Partida Rol por web

Sintió el ardor de una herida, primero tenuemente, luego extendiendose sobre su piel como las llamas mismas del infierno. Aron ni siquiera miró a Jack, pues algo le decia que si lo hacia le arrancaria la cabeza por su idiotes. Asi que usó esa furia contra ese estorbo. Normalmente veria a un demonio asi con mucho respeto, pero ahora sentia un embriagador poder que le hacia impulsivo... incluso aún mas de lo que ya era. Atacó al demonio, sorprendiendose al ver una espada en sus manos, aferrada con ambas manos la blandió con gran velocidad, aunque su precision no fue la correcta.

La bala se incrusto por el costado izquierdo del torso de Aron, su ropa comenzo a teñirse con su sangre, pero aguantando el dolor embistio un golpe al demonio que tenia en frente, la criatura tambien se preparaba para atacarle cuando la espada y sus garras se cruzaron, con una garra desvio la espada y con la otra propiciono un zarpazo a Aron...desgarrando sus ropas y cortando su pecho, dejando tres cortes...

Silvia comienza a brillar, una luz blanca rodea su cuerpo y los demonios se detienen en su actuar, incluso la criatura que ataco a Aron retrocede unos pasos...Anna, logra recuperar la caja y se refugia tras Silvia que esta junto a Ángel, Gabriel sientes un rechazo ante la presencia de Silvia...Jack, recuperas el control de tu cuerpo...

El sonido de la caja de musica invade el lugar y ven como el aspecto de la Niña cambia y se torna mas dulce, incluso su mirada de odio va desapareciendo...Verona intenta acercarse a Silvia pero el resplandor de luz no la deja...Isabel que parecia flotar, cae al suelo...

Comienzo a maldecir como un buen sargento primero el primer día en el que llegan los reclutas, mientras observo a Aron herido y la situación en la que estamos, para plantear mi próximo movimiento.

Aprovechando mi herida abiertas derramo sangre sobre el suelo, Azrael tu que puedes sobre la vida y la muerte arranca la vida a los infieles que pretenden profanar tu presencia con este ritual sacrílego. Planto la palma de mi mano en mi sangre derramada sellando mi plegaria.

Verona y las demas criaturas retrocedian ante el poder del colgante de Silvia, los canticos de los individuos con toga habia cesado, dejando libre a Isabel por un momento, la chica parecia mover las manos en busca de las de Agatha, pero esta aun no podia avanzar...

La niña parecia apaciguada por la musica de la cajita, Anna la tenia completamente atrapada por la musica...Silvia que habia avanzado hasta situarse frente a sus compañeros actuaba como escudo entre las criaturas y ellos, dandoles algo de tiempo para planear su proximo ataque, el sacrificio de sangre que ofrecia Ángel fue recibido, toda la sangre que broto de su mano, ahora volvia a su cuerpo cerrando su herida y materializando la espada que hace 10 años le ayudo a salvar la vida de sus amigos y la suya...

Aron al estar cerca de Silvia, sentia como un calor lo reconfortaba, sus heridas comenzaban a recuperarse y Jack, podia ver con mas calma todo, para planear con calma sus proximos movimientos...

Tras las filas de demonios Gabriel miraba furioso, con sus manos empuñadas...

Veía que las criaturas que daban marcha atrás, cuando daba un paso hacia adelante.
Sentía que podríamos con ellos... Era una pena que Grabiel estuviese en el bando equivocado pues era el que iba a perdé...

Gotas de sudor caigan por mi frente, notaba que andaba un poco agotada por la energía que estaba gastando como escudo para protegernos a todos.

Vamos este es el momento ahora podemos con ellos!!

Vuelvo a apuntar a uno de los Tangos vestidos de rojo, mientras comienzo a avanzar con paso rápido hacia Isabel.

En cuanto comienzo a avanzar disparo contra uno de ellos para ir abriéndome camino.

Sintio una agradable sensacion alli donde Jack le habia disparado, como si la herida nunca hubiera existido. Ahora estaba otra vez en optimo estado, listo para partirles el culo a esos asquerosos demonios. Miró de reojo a Silvia, sonriendo de costado a modo de agradecimiento.

Vió que Jack intentaba ayudar a Isabel, quitandola de ese altar o lo que fuera. Bien, si el guardaespaldas queria hacer de rescatista, Aron repartiria dolor. Avanzó con su nueva espada con la ira pintada en sus facciones, aplastaria a esos malditos y saldria de ese mundo de mierda.

-¡Muerteeee!- gruñó al descargar su arma con fuerza.

Anna observó de reojo lo que ocurría a su alrededor, sin perder de vista en ningún momento a la niña. 

Silvia parecía había creado una especie de escudo protector y regenerativo con su colgante y sus compañeros sanaban y se preparaban de nuevo para el ataque. Los cánticos habían cesado, Isabel se removía inquieta recobrando la consciencia, los demonios hacían ademán de retroceder y la pequeña niña satánica permanecía hipnotizada bajo el sonido de la caja de música. Y Gabriel les observaba con esa mirada dura y rebosante de odio y venganza. 

Debían darse prisa. El efecto del colgante de Silvia podría diluirse en cualquier momento y perder su fuerza. Anna caminó lentamente hacia la joven para posicionarse detrás de ella, observando cada movimiento de la pequeña absorta en la melodía. Al final debía reconocer que había sido más eficaz mantener a salvo aquella reliquia; al menos de momento, porque no dudaría en volver a intentar destruirla si no le quedaba más remedio. 

Me ignoran, hacen lo que desean, y mis ojos se encienden, aprieto los dientes.

¡Verona, deja de jugar y ponte seria!

