Partida Rol por web

El Ocaso de los Magos

Gran Torreón - Dormitorio de Sarthan

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14/11/2019, 19:05
Narrador

El dormitorio de Sarthan no es nada del otro mundo, pero es sin duda acogedor. Una ventana redonda a través de la cual puedes desde las alturas observar enormes extensiones de praderas está ubicada sobre tu cama de madera, sobre la cual reposa un colchón de buena calidad con un par de almohadas de plumas y mantas afelpadas. Hay un par de muebles con libros y recipientes cuyo contenido desconocido tampoco llama realmente la atención, así como una caja con diversos cachivaches y un par de pergaminos vacíos. En frente a tu cama hay un cofre vacío de madera reforzada con hierro, con su respectiva llave, también de hierro, insertada en la cerradura. Al costado de tu cama se encuentra también un antiguo telescopio que posiblemente ya no sea de utilidad para lograr el objetivo con el que fue diseñado, aunque con algo de suerte serviría para ver distancias relativamente cortas. Aparte de la puerta de madera que daría a un largo pasillo y las tablas viejas que recubren la pared, suelo y techo, impidiendo ver los bloques de piedra que había tras ellas, lo único que resaltaba en la habitación eran unas pinturas de personas abrazadas hechas con grafito encuadradas y colgadas en la pared. Quizás se tratase de antiguos magos, grupos de graduados o quién sabe qué, pero parecían tener sus años.

Poco a poco te fuiste despertando. Estabas acostado en aquella cama, cubierto por unas suaves y calientes mantas. Aún con los ojos cerrados y algo hinchados, y sin realmente pensar mucho acerca de en dónde te encontrabas, te desperezaste, estirando espalda y brazos. Sentías que todo tu cuerpo estaba algo oxidado, como si no te hubieses movido por mucho tiempo y el sedentarismo hubiese pasado factura. Al abrir los ojos viste a una anciana que tenía la mirada perdida en algún punto de la ventana. Parecía no haber notado tu despertar y estar profundamente perdida en sus propios pensamientos.

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15/11/2019, 13:59
Sarthan

Las sensaciones de mi cuerpo volvían a mí, ya no como una proyección en el vacío infinito, sino como una certeza palpable. Respiro, me da gusto experimentar la sensación después de tanto tiempo, incluso el malestar que siento al estirar mi cuerpo me resulta agradable. Ya no estoy solo, si es que lo estuve en algún momento. La aparente soledad en la que me había sumergido por instantes o por semanas, en medio de un vacío infinito, había estado acompañada de la sensación de sentirme  observado. La de ahora es diferente, la presencia es más clara y cercana, pero no parece estar observándome.

Una mujer, con más años de los que su cuerpo puede llevar, está muy cerca mío, navegando en su propio mundo. La cama en la que estoy es cómoda y amplia, la madera que cubre cada rincón de la habitación parece haber estado allí desde antes del nacimiento de esa mujer. También otros me acompañaban, libros y recipientes cerrados, pergaminos en blanco, un cofre vacío, y un instrumento al cual el paso del tiempo le había robado su potencial pero no su existencia. Este lugar no es una posada, ni un hospital, ni se parece en nada a la tienda en la que los magos me recibieron, al exterior me conecta una ventana que da a una inmensidad, desde la cama sólo veo un celeste interminable y sin obstáculos. Estoy en el Gran Torreón

Me reconforta saber que he superado la prueba, de no haberlo hecho tal vez me hubiese sentido del mismo modo. Me incorporo en silencio, sin molestar a la anciana, y me pongo de pie. Mi cuerpo me responde, pero lentamente, y mantener el equilibrio me resulta desafiante, como si no hubiese caminado por meses. Me acerco a la ventana, el contraste de la luz del día con la oscuridad de la habitación me lleva a entrecerrar los ojos, pero no me ciega cómo el símbolo que había dibujado sobre el rústico pergamino. Veo la inmensidad, llena de colores encendidos, dónde el celeste predomina en las alturas y el verde muy por debajo, como si me hallase entre las nubes - Linda vista-  dijo en voz baja, a pocos pasos de la mujer.

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17/11/2019, 04:28
Mérope

La mujer, hasta hacía unos instantes ensimismada, ladeó rápidamente la cabeza para luego posar su mirada sobre ti, con una expresión dea sorpresa.

