Partida Rol por web

El misterioso alfarero

V. El Secreto del Alfarero

Cargando editor
15/06/2014, 13:19
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Resumen turno 3:

Fue en éstas que, aquel italiano venido a las españas, dióle una estocada en la sesera a la criatura, que aún andábase en el suelo de la caída anterior. Su mata-amigos se hendió con fiereza, primero en su cabeza et que luego en su brazo derecho:

Daño1: 6 (-1 por Piel Gruesa) (x2 en cabeza): 10 puntos de daño.*
Daño2: 7 (-1 por Piel Gruesa) (/2 por brazo): 3 puntos de daño.

En no queriendo que se levantara, que Tomás, el Caracortada, quería hacer gala a su nombre, pero puesto en espalda de otra persona, y con la misma premura que Da Montone se encaramó con su cutlass y dióle de nuevo el su merecido. El "palmazo" de acero fuóse directo a la cabeza, y creánme vuesas Mercedes que aquel muchacho de aspecto bandolero le clavó la hoja desde bajo las fauces de abajo hasta sacarle la punta casi por la cabellera:

Daño1: 11 (-1 por Piel Gruesa) (x2 en cabeza): 22 puntos de daño. --> Muerto

Aquella criatura no dióle tiempo ni siquiera a emitir bramido, y borbotones de sangre salíanle por la boca. Sus ojos se cerraron definitivamente mientras su cuerpo caía hacia atrás, quedando tumbado bocarriba, a modo de can cuando descansa de espaldas...

- Tiradas (2)

Notas de juego

*: Secuela, cicatriz.

_____________________________

Habéis matado a la criatura. Enhorabuena. Podéis seguir.

Cargando editor
15/06/2014, 13:37
Braccio da Montone

Tras aquella pendencia que era como sacada del más aterrador de los relatos, sólo pude preocuparme por una cosa; mi montura. Aquel animal había acompañadome en mil y una penuria, era un animal de pura sangre et no sólo eso, en las alforjas llevaba lo poco que había yo en aqueste mundo...

Miré en derredor, desesperado, buscando indicio alguno de donde pudiere encontrarlo. Quizá, si la suerte acompañábame, hubiera frenado su espantada et agora anduviera pastando non muy lejos de aquí. Oteé una et otra vez el horizonte et analicé el terreno buscando la sus pisadas... Recé como pocas veces antes por encontrar al animal...

─Habemos de recuperar la mía montura ,ayudadme por favor ─mi voz sonaba tremendamente exasperada ─la bestia ha espantádola, non debiere andar lejos.

Cargando editor
15/06/2014, 18:28
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Vísteis sin mucha dificultad que el caballo de Braccio estaba no muy lejos, en lo alto de una loma en la misma dirección que íbais antes de encontraros con tal engendro...

Notas de juego

Tirad 1d10 y será lo que ganéis de RAC por haber matado a una criatura irracional con armas normales.

Cargando editor
15/06/2014, 18:38
Braccio da Montone

Et allí lo vi, en la loma, recortábase allí la silueta del corcel contra el triste cielo que había sido testigo de como tres homnes ,doblados et remendados, habían dado fin a una bestia informe que desafiaba las mismas leyes de Dios.

Corrí entonces, apresurado, a recuperar el animal. Et es que non era aquello capricho, pues en las alforjas hallábase el mosquete que iba a darnos la ventaja definitiva si finalmente conseguíamos alcanzar la carreta que portaba las joyas que tantos quebraderos de cabeza habíannos dado..

- Tiradas (1)

Notas de juego

RR modificada.

Cargando editor
15/06/2014, 22:00
Tomás "Caracortada"

Manchado con la sangre de aquella bestia que no creía yo que hubiera aparecido por mano de Dios sino del mismísimo diablo, puse cara de asco cuando rematela allí mismo, contento por devolver al infierno una de sus criaturas.

