Partida Rol por web

El saco de Boom

Plantando el cerco (Escena 1)

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01/12/2014, 19:37
Director

El tiro de Vélez dió en la mano a un piquero que abatía su arma. La bala atravesó la mano limpiamente y detrás de ella, le entró por el sobaco, uno de los huecos de la armadura, dando con él en el suelo faltándole la respiración. Los arcabuceros descargaron detrás de él una andanada en rápida sucesión. Ya casi podían tocar las moharras de sus picas, pero la pólvora negra lo sumió todo en una bruma espesa que comenzaba a dificultar la visión. Uno de los que disparó fue Moritz, que le pegó un tiro a un coselete holandés en el centro del pecho, destruyendo su armadura y el corazón que había detrás. El holandés cayó al suelo como un muñeco de trapo.

Buscando a su enemigo entre la bruma, Vilaplana dió al fin con el espontón del sargento. Le pegó un tiro que le pasó el cuello, ahógandole en sangre. Cuando el humo de la pólvora se disipó, vieron que habían terminado con más de la mitad de ellos, casi a bocajarro. Pero aquellos piqueros eran gente veterana, y entre ellos estaban los suecos, cegados por su reciente cadena de victorias. La muerte de los mandos solo les enfureció, y se lanzaron al cuerpo a cuerpo con resolución.

Con las picas, la ventaja era evidente. Su primer ataque provocó mucha mortandad entre los españoles. Se cobraron bien cara la muerte de sus compañeros, matando a un poco más de la mitad de los cien arcabuceros y mosqueteros. Los hombres caían por doquier, y sin embargo se mantenían firmes en su puesto hasta el último momento. El combate comenzaba a pintar mal, y tendrían que rematar a aquellos hideputas al arma blanca, o serían rematados. Otra opción era huir hacia el bosque, donde no podrían perseguirles con tanta rapidez. Pero la diferencia entre retirarse y el sálvese quien pueda podía no ser tan evidente entre los hombres.

Sea como fuere, Moritz cogió su montante dispuesto a abrir el hueco. El objetivo estaba claro: el alférez enemigo. Había que abatir al menos tres picas para llegar hasta él, pero podía crear un hueco por el que sus compañeros pudieran entrar.

- Tiradas (8)

Notas de juego

-3 a la voluntad de los holandeses

Bríos de los piqueros pasan de 16 a 6.

Bríos de los arcabuceros pasan de 12 a 5.

Combate contra piqueros

La distancia inicial para atacarles es "de pica". Si se maneja una ropera o arma corta, hay que realizar una "entrada" o un "trabar" para llegar a distancia de espada. También se puede realizar una defensa normal que, de ser exitosa, nos lleva en el siguiente turno a distancia de espada.

Excepción del montante por su longitud, puede atacar a los piqueros sin necesidad de entrar en combate cerrado. Si realiza una defensa completa de tipo barrido, apartará además 1d3 picas, facultando a sus compañeros a entrar en combate a distancia de espada automáticamente con dicho número de piqueros.

El piquero que se defiende a distancia de espada contra un enemigo sufre un penalizador si quiere atacar con la moharra por tener que acortar el arma. También puede utilizar la pica como un bastón (daño base +0) sin penalizador alguno.

Un ataque de pica sobre una espada de esgrima es el de un arma pesada sobre otra que no lo es. Si es obtienen un 6 en la tirada de parada (las desglosaremos), pierde el arma. La regla no se aplica cuando la pica es utilizada como bastón, y tampoco cuando la pica se enfrenta a un montante.

Buena suerte y si veis luego a Hoffman, le podéis retar a duelo en nombre de los que la han cascado vilmente por su magnífico plan.

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01/12/2014, 19:41
Pedro Negrete

Ala, un hereje menos. Pienso para mi, con media sonrisa dibujada en el rostro. Sin embargo, no tarda en sustituirle otro. Este parece más mozalbete, pero sabe Dios que se lo voy a poner muy dificil. Ante su movimiento de pica, con intención de tirarme al suelo, yo intento desviar su pica.