Sarthan, has despertado —dijo aún sorprendida mientras se levantaba de la silla y se acercaba a ti—. ¿Cómo te encuentras? —preguntó con una voz desgastada por el paso del tiempo—. Pensé que dormirías por siempre... Mi nombre es Mérope —te comentó lentamente mientras se llevaba una mano al pecho—, y seré tu sirvienta durante tu estadía como aprendiz de mago en Gran Torreón. Me encargaré de que no te falte ropa limpia, comida o cualquier útil que necesites, así como de mantener tu habitación en orden —dijo por último con una leve sonrisa en el rostro.

Antes de que pudieses responder nada, tu estómago rugió, reclamándote la falta de alimento que había estado sufriendo desde hacía ya un buen tiempo.

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17/11/2019, 19:12
Sarthan

Entorno mi rostro hacia la mujer, puedo ver de cerca sus arrugas y sus ojos, incluso su sonrisa. Los años no han sido generosos con ella pero detrás de su voz apagada puedo escuchar su amabilidad y un interés genuino en mi estado - Estoy bien, gracias, tan sólo un tanto hambriento - mi cuerpo nos avisaba a ambos que iba siendo hora de alimentarme. No me agrada la idea de ser servido, usualmente soy yo quién trabajo para otros, pero me resulta placentera la sensación de ser acompañado, más aún por ella. Tiene un aire maternal, cálido y protector que no estoy acostumbrado a experimentar, combina sabiduría y fragilidad de un modo que me enternece - Mérope, no me sirva por favor, mejor acompáñeme en mi estadía - le dedico una suave sonrisa y le señalo la silla para que se siente nuevamente.

- Dígame, en qué estaba pensando recién? Parecía estar lejos de aquí - le pregunto mientras tomo asiento en el borde de la cama. Otras preguntas surgen en mi mente, cuánto tiempo llevo allí, cuántos pasaron la prueba, cuando comenzaría el entrenamiento, dónde estaba el comedor, o qué había sido del perro que me acompañaba. Todas ellas encontrarán su respuesta pronto, pero la que le realicé sólo ella puede contestarla. La miro en silencio, sin parpadear, esperando poder sumergirme en su mundo de ilusiones y recuerdos.

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19/11/2019, 20:06
Mérope

La anciana te miró con preocupación y dudó ante la sugerencia de que no te trajera de inmediato algo que llevarte a la boca y en su lugar se sentase a compartir contigo sus pensamientos, y aunque ojeó la silla por unos segundos, cuando volvió a llevar su mirada hacia ti negó con la cabeza.

En verdad le agradezco su preocupación —dijo con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro—, pero no puedo quedarme aquí sentada plácidamente hablando sabiendo que está pasando hambre. Además, debo ir avisar que ha despertado...  —tomó aire—. Los magos parecían estar muy preocupados después de que las semanas comenzaron a pasar y no despertaban; decían que esto jamás había sucedido y no sabían qué esperar —explicó mientras estiraba una de las comisuras de sus labios y levantaba las cejas.

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20/11/2019, 03:24
Sarthan

- No quieres contarme qué pensabas... está bien, lo entiendo, recién nos conocemos - le respondí cuando me mostró su sonrisa, no quería presionarla, tal vez llevaba años sirviendo, tal vez su vida misma era servir, y mi propuesta la había incomodado. Si ella se realizaba a sí misma dándome de comer, entonces no se lo impediría. Avisarle a sus superiores tal vez no lo hacía por satisfacción, pero era su deber y la anciana daba la impresión de ser una mujer fiel y responsable, dedicada y comprometida con su tarea, por simple que fuese, y eso me generaba una gran inquietud, por qué al final de tus días te empeñas en tu deber y pospones tu disfrute? No podía preguntarle algo así, abrirle los ojos sólo pondrá en evidencia que tal vez haya perdido décadas de su vida sin el menor sentido, mejor simplemente le pido algo de comer.

- Semanas dices? Eso es bastante, entonces tráeme algo rico y abundante - semanas sin comer era mucho tiempo, incluso para mi, que mas de una vez he pasado hambre. La sed es lo peor, siempre lo fue, un par de días sin beber es un desafío, pero estarlo por semanas es un imposible. Tal vez las paredes de esta academia atenúen los efectos de la inanición. - Por cierto, Mérope, no vine sólo, me acompañaba un amigo, sabes qué fue de él en estos días? - 

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20/11/2019, 21:32
Mérope

No, sólo no quiero aburrirte con las preocupaciones de un anciana como yo... —dijo riendo un poco—. Has estado inconsciente en esta cama durante un mes entero, Sarthan —te explicó con cierta preocupación para luego dar paso a una sonrisa—. Sí, enseguida te traigo el desayuno —dijo acercándose a la puerta y deteniéndose justo antes de salir para responder a a pregunta sobre tu perro. Frunció el ceño—. ¿Un amigo...? ¿Quién?

