Partida Rol por web

Las palabras de mi hermano captan mi atención y, como el rayo al preceder al trueno, anuncian una sensación inmensa, poderosa. Mi Ser quería estar en ese mundo, no había tiempo que perder (de hecho no existe el tiempo, pero esa sensación de emoción, de urgencia benigna me llamaba.)

Cierro mis ojos, mis manos se posan sobre mi corazón, sintiendo esa infinita fuente de energía, al tiempo que mis alas se cierran sobre mí, como introduciéndome en la crisálida de una mariposa, y en ese gesto de cobijo, mi espíritu viaja a ese mundo, esa tierra donde nuestros hermanos comienzan su viaje hacia el todo, este lugar lleno de posibilidades. Son los seres con orejas puntiagudas del bosque los que más atraen mi atención, pero creo que Litzen se siente más cómodo con elles. Percibo en mí ser como si los distintos grupos fueran notas musicales vibrando en diferentes frecuencias, y así son los humanos más altos los que llaman mi atención. Viviendo en ese ambiente aparentemente más difícil que las llanuras de piedra o el bosque, organizándose para vivir, con determinación, y siento que su voluntad es algo admirable.

Creo que elles serán entonces…

Quiero hacer todo lo posible para que sus vidas sean maravillosas, para que sientan la conexión que nos une a todos, como a mí y a mis hermanes, y al padre.

Dependerá de ellos el curso que tomen sus existencias, pero el Amor que me compone quiere expresarse, y colaborar en su bienestar, se verá que sucede.

Por ahora lo primero. Mi primer encuentro con elles. Con todo el Amor y hermandad que siento planeo presentarme en nuestro primer encuentro.

Estoy listo…

Sin buscar un lugar en particular, te dejas caer en aquella región helada formada por cordilleras montañosas. Lo primero que te sorprende es la terrible tormenta que está azotando el lugar. Un viento huracanado parece querer derribar tu forma corpórea y una nieve incesante cae del cielo como un manto blanco.

Caminas un poco cuando finalmente ves a uno de aquellos hermosos seres, uno que parece joven, de apenas 15 años, que se encuentra apoyado contra una pared de roca, exhausto, mientras con una mano sujeta firmemente un palo a modo de arma. La punta del mismo está afilada para ayudarle a clavarlo en aquello que desee. Apenas lleva una piel de animal cubriendo su pecho y entre pierna y puedes ver que está a punto de desfallecer. 

Ni bien mi forma física tocó la materialidad de aquel lugar, me percaté de los fuertes vientos que se manifestaban en este lugar. Una tormenta estaba tomando lugar, el viento fresco era una sensación vigorizante, pero su bravura parecía incluso querer observar si mi forma resistía o no su empuje. Cristales de agua caían del cielo, observé con atención cuidadosa un par de ellos mientras disfrutaba su brillo.

La fluidez de la carne es muy diferente a la gracilidad etérea, aun así mis pasos son delicados, o al menos todo lo delicado que se pueda bajo este viento, en el cual la gracilidad parecía venir segunda con respecto a la fortaleza con la que mis pies se aferraban al manto blanco.

Mientras caminaba se me ocurrió volver la mirada, para comprobar si acaso la nieve habría borrado ya mis huellas o no, para determinar la velocidad de su caída, pero a mitad de camino al girar la cabeza lo vi, adelante a mi derecha.

Contra una pared de roca, aparentemente exhausto se alza un muchacho.

Aquel ser era una de las criaturas más hermosas que había visto. No sólo por su manifestación física, sino por todo lo que su existencia representaba. Era un Ser nacido del Amor del Padre, nuestro hermano. A pesar de que fuese mi hermano, sentía hacia ese Ser un sentido más Paterno/Maternal que un sentimiento de hermandad, ya que mis ganas de cuidarlo eran muy grandes. ¿Así se sentiría Nuestro Padre con nosotros?