- Tiradas (3)
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01/12/2014, 20:01
Director

El acero de la pica del muchacho holandés entró, frío y sin remordimientos. Partió un faldón de la escarcela y atravesó el faldón de su jubón de armar como si fuera mantequilla. La punta entró unos centímetros, dando en el hueso de la cadera, aunque sin mellarlo ni partirlo. El chaval intentó tirarle al suelo empujando, pero Negrete parecía una estatua. Siquiera se movió un centímetro.

El dolor era intenso, pero no tanto como para desmayarle. El chaval le había pegado un buen golpe, pero se había expuesto tanto al ataque que ahora podía tirarle él otro picazo, casi sin posibilidad de respuesta por su parte. Tocaba la revancha. Y luego si vivía para contarlo, una visita al físico.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Recuerda que los modificadores "positivos" restan a la tirada (sacar menos es guay). No obstante se te quedaría en 11 y sigues fallando por dos punticos.

Pierdes 5 PV en la zona del abdomen.

Puedes realizar un ataque normal en la segunda parte del turno.

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01/12/2014, 23:03
Pedro Negrete

Apreté los dientes ante aquel picazo, sintiendo la moharra fría en mi costado y el dolor intenso. Maldije a ese hideputa, y recogiendo fuerzas, y aprentándo mas los dientes, intento atraversarle yo la coraza a aquel hereje. Puede que de esta no la contara, pero al menos intentaría llevarme por delante a los más posibles, y así morir con la honra intacta. Morir como un hombre por su patria.

- Tiradas (1)

Notas de juego

En las tiradas de ataque anteriores creo que me equivoqué y puse en dificultad 14 (que es lo que tengo en la habilidad armas de asta), en lugar del ataque que es 13. De todas formas, por suerte, aun siendo 13 hubiera pasado la tirada.

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02/12/2014, 01:01
Director

Notas de juego

Tirame daño y localización. El daño de la pica es +5.

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02/12/2014, 01:09
Pedro Negrete
- Tiradas (2)

Notas de juego

Vale, el +5 creo que ahora si sumaba. Serían 7 pues. Siento las confusiones.
 

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02/12/2014, 01:28
Director

Las tornas se nivelaban. O quizá era un decir. Por que con tal fortuna que Negrete le pegó un golpe de pica en el rostro que le hizo polvo al chaval la quijada y le perforó la sangre. El dolor se volvió intenso, pero con muchas asaduras consiguió seguir peleando.

Le tiró un nuevo golpe de pica, ahora lleno de pavor, más que de rabia.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tira una defensa normal y luego un ataque normal, ambos a tu elección. Si sacas la tirada de ataque, le das. Así que en tal caso, daño y localización.

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02/12/2014, 01:51
Pedro Negrete

Aprovecho su momento de pavor para intentar desviar su pico con una maniobra, y despues intentar hendirle bien en carne. Ahora yo si estoy con rabia, que más que nunca me va la vida en ello.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Me mata a mi el rubiales este....Me confundí en la primera de defensa, la segunda, la buena, un fracaso.

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02/12/2014, 06:53
Martín Vélez Manrique
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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02/12/2014, 06:59
Martín Vélez Manrique
Sólo para el director

Notas de juego

Ha desaparecido lo que queria hacer, que da igual dado que he fallado con la pistola, si es que soy gafe, ya lo dije.

Si el aleman me abria camino, ganar el cuerpo a cuerpo con el piquero y disparar a bocajarro a la mano derecha de este para inutilizarle y dejarme la defensa con la ropera por si me atacaba. Si la premisa a funcionado debo estar con mi mejor cara de tonto mirando al piquero con la pistola que no a funcionado, y él sorprendido de estar vivo. Porque entiendo que es un fallo con la pistola, me encantaria equivocarme.

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02/12/2014, 09:20
Karl Moritz

Después de la granizada enemiga puedo ver a compadres por el suelo, retorciéndose de dolor, tapándose boquetes por los que se les escapa el alma... Imágenes ya vividas en otras ocasiones, en otros lugares. Sólo el dolor y la angustia se repiten.

Quien a la guerra muchas veces va, o deja la piel, o la dejará...

Sin querer me viene a la mente ese dicho español, aunque lo desdeño al momento, por tomarlo por mal augurio.

Me avanzo hasta el muro de picas y con dos recios golpes de montante aparto dos picas para abrir algo de hueco que puedan aprovechar otros soldados y empezar a abrirse paso hacia delante.

