Partida Rol por web

13 de Septiembre de 20XX...

7:45 AM.

Hace una hora que ha amanecido, pese a que el Sol, vago por naturaleza impropia, se niega a aparecer por entre las nubes que cubren la ciudad.
De todos es sabido, que la Academia Keimei está alejada de la zona central de Osaka, puesto que si no fuera así, ¿qué gracia tendría que fuera una Academia-Residencia, donde los alumnos pueden vivir?
Ninguna, de cierto...

Un nuevo año académico comienza, (eso está claro, no?), y los estudiantes, algunos perezosos, otros animados, y otros realmente asustados (ya se sabe lo que dicen de la Keimei... "Academia de la que no hablan del todo bien, déjala correr!", pese a que no se refieren a su nivel, que es muy bueno, todo hay que decirlo, hai! Hai!), se encaminan hacia el enorme edificio que ante ellos se alza, majestuoso, solemne, y totalmente misterioso...
Para los que recién comienzan este año, no es difícil dejarse llevar por la impresionante arquitectura, y fantasear sobre los mitos y leyendas de la Academia. Para los que ya saben lo qe es estar dentro... Bueno.. Es otro tema aparte...
Los estudiantes novatos (cargados de exceso de equipaje, boquiabiertos ante el panorama, y realmente nerviosos) se distinguen a la perfección de los ya experimentados (de un aire distante, algunos demasiado sonrientes y confiados, y a punto de comerse el mundo). Así como se distinguen a los profesores (todos cargados de un halo de misterio increíble... algunos quizás mezclados con el halo de locura... bwajajaj!) y demás funcionarios del centro (absolutamente todos cargados de mal humor por un nuevo año lectivo... A excepción quizás de la Nueva Secretaria, una joven dulce y expresiva que sonríe como si tuviera el empleo de su vida... ja..jaja...jajaja! Pringá! No sabe lo que le espera...)

Poco a poco, los estudiantes que aún no habían llegado al recinto, acaban por hacer acto de presencia...
Una brisa suave y fresca, les inunda a todos con el típico olor matinal del primer día de clases... Las gotas del rocío, juguetonas y persuasivas, descienden por los cerezos con algún fruto tardío, curiosas ante la nueva avalancha de alumnos...

Ésta es la escena que los nuevos ingresados a la Academia, se encuentran en su primer día de clases...

Pero... ¿Cuáles serán sus impresiones al respecto? ¿Qué pasará en sus mentes tiernas y juveniles?

Es un misterio...

Un verdadero misterio...

Acabo de ver la Académia y ya me he encendido el primer cigarro. Esto no pinta bien. Es la hostia de grande. Alex observa un momento a su alrededor. Cuanta peña, a algunos se les ve tan perdidos como yo, serán nuevos aunque hay otros que tienen una cara listos que están pidiendo a gritos una somanta de yoyas, capullos arrogantes. Joder y yo aquí con apenas un maldito macuto con mis 'pertenencias', madre mía, que humor gastan por aquí... hasta decían en la carta que tampoco me podía traer toda mi casa... Pfff...

Profunda calada.

El chaval, de piel clara, pelo negro azabache y ojos azules reanuda el caminar hacia la entrada del edificio. Viste algo mas que informal, con un vaquero desgastado, unas converse negras por completo, una chupa de cuero con los cuellos levantados y gafas de sol polarizadas puestas. Se ve a la legua que es un macarra, pero no un macarrilla de esos que se les va la fuerza por la boca. No. Su andar es firme y decidido, los gestos concretos, es al típico que ´solo te lo puedes imaginar con esas pintas de chungo, le quedan bien.

Por fin habia llegado el primer dia en la academia, no es que le hiciese una especial ilusion el empezar pero lo cierto es que no le gustaba la rutina, y las vacaciones ya se le empezaban a hacer largas. A pesar de que sabia que con el tiempo la vida en la academia tambien se volveria repetitiba avanzaba con su maleta confiando en encontrar un cartel o en su defecto una secretaria que le indicara en que habitación podia instalarse.

Miro a izquierda y derecha antes de cruzar las puertas, muchos mas alumnos como el empezaban a entrar tambien con sus respectibas maletas, algunos hablando entre ellos. Otros sin mirar a nadie. Quizas el tambien seria un alumno mas anonimo observado por otro........No, imposible, Erwin tenia grandes planes para si mismo.

