Partida Rol por web

Introducción

Basse-Terre, Isla Tortuga, en el año de Nuestro Señor de 1671.

Aunque las iniciativas del gobernador francés Bernard d'Ogeron han pacificado bastante a los otrora revoltosos bucaneros, la ciudad sigue siendo puerto seguro para los filibusteros, y sus numerosas tabernas y prostíbulos un buen lugar para gastar el dinero "honradamente ganado" en el mar... o para enrolarse en algún barco pirata. Por alguna razón (no importa cuál) habéis llegado hasta una taberna en la ciudad llamada "el Barril de la Suerte".Y es allí donde ahora os encontráis, varados en tierra sin un mísero doblón en el bolsillo ni patrón al que servir... al menos de momento.  Pasad y divertíos.

Entro en la taberna y echo un vistazo general.

Maldita sea mi suerte y la avaricia de los nobles. Por su culpa me veo escondiendome y buscandome la vida como un forajido.

Busco con la mirada un lugar desde donde observar la sala bien y escuchar lo que se dice por la noche pero donde pase lo mas desapercibido posible y me gasto una de mis ultimas monedas en tomar algo caliente.

 Este lugar no es el mio. Peleas, alborotos, alcohol... prefiero estar antes en una carcel que aqui. Pero que se le va a hacer. Si quieres comer y conseguir pasta, tienes que estar por estos lares. 

Me siento en alguna mesa lo mas alejado de las peleas y la gente haciendo pulsos. Espero hasta que ocurra algo de relevancia en la taberna

Valla nombre para una taberna el Barril de la Suerte, espero que lo que diga tenga algo de razon

Entro en la taberna observando lo que hay a mi alrededor. Lo que veo no me impresiona. Es un lugar sucio, donde a los clientes lo único que le importa de lo que están bebiendo es cuanto tardará en tumbarlos. Pero supongo que no tengo mucho donde escoger. El dinero que tienes en el bolsillo determina qué puertas se te abren. Y a mí ya no me queda nada. Ese es un lugar tan bueno como otro para volver a empezar.

Levantando el borde del vestido para evitar mancharlo con los restos de bebida y la suciedad que hay en el suelo me dirijo a la barra y pido una copa de vino.

Al oir a alguien pedir vino levanto la vista pensando en quien puede tener la clase para pedir algo asi en un lugar como este.

Y me encuentro mirando a una mujer que aunque parece tener bastante mas clase que el lugar en que estamos no deja de oler a mujer de alquiler.

La observo durante unos momentos pensando en lo despreciable de su profesion, entonces me doy cuenta de la situacion en la que me encuentro sin haberla provocado.

No juzgues a quienes no sabes porque han tenido que pasar hijo.

Las palabras de su padre le resuenan entonces en su cabeza.

-Jodido tugurio-musito mientras me retuerzo el mostacho desde la entrada de El Barril de la Suerte. Mas como siempre, me iría bien enjuagar las encías, así que me decido a entrar y avanzo entre la muchedumbre que abarrota el lugar: todos ellos florida jábega de cortadores de bolsas, piratas, tahúres, capeadores, desertores, rufianes y otra morralla. En fin, carne de horca, gente peligrosa, desertora en potencia, tan propensa a amotinarse como a acuchillarse entre sí; y que siempre lo hacían con el rigor necesario a tal oficio. Como yo, vamos.

-¡Tabernero! ¡Un azumbre de vino!-grito entre la barahúnda de parroquianos tirándole mis últimas monedas-Y si puede ser, de los que no te hacen escupirlo cuando lo pruebas...

En esos momentos comienza un vocerío en la calle. Muchos ruidos parecen venir de la lejanía siendo pequeños sonidos y poco a poco su volumen va aumentando. Parece que se está acercando al lugar donde estáis. Vosotros, al igual que el resto de parroquianos de la taberna miran con estupor la puerta de entrada, que permanece cerrada.

Las voces siguen aumentando. El tabernero, un hombre negro de grandes dimensiones y dueño de la taberna, parece estar asustado porque sabe que se acercan posibles problemas... Los rumores en la taberna se suceden constantemente.