Aquí iría bien la buena mano de Negrete...

 

- Tiradas (2)
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02/12/2014, 09:50
Perot Vilaplana i Llonch

Un altra que va a la cassola de Pere Botero (otro para la olla de Satán). Piensa Vilaplana al ver caer el sargento... Pero los rubios se le echan encima con las picas. Nunca ha tenido que enfrentarse a algo así en su experiencia de salteador, así que suelta el arcabuz, retrocede un paso, y desenfunda su pistola. Le suelta un pistoletazo al primer bávaro que intente ensartarle.

- Tiradas (1)
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02/12/2014, 22:10
Director

Notas de juego

Tírame daño, 2d6 (sumas ambos dados por bocajarro) + 2. Y la localización, claro.

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04/12/2014, 17:57
Perot Vilaplana i Llonch
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Ups, sí. Perdón

tras disparar desenfundo la ropera. No creo que me den tiempo a recargar

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05/12/2014, 22:04
Director

Había llegado el momento de matar o morir. Holandeses y españoles se enzarzaron a golpes de pica, mientras algunos osados intentaban entrar por ellas para atacar a espada. Todo se volvió confusión, y entonces Dios reconoció a los suyos. Negrete, que estaba pasando un mal rato, le metió una lanzada al chaval holandés que, de haber sido otra persona, le hubiera matado en el acto. Le pasó el pecho de parte a parte, dejándole en el suelo más muerto que vivo.

Hoffman se materializó entonces detrás del coselete, disparando su pistola de caballería al alférez holandés. La bandera cayó, pero inmediatamente un soldado tiró su pica para cogerla. El ánimo no decayó, pero el de los españoles aumentó. La balanza comenzó a nivelarse de su lado, y ahora atacaban cuesta abajo, pasándoles por las picas, acuchillándoles en corto con furor homicida.

La escuadra de mosqueteros disparó sobre los holandeses cuando hicieron un alto para reorganizarse, diezmándolos irremediablemente. Entonces, su ánimo se quebró, y comenzaron a retirarse. Se tocó a degüello, y los españoles se lanzaron a espada y daga, entrando por las pocas picas que osaban formar algo parecido a una media luna. Algunos holandeses entraron en pánico y corrieron, desbaratando la formación. Al cabo de treinta minutos, los últimos rezagados fueron degollados, y se salvó poco holandés, solo a costa de tirar las armas y correr como alma que llevaba al diablo.

Negrete se tocó la herida. Ahora le dolía más. Estaba vivo, sin embargo, y habían ganado.

- Tiradas (7)
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05/12/2014, 22:41
Director

El combate se volvió una locura. Los españoles, sedientos de venganza, descargaban arcabucazos y tiros de pistola a bocajarro, se lanzaban entre las picas con espadas y dagas, casi con furor suicida. Moritz apartó dos picas con sendos batimentos sobre el asta, descargando golpes de montante con destreza. Por esas picas entró Vélez que tiró de pistola, pero ésta se encasquilló en el mejor momento. Sin prestarle más atención, la tiró al suelo y sacó la daga, pues ya tenía la espada en la otra, dispuesto a acuchillarse con aquel hideputa. Éste intentó atacarle con el asta de la pica, como si fuera un bastón, pero Vélez lo detuvo la intención y caminando unos pasos, le dejó vendido al entrarle a distancia de daga, donde no podía hacer otra cosa más que soltar la pica o prepararse para morir.

El disparo del catalán impactó en otro de aquellos hideputas, pero tuvo la suerte de que parte del impacto lo detuvo la coraza, con lo que le provocó una herida aparatosa en sangre pero de poca consideración. Con evidente molestia, el holandés, que era alto y pelirrojo, le tiró un golpe de pica que terminó resbalando por encima del parapeto de la trinchera, para alivio de Vilapana.

Los reiters que estaban al otro lado del camino, hasta ese momento inactivos, aprovecharon la cercanía de los piqueros para tirarles una descarga por el costado, haciéndoles mucho daño. Tanto daño que acabaron desbaratados, rotos. Vélez mató al piquero que tenía delante, atravesándole la garganta con un golpe de daga, mientras que Moritz rebanó el brazo de su compañero componiendo un gesto de satisfacción. El piquero que se enfrentaba al catalán retrocedió, y tras unos pasos, soltó la pica para salir corriendo con muchos tropiezos.

