Partida Rol por web

El misterioso alfarero

I. ¡Justicia al Rey!

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15/12/2013, 11:22
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Año de Nuestro Señor de 1620,
Lugar de la Villa Imperial y Coronada.
Felipe III de Austria (apodado el Piadoso), es Rey de las Españas y Portugal

Y en llegando cada uno de vosotros tres a la Plaza de San Salvador, popularmente conocida como Plaza de la Villa, que veíais a los devotos* que casi no llegaban a los seis años repartirse los dineros que habían "sisado" en alguna iglesia; un grupo de macarenos*, de igual forma, agrupados en alguna de las esquinas de la plaza, observando el ir y venir de las gentes, y sobre todo planeando "el huir" propio que habrían de cumplir tras hacerse en sus manos con lo más de lo ajeno posible... Bueno, bueno, bueno, ¡pero no se asusten sus mercedes! Que aparte de rufianes*, zimitarras*, traineles* o santelmos*, que bien había gente de las buenas y de las honradas (las menos, si, pero haberlas... habíalas); que bien se veían algunos monjes visitando la Plaza, alguaciles del órden que bien vigilaban a los primeros citados y sobre todo humildes comerciantes (que pese a que intentaban dar el gato por la libre) no hacían sino dispensar a todos los clientes que paseaban delante sus productos e además comprarlos.

La Plaza de la Villa debe su nombre popular a su céntrica ubicación, Justo en medio de la Calle Mayor, que la atraviesa por el mismo centro de la "Imperial y Coronada". Era día de mercado, donde se estaba vendiendo principalmente carnes y ciertos productos exóticos (baratijas de piedras extrañas, ungüentos traaídos de orientes y otros raros menesteres). Aparte del bullicio del mercado, en uno de los laterales de la plaza había un gran revuelo, pues había una gran congregación de vecinos colmando en su alrededor un escenario levantado con tablones: una pequeña compañía teatral divertía al público, y encontrábase, nada más llegásteis, en plena función (siete hombres amenizaban la mañana con malabares, interpretación y falsas peleas entre sí). También había algunos asientos delante del escenario (que estaban ocupados), pero la gran mayoría veía el espectáculo de pie.

Frente a la zona donde estaba celebrándose la función había otro gran corrillo (digamos, un corrillo de corrillos, pues eran varios), de esos que llaman mentideros, justo en el otro extremo de la Casa de la Villa (que alberga la sede del Concejo Municipal, pero también es la cárcel de delitos menores y cuartel de los Alguaciles...), que también se ubicaba en dicha plaza. Y es que en aquella céntrica zona se reunían diversos elementos para decir sin dudarlo que era uno de los grandes focos de actividad.

Es media mañana.

Notas de juego

Devotos: Los que desvalijan los cepillos de las iglesias
Macarenos: Fullero que juega en compinche con otros para engañar a sus víctimas más facilmente
Rufián: Chulo, proxeneta.
Zimitarra: Puta vieja y alcahueta.
Trainel: Mozo de los recados en un burdel.
Santelmo: Aquel que se presenta en una revista como soldado, sin serlo, con el fin de cobrar la paga.

__________________________________

He adelantado un día el inicio, porque ya habéis acabado vuestros prólogos, aunque podéis empezar mañana Lunes, si queréis (como queráis).

Vuestros pjs puede actuar e ir donde quieran. Empezamos.

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16/12/2013, 15:08
Hans el Alemán

Hans calose bien la gorra al llegar a la plaza, mirando al cielo donde el poderoso Lorenzo amenazaba, puntual a su cita de mediodía. Años en la Villa y como buen teutón aún no se había acostumbrado a la calor y el rigor del astro rey que si se descuidaba ponía la piel de sus mejillas a vivir. Hacía de menos su sol centroeuropeo, astro invisible, frío, calvinista y hereje, y sin duda indigno de su nombre, pensarían los españoles. Sus tripas rugieron, protestando una vez más, demandando algo de atención pues poco había podido hacer por ellas, de andanzas por la Villa desde que el gallo cantara, porque si vacío estaba su estómago, más aún lo estaba su faltriquera. Era aquel un siglo que los estudiantes decían de Oro. Mas lo cierto es que, oro el alemán veía poco, y plata la justa. 

