Partida Rol por web

12:10 del día 9, años 1034. YASHODHAN (2637 Sector Yashodhan - Cuadrante Vacío) Base Naval Espacial Naglio Biblis. Patrullero "Voiban".

Tras dos meses de reparaciones y mantenimientos, la nave está totalmente lista. Es el momento de salir del astillero de la Base Naval, regresar a la base como tal. Ya no era sólo un cascarón destripado, en el que se le habían abierto las tripas. Ya era lo que había sido en los años anteriores. En este periodo, como otras naves, que si estaban operativas, habían requerido personal, se les había cedido, pero esta, ahora mismo, había sido tenido que verse obligada a tomar personal "pelón". Algunos, ni habían salido de la academia, y estaba aún en el periodo de prácticas. Egresados.

Había llegado una nota.

O5 presentarse oficinas almirante.

Era un requerimiento habitual para una nave en servicio. Pero la "Voilban" aún no lo era. Además se estaban cargando las últimas cajas de raciones, y el astillero tenía previsto la recarga de las "jofainas" (depósitos de aire) Se les llamaba así por su forma, que no eran diferentes de unas palanganas para lavarse. Electrónicamente la nave estaba totalmente renovada. En armamento, las armas habían sido calibradas, pero aún no habían sido disparadas en condiciones de "espacio abierto". Aún se tenían que hacer las "pruebas de mar".

12:10 del día 9, años 1034. YASHODHAN (2637 Sector Yashodhan - Cuadrante Vacío) Base Naval Espacial Naglio Biblis. Oficinas de mando de la base.

Como comandante has recibido instrucciones.

Ha llegado un comisario político y tienes que portarlo en tu nave, como personal de apoyo. Es de un rango justo por encima del tuyo, pero el Amo y Señor de la nave sigues siendo tú. Y responsable de esta y de toda su tripulación, la disciplina de esta y su adiestramiento.

Estás esperando en una sala en un pasillo, con tu uniforme de gala, pero con los pasadores, no las medallas, pero portas los guantes blancos, como si fuera una presentación oficial y formal. Se te hace un poco raro, porque esta uniformidad es para cuando te presentas a un nuevo destino o marchas, asciendes y vas a saludar a tu jefe directo, te presentas para una sanción disciplinaria, o actos de una relevancia ... media.

Es un tanto raro.

Una secretaria. Un bomboncito, de poco más de 20 años, con un uniforme como el tuyo, pero porta la falda, y boina, calada en banda como si fuera un soldado de operaciones especiales. Te escandaliza la uniformidad de aquí. - ¿Prenda de cabeza bajo techo?

- Ya puede pasar. Te anuncia la muchacha con mucha cortesía. Tiene una pequeña cicatriz en el filo del mentón, que le corre, por detrás de la oreja y luego vira hacia arriba, para perderse bajo la prenda de la cabeza.

12:10 del día 9, años 1034. YASHODHAN (2637 Sector Yashodhan - Cuadrante Vacío) Base Naval Espacial Naglio Biblis. Patrullero "Voiban".

Tras dos meses de reparaciones y mantenimientos, la nave está totalmente lista. Es el momento de salir del astillero de la Base Naval, regresar a la base como tal. Ya no era sólo un cascarón destripado, en el que se le habían abierto las tripas. Ya era lo que había sido en los años anteriores. En este periodo, como otras naves, que si estaban operativas, habían requerido personal, se les había cedido, pero esta, ahora mismo, había sido tenido que verse obligada a tomar personal "pelón". Algunos, ni habían salido de la academia, y estaba aún en el periodo de prácticas. Egresados.

Había llegado una nota.

O5 presentarse oficinas almirante.

Era un requerimiento habitual para una nave en servicio. Pero la "Voilban" aún no lo era. Además se estaban cargando las últimas cajas de raciones, y el astillero tenía previsto la recarga de las "jofainas" (depósitos de aire) Se les llamaba así por su forma, que no eran diferentes de unas palanganas para lavarse. Electrónicamente la nave estaba totalmente renovada. En armamento, las armas habían sido calibradas, pero aún no habían sido disparadas en condiciones de "espacio abierto". Aún se tenían que hacer las "pruebas de mar".

