Partida Rol por web

Ricardo se tira al suelo inmediatamente a la voz de ¡Estamos rodeados de indígenas! ¡cubríos!. Y procede a encender la mecha de su pistola, a cebar la cazoleta y a meter a toda prisa la bala.

estoy observando alrededor cuando de repente cae el cuerpo inerte de Chandock sin saber como ni pq, me quedo atontado sin saber que hacer, a pesar de que un grito de mis compañeros intenta inculcarme la razon de cubrirme donde sea.

Al escuchar el grito del marinero, Lucía reaccionó instintivamente. Echándose al suelo e intentando hacerse lo menos visible posible protegida por la vegetación, intentó localizar a los que disparaban.

-¡Acuña!¡Al suelo!-gritó al ver a su compañero incapaz de reaccionar.

Ricardo, pese a que ves quién dispara la flecha, no llegas a saber que quedó clavada en la garganta del contramaestre y que está cayendo sobre vuestras cabezas. Viste que la flecha iba a vuestra posición, pero dudaste si era a vosotros, al propio Chandock o vete a saber tu a quién. Es como la típica bomba de película que hace explotar por ejemplo un coche, en el que el protagonista sale corriendo y salta casi instintivamente justo en el momento preciso (pura suerte o percepción del peligro). Esto es parecido.

Lucía, sentir peligro exitosa. Ricardo y Juan, os hago una tirada de agilidad para ver si esquiváis.

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 Lucía se arrojó al suelo, sabía que algo no iba bien, y justo cuando estuvo entre las ramas, más o menos a cubierto de los tiradores de la colina, comprobó como el cuerpo de Chandock había caído. Gracias al grito de la mujer hacia Juan, éste se percató de lo mismo una vez mirar lo que se avecinaba por fuerza de la gravedad... Juan cayó a un lado.

Sin embargo, Ricardo, que también estaba bajo Chandock, justo al lado de Lucía, no pudo percatarse y los gritos y el desconcierto le pudieron. En esos momentos, el cuerpo de su contramaestre cayó sobre él antes de que pudiera reaccionar. No le cayó de lleno encima, sino que las piernas del malogrado Chandock impactaron contra la espalda de Ricardo, dándo una patada inerte brutal.

Ricardo cayó al suelo, dolorido, mientras justo despues el cuerpo impactaba contra el suelo y se desencajaba por varios sitios. Sin duda bien podría estar vivo Chandock aun con la flecha clavada en su garganta, pero el golpe contra la orilla y pequeñas rocas junto a la cascada remataron su final...

El resto de la tripulación, al grito de "A cubierto!!", se lanzaron contra el suelo y rocas. Todos habían ahora localizado el lugar desde donde habían disparado el dardo. Ahora todos preparaban sus armas: parecía una emboscada.

-¡Cuerpo de Dios!-gruñe Ricardo mientras cae tras el golpe. ¿De dónde ha venido eso? Cuando deja de rodar se percata, dolorido-joder, Chandock, jodiendo hasta el final, ¿eh? Entonces, el gaditano se parapeta lo mejor que puede detrás del contramaestre y trata de prender la mecha, cebar la cazoleta, meter la bala y en fin, todas esas cosas que se hacen antes de disparar contra algún hideputa que quiere hacer exactamente lo mismo contigo.

PNJOTIZADO.

Me tiré al suelo mientras gritaban los marinos. Parecía que habíamos entrado en algún terreno ocupado. Mientras contemplaba cómo se había precipitado Chandock, preparé mi pistola mientras desechaba la sola idea de ir a tomar el pulso al contramaestre, por la caída fue brutal y aquello era ya un cuerpo inerte... No hacia falta ser médico para darse cuenta de ello...

cuando escucho la exclamacion de mis compañeros, salgo de mi mundo y me tiro al suelo detras de la primera piedra o arbol que encuentro, no se si me cubro bien o mal, pq no se de donde vienen los tiros, pero intento tener ocultos las elevaciones de los alrededores.

En esos momentos, asomaron cuatro cabezas sobre la colina. Comprobásteis como un conjunto de arcos atusaban los arbustos y os atacaban. Todos parecían nerviosos...