En esos momentos entra un tipo con unas formas poco comunes, escupiendo por la boca y empujando a cualquiera que se cruzaba en su dirección. Detrás de él estaba todo el griterío: parece que las gentes de la ciudad le seguían, coreándole. En esos momentos miró al dueño del "Barril de la Suerte". Hizo un gesto con sus manos y el tabernero echó a varios de sus clientes de la mejor mesa que poseía.

Allí el tipo se sentó, junto con otros dos algo más jóvenes que él, se quitó un cuchillo de su pantalón (pues le molestaba) y lo clavó con fuerza en la mesa mientras tanto. Podían verse un par de pistolas cruzadas en su enorme faja. Luego habló:

Miré a los presentes... parecían una pobre escoria en comparación con los que había visto en otras tabernas...

Bien... , calla... per... bien... ¡Aarrgghh!! ¡calláos bastardos! -dije en voz alta ante el incesante vociferio-, LaFleur "El Francés" os hace llamar. Necesita gente que se eche a la mar. Está reclutando gente para su convoy. La paga, por supuesto, es buena...

Me giro a mirar al tipo que ha hablado y valorar su aspecto.

Dime con quien andas y te dire quien eres.

Echando un ojo al tipo en cuestion no parece que sea muy cierto lo de que la paga sea buena.

Veamos si dice algo mas que pueda resultar de interes. Como el tipo de convoy que es y demas o donde hay que informarse.

Varado otra vez en tierra, maldita sea mi estampa, desde los 5 años en la mar y aun a mis 28 años me toman el pelo, sin botin, sin el esfuerzo merecido de incontables asaltos a barcos mercantes, pero bueno, otra vez a empezar, habia combatido junto a Españoles, Ingleses y Franceses, donde se enrolaría ahora?, no tenia ni idea, pero esta vez, seria diferente, esta vez andaria con mas cuidado... o al menos eso espero.

con la esperanza nueva, veo una taberna y me dirijo a ella, salen borrachos, con aspecto de marinos, bucaneros y demas ralea, compañeros de profesion, asi que sin mas entro pues es un buen sitio para empezar.

al entrar veo mesas llenas de gente bebiendo y riendo, empujandose unos a otros, y luego en un rincon en unas mesas apartadas a dos personas que parecen observar el lugar, pero que no tienen aspecto de querer contratar a nadie, asi que sigo mirando y veo una mujer en la barra con una copa de vino y algunos hombres alrededor, eso seria un buen comienzo para una pelea, y si salgo bien parado seguro que hay un contrato, pero esperare por si se inicia alguna, es mas seguro entrar a media batalla.

asi que me acerco y por el medio de la sala observo una mesa con algunos bucaneros, la mayoria de ellos dormidos encima de la mesa borrachos, me pongo al lado de uno y le empujo lo justo para que deje la silla libre, me siento y digo al que aun queda despierto en la mesa mientras cojo el baso del que esta dormitando en el suelo

- Por la Bebida y las mujeres!, que no se acabe nunca! y termino con una risa y un buen trago.

Señor Acuña, eres capaz de leer los post anteriores al que has puesto tu en esta escena?

LaFleur el Francés. No conozco su nombre, pero tampoco es tan extraño. Hasta no hace tanto, entre mis amistades no se encontraban el tipo de pessonas que considerasen de buen gusto las hazañas de los criminales y piratas como tema de conversación. Al pensarlo, sonrío con amargura. Esos mismos "amigos" son los que me dejaron abandonada, y ni siquiera se dignaban a recibirme cuando las cosas empezaron a ir mal para mi. Quizás el cambio de ambiente no sea tan malo.

-¿Un viaje por mar?Qué perspectiva tan divertida¿Y qué tipo de gente está buscando, señor de LaFleur? ¿Y para hacer qué, exactamente?

Puede que el tono y las palabras que he usado no sean las más agradables y cordiales, demasiado insolentes para mi propio bien, pero mi mal humor ante mi situación me hace ser imprudente. Claro que no es que tenga mucho que perder, además de la vida. Algo que, en estos momentos, tampoco vale tanto

señor director, si, por eso lo del comentario de los dos PJ sentados en mesas mirando al resto... , la chica con el vino, aunque he puesto un poco de imaginacion, es verdad...

lo dices por eso o por otro particular?

aunque no se si todos, pq la respuesta de la cortesana, sobre lafleur, no se a que viene... no estare como destinatario en algun correo.

