al alcanzar el manto vegetal se fue enredando más y más entre las algas pugnando por avanzar hasta que quedó totalmente atrapada junto a los restos de un naufragio muy antiguo. El grupo se bajó de la barca y compruebó que se podía andar por la superficie, el espesor del manto vegetal era variable, entre 3 y 10 centímetros, aunque nunca lo bastante gruesa para dar una sensación de seguridad. En las zonas más delgadas puedían verse pececillos bajo el manto y a veces cosas más grandes que cruzan bajo el manto sin que se pudiera identificar qué eran. La cubierta vegetal crujía bajo el peso de las botas de los aventureros y parecía que iba a hundirse en cualquier momento bajo aquellos que portaban armaduras.

Aunque el Mar Estrangulador era grande, la barca se ha dirigido hacia aquella pequeña península que tendría unos 10 kilómetros de diámetro como mucho. Mientras salía el Sol, al grupo le pareció ver 3 grupos de hogueras, como de 3 campamentos, uno al sur, otro al suroeste y un tercero al oeste. ¿Estará Íñigo en alguno de los tres?

Tenshia escuchó atentamente las palabras de Firifín. Pero cuando este habló de dejar el odio a un lado y en vez de eso devolver comprensión y buenas intenciones, sintió una amalgama de emociones. Por un lado, se sintió culpable por haber atacado a esos hombres de antes sin haberles dado la oportunidad de huir. Por otro que no debía dejarse llevar por sus impulsos de forma tan rápida. Por último, que Firifín quizá había tomado el camino más difícil, pero por otro lado parecía sentirse en paz consigo mismo y la joven druida era lo único que en aquel momento deseaba...

* * *

Tras lanzarle infinidad de preguntas a Firifín, entre las cuales les contó algún que otro rumor a cerca del mar estrangulador, se despidió de aquel hombre, no sin antes de aprender todo lo posible sobre la vinculación de proto elemntales. Quizá algún día tuviera que usarlo...

* * *

El viaje en la barca del mago fue lento pero seguro. Saber que por si sola se dirigía hacia nuestro objetivo era un gran peso de encima que se quitaban.

Esas largas horas sentados todos juntos, obligaron al grupo a afianzar lazos. Hasta ahora habían tenido algún que otro acercamiento pero normalmente los enanos iban por un lado y Rhona y su protegida por otro. Salvo por Roubhius que parecía crear un puente entre ambas facciones, todo parecía destinado a seguir así.

Pero ese viaje los acercó y no sólo físicamente, porque no tenían más remedio, sino también les unió con un verdadero sentimiento de unidad.

Quizá fuera por lo sobrenatural de aquel lugar, pero todos los allí presentes percibieron una suave fragancia durante todo el trayecto. Rhona, que había dormido junto a la joven druida durante innumerables noches ya se había acostumbrado, pero el resto se sintió abrazado por un aroma a flores que no desaparecía nunca. Ni siquiera el olor del mar conseguía enmascararlo.

Si alguno de sus compañeros de atrevió a preguntar sobre el origen de tal fragancia, Tenshia simplemente respondió alzando los delicados hombros din poder dar una respuesta.

* * *

Finalmente la barca llegó hasta ese manto que traspiraba magia por todas partes. Aquello era de origen sobrenatural y no estaba bien.

- El equilibrio de este lugar debería ser restsurado. - dijo la joven nada más bajar de la barca enredada entre la maraña de plantas. - Si es posible revertir los efectos de esta magia, haré todo lo que este en mi mano.

La chica parecía hablar de una forma extraña. Era más como si le hablara a aquel lugar más que directamente a sus compañeros.

Se arrodilló cerca de una de las frágiles pozas que se creaban bajo las zonas donde el manto de plantas era más débil y podía verse a través.

- ¿Tenemos permiso para cruzar vuestro territorio hasta tierra firme? - preguntó la druida, esperando la respuesta de algun ser de aquellas aguas.