Ninguna gracia haciame correr detrás de una bestia, que bastante habíamos tenido ya con la del pobre hombre al que habíamos dejado sin montura, pero tampoco podíamos dejar que el italiano quedara sin su más precioso tesoro, así que, encogiéndome de hombros resignado, dispúseme a ir tras el caballo. Para nuestra fortuna no andaba demasiado lejos y, por fin, ahora podíamos seguir camino, que las joyas prometidas ya bien podían llenarnos los bolsillos de oro porque de problemas ya lo habían hecho.

- ¿Alguno sabe qué era eso que matamos?

- Tiradas (1)
Cargando editor
17/06/2014, 17:07
¿Qué se le ha perdido a vos? (Dj)

Con la pregunta del "Caracortada" en el aire (no sabiendo o no quieriendo responder), que os encaminásteis (Tomás y Hans al trote suave) hacia lo alto de la loma, lugar donde el caballo de Braccio esperaba. Una vez que lo tomó de las riendas, el italiano comprobo que éste estaba nervisoso, aun asustdo por la irrupción de aquella bestia mal parida, que dios sabe sólo qué era y de donde habian nacido sus infames entrañas...

Claro que, una vez en aquella pequeña altura, que no sólo encontrásteis la montura "escopeteada", sino que desde allí podíais ver en la distancia una caravana de carretas que, yendo lentamente, era acompañada a galpoe tendido, tanto a diesta y siniestra, por una camada de bandidos, seguramente de los que echados eran al monte. Sin embargo, al esforzar la vista, que vuestros ojos no daban crédito a lo que veíais: hasta diez alguaciles de espada de la Imperial y Coronada (que conocísteis por el atuendo), eran quienes perseguían por ambos lados la compañía (la cual, por cierto, era la que buscábais). Estaría dicha situación a una media milla de distancia

Lo curioso fue que, los susodichos alguaciles frenaron la marcha a  punta de mosquete (desde sus propios caballos), pistolas, e incluso alguno saltando sobre alguna de las carretas. Tras ésto la caravana entera paró, deteniendose del todo. Acto seguido, oísteis retumbos de tiros, y veíais cómo los pequeños cuerpos en la distancia, vestidos de verde y negro, acuchillaban a los que iban en dicha caravana, acabando con sus vidas, destrozando los carruajes y sus carpas y materiales.

Cuando lo hicieron, comenzaron a poner rumbo de vuelta a la villa. En breves rodearían la loma donde estábais. De momento no os veían.

─¡Aquí no están las joyas del noble! ¡Volvamos a la Casa*! -gritó uno de ellos-.

Notas de juego

*: la Casa y Cárcel.

Cargando editor
17/06/2014, 17:38
Hans el Alemán

Ni tiempo me había dado a mirar a aquella bestia u hombre deforme. El italiano bramaba por su bestia y yo había perdido de vista la nuestra. Esperaba que Tomás la controlara pues lo que veían tras la loma no presagiaba nada bueno. ¿Qué hacían aquella soldadesca buscando las joyas que les iban a hacer ricos a ellos? ¡Scheisse! Pero la curiosidad por la criatura de Montone me llenaba la cabeza de historias y dudas, así que mi vocación de médico tiró más de mi que el interés por las gemas.

Sin mediar palabra, eché a correr hacia el cadáver perforado de la criatura, dejando a mis dos compañeros vigilando la carreta. ¿Qué era aquello? ¿Por qué perseguiría al italiano? ¿Acaso era un desviado, un deforme?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Examino el cadáver ¿qué es? ¿de dónde puede venir? ¿qué bestia es esa? 

Cargando editor
17/06/2014, 21:32
Braccio da Montone

Miré a ambos compañeros de fatiga et penuria; ─¡Merda! ─exclamé por lo bajini. Presto dirigíme a la montura, et tras sacar de las alforjas el arcabuz, fize que la bestia, tozuda aunque bien enseñada, doblara sus cuartos et tumbárase en la parte de la loma que quedaría oculta al trayecto que iban a seguir los corchetes.

