Partida Rol por web

A la mañana, diez soldados del rey esperan formados junto a un carro cerrado. Dentro está el cofre con el presente de la reina aguardando. Llegais al lugar armados y dispuestos, al poco, aparecen el rey y la reina.

-Sabed soldados, que estos nobles jóvenes son los custodios del presente y si de ellos fuera menester otra cosa, ayudadles debeis. Solo una orden os daré, nunca dejeis el carro al amparo de bandidos y malhechores bajo pena de fuerte castigo. Partid con mi bendición.-

La guardia comienza a caminar, cinco delante y cinco detrás del carro también cerrado con candado.

-Tened cuidado de caminos estrechos y oscuros. Buen viaje.-

El conde os despide mientras salis escoltando el carro. Todo Camelot ha salido a ver a los elegidos que llevarán el presente de la reina para el futuro ganador del torneo. El día es cálido y la gente os vitorea a su paso. Decididamente hoy es un gran día.

Eliott llega con tiempo suficiente para contemplar la llegada del carro y los soldados. Da un vistazo a la escolta, como sopesando su armamento y valía, y luego inspecciona el carro por fuera. Le hubiera gustado hacerlo también por dentro, como hombre precavido que era, pero aquello parecía fuera de lugar en aquellos instantes...

Inclina la cabeza respetuoso ante las palabras del Rey, y la alza orgulloso de que los mismísimos Arturo y Ginebra confíen en él y sus camaradas.

Mira a sus amigos y, con una sonrisa agradece la presencia de Sir Robert Mil gracias por el consejo, Sir Robert. Seremos precavidos y estaremos atentos a posibles lugares que sean un riesgo para el cofre. ¿Algún otro consejo o indicación, mi Señor? Porque supongo que el camino al castillo del Duque no tiene pérdida...

Tras hablar con el conde, y una vez están ya en marcha, se dirige a sus compañeros

Creo que al igual que la escolta del Rey, deberíamos apostarnos en la columna de forma que protegiéramos el presente adecuadamente. ¿Qué os parece más adecuado, tres al frente y dos atrás, o dos al frente, uno a cada lado y el último a retaguardia?

Creo que lo mas conveniente es una formación de dos al frente, uno a cada lado y otro atrás- dice Edgar- defenderíamos todos los posibles puntos de ataque. Al menos eso es lo que yo pienso.

Estoy con Edgar. Debemos proteger el cofre por todos sus flancos. Yo me ofrezco a ir encabezando la marcha.

Entonces, si no os molesta, yo cabalgaré en vanguardia junto a Jerrod dijo el escudero, contento de ver cómo todos estaban más que dispuestos a cumplir con la tarea encomendada...

-Yo protegeré el flanco derecho.-

Una vez colocados, escoltais al carro junto a los diez soldados de la guardia que el rey Arturo mandó. Saliendo de la ciudad por el camino norte, llegais a una colina donde la vista de Camelot, con sus banderas de colores siempre ondeantes y sus blancas murallas hacen que sea la visión más hermosa del mundo.

Adentrados ya en el bosque, habiendo echo buen camino, a la hora de la cena llegasteis hasta un castillo donde, según el guía del carro, le habían dado instrucciones de parar y pedir hospedaje, pues el señor de esa morada, es Sir Ulbert siervo del Alto Rey.

El joven cochero os habla escuderos.-Permitidme mencionar que, siendo quienes sois, abanderados de la reina, seais quienes pidais hospitalidad.-

Eliott asiente ante las palabras del cochero, que ciertamente son correctas. Por ello espolea su caballo adelantándose ligeramente al resto y, levantando su diestra, anuncia su presencia

Ah del castillo! Soy Eliott de Winterbourne Gunnet y pido hospitalidad para mí y mis compañeros, como abanderados de la Reina que somos, y para quienes nos acompañan!

-Que tan importante sois, aun sin escudo ni blasón, que haceis anunciaros como un rey. Cual es vuestro motivo?.-

Os lo repito de nuevo: somos abanderados de la Reina y estamos en una misión encomendada por ella y el Alto Rey ¿Necesitáis más motivos? contesta Eliott, alzando más aún la voz y algo molesto porque un simple guardia se atreva a dudar de su condicion de abanderados de la Reina Ginebra...