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21/11/2019, 02:25
Sarthan

- Un mes? Eso es bastante... - mucho para no probar bocado ni levantarme de la cama, demasiado. Ya no quiero retenerla más, ella está deseando ir en busca del desayuno y yo deseando comer, cuanto antes, todo lo que no he podido ingerir en todo este tiempo. Se disculpa también, pero no hace falta, respeto su decisión, así sea reservarse para sí sus pensamientos, si no tenemos eso para nosotros, entonces no tenemos nada.

El Señor Clemens - dijo con naturalidad, esbozando una leve sonrisa al recordar su expresión - Ha caminado junto a mí por mucho tiempo, y no sin esfuerzo, apenas si podía seguirme el ritmo. Es un buen compañero, es probable que aún esté esperándome - 

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21/11/2019, 13:12
Mérope

La anciana dudó por unos instantes en los que mantuvo la boca abierta, como si fuese a decir algo, aunque en realidad no lo hacía. Finalmente habló, negando con la cabeza.

No sé nada de ningún Señor Clemens —dijo antes de negar con la cabeza unos segundos más, pensando—, no.  —Tomó aire—. Bueno, iré a buscar el desayuno —y después de hacer una lenta reverencia, salió del dormitorio.

Pasados unos minutos de absoluto silencio la puerta se abrió y Mérope entró, esta vez con una bandeja sobre la que reposaba una tetera con su respectiva tasa de cerámica que dejaba salir un apenas visible vapor blanco. También había una pequeña cesta con panecillos recién horneados, un pequeño pote con manteca casera y un cuchillo de untar hecho de plata a un lado. Además, había en un plato, al lado de dos tenedores de distintos tamaños, lo que parecían ser trozos de una brillante y jugosa fruta anaranjada cortada en cuadraditos. La anciana dio unos pasos y apoyó la bandeja sobre una pequeña mesita que había en la habitación, a un lado de la silla en la que antes había estado esperando sentada. Dio unos pasos hasta alcanzar un lado de la cama y con una sonrisa te ofreció su mano como sostén para ayudarte a caminar hasta la silla.

Ven, déjame ayudarte.

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22/11/2019, 13:01
Sarthan

Dónde se habrá metido?. La anciana no vio a mi compañero, no sabe de él, aunque es probable que no se haya presentado por su nombre a los magos del Gran Torreon. Un mes de espera es una prueba de lealtad muy grande para un perro, pero el Señor Clemens no es sólo un perro, es un amigo, de los pocos que he encontrado, si nuestros caminos se cruzaron antes, se volverán a cruzar. Ahora que estoy solo, empiezo a sentir las secuelas de mi inmovilidad en todo mi cuerpo, no es sólo le dolor en los músculos y mi falta de estabilidad, tampoco es sólo el hambre, es una debilidad tan imponente que hasta respirar me resulta agotador.

Mérope llega con un abundante desayuno - Se ve delicioso - No falto a la verdad, los panecillos y la fruta se ven tentadores, y el té caliente despide un sabroso aroma. El toque maternal de esta mujer me atraviesa con más fuerza que la comida, aún estando hambriento. Es que un mes de ayuno no se compara con años y años sin los cuidados de alguien que se preocupe por mi. Acepto la ayuda, la necesita mi cuerpo, y también mi corazón, sus débiles brazos son más fuertes que los míos, su paso es lento, pero yo la obligo a ir aún más despacio, sólo para prolongar la sensación de sentirme protegido y cuidado. Antes de alcanzar la silla me surge una pregunta, importante para ella, y tal vez para mi - Mérope, has tenido hijos? - 

 

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27/11/2019, 18:30
Mérope

La anciana sonrió con melancolía. Justo cuando había abierto la boca para hablar, alguien llamó a la puerta. "Toc toc toc". Mérope rápidamente alejó de su mente lo que sea que fuese que le había hecho sonreir así y te miró levantando las cejas, esperando encontrar en tu mirada señales que le indicasen si deseabas que abriera o si preferías abrir tú.