Si algo hacían los druidas era pedir permiso a la naturaleza de todo lugar dónde pudieran considerarles foráneos.

Tras unos minutos de quietud, aparecieron algunas burbujas en la superficie del agua. Okami agarró a Thensia de la camisa y tiró hacia atrás con fuerza un instante antes de que surgiese de las profundidades la enorme boca de una orca que se hubiera tragado a la pequeña druida de un solo bocado.

El poderoso impulso ascendente hizo emerger medio cuerpo de la ballena asesina agrandando el hueco al que se había asomado Thensia. El manto de algas enredadas se levantó alrededor haciendo caer y rodar a todos los miembros del grupo.

Tan pronto como apareció, la orca había desaparecido de nuevo bajo el mar. La fauna y la flora estaba alterada. Había un aura antinatural en aquel sitio, algo malvado.

Durante el largo viaje en barca Thokyl fue calmándose y recuperando serenidad. La compañía ayudaba mucho y no solo Volk y Roubinus: hasta la joven druida le acabo pareciendo tan agradable como peligrosa. Su humor fue mejorando mucho, al fin y al cabo lo bueno de estar navegando en una lancha  mágica es que era muy difícil que nada fuera a peor.

A las pocas horas estaba de pié sobre un montón de plantas flotando en el medio del océano.

- Cuidado niña, este lugar no va a permitirnos nada, tendremos que ganarnos el derecho de paso a golpes - el enano esta de tan mal humor que no puede evitar usar un tono del que rápidamente se arrepiente con Tenshia. - ESTOY AQUÍ MALDITO PESCADO, ASOMA TU HOCICO - grita redirigiendo su ira hacia alguien que lo merece más.

Tras un viaje bastante más agradable de lo que Volk hubiera esperado en un artefacto mágico, de madera y sobre el mar, llegaron a una especie de "continente flotante vegetal" por así decirlo, y en cuanto puso un pie en aquella amalgama de vegetación y agua marina echó de menos la barca "Eso te pasa por quejarte" - pensó escuchar la voz de su instructor en la orden de los paladines de Forja, dónde tras una ardua tarea sólo acompañaba la recompensa de una más ardua aún.

Medía con extremo cuidado sus pasos, pues la pesada armadura amenazaba con hacerle atravesar el manto vegetal, para hundirse irremediablemente bajo la densa biomasa. Se congratuló de los modales de la druida más joven, pese a que un pensamiento amargo atravesó su mente "Desde luego es cierto aquello de que son más educados con las plantas que con las personas".

Parecía que aquella masa informe de enredaderas fuera a tenderles una alfombra roja dado el comportamiento de Tenshia, pero su lobo pareció detectar el peligro justo a tiempo para que no fuera engullida entera por una orca descomunal. Acto seguido y como era de esperar, el orgullo enano de Thokyl le dirigió en un desafío con pocos visos de éxito, aunque aquel ser haría bien en temer a su martillo, que aparentaba poder derrotarlo de un sólo golpe. Sin embargo no estaban precisamente en su elemento, sino en el de su enemigo, y Volk, haciendo uso del sentido común, decidió liderar la marcha en cabeza. No permitiría que alguno de aquellos seres devorara a un compañero si podía evitarlo.

Esta zona no es segura, ¡avanzad! Tratemos de llegar a los campamentos que vimos por la noche - dijo mientras se encaminaba todo lo rápidamente que el terreno le permitía al lugar dónde recordaba haber visto la fogata más cercana.- ¡Vamos Thokyl! - llamó por su nombre al enano, que sabía sería reacio a abandonar su propio sinsentido.