Lilith llegó a la Academia inmersa en un libro de tapas oscuras. Para comodidad, había tomado un taxi. Éste se detiene a la puerta del edificio que se alza con majestuosidad. Vaya...así que aquí es...
Pensó, levantando la mirada de las páginas a través de la ventanilla. Cerró el libro y lo metió en una pequeña mochila de cuero ya gastada que acarreaba. Bajó y con ayuda del taxtista cogió sus dos grandes maletas negras para poder vivir unos meses en la academia. Si le falataba algo siempre podía ir a casa.

El lugar me gusta, tiene un no-se-qué que es atrayente...pero la gente en cambio no. Pensó mirando a los alumnos que parecían mirarse unos a otros por encima del hombro y los profesores, como si planeasen investigar los cerebros de sus alumnos a operación abierta ...Sólo espero tener suerte con mis compañeros...

Suspiró y tras pagar al taxista tomó las maletas pesadas con soltura y empezó a andar con aire tranquilo pero firme y constante pasando la acera y hacercándose a la entrada.

No tarda en aparecer enfrente de la reja de la Academia-Residencia Keimei, una chica que llama bastante mucho la atención.

Su color de pelo es rosa y largo, y va vestida con una jersey negro y rosa con orejas de gato, debajo del cual hay una camiseta de tirantes con cortes y corta con una estrella amarilla delante, enseña el piercing que tiene en el ombligo, . Los pantalones son cortos, justo le llegan por debajo del trasero, no tiene cortes pero se nota que son viejos. Alrededor de la cintura lleva un cinturón rosa con cadenas colgando. Los calcetines le llegan por debajo de la rodilla, y al igual que el jersey, son rosas y negros. Las deportivas son negras y se nota que tienen, como mínimo, dos años. Va perfectamente maquillada, sin exceso, pero resaltando sus ojos celestes. Un aro de color plateado rodea su labio inferior.

Al lado derecho de la chica hay un chico que parece mayor que ella, con los mismos ojos y lleva un cigarrillo entre los labios y sujeta en su mano una jaula de pájaro, tapada delicadamente con una sábana blanca. Al otro lado de la chica pelirrosa hay dos maletas enormes, una de color amarillo, y otro azul eléctrico.

Ambos miran Keimei con la misma expresión: indiferencia. Aunque a la chica se le puede notar una pizca de muy mucho cabreo.

El primero en reaccionar es el chico, que se separa de ella y le deja la jaula a su lado, al suelo.

- Pues ya hemos llegado, Setsuna. Ahora coge tus cosas, dirígete en el interior de la residencia-escuela-instituto-loquesea, y pórtate bien. Ya sabes lo que ha dicho mamá: que no te expulsen ni una vez más o te envían a Cancún a estudiar allí.

La chica llamada Setsuna, lo mira y esboza una cínica y sarcástica sonrisa.

- Bah. Yo siempre me porto bien... lo que pasa es que son los profes que son unos plastas - mira la jaula, sus dos maletas enormes y al chico - Joder, Masaru. ¿¡Cómo coño voy a llevar toda esta mierda yo sola!?

- Con la boca. - se encoge de hombros y le da un pequeño cachete en la frente - Si no la hubieras liado no estarías aquí, así que te apañas como quieras - se ríe, con burla, la chica le sigue clavando sus ojos como si de puñales se trataran - Pórtate bien, hermanita, te echaremos de menos. - levanta la mano mientras se gira y se despide, se sube a uno de los coches aparcados y se aleja, sin mirar atrás.

Setsuna se queda allí, con la jaula y con las dos enormes y grandes maletas...

- No me cago en tus muertos porque son los mismos que los míos... cabrón. Cabrones todos, dejarme tirada en este antro... menuda cursilada. Y todo porque el capullo del director del otro insti dijo que "traía demasiados problemas". Ya le pueden dar bien por el culo al maldito hijo de puta... Pfff... espero que en mi clase caiga algun empollón gafotas suficientemente imbécil como para poder hincharlo a ostias - murmura finalmente, a un tono de voz más bien bajo, se podía notar su cabreo a millas de distancia.

