Partida Rol por web

Lunes 19 de Agosto de 2019
Oficina central de Nueva York
09:23 AM
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Ya llevas mas de una hora en la oficina, casi incluso has agradecido la entrada en la misma, pues el aire acondicionado es bastante gratificante tras salir de los bochornosos 30 grados de la matinada. En tu mesa papeles y mas papeles, el fin de semana a sido ajetreado de narices y parece que vas a tener curro hasta el final del día, y del que menos te gusta... papeleo.

Por la ventana de la calle cada vez parece mas y mas llena de coches que van y vienen y de vez en cuando algún grito de algún loco que ha sido detenido te saca de la monotonía de la ordenación de documentos. Repentinamente y como nueva fuente de distensión el teléfono sobre tu mesa suena, mostrando en su pequeña pantalla el número 108, se trata del jefe...

Buenos días Agente Sullivan, necesito que se pase por mi despacho de forma inmediata.

Directo y sin explicaciones, así es él...

Tras recibir la llamada de mi jefe, sonrio sin humor mientras digo.
Me tendrá allí en unos instantes.
Cuelgo el teléfono y me pongo la chaqueta maldiciendo por lo bajo la ola de calor que azota la ciudad.
Salgo de mi despacho y me encamino hacia el de mi jefe. De camino, respondo de forma escueta a los saludos de algunos de mis compañeros.
Finalmente, llego hasta la puerta acristalada del despacho del jefe y, tras golpear brevemente con los nudillos de la mano derecha, acciono el picaporte y entro. Conforme asomo por la puerta, digo.
Hola jefe. Vaya un jodido calor que hace hoy. En fin, aquí me tiene. ¿Que es lo que ocurre?

El despacho es bastante amplio y ordenado, varios estantes en un lateral, y frente a ellos la mesa de Micky Geofrey, el se encuentra sentado en su silla, y en cuanto te escucha levanta la vista de sus papales y te mira sonriente... Por favor Thomas... pasa y toma asiento te comenta, mientras abre uno de los cajones de su mesa y saca un sobre del tamaño de un folio...

Una vez te has sentado, entrelaza los dedos de sus manos y te mira, esa mirada, ya la conoces es la típica que pone Micky cuando algo se escapa de su conocimiento cuando no comprende alguna situación y trata de analizarla concienzudamente... Bien Thomas... iré al grano... el FBI se ha puesto en contacto conmigo, y te han pedido a tí para dirigir una operación especial, ellos han seleccionado a un grupo de agentes a lo largo del mundo, ya están de camino, y hoy mismo llegarán todos supongo que dentro de una hora o dos.

El hombre se hecha hacia atrás recostándose en su asiento y mira el sobre... No se de que se trata esto, pero ese sobre es para ti... por razones de... "seguridad" no puedo abrirlo. Escucha Thomas no se porque te han elegido, pero esto no me huele bien... se que eres el mejor y que dirigiendo a un grupo no hay nadie como tu pero... el FBI... ándate con ojo...

Finalmente Micky se adelanta un poco y con su mano te acerca el sobre... puedes abrirlo si quieres en la sala de reuniones 9, te la he reservado para toda la mañana y los agentes irán acudiendo ahí...

Me siento frente a mi jefe y escucho en silencio su explicacion. Cuando hace el ademán de darme el sobre que contiene las instrucciones de mi nueva misión, yo lo cojo con mi mano derecha y lo examino por unos segundos en silencio. Finalmente, alzo la vista y mirando a Micky digo.
Ordenes de máximo nivel y con prioridad absoluta. Ambos sabemos perfectamente lo que significa eso. Un buen quebradero de cabeza.
Me levanto entonces y guardo el sobre en el bolsillo interior de mi chaqueta. Antes de irme, digo.
Haré todo lo posible por solucionar este asunto. Esperemos que el equipo que se me ha asignado, sea tan bueno como dices. Por que juzgando por la prioridad de las órdenes, esto debe ser grave.
Dicho esto, hago un saludo de despedida con la cabeza y algo del despacho de mi jefe y amigo. Con parsimonia, me dirijo a la sala 9 contestando algo distraido, a los comentarios que me hacen mis compañeros.
Cuando llego ante la sala 9, abro la puerta y entro cerrando detrás de mi. Entonces saco el sobre y, tras examinar su exterior una ultima vez, lo abro y me dispongo a leer su contenido.