─Shhhhhh. ¡Ocultarvos!, que como aquestos nos vean nos brindarán un bonito paseo de vuelta a la Casa et cárcel. ─superábannos aquestos en número, en armamento, et para peor inri, habíansenos adelantado. Todo aquesto apestaba a estercolero de arrabal.

─Credo que cuando aquestos pasen, habemos de bajar et revisar la carreta et los cuerpos. ─tumbado, et arma cargada et lista para ser usada, esperé recostado sobre el lomo del corcel en posición de disparar a quien quiera que asomárase por la loma...

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/06/2014, 20:17
Director

Notas de juego

esperé recostado sobre el lomo del corcel en posición de disparar a quien quiera que asomárase por la loma...

Braccio ¿he de suponer que al primero que veas... "BANG!"? Quizá pasen de largo, en su trote pleno, y no os vean...

Cargando editor
19/06/2014, 20:23
Braccio da Montone

Notas de juego

No no, sólo dispararé en caso de que nos vean y vengan a por nosotros (y si acaso, que de cualquier manera, como abra fuego somos hombres muertos... xD).

 

Cargando editor
21/06/2014, 10:10
Director

El trote de los cascos repiqueteaba casi al unísiono, y los alguaciles, fruto de una búsqueda como tortuosa y quizá poco prolífica, salieron de allí en dirección a la villa. Todos ellos pasaron al galope entre el leve risto donde Braccio y Tomás encontrábanse y el lugar en que yacía el cadáver de aquella bestia, la cual era observada por Hans*. Éste se percató, se echó al suelo y rezó a los dioses que tenía por esperanza para que no le vieran... El grupo de mangasverdes no hizo ademán de recelo y en un momento, en teniendo Braccio también los fuegos preparados, que desaparecieron en dirección a la Coronada...

Acto seguido, Braccio y Tomás cabalgaron hacia los restos de las carretas (ahora detenidas) y a medida que se acercaban (el italiano cabalgó a todo trote llegando el primero) que vieron los cadáveres desperdigados de cuantos estuvieron el día anterior por la mañana amenizando la Plaza de San Salvador con sus trucos, risas y la propia bestia que habíais matado instantes ha...

Et que luego el barbero Hans acercóse también a pié, y los tres vislumbraron la dantesca escena: aquello era una carnicería. Entre tanto cuerpo echado a perder, mutilado o dado muerte de la forma más cruenta, que los únicos dos seres que habían quedado con vida eran dos caballos que, inmóviles, parecían tiritar; y en tanto que os acercábais a ellos recelaban de los propios hombres, pues habían sido testigos directos del suceso. Sin embargo, como de milagro, bajo una de las carretas volcadas había un hombre atrapado a la altura del abdomen (sus piernas estaban bajo todo el vagón de madera).

- Tiradas (1)

Notas de juego

*He tirado por tu Conoc. Mágico, pero sin suerte.

Cargando editor
21/06/2014, 10:24
El Alfarero

Pese a tener la cara como bastante blanca y ojos claro, nadie diría que aquel tipo era árabe. Parecía no haberos visto llegar, pues tenía los ojos cerroados y se movía inutilmente, fruto del dolor de aquella presión en su cuerpo.

Ugghh... aargh... -murmuraba-.

Cargando editor
21/06/2014, 17:38
Braccio da Montone

Non murmuréis palabra ─díxe al moribundo. ─aquí un homne docto et sabedor de la salud acompáñame. Quizá non sea hoy el día para que allah vos reclame. ─fize gesto con la testa a Hans, quien aunque mancado, había aún de una sesera valiosa et intacta.

Cargando editor
22/06/2014, 14:55
Hans el Alemán

En verdad que aquel viaje emprendido desde Madrid no era lugar para aguados, aunque en mis condiciones bien lo pareciese. Bien contento me quedé con la descripción del ítalo, que lanzome un piropo sin yo siquiera merecerlo. Y lo mismo de contento estuve por haber salido de aquel lance con los corchetes buscadores de joyas sin ni siquiera tener que decirles "Dios os guarde" como a los Tercios.