Coge la jaula con una mano y una de las maletas con la otra... mira la otra maleta mientras una gota recorre su frente - ¡Jah! ¡Ya lo sé! ¡Lo haré a lo Setsuna Tatsumiya! : D

Sin pensárselo dos veces, le arrea una patada a la maleta azul eléctrico, enviándola un metro más lejos. Se acerca a la maleta otra vez... y le vuelve a arrear otra patada.

Y así todo el camino mientras se dirige al edificio principal.

Umma había despertado temprano, como ya era costumbre en su casa, dadas las tareas diarias y que su madre tenía el turno mañana de la caja de la cafetería. Esa mañana todos despertaron en la casa pero Umma lo hizo con un aire distinto. Erasu primer día de clase en la Academia Keimei. Dio un amplio suspiro y luego de desayunar livianamente y saludar a su madre y su hermano, partió con una mochila pequeña al hombro, portando unas pocas cosas en ella.

Llevaba el uniforme de la academia, con su pollera tableada y su blusa de mangas cortas, cubierta por un cardigan estudiantil. Sus cabellos castaños, lacios y largos hasta la cintura, se los había recogido en una prolija cola de caballo que le despejaba el rostro ligeramente ovalado y pecoso.

Llegó al gran portal de la Academia y no temió entrar. Eso era un trámite más. A partir de allí, su vida sería más que dura, mezclada entre el estudio y su trabajo. Pero así eran las cosas. Otros alumnos pasaban a su lado, algunos hablando jocosamente, otros en solitario, como ella, portando sus maletas, prestos a ingresar en el internado. Ella sentía un gran alivio al poder retornar cada día a su casa en vez de permanecer en el instituto. Si bien no creía las cosas que se decían de la Keimei, tampoco le agradaba la idea de dormir allí. Eso sí: como si fuera una ceremonia, entró con el pie derecho... Por las dudas...

Cábala...?

De repente, una dama distinguida, con porte elegante, y muy alta, observa junto a la puerta de la Academia, cómo los nuevos alumnos llegan, mientras da un pequeño sorbo de una taza que, presuntamente contiene un líquido humeante...
Lleva un vestido verde, hermoso, a juego con un sombrero de ala ancha que cubre parcialmente su rostro en el cual, a duras penas logra distinguirse, una flor pintada en uno de sus ojos...

Ilusionada, sonríe para sus adentros, dispuesta a dar una cálida bienvenida a todos cuando... De repente, una especie de destello brilla desde una de las ventanas de los pisos superiores, captando el reflejo del mismo en uno de los alumnos que por allí llegan (el chico llamado Erwin, precisamente) absolutamente toda su atención...
Al parecer comprende que aún no es el momento adecuado para saludar, y decide quedarse en la entrada, por si algún perdido prefiere reclamarla...

Toni baja del taxi y paga la carrera, se dirige hacia el maletero y espera a que el taxista lo abra para coger su equipaje, que es algo pesado, este se compane de una maleta grande, donde lleva la mayor parte de su ropa y calzado, dos medianas donde lleva su ropa interior y algun que otro recuerdo de su familia, una bandolera donde lleva su portatil y otra mas pequeña donde lleva todo el neceser para arreglarse.

Una vez cargado de maletas, se despide del taxista con un hasta luego buen hombre, tenga un buen dia. El taxi deja atras a Toni y este se pone en marcha en direccion hacia la academia, mira a los lados y ve mucha gente dirigiendose a la academia, el tambien se pone en camino, mientras va llegando le sube por el estomago un cosquilleo inquietante, algo le dice que este curso va a ser interesante. Tenia mil cosas en la cabeza, que debia hacer primero, presentarse en recepcion e informar que habia llegado?, tendria que hacer algun tramite de ultima hora, vamos las tipicas preocupaciones de novato que se da en todos los institutos.

Sin darse cuenta Toni ya habia llegado a la entrada de la academia, se llevo la mano al bolsillo derecho de su pantalon buscando algo, su diente de la suerte, una vez lo sostenia con su mano, suspiro, alzo la vista y con paso elegante se adentro en lo que en los proximos meses seria su casa.