De nuevo se veía subida a una barca sin poder pisar tierra firme, y para colmo en esa ocasión se trataba de una barca mágica lo que la convertía en algo muy peligroso y de poco fiar según la mentalidad de Rhona, sobre todo sabiendo que Firifin era el que les había dejado la barca y, por más que ella intentara creer en las buenas palabras e intenciones de Firifin al decir que había de verdad y de corazón había perdonado a Íñigo, a Rhona se le hacía muy difícil y raro de entender. Pero era lo único que tenían, su palabra y aquella barca mágica, así que tendrían que intentar encontrar a Íñigo de aquella forma.

El viaje, a pesar de no ser de su agrado y de la incomodidad del poco espacio que tenían, resultó mejor de lo que la joven exploradora hubiera esperado gracias a la compañía y a las charlas que habían conseguido unir al grupo lo suficiente para volverlo aún más fuerte.

La barca los llevó a una península no demasiado grande que para Rhona no debería estar allí pues no estaba compuesta de tierra sino que consistía en una maraña vegetal que, nada más que puso el pie en ella con inseguridad, tuvo la sensación de ser tan peligrosa como lo era el mar que acababan de abandonar. Los rumores que había escuchado de toda esa zona no eran precisamente para tranquilizar a la joven así que puso todos sus sentidos en alerta máxima, aunque de poco sirvieron ya que, apenas habían desembarcado una orca salió de la nada y a punto había estado de devorar a la joven druida.

No fue Rhona la que consiguió proteger a su amiga sino su lobo. Frustrada por haber fallado tan estrepitosamente al proteger a Tenshia y preocupada por si había resultado herida, se acercó a ella.

—¿Estás bien? La próxima vez estaré más atenta, te lo prometo —lanzaba una promesa que quizás no fuera capaz de cumplir. Aquel lugar la ponía nerviosa y en tensión.

Vio al enano Thokyl amenazar a la orca que, a esas alturas, ya debía estar lejos buscando a cualquier otro incauto y sonrió ante la bravuconería que mostraba. Pero fue Volk el que empleó las palabras más sensatas que se podían pronunciar en aquellos momentos.

—Sí, será mejor que nos movamos de aquí. Habrá que decidir en qué dirección nos movemos, si vamos directamente hacia el sur o nos desviamos al oeste.

Tenshia quedó estupefacta. Ella estaba en sintonía con las criaturas de la naturaleza y ningún animal la había atacado hasta ese mismo momento. Si aquella orca lo acababa de hacer era por que estaba desequilibrada. Aquel lugar era antinatural y al parecer todas las criaturas estaban alteradas. Sufrían de un modo que sólo ella podía percibir.

Tras recomponerse del sobredalto le dió un abrazo a Okami, pues acababa de salvarla una vez más.

Se puso en pie. Se miró de arriba a abajo y pensó que esa coraza que llevaba no la dejaba moverse con demasiada libertad.

- Yo os guiaré desde arriba. - le dijo a sus compañeros. - Cuida de Rhona, no tardaré mucho. - le susurró a su querido y peludo amigo.

Echó un par de pasos hacia atrás e invocando las fuerzas de la naturaleza, un leve resplandor la envolvió. Su cuerpo comenzó trasmutar su pequeño cuerpo en algo todavía más diminuto. Y como si de un espejismo se tratara en un abrir y cerrar de ojos quedó convertida en un pájaro.

Un halcón gris fue lo único que quedó en aquel lugar donde antes había una chiquilla. Este se acicaló las plumas, parapadeó un par de veces con esos ojos extraños que tienen las aves de presa y soltando un chillido alzó el vuelo.

Sobre la superficie de algas sólo quedó un petate con sus escasas pertenencias.

A Rhona no le gustaba nada que la joven druida gastara su poder de aquella forma, pero sabía que por mucho que le dijera no iba a hacerla cambiar de opinión, además ese era su destino y, por muy difícil que le resultara admitirlo, debía dejarla aprender y controlar su poder. Con cierta preocupación la vio convertirse en pájaro quedando de esa forma fuera de su alcance.

