Partida Rol por web

En un furtivo y furioso encuentro, Einar y Alator salieron a la cacería de encapuchados. Por mas que el grupo de misteriosos individuos corría ligeramente, ambos pudieron asir a dos de ellos. Einar con manos ágiles, sin duda debido a sus extensas prácticas con diversos instrumentos musicales pudo tomar a uno de sus ropas y tenderlo en el piso, reclamando por su perdido libro.

Alator, en cambio, utiliza un método mas drástico, y en una metamorfosis que eriza la piel, se convierte en un enorme oso pardo, y con un gruñido estremecedor congela del miedo a otro de los malvivientes, que queda sorprendido con la mandíbula descolocada de la impresión y el horror. Luego de esto, Alator retoma su forma élfica, con el individuo aún en shock.

Tienen ahora a 2 del grupo de encapuchados con ustedes, el resto escapó dejando atrás a estos dos. 

A lo lejos, el druida y el bardo se pierden en una corrida que solo deja polvo como rastro. La paladín se sumerge al río despertando el interés de la clériga, mientras la exploradora y el guerrero están indecisos sobre que hacer. El cielo oscurece cada vez mas, y pocas luces quedan en el ambiente. Daronna vuelve húmeda y nueva. A lo lejos se escucha un gruñido que retumba en sus tímpanos. No saben que fue lo que pasó y está cayendo la noche. 

Krig caminaba entusiasmado, con una sonrisa en su rostro. Olvidando por completo el dolor que sentía momentos atrás por la caída.

- ¿Crees que encontremos alguna otra cosa interesante? ¿O si veremos lo que hay en la caja? Ya quiero llegar...- Le hablaba a Farrah, mientras miraba despreocupadamente los alrededores. Pero repentinamente, el gruñido en la lejanía lo puso alerta, frenando unos segundos para mirar a su alrededor buscando de dónde provenía.

- Eso fue raro... ¿Escuchaste eso?- Le preguntó a su compañera junto a él.

¡Lo siento pero el libro es mio! Grito a la vez que recojo el libro y suelto al encapuchado. Reviso que tenga el resto del equipo y me vuelvo por donde he venido para intentar alcanzar al resto. Vamos Alator, no les hagas daño, de algún modo se tienen que ganar la vida. Puede que no te guste pero, a veces, no hay otra forma de sobrevivir que robar a los extraños y a los viajeros que pasan por la ciudad.

Pues mi venganza será terrible master, me convertiré en algo peor para eliminarlos muahahaha.

En caso de no dejarme sera otra vez el oso xD.

El agua seguía colándose a través de las junturas de la armadura mientras el olor a sal en su cabello se hacia presente a cada movimiento. Sin embargo, tras el yelmo, la paladín sonreía a pesar del escozor de su mejilla.

-paz?

-quizás ella entienda...

La pregunta de la sacerdotiza había encontrado a Daronna con la guardia baja; no estaba acostumbrada a esa clase de términos ni mucho menos a esa clase de personas. A pesar de haber vivido una eternidad entre otras personas de fe, los clérigos aún le parecían un misterio...en especial aquella mujer del desierto, envuelta en enigmas y sacrilegios con los caídos.

Algo mejor... ya todas han vuelto

Las palabras, aún con un tono quebrado, parecían ser más seguras de lo que habían sido unas horas atrás. Dirigiéndose hacia el resto del grupo, Daronna se detuvo ante la exploradora.

Lo lamento, ahora estoy lista par....

Cuidado

Se acerca! Escudo!

Fijate!

Una especie de gruñido interrumpió a la paladín en mitad de la frase. El objetivo estaba lejos, años de entrenamiento se lo decía, pero aún no sonaba amistoso. Escudo levantado, la cabeza de la paladín se giró rápidamente hacia donde creía que venía el sonido.

Me pregunto porque sonríe tanto él

Lo observa con expresión ida a Krig por unos segundos,  caminando cerca de Farrah y el guerrero tras adelantarse a la Paladín. Con un poco más de calma para su espíritu al ver como la mayoría del grupo ha apelado a lo que su juicio es la razón y han decidido retomar bien la misión.

Los pasos son marcados, destacan el  movimiento suave de sus caderas mientras va golpeando el suelo de piedra con el taco de su bastón.

-Debeís llevarlo con calma, todo llegará a su debido momento-.

Dice en ese tono oriental proveniente de las tierras de arena hasta que escucha el sonido, ese gruñido que en cierto modo puede helar la sangre. Deteniendo su andar para observar los alrededores.

-Lo hemos escuchado todos-.

Termina de decir, manteniendo su alerta y preparándose para usar algún conjuro de ser necesario.

Master, puedo o no.

Me encamino hacia dónde hemos dejado a los demás para reincorporarme a la misión.

¿Einar has recuperado lo que te quitaron?

Sí, aquí lo tengo. Le muestro a Alator el libro.

Volvamos con el resto, que espero que estén al llegar.

Caminamos pausadamente pero en alerta hasta encontrar a los demás.

El sonido no pareció haberse repetido en el último minuto. ¿Quizás todos lo habían imaginado? Definitivamente empezaba a no escucharse como un gran grito o estruendo que viniese a cernirse sobre ellos; no obstante Daronna seguía oteando el aire nocturno con su mirada tras el yelmo.

Sal de donde quiera que estés...

Vamos! no te escondas!

El escudo se alzaba a su lado a medida que los segundos se hacian más lentos a su alrededor. La mano marcada de la paladín se apoyaba confiaba sobre el pomo de su espada en espera de una excusa. A lo lejos, las aves parecían haber alertado algo, sin embargo lo único que pudo captar eran los alegres ropajes del bardo y el elfo acercandose.

quizás más tarde... -musitó mirando aún al vacío

Me acerco a Daronna, entrando también en el río hasta ponerme a su lado.

¿Pasa algo? Pongo mi mano izquierda sobre su hombro derecho.

¿Por qué tienes la espada desenvainada?

¿Daronna, Te encuentras bien?

Me quedo mirándola como que no entiendo la situación, estaba ella sola en ese lugar con el arma desenvainada.