...A VECES MIS OJOS SE OSCURECEN AVECES SIMPLEMENTE NO QUIEREN VER MÁS ALLÁ DE LA LUZ DEL CIELO A VECES MIS OJOS SE NUBLAN Y EXTRAÑAN LAS MIRADAS DE OTROS OJOS A VECES MI BOCA SE LLENA DE TANTAS MENTIRAS, DE TANTOS AMARGOS REPROCHES DE LOS CUALES MI ALMA SE ARREPIENTE,A VECES MI ALMA ARREPENTIDA DESCANSA EN EL MAR DE SANGRE MÁS DIVINO Y SE LLENA DE LA BLANCURA DE LAS NUBES Y DEL OLOR DE LAS FLORES QUE UNAS TARDES VACÍAS Y GRISES ME RECORDARON EL AMOR MÁS GRANDE, EL AMOR DE AQUEL QUE CABALGA EN LEONES ALADOS...

El ambiente de la habitación es oscuro, las persianas aún se encuentran abajo, y la luz de la mañana muy difícilmente puede ingresar, la música con ese halo de nostalgia aumenta en Hyuga ese sentimiento de melancolía, en su perfecto mundo y con todas sus cosas controladas, aún existe ese algo que no logra encontrar, quizá sea su obsesión, o mejor aún la suma de sus obsesiones...

Su celular empezó a sonar y él lo tomó, bajó el volumen de la música de su notebook...

-Moshi moshi...- respondió, él a su madre una vez la observó en la pantalla de su Nokia.

-Hyuga, hoy empiezas clases, no quiero tener que volver a llamarte para recordar tus responsabilidades...- la voz de su madre es muy dulce, pero llena de una completa severidad.

-Si madre, ya estoy de salida, gracias por preocuparte.- respondió lentamente.

-Hoy necesito que de salida de clases me hagas un favor, así es que llamame... cuidate.- colgó...

Su rostro se lleno de fastidio, ya que la verdad no deseaba hacerle favores, siempre terminaba aburrido y haciéndole mala cara a las personas,

Camino hasta llagar a la ducha, y allí se sacó el keikogi y la hakama, se soltó el pelo y se metió a la ducha, luego de unos minutos, salió y se colocó su traje del instituto, guardó su nb, y tomó sus celulares y un paraguas por si llegaba a llover...

Observó su hora en la pantalla de uno de sus teléfonos y notó que llevaba muy buen tiempo, y decidió parar a desayunar a una cafetería, ya que no quiso prepararse nada, y luego de un poco de alimento, salió ahora con el tiempo más que justo hacia sus clases...

A lo lejos, podía ver ya la diversidad que era la Academia, personajes de todos los folclores poblaban la entrada y un ligero bufido se le escapo.. - uff acá vamos de nuevo...- decía mentalmente, y una vez estaba por la mitad del patio para ingresar, su mirada empezó a "escanear" las antenas más cercanas de celular, y se sonrió al ver que habían al menos 2... parecía distraído buscando más, aunque... noto que había olvidado algo... "y mi paraguas.... kusoo..."

...Caminaba distraído...

Giró su rostro hacia un lado y observó una jovencita de cabellos rosa que pateaba con insistencia sus maletas. O debían ser muy pesadas o no tenía la menor gana de acarrearlas. De todas maneras Umma consideró que esa chica tal vez necesitaría un poco de ayuda. Evidentemente era nueva en la Academia, igual que ella. Y la realidad era que Umma necesitaba amigas o por lo menos compañeras. Quizá la buena suerte hiciera que ese fuera el momento para comenzar a entablar un diálogo.

Se acercó esquivando a una gran masa de jovenes algo mayores que ella, que ingresaba rumbo al patio principal y llegó hasta la pelirosa, aun cruzada de brazos.

-Hola... -Dijo algo retraída, mirando a su alrededor con algo de reparo. -¿Necesitas ayuda con eso? -Preguntó. -Soy nueva, pero no soy interna, por lo que no tengo nada que traer. Si quieres... Puedo ayudarte a llevarlas....

Poco le importaba el aspecto de la chica de las maletas. Umma jamás se fijaba en esas cosas, así que pasó por alto esa extraña forma de vestir.

Escuchó que alguien le hablaba, y se giró hacia X persona... con mal humor, como siempre que sentía que le hablaba una voz desconocida. Estaba claro, si era un baboso tocapelotas empollón y encima feo, sería la excusa perfecto para desahogarse y meterle una patada en toda la cara. Y si encima llevaba gafas, mejor que mejor. Le encantaba romper gafas.