Mientras esperaban, la exploradora se dedicó a recorrer unos cuantos pasos a su alrededor, mirando a todas partes buscando cualquier indicio, cualquier pista que les indicara qué tipo de gente podrían encontrarse en aquel extraño paraje. Así fue como dio con varias piedras redondas, lisas y frías al tacto, con grabados en una de sus caras que claramente se podían identificar como runas enanas. Volvió junto a sus compañeros para mostrarles su hallazgo, dando a entender que en alguno de aquellos campamentos cuyas luces habían visto encontrarían enanos.

—Por lo visto los de vuestra raza —dijo mirando a Roubhius y a Thokyl— andan por aquí, aunque ni idea de en cuál de esos campamentos los podríamos encontrar. A ver qué descubre Tenshia.

- ¡Ten cuidado! Pueden tener arcos y flechas y estarás expuesta. Vuelve cuando tengas una primera impresión de hacia dónde debemos dirigirnos.

El viaje había sido odioso, quietos, encerrados y rodeados de agua sin otro entretenimiento que la conversación. ¡Y dirigidos por una barca mágica! Cuando Rhona había salido de la casa y se lo había contado Roubhius no se lo podía creer. Que fiaran su suerte a las palabras de un tipo al que no conocían de nada que les había dicho que los guiaría hasta Iñigo pero que bien podía seguir protegiéndolo enviándolos a una cárcel de la que los experimentados marinos no lograban escapar.

Pero allí estaban. Y cuando estaba a punto de saltar a tierra descubrió con pavor que la tierra no era tal si no más mar y lleno de criaturas que se atragantarían con sus duros huesos enanos.

- Tranquilo Thokyl, yo también necesito desahogarme contra algo o alguien, pero esperemos a por un enemigo que no tenga todo a favor. Hay que tener paciencia.

Desde el borde de la "tierra", pegado a la barca, sacó una flecha del carcaj, la colocó en el arco e hizo como si estuviera apuntando. Durante varios minutos permaneció en silencio, apuntando el horizonte y recorriéndolo horizontalmente. Así, en calma, conseguía otear con mucha mayor precisión, sin saltarse ningún detalle.

El pequeño halcón en que se había convertido Tenshia remontó el vuelo. Okami, en vez que quedarse junto a Rhona como en otras ocasiones, se mostró hostil y hubo que retenerlo a la fuerza para evitar que siguiese a la pequeña druida. Okami gruñó y trató de morder a Rhona, algo que nunca antes había hecho.

La magia de Tenshia apenas duraría unos minutos así que se trató de ganar altura y tener una perspectiva general. Confirmó que había tres campamentos. Uno al Oeste, otro al Suroeste y un tercero al Sur. Tanto el campamento del Oeste como el del Sur estaban aproximadamente a la misma distancia, a unos 7 km. El del suroeste estaba un poco más lejos pero la diferencia en distancia era poca. Podía usar su poder y volar hasta cualquiera de los campamentos, pero eso consumiría toda su energía y no podría volver. A la distancia a la que se encontraba no podía decir nada más.

Tenshia comenzó a sentir como sus energías la abandonaban a medida que ascendía por el cielo. La sensación de separarse de aquella masa de enredaderas antinaturales era de alivio.

A lo lejos divisó claramente 3 campamentos. Mas o menos todos eran equidistantes a su vista. Aunque quizá el más alejado fuera el del sudoeste.

Cuando se dió cuenta de que no era lo bastante poderosa o rápida como para ir y volver, tomó la decisión de ser cautelosa y no arriesgarse a ir sola.

Descendió mucho más rápido de lo que tardó en subir, sintiendo como cortaba el aire. A pocos metros del sio extendió las alas y planeo suavemente hasta tomar tierra.

Lo primero que notó extraño mientras informaba a sus compañeros de lo que había divisado era la actitud de Okami.