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28/11/2019, 01:18
Sarthan

Una sonrisa acompañada de un silencio, esa es la mejor respuesta que podría haber dado, breve, simple, contundente e inequívoca. El rostro arrugado se vuelve bello en este instante, y sincero también, me hace partícipe de sus alegrías y su pesar. Sí tuvo hijos, y los quiso, y los extraña. Parece querer decir algo más pero no la dejan, el golpe en la puerta arranca de su cuerpo a la madre y deja frente a mi a la sierva, que espera mi señal para moverse. - No esperaba visitas - le digo y sonrío, nada exagerado, es una sonrisa pequeña, sencilla, que sólo busca encontrar su gemela en el rostro de esa mujer. Asiento luego, para dejar que haga lo que añora hacer, abrir esa puerta para que pase el mago. Porque ha de ser un mago, qué otra cosa podría ser si no?

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30/11/2019, 16:19
Eliza Aldrwath

La anciana correspondió tu gentil sonrisa con una propia y abrió la puerta, tras la cual la chica de túnica roja que te había recibido el primer día esperaba. Se trataba de una mujer delgada que usaba un manto rojo con una capucha, la misma vestimenta con la que la había visto por primera vez. Algo que llamó particularmente tu atención fue la sensación que te transmitía la presencia de aquella chica, y no se trataba de algo meramente psicológico; jamás habías sentido nada como aquello y tampoco recordabas haberlo sentido cuando la viste por primera vez, era como si tuviese un aura que fueses capaz de percibir. Su mirada era de alguna forma pícara y divertida, y te observó por unos instantes desde la puerta antes de entrar a la habitación.

Sarthan, Mérope —dijo saludándolos a ambos.

Lady Eliza —respondió amablemente Mérope.

Veo que ya has despertado —te dijo con una sonrisa, mirando la bandeja con la taza de té y cesta en la que antes habían estado aquellos deliciosos panecillos—. Mi nombre es Eliza, y seré una de tus profesoras en Gran Torreón. Supongo que Mérope ya te habrá contado cuánto tiempo has estado aquí... —suspiró— Has de tener muchas preguntas —dijo sonriendo un poco—; no tenemos mucho tiempo, pero intentaré responder cuanto pueda.

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02/12/2019, 23:00
Sarthan

- Que gusto volver a verla, Lady Eliza, gracias por su visita - le mujer me había caído bien, y además me conocía, porque se había metido en mi mente cuando nos vimos por primera vez. Es mejor que sea ella quién esté aquí a un viejo mago con arrugas - La cama es demasiado cómoda, cualquiera hubiese estado un mes sin levantarse - le sonrío y con una broma hago a un lado el misterio de mi prolongada inconsciencia, le señalo entonces el colchón con la intención de que se siente - Mérope ha sido muy gentil conmigo, me cuida muy bien. Se ha ganado un descanso - le digo a la maestra y le sonrío a la dulce anciana. En nada exagero, ella se merece ese descanso, y yo me merezco hablar en privado con la mujer que me evaluó. Continúo comiendo en silencio, mientras espero que mi protectora me de un espacio con mi maestra, los panes están deliciosos y afortunadamente aún quedan varios en la bandeja.

Notas de juego

corto acá, por si Mérope se queda o si la maga no acepta sentarse, en caso de que si, continúo hablando con la maga que da para largo pero sin testigos ;)

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03/12/2019, 04:57
Eliza Aldrwath

Eliza te dirigió una pequeña sonrisa al escucharte bromear sobre la cama; muchos no habrían demorado en poner mala cara y mirarla con desconfianza después de que se les comunicase que durmieron un mes como si nada. Mérope, por su parte, agachó un poco la cabeza en forma de agradecimiento y luego miró a Eliza, quien asintió levemente mientras cerraba los ojos, con lo cual Mérope abandonó el dormitorio.

Una vez se hubo cerrado la puerta, Eliza aceptó tu invitación de sentarse en la cama. Con las piernas cruzadas y tapadas a medias por la túnica que vestía, la profesora inclinó un poco hacia un lado la cabeza, esperando tus preguntas.