-No era mi intención ofenderos abanderado, más mi deber exige que pregunte quien se halla en la puerta y más en estos tiempos.-

El guardia se retira de la muralla, al poco vuelve a asomarse y la puerta se abre. Es un castillo pequeño. La torre, vivienda principal, a la que se accede por unas escaleras hasta una doble puerta, tiene dos pisos. La muralla cerca el patio teniendo un pozo, una fragua y un horno. A esta se accede desde la torre y una escalera al lado de la puerta principal. Los caballos, atados a la muralla mediante unas argollas de hierro están cercados por una valla y un techado de ramas que delimita el establo.

Tres soldados hacen guardia en la muralla.

Desmontais y veis como la puerta de la torre se abre. De ella sale corriendo a un paso ridículo debido a su barriga, un pomposo caballero.

-Bienvenidos abanderados del rey, bienvenidos. Os esperábamos con ansiedad.-

En su escudo podeis ver un terciado de negro y gris, con una trompeta de plata y dos estrellas en los exteriores.

-Pasad adentro que agotados estareis de tan largo viaje.-

Pasais a la estancia principal, el salón, donde hay dispuesta una gran mesa con sillas. Una doncella y una dueña se afanan en poner comida en el fuego y preparar el banquete.

-Sentaos y acomodaos que en este castillo del Alto rey, sus abanderados son una grata...sorpresa para mi. ¿Que nuevas traeis de la corte?-

Eliott recibe con una sonrisa amable la aparición de Sir Ulbert

Mil gracias por concedernos hospitalidad, mi Señor, pero dispensad que antes de entrar busquemos acomodo para nuestro carro y su escolta, y nos encarguemos de su seguridad dice el escudero en plural, esperando que sus compañeros se le unan un instante para hablar del tema

Pese a que un castillo supone seguridad, no hay que descuidarse nunca. Propongo que los soldados del Rey hagan guardia de a tres, en tres turnos, y que al menos uno de nosotros esté en cada turno, doblando si puede ser la de media noche o la final, como gustéis

Y cuidado con abusar del vino o la comida, tenemos una importante misión entre manos en la que no podemos fracasar...

Tras eso se dirige a los soldados y les repite la misma recomendación sobre ser frugales Comed y bebed lo suficiente, pero sin abusar, a fin de poder estar atentos en vuestros turnos...

Y tras ello, una vez encontrado un lugar seguro y adecuado para el carro y distribuidas las guardias, Eliott se permite entrar en las estancias del castillo, a fin de disfrutar de algo de descanso y una reparadora cena

Pues veréis, mi Señor. Justo partimos de Camelot al día siguiente de un banquete como jamás habíamos visto... empieza a narrar Eliott, aunque con cuidado de no revelar nada de la esencia de su misión...

Haces bien en dar esas recomendaciones- contesta tras las palabras de Elliot. Y es que el encargo era demasiado importante como para no tomar todas las precauciones que fuesen necesario, incluso si estaban a resguardo en un castillo. 

Tras realizar esto, Edgar sigue a Elliot hacia las estancias del castillo, mientras deja que tome la voz cantante en las explicaciones a sir Urbert.

Asiento a lo dicho por Elliot y me disculpo ante Sir Ulbert.

-Si no es molestia, yo mismo acompañaré a los soldados y al carro y haré la primera guardia encargandome de que todo se haga según lo previsto. Más tarde me uniré a vosotros.

-Más tarde os revelare Jerrod, ahora iré a saciar mi apetito.-

-Son mis invitados por San Agustín, que anfitrión sería si no vinieran a cenar. Por favor maese Jerrod, insisto en que venga a cenar, después puede ir si le place.-

Eliott sonríe cordialmente a Sir Ulbert Os agradezco vuestras magníficas y generosas intenciones, pero el deber por delante del placer... y más cuando se está al servicio de la Reina

Y tras esto va a encargarse de supervisar que la guardia cumple con lo que se les ha dicho y que todo está en orden, y cuando regresa a cenar, lo hace con apetito, pero con moderación y tiento, sobre todo con el vino...

Y bien, Sir Ulbert ¿qué nos podéis contar vos? ¿Son seguros los caminos? Porque el guardia que nos ha dado el alto, nos ha hecho pensar que hay que andar con ciudado... aprovecha el escudero para preguntarle a su anfitrión, porque la frase del guardia todavía sigue en su mente...