- ¿Que te ocurre chico? - preguntó esperando una respuesta a nivel telepático. - Te noto alterado. Es éste lugar ¿verdad? Aquí hay algún tipo de magia que está corrompiéndolo todo.

- Vayamos hacia el oeste. Parece el campamento más cercano. Averigüemos lo que aquí sucede antes de que este lugar acabe por corrompernos a nosotros también. Siento como algo no funciona bien... el equilibrio se ha roto. Las criaturas que pasan un tiempo aquí se vuelven agresivas. Se que nuestra misión es encontrar a Íñigo, pero yo no puedo permitir que siga existiendo un lugar como este.

La joven no parecía querer ocultar sus intenciones. La misión era lo primero, pero no podía pasar por alto lo que allí estaba sucediendo. Tenían que intentar deteny la fuente de ese poder o al menos averiguar su origen.

Avanzar por la alfombra vegetal era lento y costoso. Cada paso que daban el manto se hundía ligeramente en el agua que afloraba entre las ramas y hojas para reestablecer su posición una vez se quitaba el peso de encima. A la dificultad natural para avanzar por aquel terreno se unía la escasa longitud de las piernas de los enanos. En las zonas más delgadas hay agujeros a través de los que pueden ver pececillos nadando y, de vez en cuando, la sombra de algún tiburón. Les llevó toda la mañana recorrer los aproximadamente 7 kilómetros que les separaban del primer campamento.

Allí nadie les esperaba y pudieron echar un vistazo desde cierta distancia (300 metros) subidos a los restos de un barco a medio descomponer.

Los habitantes eran goblins. Podían contar una docena repartidos en tres planchas metálicas que les aislaba de la humedad del manto vegetal. En el centro de cada plancha ardía una pequeña hoguera y había raspas de pescado desperdigadas por todo el campamento. Junto al campamento estaba enmarañado en la vegetación el casco de un barco al que le faltaban palos y aparejos. Era imposible de reparar para que se hiciese de nuevo a la mar, pero que se conservaba en un estado razonable para ser usado como refugio. Probablemente dentro hubiese más goblins.

Los goblins apenas se mueven. Si bien cada cierto tiempo alguno se levanta y otea en dirección al manto, como cercionandose de que no hay enemigos.

Mientras caminaban, Tenshia no dejaba de darle vueltas al asunto de Okami y Rhona. ¿Que le hacía comportarse de aquel modo?

- Lo siento mucho, no se que le sucede. Creo que es este maldito lugar... - se disculpó con la exploradora. 

La joven druida, ya acostumbrada de nuevo a su forma humana y montada sobre su peludo amigo, comenzó a sortear aquella maraña de plantas. Parecían tener vida propia pero de una extraña forma antinatural. Incluso empezaba a notar como el carácter de su fiel amigo Okami se agriaba a cada paso. Ella intentó calmarlo consiguiendo que no se sintiera tan tenso. Pero en el fondo sabía que eso le estaba afectando seriamente...

Tras toda la mañana, sintió como sus energías se restablecían. Finalmente,  al divisar el campamento de los goblins desde una posición privilegiada, se detuvo a pensar.  

- Sabemos que esas criaturas han venido aquí en busca de un hogar. Sabemos que eran esclavos y que ahora son libres. Pero también hay rumores que dicen que todos los que permanecer aquí más tiempo del necesario acaban volviéndose locos. Temo que quieran hacernos daño si nos acercamos a parlamentar con ellos... - dijo compartiendo sus pensamientos con el resto del grupo.

De nuevo se dio la vuelta y observó aquel desvencijado barco que seguramente no volvería jamás a navegar. Parecía que lo usaban como un refugio contra las inclemencias del tiempo y cuando salían al exterior permanecían en aquellas planchas de metal.

- ¿Creéis que puede ser el Martillo del Mar? - le preguntó a los enanos. - Yo no se nada de barcos y menos aún reconocer uno de factura enana.