Sin embargo esperaba encontrar en aquel mercado, salpicado de picaresca, miseria y poca vergüenza, al Asier que le había indicado el hideputa judío. Hacer vida de gentil por un día y comer algo que no fuesen gachas le hacía no solo salivar sino silbar de alegría.  

Sacándose la sudor de la frente miró a aquellas buenas gentes de Dios que pululaban por San Salvador, ajenas a los pensamientos del cojo y su sufrir al caminar, que cargar con su maletón de ferramienta por la cuesta de la calle Mayor, esquivando los coches de tiros largos, no era moco de pavo. 

Acercose con disimulo alrededor de los titiriteros y feriantes, que era hombre culto y de latinajos, parándose cerca de los malabaristas para agasajarse un poco con sus gracias. Pero cuando la barriga siguió pidiendo su aquello continuó paseando por la plaza, ajeno a los devotos y macarenos, pues ya se le veía a la legua por los remiendos de su camisa que rico, rico no era.

Hans aprovechó para intentar sisar unas olivas y algún diente de ajo, con el disimulo del que sabe hacerlo, porque el pescado así, duro, no era mucho de su agrado. Metiolos rápido bajo el herreruelo negro mientras lanzaba una sonrisa de extranjero a la frutera y le preguntaba por el tal vasco, pues con ese nombre no podía ser otra cosa, que le había indicado Mucencio y que guardaba el bacalao. Esperaba que fuese cierto porque dicen que nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir, y tratando con judíos nunca se sabe. Haciéndose el despistado preguntó:

- Buena señora, buenos días tengáis ¿Sabéis de uno que llaman Asier, que vende pescado en la morería y que tiene puesto en esta plaza?

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17/12/2013, 01:56
Tomás "Caracortada"

Dirigime con paso raudo al lugar donde el Pena me había mandado, mirando a diestra y siniestra aún con el miedo metido en el cuerpo por el entuerto en el que me había metido. Aunque, cuanto más cavilaba en él, más oportunidades veía a aquel plan tan alocado y ya podía escuchar en mis oídos el dulce y tintineante sonido de las monedas en mi bolsa.

Cuando llegué a la Plaza dime cuenta que no me sería fácil dar con el que buscaba. Aquel era un hervidero de gentes de todo rango y calaña, desde pedigüeños y sacacuartos en las esquinas peleándose por los mejores sitios, viejas putas desdentadas, pícaros de toda ralea y edad, escoria e inmundicia... pero era día de mercado y hasta allí llegaban comerciantes y clientela varia, desde señoritos de baja estofa, hombres de dios sin muchas ganas de redimir el pecado que por allí se veía, comadres con sus compras y, lo peor de todo, alguaciles a los que intentaba eludir. No era buen momento aquel para que me cogieran.

Acerqueme a los comediantes que ofrecían sus actuaciones a un público que poco debía tener que hacer a esas horas. Esperé allí unos segundos sin perder de vista a los alguaciles y, cuando consideré que el peligro ya había pasado, allegueme al mentidero y pululé por allí en busca del tal Flortu, sin perder detalle ni oído de lo que allí acontecía, escudriñando rostros para encontrar al barbudo que buscaba o, al menos, alguna voz esquiva que pronunciara su nombre.

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17/12/2013, 12:40
Director

Notas de juego

Hans, no des nada por hecho ;) Tira Robar (HAB)

Tomá, tira Otear (PER)

DJ: Me olvidé que era IIª Ed. !!

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17/12/2013, 13:29
Hans el Alemán
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Que son solo dos aceitunas, buen máster! :)

Escamotear 25%

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17/12/2013, 15:16
Tomás "Caracortada"
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Hay que joderse :(
 

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17/12/2013, 22:50
Braccio da Montone

De pronto caí en la cuenta de donde me encontraba. Giré la esquina de la fachada y supe que si seguía la calle todo recto, llegaba, en menos de diez minutos a no demasiado buen paso, a la Plaza de la Villa. Y así fue...

- Padrona Villa di Madrid. - Pensaba mientras andaba, pues bien prefería yo pisar las losas de sus plazas que el estiércol del campo, ya me conocéis. Y dejé que pasara el tiempo, dedicándome a ojear, intentando encontrar lo que, o más bien a quien, había venido a buscar. Así fue como me fijé en un mozo que por su aspecto supe no era de por allí. Su piel blanca y rubios cabellos lo delataban. En Habsburgo habíame yo codeado con muchos de aquella raza, aunque con ninguno con tan poca gracia para adueñarse de lo ajeno, pues este "mangaba" de los tenderetes con tan poco estilo como un mono en medio de la Corte.