12:10 del día 9, años 1034. YASHODHAN (2637 Sector Yashodhan - Cuadrante Vacío) Base Naval Espacial Naglio Biblis. Oficinas de mando de la base.

Como comandante has recibido instrucciones.

Ha llegado un comisario político y tienes que portarlo en tu nave, como personal de apoyo. Es de un rango justo por encima del tuyo, pero el Amo y Señor de la nave sigues siendo tú. Y responsable de esta y de toda su tripulación, la disciplina de esta y su adiestramiento.

Estás esperando en una sala en un pasillo, con tu uniforme de gala, pero con los pasadores, no las medallas, pero portas los guantes blancos, como si fuera una presentación oficial y formal. Se te hace un poco raro, porque esta uniformidad es para cuando te presentas a un nuevo destino o marchas, asciendes y vas a saludar a tu jefe directo, te presentas para una sanción disciplinaria, o actos de una relevancia ... media.

Es un tanto raro.

Una secretaria. Un bomboncito, de poco más de 20 años, con un uniforme como el tuyo, pero porta la falda, y boina, calada en banda como si fuera un soldado de operaciones especiales. Te escandaliza la uniformidad de aquí. - ¿Prenda de cabeza bajo techo?

- Ya puede pasar. Te anuncia la muchacha con mucha cortesía. Tiene una pequeña cicatriz en el filo del mentón, que le corre, por detrás de la oreja y luego vira hacia arriba, para perderse bajo la prenda de la cabeza.

12:10 del día 9, años 1034. YASHODHAN (2637 Sector Yashodhan - Cuadrante Vacío) Base Naval Espacial Naglio Biblis. Oficinas de mando de la base.

El despacho del Almirante del astillero espacial es amplio, pero se hace demasiado grande para estar solo. Los cuadros, los recuerdos, la madera que ensalza la elegancia y la pose de un mando que no está en su puesto de trabajo.

Sabes que es el momento. La secretaria del almirante acaba de darle paso a la Señora Comandante de un viejo patrullero que tras su última batalla ha sido reparado y actualizado. Su tripulación es en la mayoría de los casos bisoña. No quiere la Armada Imperial arriesgar una gran nave y tropas veteranas en una misión que es más una investigación que tiene visos de salir mal y no aportar gran cosa.

Tus pensamientos no son los mismos. Si realmente hay una nave con "seres" peligrosos para la vida humana, hay que pararlos. Si de verdad la humanidad y la vida en general corre peligro, y ese pecio llega con su carga a cualquier planeta en el que puedan proliferar ... la destrucción está asegurada.

La armada prestaba el patrullero BOIVAN, un pequeño crucerillo que realiza misiones de patrulla y escolta. Este obedecerá tus órdenes, bajo la carta que portas. Está lacrada y cerrada, y aunque sabes que entregándosela al mando de esa nave, no la has podido leer, así que las condiciones ... aún están por descubrir.

Si entras al despacho tienes que marcar al COMISARIO.

 Si, nos mandan en una mierda de nave y probablemente con una mierda de tripulación, pero voy yo. Estoy excitado y a la vez temeroso, me encomiendan una misión que puede ser vital o trascendental o nada, da igual para mi es todo o nada y una oportunidad de alcanzar la cima, de demostrar que soy lo mejor de la armada imperial y que ayudaré a que este despropósito llegue a buen puerto.   

 Todo en mi vida me ha llevado a este momento, toda la formación, todo el entrenamiento, tanto esfuerzo y sacrificio, es mi oportunidad y no la voy a desperdiciar. Pienso para mí mientras abordo la "nave", aunque llamar nave a ese cascarón de desguace es hacerle un favor. 