Pero no.

Era una chica la que le hablaba. Setsuna miró su maleta, la azul eléctrico, que ya la había abollado de un lado y se estaba abriendo de otro. Volvió a mirar a la chavala, sus palabras le sabieron a gloria, llegaron a sus oídos como una canción de ángeles.

Sonrió. De oreja a oreja.

¡Tía! ¡¡¡¡Tú eres un ángel!!! ¡Un jodido ángel venido aquí para ayudarme a llevar la mierda de maleta! - dejó la jaula con cuidado al suelo y estiró la mano para coger la de la chica - Soy Setsuna, Setsuna Tatsumiya, pero las ángeles como tú podéis llamarme Setsu - le suelta la mano y coge la maleta azul eléctrico - Ayúdame con esta maleta, porfa, está matándome el pie : D - le deja la maleta justo delante, sin dejar de sonreir.

O lo decía en serio, o es que tenía un morro que se lo pisaba. Aunque viniendo de Setsuna... era la segunda opción. Seguro.

El Mercedes Benz negro con patente del cuerpo diplomático se detuvo en el espacio dedicado a tal fin en los terrenos de la academia, de él se bajó un jóven enfundado en un sobretodo negro, traía consigo una valija negra también y un estuche que por las dimensiones sólo podía contener un bajo eléctrico. Un hombre vestido de negro se bajó junto a él y le dio un sobre que el joven puso en el bolsillo interno de su sobretodo sin siquiera mirarlo. El joven dio media vuelta y empezó a dirigirse hacia la entrada de la academia, dirigió su rostro hacia el cielo nublado.

Lindo día, si por lo menos fueran todos así... Pensó antes de reanudar su camino.

Llegó a la puerta principal esquivando a cuanta persona se le pusiera delante y pasando de todo el mundo. Se detuvo un instante antes de entrar, suspiró y siguió su camino hacia adentro.

Ahora estaba algo malhumorado había dejado su paraguas en aquella cafetería y no la quería perder, así es que ahora se debatía si llegar tarde a sus clases, o esperar a la salida para ir a recogerla... claro si aún estaba.

Cuando decidió darse vuelta y regresar, se salió del camino y y ahora cruzó de forma diagonal el patio, un guardia lo detuvo y le dijo que no podía salir...

De regreso y pensativo sobre su objeto el cual posiblemente ya lo daría por perdido, noto a dos chicas hablar, y no pudo no escuchar lo que la bella rubia le decía...

y decidió detenerse allí para saber que pasaría... disimuló un poco mirando a su celular.

Se notaba que también eran nuevas, y que se ayudarían para empezar a relacionarse con alguien de esta inmensa fortaleza.

Algo en su interior, le advirtió un sentimiento visceral, y le animó para hablarle a las chicas, pero no quería pasar por algún pendejo o pervertido, así es que...

AL ver a la de pelo Rosado llego a pensar que era de USA, y al joven Sato le gustaba ese páis, pero no llegó a darse cuenta de la belleza de la rubia hasta que la observó con mayor detalle...

Hello girls, I regret to interrupt, but I'm new and I lost my list of my classes ...* se mantuvo en silencio, luego volvió a hablar en japones...

-Lo que quiero decir es que si me pueden ayudar a ubicarme ya que perdí mi lista de clases...-

... se claro eso dicen todos...

-Hola. -Dijo extendiendo su mano para saludar a Setsuna. -Me llamo Umma Sahori. Encantada de conocerte. Pues... Sólo dime Umma... -Dijo sonriendo al tiempo que tomaba la maleta que la chica le indicaba. -Deberás ir hacia la recepción de la academia para que te informen donde es tu cuarto. Es por allá. -Comentó extendiendo su mano. -Lo recuerdo de cuando vine a buscar los papeles para llenar mi inscripción.

De repente, una voz varonil les hablaba en...inglés...? Umma abrió sus ojos avellanados observando primeramente a Setsuna, aquien tenía delante, para luego volverse y elevar su rostro para encontrarse con un joven alto muy bien vestido. Otro de los 'nuevos'.

-Hola... Pues... Recién acabamos de... Entrar. -Dijo retrayéndose nuevamente. -No sé dónde estarán las listas... Supongo que en la secretaría... Hacia allí vamos.