Veía su palo afilado. En gesto de amenaza lo sostenía en una mano, advirtiéndome, pero mi sentir parecía comprender muchas otras sensaciones. Aquel Ser estaba asustado, parecía demasiado cansado como para mantener una batalla, estaba sólo, y parecía a punto de caer, no era sorpresa que tuviera miedo. ¿No sería mejor en su situación pedir ayuda en lugar de aparentar agresividad o belicosidad?

Aparentemente su comprensión de la voluntad guerrera era diferente de la mía.

Lo observo fijamente a los ojos, mi expresión facial relajada, y mi mirada busca expresar la calidez y felicidad que siento de estar en su presencia. Lentamente extiendo mis brazos para que se posicionen frente a mis piernas, mis palmas en dirección a aquel Ser asustado. Esperaba que comprenda el gesto de inocuidad.

Quería comunicarme con este bello Ser, pero no sabía si acaso entendería algún tipo de idioma, si tenía uno, o si acaso ¿Debería yo enseñarle alguno?

Dejando esas preguntas de lado me concentre en mi sentir, e intenté comunicarme de la mejor manera que conozco, proyectando (muy suavemente debido a la diferencia de nuestras energías) mis emociones de calma, y paz, del mismo modo que Nuestro Padre muchas veces nos expresaba su sentir, y un ínfimo reflejo de nuestra forma de nacimiento. No era extraño proyectar mi sentir en el plano fuera de la tierra, no sé si este Ser supiese hacerlo, pero al menos creía que mi esencia, aún en la tierra, podía hacerlo… ¿No?

El joven agarra su lanza con más fuerza al ver cómo te acercas. Con la cabeza gesticula indicándote que no te acerques. A pesar de la debilidad del cuerpo, aquel bárbaro intenta mostrarse orgulloso y terrible. Entonces proyectas tus energías de calma y seguridad. Al principio no sabes si hacen efecto, pero finalmente ves que parece relajar un poco los músculos.

El joven rompe en una tos fuerte y cae de rodillas al suelo. El frio parece estar acabando con él.

Algo en mi interior me decía que el muchacho había sentido mí energía, primero fue la sensación en mi interior, y luego un gesto de sus músculos pareció confirmarlo. Sin embargo no había algo que celebrar, parecía que este Ser estaba… ¿muriendo? Nunca había visto nada morir. Conozco a mí hermano, y sé que si este ser dejara su materialidad, él lo cuidaría bien, con el respeto debido, pero por alguna razón No quiero que muera…

-No te haré daño- Pronuncio en la forma en la que hablo con mis hermanos, no sé si me entiende, pero pongo mí mejor voluntad en ello, en que me comprenda.

-Mi nombre es Iluviere, sólo deseo ayudarte- Mis palabras son acompañadas por la proyección de mis emociones de calma y seguridad, aún más intensas que las anteriores.

-Voy a acercarme para ver si puedo ayudarte con el frío- Me acercó con cuidado, observando asertivamente sus movimientos para no estresarlo ni que intentase lastimar la materialidad que me mantiene anclado a este plano.

El calor es energía… No sé si funcionaría de esa manera, pero tal vez exponiéndolo a  una ínfima expresión de mí energía, podría calentarse.

Cierro los ojos intentando sintonizarme intuitivamente con la cantidad de energía necesaria para calentar a ese ser. Froto ambas manos juntas canalizando la justa energía en este cuerpo, y sintiendo la sensación fluida y enérgica proveniente de la interacción de ambas manos.

Sólo queda confiar…

Tus palabras son como ruido para su mente que mantiene los ojos fijos en ti. Sin embargo, está tan agotado que nada puede hacer para impedir que te acerques. A pesar de todo, no suelta la lanza.

Poco a poco te acercas a él y cuando llegas a su altura, intentas posar tus manos sobre él. Tienes que concentrarte mucho para controlar un elemento que no es el tuyo como es el calor nacido de El Fuego, pero tus años observando a tus hermanos te permite que las nociones básicas para lo que deseas hacer ahora redunden en un éxito. El calor comienza a fluir desde tus manos y hasta el cuerpo del joven que siente como poco a poco recupera las fuerzas.

Entonces fija su vista en ti, coloca su mano izquierda en tu hombro (Sin soltar la lanza con la derecha) e inclina la cabeza en señal de respeto. Es casi como si intentara decirte algo con sus gestos.