 Debo estar atento, es posible que seamos "prescindibles" en caso del que el contacto sea de verdad tan importante y valioso, el deber no me impedirá cumplir las ordenes pero tampoco suicidarme sin más.  Pienso mientras me presento al oficial de guardia.

 Comisario Naval Carl Jenkis, destinado al patrullero Boivan, llevenmé ante el comandante del navío debo presentar mis ordenes personalmente ante él. 

Miro a la chica por unos segundos. Escruto si se merece esa boina, si ha salido de aquí o la tiene desde que se licenció. Esperaba que no eligiera destino en función de la uniformidad. Que la tenga puesta es una falta de respeto y de rigorosidad que ella no permitiría en su nave. Finalmente asiento con la cabeza, me pongo lo más derecha posible y abro la puerta con firmeza en mis acciones. Que ganas tengo de volver a mi nave. Veamos quien es es comisario.

Entro a la habitación con mi uniforme de gala, doy sólo unos pasos dentro de la habitación y me paro. Saludo con marcialidad a la persona de más alto rango de la habitación y espero la orden de descando para con las manos enguantadas puestas una encima de la otra tras mi espalda, separar las piernas y saber que cojones está pasando y para que coño me he tenido que vestir así, que he estado planchando el uniforme casi una hora de lo arrugado que lo tenía.

-Se presenta la Capitana de Fragata Molkov- dice con una voz no tan femenina como para desagradar y con un acento ruso que al personal masculino le parece exótico y que le ha dado problemas a la hora de dar órdenes en el pasado. Pero eso era antes, cuando no la conocían. Sabe que la llaman la rompepelotas a sus espaldas, pero le da igual.

El comisario estaba solo. Aburrido. Sentado en un Butacón, esperando a quien hubiera de presidir aquel escritorio eliminase su invisibilidad. Dos mujeres con entorchado entran tras la Señora Comandante del patrullero "Boiván".

Empieza a hablar la que había entrado detrás. La primera se aparta hacia un lado y parece que está desplegando algo.

- Coronel. Hace un gesto con la mano y este se pone en pie de manera instintiva, como un resorte.

La Capitán de Fragata se aparta para dejar pasar a las almirantes. Ambas, vice. La que había hablado ahora saluda a la otra persona en la sala, que les había precedido entrar por unos segundos. - Comandante.

Se dirige a su escritorio y se sienta. - Señores, soy la Vicealmirante Tinriwuana, y dirijo este astillero en nombre de la Armada Imperial para el servicio del Tercer Imperio. Había sonado tan pedante, que parecía que se estaba tirando unas flores que no necesitaba. - A su izquierda la Vicealmirante Craighton, que será la líder de esta operación que constará de 4 naves que no tendrán, y aclara: - inicialmente, contacto. Incluso una de ellas aún no está lista para despegar, a expensas de unos días, y otra, ni si quiera está en el sistema.

Tras sacar de un portafolio un portátil y un proyector una imagen holográfica aparece tras amainar levemente la luminosidad del despacho. - Señores, un pacio que navega hacia este sistema a una velocidad media bastante medriocre, está a un parsec de aquí. Empiezan a saltar numeritos por la proyección que acompañan a los sistemas de todo el subsector. - Tememos que pueda viajar en ello, y su labor es evitar que se aproxime lo suficiente como para ser un riesgo a la vida. Tras eso, en la posición que tendría que estar indicado, un punto violeta parpadeaba. Este crece, superponiendose a todo y dejandose de ver el espacio, para presentar una nave congelada en muchas partes, que parece un gran crucero pesado o acorazado. Este tiene las insignias del Tercer Imperio y muestra diferentes daños en algunos lugares.

- Es el TIS ARGONAUTA. Despareció hace 12 años en un combate que le tomó por sorpresa. Lo habíamos dador por perdido al suponerlo destruido, pero ahora aparece, y no con tantos daños como para considerarlo como tal. Todas las imágenes desaparecieron y la luz regresó a su tono habitual. - Qué viaja en ella y como es un misterio. Su labor averiguarlo, si es posible recuperar la nave, han de informar, y si es un riesgo ... han de destruirla. Esto todo. Han de partir en menos de una hora. Empezó a recoger mientras añadía: - Las novedades han de darse a esta estación donde instalaré mi centro de mando. Y descortésmente os mandó a paseo, sin siquiera molestarse en miraros mientras os marchábais: - Pueden retirarse.