La sala es amplia, con una ventana bastante grande cubierta por una especie de cortinillas de las que se pueden abrir y cerrar tirando de una cuerda situada en un lateral. Una gran mesa centrar con varias sillas al rededor de la misma, y en el medio un altavoz con un botón, seguramente para pasar mensajes desde la recepción o enviarlos a quien fuere necesario.

Las paredes son de un color blanco impoluto, con algunos cuadros colgados para decorar, aunque lo cierto es que resulta un poco solitaria. En la esquina superior derecha al lado de la ventana hay una televisión colgada sobre un soporte con un mando en su lateral en una especie de cesta pequeña atornillada a la misma carcasa.

Te sientas en una mesa y te dispones a leer los documentos que acabas de recibir...

Subes por donde te ha indicado la muchacha de la recepción, en el ascensor una musiquilla ameniza la corta espera y cuando se abre, ante ti aparece una ajetreada oficina, bastante mas grande que la tuya, a ambos lados se pueden apreciar varias salas numeradas del 1 al 9... según te dijo la muchacha te esperaban en la número 9, y eras el primero en llegar.

Cruzas el ajetreado lugar, nadie parece percatarse de tu presencia pues van a toda velocidad cada uno en sus cosas... Llegas a la sala y abres la puerta, es amplia, con una ventana bastante grande cubierta por una especie de cortinillas de las que se pueden abrir y cerrar tirando de una cuerda situada en un lateral. Una gran mesa centrar con varias sillas al rededor de la misma, y en el medio un altavoz con un botón, seguramente para pasar mensajes desde la recepción o enviarlos a quien fuere necesario.

Las paredes son de un color blanco impoluto, con algunos cuadros colgados para decorar, aunque lo cierto es que resulta un poco solitaria. En la esquina superior derecha al lado de la ventana hay una televisión colgada sobre un soporte con un mando en su lateral en una especie de cesta pequeña atornillada a la misma carcasa.

En la mesa un hombre sentado se te queda mirando, en sus manos unos folios y una carpeta con algunos documentos en su interior

La puerta suena un par de veces y se abre, por ella asoma el que según los papeles es Mike O´Callahan, el médico forense, en el exterior puedes observar que todo parece tan ajetreado como siempre...

Observo al hombre durante unos segundos hasta que al fin me presento

O'Callahan, Departamento Forense

Veo como se abre la puerta y un individuo aparece por el umbral de la misma. Cuando termina de examinarme se presenta y yo, levantandome de la silla que ocupo frente a la mesa, guardo los papeles de nuevo en el sobre y digo.
Encantado O´Callahan. Soy Thomas Sullivan. Al parecer, seré el jefe del equipo que se esta formando.
Sonrío brevemente tras decir esto y añado.
Sientate y ponte cómodo de momento. Todavía faltan algunos miembros del equipo por llegar. Y, me gustaría, que estuviéramos todos antes de informaros de las circunstancias. Por cierto, ¿sabes algo al respecto?.

Subes por donde te ha indicado la muchacha de la recepción, en el ascensor una musiquilla ameniza la corta espera y cuando se abre, ante ti aparece una ajetreada oficina, bastante mas grande que la tuya, a ambos lados se pueden apreciar varias salas numeradas del 1 al 9... según te dijo la muchacha te esperaban en la número 9, y eras el primero en llegar.

Cruzas el ajetreado lugar, nadie parece percatarse de tu presencia pues van a toda velocidad cada uno en sus cosas... Llegas a la sala y abres la puerta, es amplia, con una ventana bastante grande cubierta por una especie de cortinillas de las que se pueden abrir y cerrar tirando de una cuerda situada en un lateral. Una gran mesa centrar con varias sillas al rededor de la misma, y en el medio un altavoz con un botón, seguramente para pasar mensajes desde la recepción o enviarlos a quien fuere necesario.

Las paredes son de un color blanco impoluto, con algunos cuadros colgados para decorar, aunque lo cierto es que resulta un poco solitaria. En la esquina superior derecha al lado de la ventana hay una televisión colgada sobre un soporte con un mando en su lateral en una especie de cesta pequeña atornillada a la misma carcasa.