Al menos los alguaciles no se percataron de aquel rubio de manos largas, aunque quien si se percató, pero de los alguaciles, y bastante bien por cierto, era un hombre de aspecto inquietante cuya cara era surcada por una enorme cicatriz. Fácilmente reconocí en sus ojos sus maneras. Aquel era como yo, o al menos bastante parecido debía ser. Alguien, quien harto de acumular cicatrices y gloria, pero escaso sonante en la bolsa, mudara de oficio y de costumbres, convirtiéndose en una de tantas espadas a sueldo de la Villa.

Y así fue como después de observarlo un rato me acerqué: - Parecedes omne de espada et fondi, como yo mesmo. Quizá pudieremos compartir lavore et beneficio. - Y aunque yo no acostumbraba a trabajar en compañía, y aún menos repartir los beneficios, aquel encargo que tenía entre manos dábame en el espinazo que iba a ser más complicado de lo que parecía...

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18/12/2013, 22:21
Tomás "Caracortada"

En verdad que aquel hombre con acento ¿italiano quizás? consiguió alterar mis nervios y sentí las palmas de las manos sudorosas, mas parecía que no tenía nada que temer. Nunca le había visto en mi vida, ni en mi época honrada ni en la de malnacido, así que extrañome tal ofrecimiento. ¿Acaso él sí me conocía? Le miré más detenidamente y percateme que no era el que estaba buscando. No, el Pena no me había dicho nada de que fuera extranjero, así que éste no podía ser al que llamaban Flortu.

Andaba con la mosca tras la oreja y poco fíabame yo de ése que me hablaba que mi mano incosciente se posó en el mango de mi arma, no fuera a necesitarla, pero antes de actuar debía conocer más detalles de su propuesta. Menudo día que llevaba entre el uno y el otro.

- Si me hablaras en cristiano quizás nos pudiéramos entender. Explícate mejor y cuéntame que trabajo es ese y cuánto podríamos sacar.

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18/12/2013, 22:57
Braccio da Montone

Su mano con presteza moviose al encuentro de su arma. Aquello me placía, pues non era aquel un descuidado, ya que de serlo de poco me valdría.

- Lavore di matarife tráigome entre manos. - Matarife, Bravonel, como querades llamarlo, cosas de Jaracandina vamos...

Et lleve yo también la mano a la mia filosa, que aunque sabía que no haría relucir acero en plena plaza, non íbame yo a quedar "mansito" mientras aquel empuñaba. - Falciare una vita et cobrare bolsa repleta es la lavore. ¿Vos piace?. -

Et de rápido vistazo dime cuenta de que non era adecuado que fablaramos ambos con manos apoyadas en los filos, pues allí rondaba mucha ley aunque poco orden hubiere, et podían fijarse en nos ojos non adecuados. Después de retirar la mano del arma añadí; - Más non me digais que vos traen asuntos más honrosos que los meos por aquestos lares, pues non quitáis occhio de los alguaciles que por qui rondan. - Et sonreíle a aquel maliciosamente.

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19/12/2013, 11:12
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Et que hubiera por allí alguaciles bien pulcros como que no (en tanto que en esta ocasión y como tantaas en la gran Villa Imperial), más tendríase que fijar en el escándalo que ahora un comerciante formaba, más que en aquellos dos buscavidas de dudosa reputación a punto de desabrigar el sobaco*1; y es que aquel hortelano, de aspecto bruto e hijo de otro más fornido y grasiento comerciante que había tras de sí en la zona de mercado (cuidando el género, sonriendo a las mujeres más mayores y ayudando con las bolsas y las mediciones de arroba), no es que tuviera ojos en el cogote, pero le bastaban los sus dos ojos para estar al tanto de las pillerías de cualquier "mirlo, tacaño o de los más fieros punteadores"*2 que por allí hubiera. Y aunque aquel rubio intentara sisar con más descaro que un duelo al sol en la Almudena, el muchacho fortachón le gritó con tan mala espina que las dos olivas y el ajo (fuera un diente o una dentadura) se le cayó por el susto; que habíase dado cuenta y hasta le indignó que le robasen (o lo intentaran) con tan visible torpeza.