Molkov, ofreciendole mi mano nada más abandonar la habitación, Carl Jenkins, comisariado naval, espero que podamos trabajar juntos de una manera eficiente para llevar a buen término  la misión encomendada. Digo sin dejar de avanzar y espero su respuesta.

La capitana se ve de repente fuera de la habitación con unas órdenes bajo el brazo y un nuevo tripulante en forma de comisario que parecía bastante comunicativo, no así como las vicealmirantes se movieron en la reunión. Tomando nota mental de cómo NO sería ella cuando llegara a Almirante, caminó por el pasillo con largas zancadas y un cabreo que va en ascenso. Mientras se desabrocha el botón más alto con frustración le tiende la mano respondiendo a su presentación.

-Bienvenido a bordo señor- le dice sin aflojar el paso, así que más le vale no retrasarla- nos acaban de dar por el culo y ni siquiera nos han dado un beso en la frente, pensaba que íbamos a tener una reunión o por lo menos un Briefing, para esta puta pérdida de tiempo que me hubieran mandado un email con las órdenes y no me hubiera pegado 1 hora planchando este uniforme de gala- bufa mientras sus tacones resuenan por el pasillo, sin saludar a los que se cruza- esa orden de destruirlo me ha parecido demasiado alarmista, por mucho que a mí me guste hacer explotar las cosas, saben algo que no nos quieren decir, ahora nos toca hacernos con un diagrama detallado del TIS ARGONAUTA y quiero las últimas actualizaciones en los escáneres, así como drones de reconocimiento...- esto último parece que ya le estuviera dando órdenes a su superior. De repente se detiene, tan bruscamente que cualquiera que estuviera detrás se toparía con ella sin remedio. Mira al Comisario a los ojos, directa, como le gusta ser a ella, muy cerca, para que no hayan oídos indiscretos, tanto que él puede oler su aliento a Vodka.

- Comisario, una única cosa antes de entrar en mi nave, me tomo por una persona que escucha, que se apoya en las personas que saben más que yo en cualquier campo, pero es mi nave. MI nave. Me ha costado mucho llegar a donde estoy, y no voy a permitir que nadie me arrebate el control- le miro la graduación- si eso es un problema para usted, es el momento que se vaya por donde ha venido. Señor.

 Me gusta la gente directa, digo sonriendo de oreja a oreja y de forma franca, su nave por desgracia no es su nave, es del imperio, estoy aquí por ordenes, no por turismo ni para tocarle los ovarios, mientras cumpla las ordenes generales las ordenes operativas las da usted.

 Cuando quiera mi opinión se la daré, si alguna vez considero que debo aportarle algo de motu propio, si es para reforzar su decisión lo haré en público, si es contra de su criterio le pediré un minuto a solas y se lo expondré en privado, no estoy aquí tampoco para socavar la autoridad de nadie.

 Soy una persona bastante tranquila y raramente suelo alzar la voz o enfadarme, sin embargo le aviso si actúa de forma opuesta las normas o las órdenes, le requeriré una sola vez que recapacite, inmediatamente después si no cambia su curso de acción le volare su cabeza sin mas y tomaré el mando. 

 Me alegro de dejar las cosas claras entre nosotros desde el primer momento, así sera mas fácil colaborar y llevar a buen término la misión y no habrá lugar a equívocos. Soy un "comisario" un tanto "especial" mis compañeros suelen ser taimados y bastantes retorcidos, yo prefiero la claridad y la confianza mutua, pero es posible que alguna vez las órdenes o el deber requieran de medidas que puedan ser "contradictorias", en ese caso siempre estaré para cumplir órdenes.

  Ahora si me da su autorización estaré encantado de abordar su nave.  