Entonces se pone en pie y comienza a avanzar, siempre con un ojo puesto en ti y la lanza en alto.

Sonrío al ver que aquel Ser comenzaba a recuperarse. El movimiento de su cabeza fue devuelto a él de la misma manera, pero más leve, para demostrar que comprendía que significaba su gesto de asentimiento.

Comenzó a caminar en alguna dirección, y si bien no había un gesto particular que sonara como que lo acompañe, sentí que por lo anterior quería que lo hiciera. Así que camino junto a él, con tranquilidad, expresando que no  tengo miedo de la lanza, y que tampoco él debería tenerlo de mi.

Avanzáis entre la tormenta lentamente mientras el viento sopla con fuerza y la nieve cae con fuerza. El joven bárbaro no te pierde de vista, pero por su postura puedes ver que, aunque no parece fiarse del todo de ti, ya no parece verte como una amenaza por lo que deja que el sigas. Camináis un rato más cuando finalmente ves que se agacha, y su mirada se fija en algo que se mueve más adelante.

El bárbaro acecha a un pequeño mamífero que camina seguro entre la nieve. De pelaje negro y fuerte, no levanta más de 30 centímetros del suelo. El bárbaro levanta la lanza, contiene la respiración. La alimaña siente que algo no va bien, levanta la cabeza y comienza a mover el hocico. Algo le avisa del peligro que corre e intenta salir corriendo, una lanza silva en el aire y el pequeño ser se desploma en el suelo.

El bárbaro toma la criatura con mirada de satisfacción y tras asegurarlo a su espalda empieza nuevamente a andar. Tras andar varias horas ves que se dirige hacia una cueva que se abre en las tripas de la montaña. Cuando intentas seguirle, ves que se gira hacia ti y niega con la mano. Intenta decirte que no le sigas. Tras ello, reanuda la marcha

Por algún motivo este Ser aún no confía en mí, algo de gran importancia para él debe estar en esa cueva. Alguien...

Señalado a no continuar, pero deseando conocer más acerca de estos seres, cierro mis ojos, y levemente siento como mi esencia empieza cambiar de frecuencia, buscando permanecer en este lugar, pero sólo en mi forma astral, para poder observar lo que sucede en la cueva, pero sin ser visto por dicho ser. Al menos eso creo...

Dejando que aquel joven se aleje de ti, cuando sientes que no hay ninguna mirada sobre ti, tu forma física se desvanece mostrando un mundo más caótico y vivo a tu alrededor, lleno de formas y colores inconexos, el plano astral y cómo visto a través de un velo semi rasgado, puedes visualizar el plano físico. Y así, avanzas hacia la gruta.

Lo primero que ves son dos bárbaros de gran tamaño que están plantados a la entrada de la cueva y ue examinan la presa que lleva el joven a la espalda. Asienten y lo dejan pasar. Otro joven se encuentra quieto, sentado en el suelo con la cabeza hundida en las piernas. Ves que hace un además de querer pasar a través de los dos hombres grandes, pero estos le cierran el paso y señalan la presa que el primer joven lleva a la espalda y luego al exterior. El terror se dibuja en las facciones del segundo joven. Parece algún tipo de ritual u obligación por la cual solo aquellos que traen algo, pueden volver con el grupo.

Te adentras un poco más, dejando la entrada, sus guardianes y el joven apesadumbrado para abrirte camino hasta un enorme hueco resguardado de los vientos fríos de fuera. Allí, puedes ver una 20 de bárbaros en sus quehaceres, hombres contabilizando los objetos traídos por los que han salido al exterior o preparando más palos terminando en punta como aquel con el que te amenazó el joven. Las mujeres cuidan a los jóvenes y se adentran en la cueva para buscar pozos de agua dulce con los que conseguir bebida.

Parece una colonia próspera de bárbaros. Y en lo alto de una elevación, un bárbaro más grande que el resto se encuentra alzado con los brazos cruzados, expresión severa y ojos fijos oteando todo lo que ocurre en aquel lugar.