El comerciante salió del tenderete, recogió lo poco que quedaba, lo echó de nuevo a la bandeja (tal cual) y se encaró con el tipo. Luego le dio un pequeño empujón y con un berrido le instó a que se largara de allí antes de que le diera las buenas noches* en el acto...

El tipo del bigote, mientras era acompañado de ese que parecía extranjero, estaban ahora en el mentidero, frente al espectáculo, muy cerca de la gente que admiraba el espectáculo. Mucho podría decirse que aquellos dos no eran sino los esposos de su finas y delgadas doncellas*, pero lo cierto es que no era menester ni prudencia el batirse en medio de la concurrencia, con los del teatro delante, los del mercado detrás y los alguaciles por doquier, que la Casa y Cárcel estaba también en la Plaza de la Villa, allí mismo (y bien visible desde allí); que irían ambos en arresto en menos de lo que tardaba el de los fuegos en "malabarear" sus antorchas y darles sendas vueltas en el aire antes de volver a recogerlas...

En ese mentidero las gentes hablaban mucho y en corrillo...

Notas de juego

*1: Desenvainar espadas
*2: ladrones; el último, "asesino".
*3: Matar.
*4: Espada de un cobarde, que nunca es desenfundada.

 

Posteo de Braccio y Tomás por un lado; Hans sólo. (no, no el de STAR WARS, digo que Hans postee sólo XDDD)

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19/12/2013, 11:13
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

En el mentidero inmersos, el hablar se hacía corto, puesto que el hablar mismamente no era suficiente; la gracia consistía, muchas veces o casi siempre, en hacerse ver componiendo la mentira más gorda, el rumor más infundado o la tenencia de poca vergüenza más funesta...; la Casa y Cárcel de delitos menores estaba tras de vosotros, alzándose en bello edificio, y bien podrían los alguaciles de espada atrapar a muchos de aquellos cuyos nombrse salían a relucir en tales corrillos (que para las cosas buenas se exageraba, pero para las malas y funestas cabía decir y sin reparo que hasta el mismo Goliath había matado a David, et que era bueno y piadoso incluso...).

Una de las mujeres que allí había con ciertos alimentos en sus brazos (medio pan y poco más, que seguramente habría comprado momentos antes) decía algo así como de un noble.

Si, si... ese Eufremio de Maruela... -decía entre sonrisillas por ser ella quien lo contaba-, ¡que sí! ¡Lo oí esta mañana yendo a la fuente! Por lo visto le han desaparecido unas joyas... ¿Sus criados? Pues no sé, mucha puta cobertera*1 tendrá entre sus criados... A saber...

 

Haced tirada de Otear (PER)

Notas de juego

*1Cobertera: mujer que entra en una casa a servir para desvalijarla en complicidad con una banda de ladrones.

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19/12/2013, 11:25
Hortelano comerciante

¡BRRRRR! -barruntó el comerciante después de de empujarte-, e como vuelvas, que te corto la mano y te la envuelvo en lengua de cabrito, desgraciado!

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19/12/2013, 17:47
Braccio da Montone
- Tiradas (1)
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20/12/2013, 01:51
Tomás "Caracortada"

- No sólo de los alguaciles debemos estar precavidos pues muchos oídos hay en este lugar dispuestos a vender a su madre por una moneda. Alejémonos un poco y hablemos de... ese asunto.

Y cogiéndole del hombro como dos buenos compañeros, alejelo unos metros de aquel mentidero donde las lenguas iban más rápidas que las espadas, aunque no pude evitar oír lo que aquella comadre contaba.

- Tiradas (1)
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20/12/2013, 12:37
Hans el Alemán
Sólo para el director

Was für ein Schock! Verdammt! Scheisse!* Vime en los cuernos del toro por un momento al ser empujado por aquella bestia furibunda, que me sorprendió cuando estaba ya saboreando las mieles del bacalao en su punto, cuando aún no tenía ni el uno ni el otro. Acordeme fugazmente del cuento de la lechera antes de agarrarme como pude al tenderete, procurando no poner nalgas en tierra y hacer mayor ridículo.

Puse cara de malas pulgas pero al ver la envergadura del mozo y echando un ojo a la Plaza pensé que por dos aceitunas no merecía la pena gastar las fuerzas ni de la sin hueso siquiera. Sorprendente era que aquellos ibéricos que habían robado media Europa se ofendiesen tamaña manera por una miseria. Recomponiéndome le espeté en mi mejor alemán bávaro:

¡Verpisst dich!** Traicionome el estómago, buen hombre, verdammter Hurenbock***... Ya me retiro, no se ofenda, que solo comprobaba la calidad del género. 