 Y  por cierto no se lo tome a mal cuanto mayor rango menos explicaciones suelen dar, aquí las vicealmirantes han sido educadas y amables para como suelen dar las órdenes los altos escalafones del comisariado. Digo poniendo cara de  no te quejes que no sabes como las gastan otros jerifantes, mientras sigo con la sonrisa franca.    

Ekaterina escuchó al Comisario su declaración de intenciones y asintió satisfecha de todo lo que oyó. No tiene ni idea porqué lo habían asignado a su nave, le gustaría saber que órdenes generales son esas, pero no va a tensar la cuerda. Tiene muchos enemigos en la armada por su forma de ser, normalmente las sorpresas son para mal, pero puede que, por una vez, me hayan asignado a alguien competente y directo.

- Creo que todo ha quedado cristalino señor, me quedo mucho más tranquila, le presentaré a la tripulación durante la comida si le parece bien, tampoco quiero montar un show especial- vuelve a andar con sus largas piernas en dirección al muelle mientras se desabrocha otro botón- Si quiere dedicarles unas palabras a la tropa en un acto más solemne, se puede arreglar.

Las frases eran duras, pero imposible ser más directas.

Ambos llegan al "portalón" para acceder del Muelle de Trabajos del astillero en su zona B 27, atraque A.

La guardia esperaba, en su mayoría fuera, acompañados por otros compañeros. Estaban ansiosos, esperando algo, así que la mitad de la dotación estaba fuera. Silenciosos, algunos incluso tirados por el suelo. El Jefe de Máquinas estaba vapeando su viejo trasto, y salía un humo rosa que daba la sensación de haber chicle en el aire.

Al llegar ambos, todos, sin dar la voz de atención se pusieron firmes. Alguien por un comunicador comentó, seguro que a los del puente: - La Gran Jefa ya está aquí. No se le había realmente escuchado, pero al ver su giro, hacia el comunicador y mover los labios, se le podía ... casi leer. Sonó el ancestral chifle, con el toque de honores. Realmente era, tras la obra, la primera vez. La nave había sido casi reconstruida desde unas ruinas. Ahora era un "barco nuevo".

Estás en el puente de la nave.

Aún vienes con el traje de gala, y no hace ni 15 minutos que llegaste. No conoces a nadie, pero el protocolo manda que te presentas al jefe de personal, para que te presenten ante el Señor Comandante de la unidad.

El personal que está en el puente está en alerta, pero no sabes porque es. Te dijeron que esperases así, y así has hecho. Estás con el traje de gran gala, la corra y los guantes blancos, como mandan las ordenanzas y el protocolo. Esperas al "jefe" de este cacharrillo.

Ya has estado en naves, pero ahora eres el jefe del grupo entero. Los marines de a bordo son te tu responsabilidad, y dependes directa y exclusivamente del jefe de esta zapatilla voladora. 

De repente se escucha:  - La Gran Jefa ya está aquí.

Hank nunca se sentía cómodo fuera de su armadura. Lo que más sentía expuesto, curiosamente, era su rostro. Un rostro equivalía a un humano, con sus sentimientos y debilidades. Esa parte que él le reservaba únicamente a Eliana, y aún así solía llevar sus gafas de sol: el último bastión tras el que protegerse. Y ahora, sin gafas, sin armadura ni casco ni pistolas ni su machete ni su cuchillo. Se sentía incómodo. La burocracia lo irritaba. Y esta parafernalia de bienvenidas también. Pero no quería que lo vieran como un humano porqué él era un soldado listo para la guerra. Todos aquellos protocolos sociales deberían estar prohibidos en el ejercito Tampoco quería ver a los soldados que tenía bajo sus órdenes vestidos así. Eran fichas de un tablero en el que él era también una ficha. No quería asociar un cadáver con ninguno de aquellos rostros. Los rostros son vida y los cadáveres ausencia de esta. Aún así el momento lo exigía, eso Hank lo entendía y lo acataba. Era una muestra de respeto extremo hacia su superiora.