Mientras observas a los segundos hijos, una voz retumba en tu mente.

- Tenemos que hablar

Uno de tus hermanos te está llamando a la morada celestial.

Absorto observando a los segundos hijos que viven en esa cueva, me pierdo en lo los mortales llaman tiempo. De pronto una voz resuena en mí cabeza.

Uno de mis hermanos está llamándome. Estuve pensando varias ideas para hablar con ellos a nuestro encuentro.

Voy sin demorarme…

Los hijos sufren, la obra de padre se destruye y sin embargo lo que sentiste en aquella energía ocupa tu mente. No era una energía caótica nacida del cosmos. Había sido llamada. Y el responsable había sido uno de tus hermanos.

Había sido solo una pequeña sensación, una familiaridad en toda aquella terrible fuerza. No pudiste definir a quien de tus cuatro hermanos te recordaba, pero no había sido algo desconocido. Ahora solo faltaba saber una cosa. ¿Por qué?

Con este pensamiento, abres los ojos y lo primero que ves son enormes copos de nieve que caen por doquier mientras un viento huracanado parece arremolinarse donde te encuentras. Tu forma divina parece reposar sobre la ladera de una montaña. Tu presencia parece haber provocado una zona de fuertes vientos que han convertido en una zona de recurrentes vientos y tornados.

Tu mente se encuentra confusa ¿Cuánto tiempo ha pasado? Extiendes tu ser para sentir todo lo que te rodea a fin de localizar algo familiar, el alma de alguno de los segundos hijos. Tu cuerpo se estremece ante lo que descubres. En el fondo del desfiladero que recorre la zona donde reposabas, puedes sentir varios cuerpos semienterrados por la nieve de aquellos bárbaros que allí habitaban. Eran demasiado como para que fuera casualidad. ¿Qué podía significar todo aquello? También te llama la atención que tanto a un extremo de tu zona de influencia como en el otro extremo había sendas rocas con un símbolo extraño tallado en él.

Estás a punto de emprender la búsqueda de algún ser vivo cuando siente que uno avanza por la nieve hasta donde te encuentras. Un bárbaro joven de piel grisácea avanza decidido por la zona hasta la primera roca tallada. Posa su mano sobre ella y se arrodilla. Tras unos segundos se pone en pie y mirando el camino que le separa de la otra roca lanza un rugido mientras extiende sus brazos de manera amenazadora hacia la montaña. Entonces, comienza a avanzar combatiendo los fuertes vientos que le fuerzan a caer por el barranco.

Que ha pasado? Cuanto llevo dormido? Esto es tan confuso... Y los segundos hijos? Porque están todos muertos? Necesito respuestas.

Mi presencia ha alterado el clima en esta zona y parece como si los bárbaros han señalado los limites de mi influencia. Quizás extermine a toda la tribu que vivía aquí al dormirme, pero parece que uno de mis hermanos ha estado interfiriendo.

Quien ha sido?! Quien ha osado entrometerse aunque seas uno de mis hermanos no te perdonaré?! Juro venganza! 

Pero no puedo pelearme directamente con uno de mis hermanos, eso causaría el fin del mundo las fuerzas naturales no deben enfrentarse directamente, pero si elimino todo lo que representa mi enemigo y hago que se olviden de el se sumirá en la nada y el vacío. 

Voy ha adoptar a los bárbaros bajo mi protección y los guiaré para que sean imbatibles, empezando por este que se cae por un barranco. Ese ser ha sido tan valiente o estúpido como para intentar luchar contra un huracán solo con sus puños... Lo he decidido es el quien unificara a los clanes bajo una bandera, será el quien construirá mi templo y me brindará devoción como su patrón.

Miro silenciosamente como el joven cae por el barranco. Es joven pero para un bárbaro ya es mayor de edad, debe tener unos 19 años piel como su complexión son duras como la piedra y parece que su voluntad es indomable y orgullosa, no puedo ver nada más en su alma. También exploro mi territorio por encima para ver que ha pasado en mi ausencia.

