Partida Rol por web

Salvador se acomodó en la silla...aunque tenía un tic nervioso en su brazo derecho...- Uno de nuestros agentes que custodiaba la seguridad de Abraham Levy En 1491 ha sido asesinado, mientras avisaba por teléfono de un peligro sobre el rabino, como saben es él, quien escribió el libro de las puertas. El libro ha sido redactado, pero no lo ha entregado aún...es motivo de la máxima preocupación.

Ernesto deja un informe sobre la mesa, el objetivo parece Toledo en el siglo XV la ciudad luce como pocas veces en aquellos tiempos...pues el futuro para ella no iba a ser mejor desde luego...- Siendo claros, si un peligro le sucede antes de que se vea con la reina Isabel, el Ministerio nunca habrá existido y toda la línea hasta hoy se verá afectada...porque no podremos reparar las anomalías que el Tiempo en sí ha tenido.

Irene apaenas farfulló unas palabras de desagrado por la situación...- Y particularmente el cambio a mí no me vendría muy bien, con lo que hemos tardado en poseer el libro...

- Yo estaría en paro...o sería enchufado en otra parte sin el, así que por mí lo que querais... Salvador retorna su mirada asesina contra él, mientras entrega la tarjeta para acceder al nuevo equipo de la misión, lo del Becario sin quererlo ya es cosa vieja.

Carlos apenas había podido beber un par de sorbos de su café cuando una señora entrada en los sesenta ingresó a la cafeteria. El joven trató de recordar su nombre del día de la entrevista ''Era algo de una enfermedad ... ¿Dolores? ¿Angustias?'', pero no pudo acordarse.

Llamó a dos de los que estaban sentados y entonces pareció reparar en él, indicándole que fuera con ellos. Apenas dió tiempo a que se presentara, un simple ''Hola, que tal? Soy Carlos, parece que hoy es mi primer día'', antes de ingresar al despacho de Salvador Martí.

El jefe indicó enseguida cuál era la misión. Carlos se sintió entunsiasmado ''Genial!!! Qué época!!! Los Reyes Católicos! Colón, la conquista de Granada!!!'' Trató de hacer cuentas: justo un año antes del año que todo cambió.

Sin embargo, también había algunas pocas cuestiones que le quedaban pendiente.

- Señor, disculpe, pero soy nuevo y hay un par de cosas que quisiera asegurarme. Si tenemos el Libro de las Puertas, ¿no podemos llevar uno y asegurarnos que Isabel lo reciba, pase lo que pase?

Marcel se vio abrumado por la velocidad con la que fueron requeridos. Extinguió el contenido del carajillo de ron y se apresuró al despacho de Salvador dónde descubrió, por sorpresa, que el chico que se encontró en la cafetería iba a formar parte de su equipo. Parecía que el pícaro Faustion la habría liado...

Estaba acostumbrado a las rotaciones de personal y después de la aventura en África, sabía que en caso de problemas, Fernando era un buen aliado en la lucha. Así que incorporar a Carlos, le pareció una buena idea.

-Buenos días Carlos. Un servidor és Marcel Sabater.

Y le estrechó la mano con fuerza y vigor.

-Pues no parece una misión difícil. Ir allí y asegurarnos que el rabino entregue el libro de las puertas ese a la reina. Pero esta vez no me van a pillar por sorpresa. Si no le parece mal, Salvador, quisiera equiparme con un mosquetón, que para la época no será mal visto y añadir algo más ligero y fácil de ocultar. No podemos permitirnos situaciones límite como pasó con los piratas…

Tras ser avisados de que debían presentarse en el despacho de Salvador, Francisco se levanto junto a Marcel y se encaminó hacia su destino.

Se les unió el desconocido que se encontraba en la cafetería, el cual se presentó como Carlos.

-Francisco- se presentó con su habitual laconismo al nuevo integrante del grupo -Bienvenido-.

Se le veía entusiasmado, como si aquello fuese una excursión, una visita a uno de esos museos que había en la capital. El artesano lo comprendía, no había estado a punto de morir o perder un compañero en la cubierta de un barco.

Llegaron al despacho donde también estaba Fernando, lo cual tranquilizó en cierta manera al morisco. Aunque era claramente anti islámico había demostrado ser un gran combatiente y un buen aliado. Le saludó convenientemente.

Después se volvió hacia su superior.

-Buenos días. He estado valorando la posibilidad y me gustaría llevar un arma de fuego encima. Tal vez una pistola de chispa o similar que me diese un poco de ventaja ante eventualidades- dijo un tanto avergonzado. Tal vez con una mayor capacidad ofensiva podría ser más útil que la última vez. También se llevaría su daga que había estado afilando a conciencia.

De nuevo, la llamada al despacho de Salvador le sorprendió. Tanta ocupación era peor que estar en el ejercito, al menos allí había descansos.

Tras entrar en el despacho y presentarse el novato, saludé desde el apoyo de la puerta - Fernando Muñoz. Un gusto. Supongo que el que estará más a gusto con el lugar será un servidor. Aunque por aquel entonces apenas tendría un año de vida.

Suspiré con algo de melancolía al recordar mi niñez y obviamente a mi padre. - Esta puede que sea una misión sencilla después de todo. Solo hay que lograr que el ravino entregue las escrituras del libro a la reina ¿No? ¿Qué mal puede acontecer? De todas formas, siempre prefiero llevar una buena espada, a diferencia de mis compañeros. - Con una espada y un buen disfraz podría pasar por miembro de la guardia.