Miré los caidos. Parecían todos gente de la carda: escapados de gurapas, aliviadores de sobaco, rufos bravucones... pero ahora estaban todos muertos, menos el moro que señalaba Braccio. Me arrodillé ante aquel futuro cadáver mientras sacaba mi espadín. No le veía buena salida a aquel hombre más que darle unas buenas noches anticipadas, sin sufrimiento. Hice un gesto a mis compañeros para que no moviesen la carreta y a Tomás, nuestro experto en caballos, para que cogiese aquellas bestias que tan bien podrían servirnos.

— As-salam-o-alaikum — dije en lo poco que sabía de tratar con los de su calaña, ofreciéndole el pellejo de agua y buscando el aceite de beleño, sedante, en mi maletín, mientras observaba sus miembros inferiores aplastados por el carromato — Tomad un poco de agua, buen hombre. Recuperad el aliento para decirnos qué ha sucedido aquí. ¿Quién os ha atacado con vehemencia de bellaco?

Había visto yo muchos aplastamientos y amputaciones (sic) pero ninguna de cintura para abajo más las de aquellos que llamaban eunucos o sufrían de la gonorrea y la sífilis. Así y todo ayudé lo que pude al moro para darle buena salida de este mundo y enviarle en condiciones a su paraiso de 99 vírgenes.

- Tiradas (2)
Cargando editor
22/06/2014, 21:53
Tomás "Caracortada"

Una vez más torcíase todo a nuestro paso, que estaba bien claro que el trabajo tan arduo que habíamos llevado a cabo no iba a tener la tan ansiada recompensa, pues aquellos alguaciles buscaban con ahínco lo que bien nos habíamos ganado. Apreté los puños ante la carnicería, que yo era un bandolero, ladrón y, mal que me pese, alguna vez asesino, pero dar muerte de aquella forma no parecíame a mí muy de cristiano.

Pasado el peligro, pues los mangas verdes regresaron a la Villa sin percatarse de la nuestra presencia, para respiro mío y seguro que el de mis compañeros, acercámonos a ver tamaña tropelía, cuerpos sin vida, carromatos destrozados y un par de caballos que, como bien mandome el alemán, quizás nos sirviesen para algo, por lo menos venderlos bien podríamos y así sacar alguna moneda.

Pero no todos estaban ya con el pie en la otra vida, si es que en verdad espéranos algo una vez los gusanos hubieran comido la carne, que uno de ellos, un moro a pesar de no aparentarlo, aún parecía respirar.

- A ver si podéis sacarle algo antes de que muera.

Mientras el alemán hacía de las suyas para conseguir que aquel pobre diablo no sufriera más de lo que debía estar sufriendo, acerqueme a los dos caballos para intentar tranquilizarlos. Pero estaba visto que las bestias no eran lo mío y, estirando la mano para cogerles las riendas, notaba que ésta temblaba más que los propios animales.

Notas de juego

¿Tengo que hacer alguna tirada?

Cargando editor
23/06/2014, 21:36
El Alfarero

Hans vio al tipo bajo la carreta volcada de cintura para abajo, y comprendió que no podía hacer nada por su vida*. Et que con una sóla mano comenzó él mismo a "desarmarse" de sus aperos del oficio, y comenzó a sacar dierente instrumentos y algún brebaje para calmar el dolor. Tras aplicarle unos ungüentos en las zonas bajas y aclararle la garganta*, el árabe abrió la vista y vio vagamente a tres tipos que, según pensó, no serían sino otros de aquestos que les atacaron. Et tan cobardemente habían actuado los tales, que el Alfarero intentó palpar muy torpemente algún arma o piedra (desde su maltrecha posición) para golpearos con ella de impotencia. Más no puedo, que las fuerzas no le servían ni para respirar, y desistió de su intento.