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03/12/2019, 13:21
Sarthan

Son damas muy gentiles conmigo, más de lo que me merezco, porque nada he hecho para ganarme el afecto que me muestran, y eso es alentador, escasean las personas que simplemente se brindan sin que eso se convierta en una transacción, simplemente dan, y punto. Mérope se ha ido, y ese par de piernas amenaza con distraer mi mirada de los panecillos horneados, es una bella mujer - Eliza, tienes algo distinto a cuando te vi por primera vez, o tal vez son mis ojos los que han cambiado... si es lo segundo, entonces te agradezco que me hayas admitido - termino de untar con manteca el trozo de pan que tengo en la mano. Aún tengo hambre, pero no tanta como para no dedicarle mi atención a mi huésped, aunque era yo el suyo en el Gran Torreón.

- Era tu voz la que escuchaba? No sonaba como la tuya, pero creo que estabas ahí, mirando mi mente - lo había hecho antes, siempre con respeto a mi privacidad, por qué no iba a hacerlo durante la prueba. Recuerdo esa bizarra experiencia en la que coexistí con la nada - Me has visto desnudo entonces... - puede que mi rostro esté sonrojado, me había materializado sin ropa, sin cicatrices, y ella ha estado ahí, ella y otros que ni siquiera conozco - ... estoy en desventaja - le sonrío, no creo que esa túnica suba de las rodillas demasiado fácil, pero tal vez algún día pueda compensar ese desequilibrio.

Notas de juego

Parte II, hay más preguntas

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05/12/2019, 21:43
Eliza Aldrwath

Eliza sonrió con complacencia ante las rápidas deducciones de Sarthan, quien poco había tardado en darse cuenta de qué era lo que estaba sucediendo.

Tus ojos no, tus sentidos. Ahora que tu alma ha despertado puedes fácilmente diferenciar a magos —explicó señalándose a sí misma— de personas normales. Esta sensación que sientes proveniente de mí, llamada presencia mágica, la sentirás en muchos más y te indicarán que son magos. —Eliza entrecerró los ojos un poco— Aunque es posible ocultar esta presencia mágica, así que fuera del Torreón no deberías confiar de lleno en esta capacidad de detección con los tiempos que corren —comentó llevando su mirada hacia la ventana mientras tamborileaba sus dedos sobre la pierna izquierda—. Mi... ¿voz? —preguntó con curiosidad—. ¿Desnudo? —inquirió con una sonrisa, algo confusa—. ¿A que te refieres?

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06/12/2019, 03:39
Sarthan

Lo que buscaba ya había ocurrido, lo intuí, lo sospeché y también lo deduje, y aún así sonaba extraño escucharlo. He despertado, no sólo me lo dice ella, me lo dicen mis sentidos. Puedo reconocer a otros magos y ellos a mi, no se hasta qué punto eso es bueno en estos tiempos, por algo sólo queda esta academia en pie. - No es irónico que tras tanto esfuerzo para despertar, lo primero que deba aprender es a ocultarme? - sonrío, no de alegría, los rumores de las cazas de magos son cada vez más frecuentes, y si llegasen a ser verdad, muy corto sería mi próximo viaje.

El desconcierto que muestra Eliza parece sincero, no ha sido ella entonces? pensaba que ella y el otro mago me habían evaluado, que aquella extraña experiencia había sido una prueba, pero tal vez no ha sido eso. Eso me desconcierta un poco - Hubiese preferido que hubieses sido tú... - la que me evaluase, la que espiase mi mente y la que me viese sin ropas. Una lástima. - Cuando nos conocimos, tú tocaste mi cabeza, tu compañero mi pecho, y luego... nada.- ciertamente nada, ni espacio ni tiempo, nada - mucho después tomé consciencia de mi, y mi cuerpo se manifestó de la nada, desnudo. Un símbolo, una voz, y una elección, de eso se trató lo que experimenté, y sólo de eso. No son así todos los exámenes? - pensé que lo eran, ahora dudo. - Qué es lo que viste tú en ese momento? Por qué me aprobaste si no fuiste testigo de la prueba? - tal vez no fue ella quién me aceptó. Ahora es Eliza la que captura mi atención, no sólo por su sonrisa y sus piernas, ni por su imponente aura, sino porque tiene la respuesta a estas inquietudes, y a muchas que aún no se han gestado en mi mente - Cómo fue tu prueba? - La miro y espero, ya sin probar bocado, que me ilumine con la verdad.

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09/12/2019, 05:59
Eliza Aldrwath

Eliza te estudió por unos segundos con perspicacia, una muy leve sonrisa con los labios algo separados dibujada en el rostro y los ojos ligeramente entrecerrados. Asintió.