El alférez de reemplazo, un cabo veterano, sostuvo el campo con los últimos que quedaban de entre las picas, que fueron atacados inmisericordemente. El montante del alemán segaba vidas con pasmosa facilidad, y Vélez se había propuesto llegar hasta el alférez. Estaba a tres metros de él, bregando junto al catalán, que había abandonado el escepticismo para sumarse a la borrachera homicida. Pero cuando iban a echarle el guante, sonó un tiro detrás de ellos, y el hombre cayó como un fardo. El pequeño Martín, que sostenía el pedrenyal del catalán, lo había descargado sobre el alférez.

Vélez se hizó con la bandera caída, mientras sus hombres remataban a los piqueros más cercanos. Los arcabuceros, viendo como pintaban bastos, comenzaron a retirarse. Y en la retirada, que pretendía ser ordenada, se toparon con sus compañeros que corrían como gamos, y comenzaron a imitarles. Vélez sostenía una bandera con las armas de la casa de Orange, y sus hombres se debatían entre la galima, el degüello y felicitarse por estar vivos.

Durante un momento, sus vidas habían pendido de un hilo. Pero habían conseguido la victoria. Una victoria costosa. Treinta arcabuceros jamás volverían a pisar su tierra.

- Tiradas (1)
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06/12/2014, 07:50
Martín Vélez Manrique

Mientras ataba la bandera, para poder llevarla mas comodamente y presentarla a sus superiores, dio un vistazo al campo e batalla. La batalla habia sido dura, la treintena de camaradas muertos asi lo atestiguaba, y habia estado indecisa hasta el ultimo minuto, un empujon mas de los herejes o un momento mas de vacilacion de los retiers y serian ellos quienes estarian saqueando, ¡aunque sabe Dios que bien poco se iban a llevar!

-Caro a costado, y mas podia haberlo sido-murmuro.

Se cercioro que todo sus compañeros mas inmediatos estaban bien, en especial Martin, cuya actuacion habia sido providencial, los tudescos y el catalan estaban a lo suyo, pero desde luego se lo merecian.

Recogio durante unos minutos algo para el, una vez termino con la bandera y dejo que la avaricia se apoderara del campo unos minutos mas ya que era la magra recompensa del soldado.

Despues grito al campo.

-Recogan sus mercedes con presteza armas de fuego, balas y polvora, asi como comida que puedan tener, tanto de los nuestros como de ellos y vayan acabando hay que volver rapido para ayudar en el campamento si ello fuera preciso.

Fue por el campo de batalla reuniendo a los soldados para que fueran cumpliendo sus ordenes, utilizando a Karl como interprete con los retiers.

-¿Todo bien Karl?, mientras se cercioraba que no tenia heridas.

Dejo a este convenciendo a unos compatriotas que dejaran el saqueo para improvisar una parihuelas para los heridos y se acerco al catalan. Al que vio que tambien estaba en buena forma, le dio unas palmadas.

-Buenos disparos catalan, el hideputa del capitan de los herejes estara ya ajustando cuentas con Satanas. Termine rapido y escoja un par de hombres, acostumbrados a moverse por el bosque, rapidos de piernas y cabeza que se adelanten con vuestra merced para ver si alguien viene detras de nosotros y cubrir nuestra retirada. Estara detras nuestro, otro grupo llevara  a los heridos y las provisones de guerra y boca que podamos arramplar, con el resto me adelantare los mas deprisa posible, y si esos bastardos nos dejan hasta el campamento, por si fuera precisa nuestra ayuda.

Despues se acerco a Martin esbozando una abierta sonrisa.

-Os habeis comportado muy hidalgamente hoy, no dudo que sereis un magnifico soldado en breve, habra que atender a vuestra educacion en el manejo de las armas cuando tengamos un poco mas de tiempo. Muy bien Martin, ayuda ahora a recoger lo preciso y quedate con el grupo de los heridos y el botin si el catalan no te precisa.