- Nosotros poseemos partes del libro...pero si el libro nunca fue entregado nosotros no lo tendríamos copiado de el mismo, luego por tanto dejará de existir...eso es una solución bastante ridícula, debería pensar un poco mejor, usted tiene la educación de la academia y los medios más adaptados de todos los agentes del siglo pasado...

- Detrás de esto habrá personas peligrosas que saben la importancia del libro eso es seguro... dijo en respuesta al comunero.

Carlos se encogió levemente los hombros ante el comentario de Irene. ''Soy historiador ... no tengo ni idea sobre cómo funciona esto del viaje en el tiempo. Si le hubiera preguntado por esto a cualquier profe de la academia, me hubiera mandado leer menos Asimov y más Gordon Childe''. Pero prefirió mantenerse callado.

Escuchó que varios de sus compañeros pedían armas.

- Jamás usé un arma, solo vi algunas dagas y espadas en museos. - se volvió hacia los otros - ¿Tienen alguna sugerencia? Odiaría ser el novato que no lleva ni siquiera una navaja suiza.

A Carlos le pareció que sus compañeros sabían lo que hacían en términos de lo necesario para la misión. Se sentía molesto consigo mismo por no saber manejar armas. ''Esta misión puede terminar en violencia.'' No era algo a lo que el joven historiador estuviese acostumbrado.

- Pensándolo mejor, supongo que podría llevar una daga. - Al menos, era preferible tener algo a estar completamente desarmado. - Incluso, si nos hacemos pasar por hidalgos, debería tener al menos una ropera. - No tenía ni idea como usarla, excepto lo que había visto en viejas películas de capa y espada, pero era inconcebible un noble, por muy baja que sea su condición, sin ella.

- Con respecto al agente asesinado ... ¿Se sabe en qué circunstancias ocurrió? ¿Hay algún sospechoso?

Marcel escuchó a su nuevo compañero y se percató que sus palabras denotavan conocimiento de la época y las costumbres. 

-Me parece que un servidor también se proveerá de un ropero de esos. Más por completar el disfraz que por el uso que pueda hacerle, aunque, tengo que reconocer, que he mejorado bastante con mi habilidad con la espada después de nuestro percance en alta mar. Por cierto, queda muy lejos la puerta? tenemos detalles de su ubicación?

Ernesto revisó sus notas...- No podemos tener información, el Ministerio de la época estaba dando sus primeros pasos, por lo que en principio no sabemos  si se han analizado las causas y situación, enviar allí un equipo desde el presente no es sencillo, además ustedes son equipos de emergencia significa que no hay nadie más disponible.

- La puerta da a las afueras, cerca de donde residía el agente, su cuerpo está allí todavía por razones obvias...

-El cuerpo del agente está todavía dónde lo abatieron? No podemos tardar en ir para allí. Hay que actuar antes de que se pierda información y pistas importantes.

- Sí, así es, el fallecimiento ocurrió en sintonía con la puerta hace escasas horas.

A Francisco le preocupó que el cadáver siguiera tirado en el suelo donde podía ser presa de los perros callejeros, acostumbrados a comer cualquier cosa que fuese posible masticar. Al fin y al cabo era un compañero y se merecía una sepultura digna.

Miró a sus compañeros que parecían bastante preparados y a Ernesto, que mostraba una sangre fría hablando del agente muerto que helaba la suya propia.

-Partamos cuanto antes- fue lo único que se le ocurrió decir.

Todos parecían conocer su rutina de trabajo. ''Vaya momento para incorporame'' pensó Carlos. No es que sintiera temor, pero las palabras de Irene le habían trasmitido una sensación de angustía por el resultado. ''Todo está pendiente de un hilo ... y soy parte de quienes tenemos que evitar que se corte''

La mente humana es un mecanismo increíble. ''Vaya ... la secretaria se llama Angustías ... ahora me acuerdo''.

Se volvió a sus compañeros:

- Adelante ... supongo que alguien nos proveerá de ropas adecuadas. Los sigo. - ''Tal vez, ahí tomaré una daga y una espada''

Tras recoger el equipamiento tocó la parte del vestuario, todos llevarían un pantalón de tela bruta con cuero ligero y desgastado, un blasón descosido y un peto de lino en la parte superior, debería dar el pego. Con ello un pequeño croquis, de donde estaba la casa del agente asesinado con el cuerpo dentro.

Atravesaron la puerta 420, los agentes aparecen en un granero a las afueras de Toledo, donde reside el rabino, la mañana en
que este se dispone a emprender el viaje. Es un lugar bastante sencillo, pero las puertas de la casa están cerradas, la familia estará dentro.

Pueden inspeccionar el domicilio del agente asesinado, que está a apenas unos 30 metros de distancia, allí hallarían la simple habitación rectangular donde hallarán el cuerpo con un gran agujero en la cabeza, apenas una cama, un armario maltrecho de poca medida y una mesa...el equipo fue recogido por los de limpieza que se encargan de llevarse las partes tecnologicamente comprometedoras o limpiar escenas de crimen. Para examinar a la víctima con intención se requerirá de investigación o medicina.