Grito, claramente enojado, en apenas un aleteo tomo a la niña ya apaciguada por la cintura y con otro aleteo me coloco tras Isabel.

Yo me encargaré de esto. -miro entonces a la niña apaciguada que me he traído- Voy a necesitar que me ayudes.

Mis manos buscan el pecho de Isabel, mis alas se extienden y casi parecen ensombrecerlo todo, cuanto más salía a la luz mi carácter, más parecía relucir mi verdadero poder, y el miedo se podría hacer palpable sin demasiada dificultad.

Aprieto los dientes.

Diabolus... Est... In... Terra...*

Apenas un susurro que resuena como un cántico.

Anna decide ponerse tras Silvia, con la caja de musica aun en sus manos; Lucia la pequeña que estaba junto a Agatha se acerca a Anna, sus ojos parecen estan en un tono opaco, mira la caja de musica e intenta arrebatarla de las manos de Anna...Damela!!!

Los demonios ante las ordenes de Gabriel intentan avanzar, el resplandor del colgante de Silvia los frena, pero aun asi avanzan lentamente, pueden notar que la piel de los demonios parece rasgarse lentamente mientras este expuestos a el resplandor...

Jack apunta a uno de los individuos con toga, impactandole en el admomen, el hombre da unos pasos atras y cae al suelo, los demas giran su cabeza a mirarle pero mantienen su postura, uno de los pedestales deja de enamanar esa neblina...

Silva se mantiene firme, convencida de su capacidad de protección, con una convicción que la hace mantenerse estoica ante la amenaza de Verona, quien la observa con ira, Agatha por su parte busca la forma de ayudar a Isabel, por lo que rodea al grupo y se prepara para avanzar en cuanto tenga la oportunidad...

Angel empuña la espada de Azrael y recuerdo su batalla del pasado, sabe que con esa espada podria vencer a cualquier...mira a Gabriel...y sonrie...Silvia, cuando tu des la orden...le dice a la morena...

Aron intenta atacar a uno de los demonios que esta aproximandose a Silvia, tras una sonrisa complice, esgrime su espada alcanzando a un demonio provocandole un corte en el pecho que lo hace retorcerse, entonces Verona posa sus ojos en el millonario...

Gabriel furioso decide adelantar el sacrificio de Isabel, toma a la chica entre sus brazos, dejando antes a la pequeña Niña a su lado, quien sale del trance de la musica, pero se mantiene calmada, mirandole sin comprender lo que le pide...Isabel mira a Gabriel...No lo hagas...por favor...susurra la rubia, pero Gabriel esta decidido saca la daga que obtuvo en la subasta y la empuña...Verona tambien decidida avanza...vuelve a mirar a Silvia y luego a Isabel...Ella son las que tienen ese escudo...mata a la chica y podremos avanzar...le grita a Gabriel...Agatha al escuchar eso intenta correr hacia Isabel...

Tras Gabriel un resplandor rojo comienza a brillar....

Anna observó el aleteo de Gabriel, que se movía por la habitación de aquí para allá, esperando expectante su próxima actuación. Estaba cabreado y su paciencia se agotaba, así que el próximo golpe sería duro. 

Aquellas palabras susurradas en latín le hicieron sonreír, a la vez que un escalofrío recorría su espalda. El latín era una de sus lenguas muertas favoritas y debía reconocer que Gabriel tenía un acento exquisito; y su tono de voz era profundo, lúgubre e inhumano, el fiel reflejo de aquello en lo que se había convertido.

De pronto notó cómo alguien intentaba arrebatarle la caja de las manos, comprobando con sorpresa que se trataba de la pequeña falsa Lucía. Sus ojos estaban velados, opacos, y sus delgados deditos se aferraban a la caja con ansia. La observó durante unos segundos, ofendida, tirando después con firmeza de la caja y alejándola de su alcance.

- Ni lo sueñes, pequeña - le contestó con una sonrisa fugaz, alejándose unos pasos de ella. Miró a Gabriel y a la niña de nuevo. Nunca le había gustado esa niña y ahora menos todavía. Al fin y al cabo, quién la rescató era el mismo que estaba intentando llevar a cabo un ritual satánico y asesinarles a todos. No tenía ningún motivo por el que confiar en ella. Y aquellos ojos le producían malos presagios. 

Su mirada corría de un lado a otro de la estancia; y se dio cuenta de que, exceptuando a la falsa Lucía, todos los demás parecían haber perdido interés por la caja de música. Grabriel y Verona estableciendo sus nuevas prioridades de ataque, y la niña satánica a la espera de las órdenes de Gabriel. 

Mientras decidía mantener la caja a salvo de la pequeña y no perderla de vista, el resplandor rojo que comenzaba a surgir detrás de la figura de Gabriel hizo que el contenido de su frase latina cobrara sentido; mucho se temía que si conseguían matar a Isabel, tendrían una nueva visita, y no iba a ser precisamente grata. 

Se mantuvo cerca de Silvia, con la total seguridad de que Verona iría a por ella en cuanto tuviera ocasión. Confió en que alguno de sus compañeros armados también lo tuvieran en cuenta. 

Ante el drástico cambio de situación, muevo ligeramente la pistola y apunto a mi "jefe" mientras avanzo aprovechando el hueco creado por el Tango caído, con la clara intención de aproximarme a él para llegar al cuerpo a cuerpo. 

Mientras me muevo grito:

- Lo siento Señor Scarzo, pero me temo que, dadas las circunstancias, tengo que presentar mi dimisión. - Tras esto disparo contra mi ex-jefe, una cosa es ser leal y otra dejarme matar igual que mató a mis compañeros.