Una sombra empieza a recorrer toda la zona desde el aire y el ave negra se posa en el muro de entrada y pegando uno o dos alaridos, cuado de repente aparéese un Jean negro en el borde del muro y luego se ve a la persona a la que pertenece, con un bolso bastante grande apoyado en su hombro y entrecruzando su torsos, con los auriculares colgando en el cuello de su camisa, se puede oír algo sonando*.
Se para y ase un vistazos general... hay que admitir que el rozado ente tanto negro llama mucho la atención, mientras que el cuervo agita sus alas y se apoya en su hombro, y reanuda la marcha asía la entrada del edificio.

Un aire de alivio sintio por primera vez en mucho tiempo. Antha se despedia de su tia, si es que alguna vez la llamo asi; la cual la presionaba para que se apurara en sacar sus cosas del auto, en especial su querido "Eden", el cual solo significaba un estorbo para la familia de Lucrecia Diva, madre soltera de 2 hijos. (Mmmmm...que gran ejemplo)

Despues de acomodar su Cello en su espalda, y tirar de su maleta de ruedas, Antha con una seca señal de despedida, dijo adios a la hermana de su madre que esperaba nunca mas tener que verle, o almenos por un año mas.

Antha observo el enorme edificio al frente y se cautivo por unos instantes de la inusual arquitectura de este. Se quedo unos segunods observandolo mas detalladamente cuando un aullido de su gata "Pandora", la desperto del trance.

La gata se encontraba a su lado algo feliz tambien de haber salido de la vida de la señora Lucrecia Diva.

Sin mas que admirar, Antha sigo su camino hacia la recepcionista, secretaria, o lo que fuece, que pudiese darle su nuevo hospedaje.

Mmm...querido hogar... penso sarcasticamente.

¡Lo ves como eres un ángel! ¡Te quiero, tía! Yo te llamaré Ángel en vez de Umma... te queda mejor : D

Seguía sonriendo, cogió con fuerza la maleta amarilla e hizo ademán de seguir caminando, cuando una voz de macho la paró, y encima hablando un idioma chungo y raro.

Un plasta baboso. Fijo. Que encima se las daba de chulo para ligar... - por favor, que vaya con gafas... - se giró para mirar al chico.

Bueno, era un tio, eso sí... pero no iba con gafas. Lástima. Setsuna chasqueó la lengua, dejó la jaula al suelo y se colocó la mano a la cintura, mirando a los ojos al chulo piscina que tenía delante.

¿Qué pasa contigo? ¿Está de moda ligar ahora hablando un idioma extraño? ¿O es simplemente que te las das de crack? ¿Por qué no te pierdes y nos dejas en paz? - no respondió a sus preguntas, porque de esto ya se había encargado Umma.

Miró a su ángel y sonrió - ¿Vamos? : D ^^

No puedo evitar sonreír ante el duro golpe de la chica de rosa al pasar por alado del meollo
-Dedícate a otra cosa amigo, creo que no le caes bien
mientras acaricio al cuervo y sigue caminando, con la cabeza recorriendo el edifico apreciando la arquitectura de este

Apuraba el cigarro mientras observaba llegar a la gente, medio recostado contra un banco justo a la entrada, con una pierna doblada y apoyada contra el propio banco.

Hostia... Ahora envidio a los daltónicos. Orejas de gato? La polla, que se cree que tiene 3 años? Aunque tiene buen culo, joder, ese pantaloncito... Uhm, la otra chinita no está mal, no parece del todo oriental y otra chica que parecía gótica también estaba de buen ver. Mira esos deben de ser nuevos también. LA HOSTIA! Cuerpo diplomático italiano? Alex hizo ademán de empezar a moverse pero al ver el aire de aislamiento del chico, decidió pasar. Buah, y este? Joder poco mas y lleva un aro a su alrededor que diga no pasar. Anda, y esa que leches lleva.. Ah! Debe ser algún instrumento de esos tochos de orquesta... Pff que gente mas rara.

Finalmente se incorporó y comenzó a caminar tirando y apagando el cigarro.
No pudo evitar una sonora carcajada con el exabrupto de la felina.

Toma ya, que saca las garras... Madre mía y el otro que llega para hacer el asalto contínuo. Tsk, con lo bien que se trabaja en solitario.