Y pensé que si bien era cierto lo que decía, que los humores del estómago me habían complicado no quedaba sino meter el rabo entre las piernas y escapar de manera digna pues había pasado ese punto en que huelgan las palabras, y se me daba una higa su cólera. Me guardé bien su cara, que bien le iban a dar por culo si algún día estaba enfermo.

Mutis por el foro y me perdí como pude entre la gente y los carromatos que pasaba, haciendo que miraba el espectáculo mientras buscaba un pescadero entre los mercantes, a ver si la Fortuna bajaba a sonreirme de una vez por todas.

* ¡Menudo susto! ¡Joder! ¡Mierda!

** Que te den por culo

*** hideputa

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20/12/2013, 19:17
Braccio da Montone

Asentí a las palabras de aqueste, et sin mediar palabra aparteme con él a lugar más resguardado de miradas et filosas lenguas. Más entre paso y paso, iba yo manteniendo el oído afinado para enterarme bien sobre el asunto que fablaba aquella mujer.

- Tiradas (1)
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20/12/2013, 20:36
Mujer

Justo antes de alejarte, una mujer de aspecto joven y muy bella miraban con gran interés el chisme del robo de ese tal Eufemio de Maruela... Callada y atenta estaba a las palabras de la otra chismosa, e que cuando tu mirada se posó en la suya, ésta se sobresaltó un poco, y en éstas que disimuladamente, pero de forma fugaz, que se dio la vuelta y se alejó del mentidero... Pareció irse directamente hacia los espectadores de la función.

Sin dejar de hacer caso a Braccio y apartarte un poco con él, no quitabas tampoco vista a la joven; y viste que se reunió con un hombre que miraba el espectáculo en la multitud. La chica le dijo algo al oído y tras ellos ambos miraron fijamente a uno de los tipos de la función, al más viejo.

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20/12/2013, 20:42
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Quizá fuera por su mala percepción o porque el de la cara cortada le estaba distrayendo, que los ojos y oído de Braccio quedáronse blancos, redimidos como al sueño o a la torpeza, y esque parecía todo él embobado en el chisme de ese fulano de piel blanca y sangre noble. E aunque retirados un poco del mentidero, lo del robo se convirtió en algo más, un rumor más entre otros chismes de más poca monta, falacias sobre infidelidades y honores desechos o falsas experiencias acaecidas a unas y a otras...

Por otro lado, el tipo rubio que se encaró, aunque desde la desgana, con aquel portento que Dios había hecho mercader, hizo atraer las miradas de muchos, que entre disculpas medio construidas e insultos encubiertos se estaba resarciendo, por lo menos con la palabra y a viva voz, de lo acaecido; y parecía no ser prudente el ponerle el punto sobre la jota a ese bravucón con tan altos "timbres", ya que la voz de la Justicia despertó, e irrumpio en la Plaza de la Villa.

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20/12/2013, 21:30
Alguaciles de la Villa

¡¡Que no escape!! -gritó uno de los alguaciles de la gran Villa irrumpiendo en la plaza-.

El grupo de alguaciles, ataviados con sus características mangas verdes, hacíanse notar entre la multitud, pues ésta se apartaba al ver sus distintivos, su porte y al oir su trotar. Eran cinco e iban directamente hacia los espectadores de la función... ¿porqué tanto revuelo? ¿Acaso los cómicos y ambulantes eran demasiado burlescos para la población o acaso le hacían ascos a la iglesia o al mismo Rey?

Os sorprendísteis cuando os percatásteis que éstos no iban a detener el espectáculo, aunque la función quedó interrumpida; los alguaciles habíanse lanzado contra algunas gentes, apartándolas a empujones, buscando especialmente a alguien. Rápidamente tomaron a un tipo con mirada penetrante, bigote y pelo rizado y oscuro. La gente estaba asustada por el escándalo, y cuando tomaron al sujeto, que andábase hablando con una dama, la tomaron a ésta también.

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20/12/2013, 21:31
Hombre

Mientras tres alguaciles retenían al hombre, éste miró al escenario y gritó.

¡Fué ese quien robó las joyas, no yo! -señalando al escenario entre golpes y fuertes abrazos-.