El tiempo pasa y entre los goblins alguien hace una señal. Rápidamente levantan las tres planchas metálicas y las disponen formando un parapeto. Es muy dificil que os hayan visto, pero los goblins tienen un olfato endemoniadamente bueno, sin duda han notado algo. Transcurren unos minutos de quietud e incertidumbre tas lo cual un grupo de tres que se ven más fornidos que el resto y armados con garrotes, sale de los parapetos y avanza con cautela más o menos en vuestra dirección.

Thokyl encarna las cejas cuando Tenshia espera que él sepa algo de barcos, construidos por enanos o por lo que sea, y se limita a no contestar.

- No me gusta luchar en un lugar tan inestable - refunfuña Thokyl mientras prepara su martillo - Tampoco entiendo porque vienen solo tres. Quizá quieran hablar. - añade sin poder evitar sentirse decepcionado - Puede que sepan algo sobre Iñigo, o al menos donde encontrar humanos en este lugar.

Rhona no quería cargar con más preocupaciones a la joven druida y, por ese motivo, restó importancia a lo sucedido con Okami aunque, en el fondo, de verdad estaba preocupada ya que nunca se había mostrado tan agresivo con ella.

Avanzar por aquel lugar se hacía pesado y muy lento y, con cada paso que daba, Rhona se sentía cada vez más intranquila. No le gustaba aquel lugar, se sentía incómoda allí y lo único que deseaba era poder averiguar lo que andaban buscando para poder irse cuanto antes pero, cuando llegaron al primer asentamiento y comprobó que allí sólo había goblins, sintió cómo la frustración hacía mella en ella.

—Quizás fuera mejor que diéramos un rodeo y buscásemos en otro asentamiento. Como ya os he dicho tiene que haber enanos por aquí —dijo la exploradora aunque, una vez terminó de hablar se dio cuenta que había movimiento en el campamento goblin y que tres de ellos se dirigían directamente hacia ellos. Miró a Thokyl cuando esté se pronunció al respecto de lo que sucedía y, enarcando una ceja, se mostró escéptica ante el hehco de que quisieran parlamentar—. Como queráis, si queréis intentar hablar con ellos lo haremos, quizás incluso saquemos algo de información aunque espero que no tengamos que pelear aquí... No me fío de este lugar.

El tiempo pasaba y los tres goblins se acercaban cada vez más nerviosos, olisqueando el aire y gruñendo conforme avanzaban. Cuando estuvieron a 50 metros, uno de ellos comenzó a señalar en vuestra dirección exacta y a gritar en goblin. El trío corrió de vuelta al parapeto de las planchas metálicas. A la docena de goblins se sumó otra media docena de goblins fuertes, armados con lanzas y hondas, salidos del barco tras el campamento. La mayoría miraba en dirección a los restos del casco donde se escondían el grupo. Los goblins gruñían, pero de momento no hacían nada más.

Dos tiburones percibieron la excitación en el ambiente, acudieron a la zona y se dedicaron a recorrer bajo el manto cíclicamente el trayecto entre el campamento y los aventureros.

- Ummm, bueno ya entiendo porque eran solo tres, eran exploradores - comenta Thokyl pisando fuerte en la especie de "suelo" - ¿Alguien habla goblin?.

Mientras el resto cuchicheaba tras los parapetos metálicos, un goblin de aspecto famélico y enfermizo salió por un lateral y avanzó hacia el grupo. Para cuando los demás se dieron cuenta y le gritaron para que regresara, ya había recorrido más de la mitad de la distancia. Ninguno se expuso a llevarlo de vuelta a la seguridad y el adelantado rodeó el casco hasta quedar cara a cara.

Habló en goblin, enfatizando sus palabras mientras subía y bajaba un garrote. Luego habló en lengua común.

-Este sitio no vuestro, criaturas cobardes que se esconder tras barco roto. Esta tierra ser goblin. Marchar lejos o yo matar. Usurpadores.