¡Yo no... cough cough, ¡yo no tengo nada...! -su voz era ronca, acentuada en su árabe y como si algo le oprimiera el estó...le apretara el estómago. De hecho era así. Demonios sois, ¡ladron.... ¡¡ughh!! ladrones!

Notas de juego

*: con la diagnosis, Hans os hace saber que nada puede hacerse por salvarle la vida. La carreta le está aplastando literalmente. Moríra más rapido si se le retirara de encima...

**: con "sanar" al menos le alargaréis un poco la vida (no sé si eso es bueno o malo)

Cargando editor
24/06/2014, 09:57
Braccio da Montone

─Ladrones non. Buscavidas mejor. ─repliquéle al viejo. ─et non andarémonos con rodeos; habemos venido buscando un homne ─et que cambié el nuestro objetivo, pues si non había joyas, habríamos de buscar la fuente ─un homne viejo que se faze llamar "el alfarero". Aqueste fabrica vasillas con su torno, vasijas capaces de duplicar gemas et joyas...

Dejé el asunto ahí, esperando a ver que respondía aqueste, quien no se por que, dabame a mi que era al que buscabamos.

No fize ademán, de momento, de buscar por mi cuenta aquel torno en aquella carreta destrozada. Non quería parecer un vil saqueador a ojos del viejo, al menos hasta que respondiera...

Cargando editor
24/06/2014, 17:59
Hans el Alemán

Notas de juego

Hans no dice nada, sólo atiende las heridas del hombre como puede, procurando hacer de buen médico y que se vea la noble postura de aquel trío de gentilhombres.

Cargando editor
24/06/2014, 18:05
Tomás "Caracortada"

Escuchaba por encima lo que el italiano decía, pues atento como estaba a conseguir apaciguar a los jamelgos y que no dieranme una coz no llegaba a oír lo que el medio muerto pudiera hablar.

Cargando editor
25/06/2014, 18:31
El Alfarero

Ja Ja Ja Ja... ¡cough! ¡cough! -al tipo habíale entrado de repente las risas, como cuando el gran esgrimista y mejor poeta, don Francisco, non aquejábase de las retóricas que su congénere y enemigo don Luis de Góngora le procurara, cuando no parecían sino aquestas letrillas de párvulos a su modo de ver. Et que con la sangre ya derramada y en tan mal estado, que la risa se le transformaba en tos-. Tenéislo delante -sin perder una curiosa sonrisa de impotencia y agradecimiento, ya que a la vez se le iba la vida justo cuando alguien le reconocía por tal oscuro nombre-. Que no entiendo cómo vos sa... ¡cough!, sabéis tanto sobre lo que hago... Ni tan siquiera los alguaciles se atrevieron a preguntar, sólo a volcarnos los carromatos y a husmear como perros. Mas vosotros -entrecerró los ojos un poco, como quien escudriña más adentro de la mirda y ello le causa incerteza y esfuerzo-, vosotros no parecéis asi. Digo sólo que no lo, ¡cough, cough!, parescéis... -no que no fuérais olfateadores como los mangasverdes, pues en la Villa Imperial y Coronada de su Majestad don Felipe, cualquiera era liebre y zorro al mismo tiempo, caballo o asno, escamas o longaniza, según convenía-.

Varas al lado, Tomás oía cómo el que presumiblemente era ese Alfarero hablaba con sus dos compañeros, mientras las bestias de tiro parecían calmarse tras el asalto. Por su parte, Hans taponaba lo que podía, aplicaba cuantos remedios dábale su entender de barbero-cirujano, mas, sabiéndolo bien (al igual que el malogrado árabe) sin remedio alguno.

Non perdáis más tiempo en taponarme la sangre, pues mana a chorro -su cintura estaba encharcada ya-, ni habléis conmigo chanzas banales. Lo que buscáis -dijo con dificultad-, está en la carreta de más alante, la primera. Buscad en el atrezo, entre los trajes y las perlas de función...