Reunio al resto de arcabuceros, indicandoles que cargaran sus armas,el tambien lo hizo, mando una pequeña avanzadilla con alguien despierto, tambien, para batir el terreno por delante.En lo que se terminaba de preparar el grupo ayudo a vendar a algunos de los heridos que quedaban.

Despues dio un vistazo, se cercioro que el catalan no le indicaba nuevas fuerzas enemigas, que delante no descubrian que hubiera ninguna emboscada y a paso rapido dirigio a los supervivientes hacia el campamento no sin antes coger la bandera.

San Pedro tendria que esperarle un dia mas.

 

 

 

 

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07/12/2014, 18:08
Pedro Negrete

Voto a Dios que allí me ví morir. Sin embargo, parece que todavía no era mi hora, y la fortuna de los holandeses se disipó y salió a lo sálvese quien pueda. Los españoles volvimos a dejar claro nuestra superioridad, ya no solo como pláticos, sino como hombres de hígados que nunca se achantan. Así lo dejé ver yo, contra todos los que me atacaron, y aun herido y perdiéndo sangre, intenté llevarme por delante a cuantos más herejes mejor. Porque si esa era mi hora, lo sería a lo grande, como un español.

Pero no. Los ánimos de la tropa holandesa fueron mermando, y en poco comenzaron a salir corriendo como damiselas desprotegidas. Habíamos ganado, y yo seguía vivo. Miro alrededor cuando la batalla acaba, valorando daños, por si tengo que socorrer a alguien que esté más maltrecho que yo, y luego dirijo una mirada a mi costado, ahora valorando mis daños. Tanteo un poco con la mano para ver profundidad, y cuando podemos desmontar el tinglao, no tardo en buscar a un físico, o me desangraría allí mismo. Y después de haber ganado una más a aquellos herejes, y aguantar el proceso, ahora si que no quería irme al otro mundo por la puerta de atrás, como quien dice.

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08/12/2014, 15:43
Perot Vilaplana i Llonch

Vilaplana se queda viendo como huyen los holandeses con la ropera en la mano. Ha ido de poco que un hereje no le ensarta como un pollo con la pica...

- Bon tret, chiquet (buen disparo chaval).- le dice al joven mochilero. Se va a ver al oficial al que ha matado para ver si puede rapiñarle algo. Un anillo, un colgante, una bolsa de florines... El instinto de bandolero le sale a la piel. También busca cartuchos de papel o pólvora y balas, que todo va bien para mandar rubios al infierno.

¿Esperan que vaya él de descubierta? Se hace un poco el sordo mientras busca en la bolsa del oficial.

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09/12/2014, 09:54
Karl Moritz

Me dedico al oficio que me es propio, blandiendo el montante a diestra y siniestra, a la vez que miro de no acabar con el pellejo agujereado.

Finalmente parece que flaquean y empiezan a retirarse, a lo que les dejo hacer.

Enemigo que huye...

Pienso, mientras miro el brazo cercenado a mis pies, obra de mi estimado montante.

Cuando ya veo que la cosa está clara y no es una treta del enemigo me dedico a desvalijar a los muertos, empezando por el coracero del tiro en el pecho, que parecía hombre de posibles.

Luego me ocuparé del del brazo... Pocos me podrán discutir este como presa mia.

Siempre me ha gustado eso de que cada uno reclame sus propias bajas, por mucho que las ordenanzas militares digan lo de botín común y otras zarandajas*).

Escucho las órdenes del cabo, pero me demoro un poco, haciendo ver que no lo he oído, o entendido, y sigo a lo mío, hasta que me viene a buscar expersamente, yparece preocuparse por mi estado cuando pregunta si todo va bien.

Me miro el cuerpo, cubierto de sangre después del escabeche holandés.

Ja... Todo bien. No serr mía.

Comento, señalando la sangre.

Ja... A sus órdenes...

Le respondo cuando me pide hacer de intérprete a los reiters, y me dedico a la tarea de preparar el traslado de los heridos, dejando a unos pocos a la tarea de desvalijar a los enemigos caídos y que después nos repartiremos el botín entre todos. Hablo con el que está al mando de los reiters para no usurpar funciones y ser más fácil llegar a un acuerdo con ellos.

Notas de juego

* si no me equivoco...