En el interior dos hombres en el interior parecen acabar de presentarse, uno de ellos tiene frente a él y sobre la mesa unos sobre con seguramente algo dentro, el otro solamente tiene un maletín con el símbolo de un caduceo grabado

De nuevo la puerta se abre, al parece la gente está comenzando a llegar rápidamente... Se trata de un hombre que al mirarlo ya parece que venga cabreado, sus ojos de color azul os recorren, y su larga gabardina de cuero marrón casi no deja ver el traje de chaqueta que lleva debajo...

Entro con su porte serio que destilaba fuerza y seguridad. Observo a los dos presentes y saludo primero con un asentimiento de cabeza - Buenos dias, soy el agente Devon Adair - y tendio la mano a cada uno de los hombres

Apenas termino de hablar con O´Callahan cuando se abre la puerta de nuevo y otro miembro del equipo entra en la sala 9.
Tras oír su presentación y devolverle el apretón de manos, yo digo.
Me alegra tenerte en el equipo, Devon.
Hago un gesto en dirección a O´Callahan y añado.
Este es el medico forense que se nos ha asignado. O´Callahan.
Tras mirar a ambos, termino diciendo.
Todavía no estamos todos. Si no os importa, esperemos un poco mas a que estemos todos presentes antes de iniciar una breve charla informativa.

Subes por donde te ha indicado la muchacha de la recepción, en el ascensor una musiquilla ameniza la corta espera y cuando se abre, ante ti aparece una ajetreada oficina, bastante mas grande que la tuya, a ambos lados se pueden apreciar varias salas numeradas del 1 al 9... según te dijo la muchacha te esperaban en la número 9...

Cruzas el ajetreado lugar, nadie parece percatarse de tu presencia pues van a toda velocidad cada uno en sus cosas... Llegas a la sala y abres la puerta, es amplia, con una ventana bastante grande cubierta por una especie de cortinillas de las que se pueden abrir y cerrar tirando de una cuerda situada en un lateral. Una gran mesa centrar con varias sillas al rededor de la misma, y en el medio un altavoz con un botón, seguramente para pasar mensajes desde la recepción o enviarlos a quien fuere necesario.

Las paredes son de un color blanco impoluto, con algunos cuadros colgados para decorar, aunque lo cierto es que resulta un poco solitaria. En la esquina superior derecha al lado de la ventana hay una televisión colgada sobre un soporte con un mando en su lateral en una especie de cesta pequeña atornillada a la misma carcasa.

En la sala ya parece haber tres hombres, parecen acabarse de conocer pues están hablando entre ellos y dándose la mano...

De nuevo la puerta vuelve a sonar y a abrirse, parece que el ritmo de llegada cada vez es más rápido, esta vez se trata de un hombre de unos 26 años y un... ¿un perro? que parece que va con el pues cuando se detiene en la entrada el can hace lo mismo...

Encantado - dice mirando a O'Calahan sonriendo al doctor. Una extraña sensacion de dejà vú recorrio el cuerpo de Devon, pero en seguida se le paso al ver entrar a alguien mas con un... perro...

- Buenos días señores. Perdonen que les llame así, pero es que todavía no les conozco lo suficiente. - saludo entrando por la puerta 9. ''Maldita sea.... El coche seguro estaba en la 5....''

Miro levemente sorprendido al animal que acaba de entrar en la sala 9 y, después, a su dueño.
Adelantandome un paso, digo.
Muy buenas. Jack Morris, supongo. Soy Tomas Sullivan. Junto a mi, están Devon Adair y Mike O´Callahan. Seremos compañeros mientras dure este asunto
Una vez dicho esto, examino brevemente al recién llegado. Hecho esto, mirando a los tres alternativamente, termino diciendo.
Ya estamos casi todos. Tan solo faltan dos miembros mas del equipo. En cuanto se presente, pasare a informaros del asunto. Aunque, os admito, que de momento no se gran cosa.

- Ah, ¿Trabajaré en equipo? Vaya... - esta misión pinta con algunas sorpresitas... - Si, soy Jack Morrison, y este es Luke. - esta vez paso de enseñar la placa, imagino que todos serán agentes también. - ¿En que departamentos trabajais? - digo tomando asiento.

Un placer Agente Morrison - le dio un apreton amistoso de manos - Homicidios - dijo orgulloso - ¿Y usted?