Un momento que se está cayendo por un barranco, voy a salvarlo. Utilizo mi poder sobre mi elemento para intentar levantar-lo y dejarlo en un lugar seguro. (*)

El joven avanza por la tormenta, decidido, orgulloso. la nieve le llega hasta las rodillas y el frío hincha sus dedos. su respiración es agitada. A pesar de que cada paso le produce dolores indecibles su determinación es clara y si vista sigue clavada en la roca del final del camino.

Sin embargo, la naturaleza es cruel y cuando tropieza en un pequeño terraplén, el viento arrecia y le hace perder el equilibrio. El fin le sobreviene, pero puedes ver en sus ojos mientras cae que acepta el destino. Entonces Tomás tu decisión y Tomás si cuerpo que es algo cual Mulero de trapo por unas corrientes de aire. Un tornado lo hace ascender y finalmente un nuevo golpe de aire lo empuja hasta el final del camino.

casi había sido divertido jugar con aquel cuerpo. El manejo del aire era algo agradable, como estar con un viejo amigo. no te costaba nada moldearlos a tu antojo.

El bárbaro respira agitadamente, como si no entendiera lo que había pasado. Y sin embargo no ha perdido de vista su objetivo, a duras penas se pone en pie y avanza hacia la roca, desplomándose sobre ella. Con denodado esfuerzo a pesar del cansancio, el dolor y el frío, se pone en pie y estira el brazo hacia uno de los bordes, haciéndose un corte en la palma. Sin emitir ningún sonido, cierra la palma y apoya la mano sobre su pecho. Su rostro refleja l que siente. Orgullo. Entonces alza la palma hacia el cielo, enseña el corte y agacha la cabeza. Parece estar dando las gracias al viento.

Observo desde los cielos como el joven completa lo que parece ser un rito de iniciación, ahora los bárbaros utilizan los vientos como una prueba de valía y coraje..., interesante. Quiero hablar con ese mortal y entender como les ha ido desde mi ausencia, ahora que lo recuerdo no les di un idioma, este no ha echo más que soltar gruñidos como un animal.

De acuerdo, voy ha usar la poca esencia que tengo para poder comunicarme con el y todo su pueblo. 

Deseas poder comunicarte con aquellos bárbaros e intentas darles tu primer regalo. Intentas darles un idioma con el que poder hablarles. Concentras tus energías y dejas fluir tu pensamiento a través de los seres vivos que allí habitan. Sin embargo, tal vez a pesar del cansancio o de la confusión por tu larga siesta las energías se descontrolan y se disipan, intentas dirigirlas al menos al segundo hijo que allí abajo reposa, pero incluso entonces las energías se revuelven y golpean a aquel joven con fuerza lanzándole contra la roca.

Cuando se pone de pie, ves que se lleva la mano a la garganta. ¿Habrá funcionado? No podrías decirlo con seguridad. Solo hay una forma de averiguarlo.

Es hora de ver si el milagro ha funcionado, voy a descender al plano material para poder hablar con este bárbaro.

Es raro volver a tener forma después de haber dormido tanto tiempo, esta vez no tomo la forma que tomé antes, sino que quiero inspirar fuerza y sabiduría. Me materializaré como un anciano guerrero para demostrarlo, aunque voy a ir armado hasta los dientes por si acaso, puede que me adentre en territorio hostil.

Al aparecer el frío y la nieve me golpea, pero no es nada que no pueda resistir. La armadura se siente pesada y la lanza imponente. Mi primer pensamiento va para el joven, espero no asustarlo, lo trataré con delicadeza. Aparezco cerca de el el y me dispongo ha saludarlo haber que me contesta.

-Saludos, mortal. Vengo de la tempestad para poder hablar contigo, con quien tengo el placer de hablar?

Tu esencia no tarda en recorrer el espacio que te separa de aquel frio y agreste lugar y cuando ves la nieve caer y el paisaje blanco y gris de las montañas, sabes que has llegado a tu destino. Con vana esperanza intentas sentir a tu Hermana por si estuviera al igual que tú en el plano divino, pero solo encuentras vacío y oscuridad. Solo hay dos explicaciones. O bien no está aquí o ha adoptado forma física.