Ya esta Acuña, revisa toda la escena. la respuesta de lucía (y tu duda) era de un par de post que no podías ver. (uno mio y otro del pnj chandock). Revisa todo y puedes seguir. salud

Luego me fijo en un hombre que se ha sentado en el mejor mesa de la taberna, que ha sido desalojada por el tabernero con presteza. Me echo un poco hacia atras, para saborear la cerveza que tenia el hombre que esta durmiendo en pleno suelo y intento escuchar lo que comentan los mas cercanos a mi, pues no me he percatado de lo que ha dicho ese hombre al que todos prestan atencion.

entre los murmullos consigo entender que debe ser "el Frances" y que recluta hombres para un convoy. Bueno, eso es algo por lo que empezar, asi que me levanto cogiendo la silla con el taburete con una mano y la jarra con la otra, me acerco al tipo mientras doy otro sorbo a la cerveza y le digo:

- Señor, disculpe, entonces llego a la mesa y poniendo el taburete en el borde me siento como si tal cosa mientras vuelvo a dar otro sorbo a la jarra depositandola despues tranquilamente en la mesa y termino diciendo - Pero cual seria la paga? y cual nuestra mision, si me explica un poco lo mas seguro es que vaya con usted y muchos de los aqui presentes.

hago una pausa comprobando que todos se han callado y observan atentamente por lo que concluyo

- Bueno en que consistira el trabajo y la paga?

De uno en uno... ¡¡de uno en uno!! ¡En alta mar no toleraremos estas impertinencias!! Si queréis encontrar tesoros debéis ser disciplinados!

Juan hablaba al hombre que había entrado acerca de la misión y la paga, le preguntaba sin cesar, al igual que lo hacía una jóven muchacha (Lucía) sobre las pretensiones que tenía acerca del reclutamiento. Sin embargo, el hombre que había entrado acompañados de dos sujetos parecía hacer un reclutamiento estándar... como muchos piratas lo hacían (de manera muy rudimentaria).

¡Calma, lobos del mar! -dije ante los empujones para colocarse en las proximidades de mi asiento. Pero los empujones no cesaron.

¡¡Haced una fila si queréis enrolaros!!  -grité. ¡¿Acaso no sabéi hacer ni siquiera eso?! Veamos, usted... -dije dirigiéndome a Juan Acuña.

Nombre, profesión y dígame qué puede aportarnos en la mar... ¡Háble ya!

Poseía una pluma y un par de folio amarillentos donde haría todas las anotaciones de los candidatos.

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Turno de Juan Acuña para la entrevista. El resto esperad.

sonrei, pues iba a ser el primero de la lista, asi que como la gente apretaba y empezaba a vociferar para que no me tiraran del taburete me levante momento en el que se vio mi cimitarra y el espadin sugetos al cinto y a la faja una pistola y a la espalda un mosquete de mecha y me dirigi al que me hablaba:

- Señor, llevo desde los 5 años en el mar, he luchado con españoles, franceses e ingleses, lo he hecho tanto en tierra pero sobre todo en el mar, soy bueno, en los abordajes y en disparar cañones, y si es necesario puedo ayudar en la navegacion del barco.

se aguantando los empujones de la gente que se agolpaba ahora cada vez mas a la mesa a la espera de la decision de mi prosimo capitan.

Miré de abajo a arriba Juan.

Abordajes, ehmmm? Uhmmm.... -asentí y apunté en la hoja de notas. Muy bien. ¡Siguente! A ver usted, encanto -dijo refiriéndose a Lucía. ¿Qué hace una mujer de manera tan solitaria en un tugurio como éste?

La verdad esque Chandock tenía bastantes prejuicios sobre la mujer.

Observo el caos que se monta por embarcarse a un convoy del que aun no ha explicado nada el reclutador.

Parece que a la gente le da lo mismo si se embarcan en un barco esclavista que de contrabando de copra o cualquier otra cosa.

Se ponen como borregos a hacer fila dandose empujones y montando broncas. Lamentable.

Necesito largarme de aqui, pero no a cualquier precio ni de cualquier manera. Prefiero que me encuentren y me maten a tener que traficar con personas por ejemplo.

Sigo tomando mi cena caliente tranquilamente.