Stephen y James, que estaban acurrucados en la maleza juntos, corrieron desesperados a la chalupa. Parecía que su única pretensión era huir, pero la verdad es que habían tenido una idea: alcanzar el pequeño falconete y las balas de la chalupa. El resto era claramente predecible..., sin embargo aún tenían que llegar a ella con sumo cuidado, desatarlo y recoger munición, traerlo a su posición, y confiar en que Dios les diera la fortuna de que aquella salva impactara en su enemigo...

Por otro lado, Acuña, que había preparado su arma, recogió su pistola y cargó su mosquete medio tumbado. Acto seguido, se giró sobre sí mismo y comenzó a disparar a los bultos en cuanto vio a aperecer siluetas a unos 35 metros, sin embargo, al hacerlo casi tumbado, su precisión parecía no muy acertada, y los tiros ni siquiera movieron las ramas de destino.

Pronto la amenaza se cerniría sobre ellos. Tres de las siluetas dispararon simultáneamente, algo cohibidos por el disparo de Juan. Las flechas comenzaron a volar por los aires, y, aunque fueron disparos rápidos, podía verse su recorrido durante un segundo... Uno de los arqueros (el 3) hizo impactar su flecha al lado de Marcus, otro (el 1) impactó en el brazo de lucía (ver localización en las tiradas), y la ultima de las primeras tres flechas (crítico de arquero 2, combate = muerte (reglamento)) fue a parar a Marcus, el cual había levantado la cabeza aún encontrándose tras la inexistente protección de los arbustos.

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Ahora os dejo un margen para que roleéis este fagmento (si queréis): El marino Marcus acaba de morir. Maña sigo con los turnos de los sucesivos piratas y luego os toca a vosotros. saludos.

Por cierto. El daño contemplado para flechas es: 2d6. Puedes tirar tu daño, Lucía y calcularlo.

mi disparo fue erratico, pero quizas lo suficiente como para distraer la atencion de los demas, en fin, no habia tiempo para dudar, asi que cargo el arma y busco una proteccion mas acorde detras de un buen arbol, cuando lo hayo fue hasta el y se puso de rodillas para estabilizar el tiro, cargo la municion y cuando lo termino, busco un objetivo al que disparo sin diolacion...

Émile vio como la flecha acababa con su compañero en un segundo. Su mirada quedó clavada en el cuerpo, al tiempo que hacía un gesto con la cara realmente aterrador. Sin dejar de mirarlo fijamente, tragó saliva, tocó su pistola de silla, y la cargó preparándose. Acto seguido, volvió a mirar al frente para disparar entre los arbustos. La bala pareció bailar entre las muescas de su cañón, pues se alejó demasiado. Por su parte Van Basten y Frank dispararon sus mosquetes hacia los arqueros.

Van Basten pareció hacer crítico... Disparó contra uno de los arqueros (el 3), y ¡Boom! el restallido de la bala en la carne animó a los marinos... ¡le había dado!. El arquero cayó hacia delante, y rodó unos 3 metros hasta que se paró (la pendiente era larga y no muy pronunciada). Pudísteis ver todos ahora claramente lo que con anterioridad percibió Ricardo en la colina:

Era la silueta un hombre, más bien un indígena de aquella selva tropical, ya que llevaba los pertinentes "distintivos" que lo distinguían: peculiar corte de pelo, pinturas rojas en su cara, hombros y pechos, a modo de líneas, nariz, oreja y labios agujereados por grandes pendientes circulares y alargados, así como grandes collares de madera y hueso. Parecían tener un rudimentario carcaj de pellejo atado a la cintura.

En ese preciso instante, cuando veíais la caída de uno de ellos, otra flecha fue lanzada. Quizá fruto de la sorpresa por la muerte de uno de los suyos o por el disuasorio humo provocado por las armas de fuego de los marinos, la flecha quedó clavada en un claro donde nadie había.

Acto seguido, Ricardo, que había percibido a conciencia a los que emboscaban, intentó cubrir a James y Stephen.

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Turno de Ricardo. La acción que hagas ahora contabiliza como turno. Tienes un +1 en tiradas de disparo para este turno por tu percepción. Por cierto Lucía, el dardo que te clavaron, en realidad sólo te rozó... (se me olvido decirlo, ya que al contabilizar el daño no era positivo).