Sí, es irónico... De momento no te preocupes por eso —dijo inclinándose hacia ti—, están a salvo. —susurró, para luego volver a su posición natural, algo más relajada—. Nosotros no vimos nada, Sarthan. Despertamos tu alma y perdiste la consciencia. Desde entonces sólo te hemos visto... —menéo suavemente la cabeza, buscando las palabras— dormir. La prueba consiste en evaluar el potencial mágico natural que tiene la persona. Si pasas esa prueba se procede con el despertar y —La puerta sonó otra vez. "Toc toc toc". Era Mérope.

Lady Eliza —dijo agachando un poco la cabeza—, disculpe la interrupción. Lord Lorlen mandó decir que están esperando por Sarthan —explicó, llevando su mirada hacia ti en el momento en que había pronunciado tu nombre.

Eliza le sonrió —Gracias, Mérope —dijo mientras se levantaba y arreglaba la túnica—. Lorlen es el administrador de Gran Torreón, el subdirector por llamarlo de alguna manera —te explicó—, quería hablar con los aprendices en cuanto hubiesen despertado —movió la cabeza hacia Mérope, al igual que los ojos, para luego volver a posarlos sobre ti—. Ve, él les explicará todo lo que necesitan saber —levantó un poco las cejas por un instante—, o eso espero... En todo caso, Mérope te guiará a su despacho. Buena suerte —te deseó con una sonrisa simpática.

Fuera del dormitorio, Mérope esperaba.

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09/12/2019, 18:21
Sarthan

Estamos a salvo? Habrán pensado lo mismo las otras academias? casi seguro que sí, pero si el Gran Torreón aún sigue tomando alumnos pese a los tiempos que corren, puede que ella tenga razón. No deja de sorprenderme que aquella experiencia no haya sido la prueba, lo que la maga y su compañero me hicieron fue sólo observar mi potencial, eso basta? se nace con eso o no? Lo que siguió fue mucho más profundo e interesante, tuvo que ver con mi propia esencia, con mi elección, conmigo. Me decepciona saber que el Gran Torreón no me miraba a mi sino al supuesto don, y eso era todo, pero de igual modo me llena de curiosidad quién ha sido el que provocó esa experiencia. Los quiero conocer.

Mérope golpea la puerta, se disculpa con la profesora, y ambas parecen bailar al son de la voluntad de Lord Lorian. Yo continúo comiendo el panecillo mientras hablan. Estuve un mes sin comer, no voy a irme sin terminar el desayuno, así que permanezco sentado ante la mirada de las dos. Las palabras de Eliza resultaron reveladoras, no sólo yo había estado durmiendo un tiempo prolongado, también otros. Qué extraño. También, al parecer, todos despertamos el mismo día, lo cuál me sorprende, es como si esa nada sin tiempo hubiese durado un período exacto de días. No sé si él podrá explicarme esto, ella no lo sabe, por qué habría de saberlo él? Comienzo a imaginarme las explicaciones que dará el subdirector, las mismas que habrá venido dando por décadas a cada iniciado, y eso me motiva a tomar un sorbo de té en lugar de levantarme.

Miro a Eliza, apenas comprendo qué está haciendo aquí. Dijo que venía a responder mis preguntas, pero desconocía lo que me había ocurrido, y respecto a las generalidades del Gran Torreón, Lord Lorian era el encargado de explicarlas. Además, hay otros iniciados en el mismo estado que yo, por qué vino a verme a mi? La vi seleccionando a muchos delante mío, qué la motivo a estar aquí en este momento conmigo?. Interesante. Unto el último panecillo con lo que queda de mantequilla - Las dos han sido muy amables conmigo, gracias por la compañía y el buen trato - les sonrío y me llevo el bocado a la boca. Mastico lentamente, bebo de a sorbos el té que aún queda en el tazón, y las contemplo. Las encuentro bellas a ambas, una en la flor de su vida y la otra por terminarla, una es una maga poderosa y la otra una sirvienta que había sido madre, son tan distintas y a la vez expresan algo más dulce que las frutas que he había en la bandeja. La gratitud no se expresa bien con palabras, lo que ellas me brindan en silencio es más de lo que me han dicho, y les concedo eso, mi silenciosa gratitud. 

Cuando termino de desayunar me pongo de pie - Hasta pronto - les digo y salgo de la habitación, dejándome guiar hacia el despacho.