Partida Rol por web

El saco de Boom

Tambores y horcas (Escena 2)

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08/01/2015, 20:58
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Observo al corchete con mirada firme y penetrante.

- ¿Quién detiene la palabra de Dios, hijo mío? Vengo en obra humanitaria de misericordia divina, en cumplimiento de los dones del Espíritu Santo. Y a ponerme a disposición de los cautivos en su derecho de confesión y alivio de su alma. Es voluntad de Dios. - añado.

La mirada ahora es inquisitiva. Dios está por encima de todos nosotros, del preboste y hasta del mismísimo rey. No me pueden negar el paso, o no deberían. Cuento con las monedas como as en la manga, igualmente pensaba utilizarlas para que no le fueran con el chisme al preboste e intentaran sabotear mi visita.

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08/01/2015, 21:49
Hans Schneider
Sólo para el director

Le doy un tiento a la bota y me enjuago la manga en el momento que veo pasar al capellán con Martín.

Espero a que vea alejarse los corchetes para responder a sus palabras.

Sin duda, sin duda... Mucho pisaverde hay en las guerras de nuestro Rey, cuando lo que hace falta son hombres de cuajo como sus excelencias. Hombres que se visten con los pies y que no se arrugan ante nada... ¡Con hombres como sus mercedes se gana el mundo, pardiez!

A lo que vuelvo a pasar la bota al compadre más cercano y señalo con la cabeza al capellán y al mozo.

Si me disculpan, voy a probar de unirme a esos caballeros y ver si puedo averiguar más cosas de nuestros compadres... Luego les traigo nuevas de cómo están las cosas allí dentro...

Doy un par de pasos hacia allí pero aún añado algo más.

Dios quiera que no haga falta llegar a lo del motín... Aunque Dios siempre esté del lado de los justos...

y con paso vivo me acerco al zagal y el capellán, con la esperanza de alcanzarlos antes de que lleguen a la tienda.

 

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09/01/2015, 23:33
Martín

A Martín le temblaban las rodillas y le sudaban las manos y eso ya antes de acecarse a la tienda de los prisioneros. Cuando el corchete de la entrada le impidió el pasó pensó que se le iba a salir el corazón por la boca. En los calzones llevaba metida, entre telas un pequeño cuchillo que pensaba entregar a los prisioneros, ya fuera para que cortaran su ataduras, ya fuera para tener una salida si pintaban bastos. Parecia una pequeña verga de metal dentro de sus calzones y le molestaba al andar, dura como estaba a pesar de no asomar, de eso se había asegurado bien, ni un pizca fuera de los calzones, incluso si le quitaran los pantalones, la hojilla no se vería. Ahora, cargado como estaba con las provisiones compradas por el clérigo aún pasaría más discreto si es que el corchete hideputa no les retenía tanto que Martín se acabara por mear encima o se les salieran las canillas con tanto tembleque.

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11/01/2015, 01:20
Director

Notas de juego

Tirada Díficil de Diplomacia. Para tirar díficil, 2d6 con modificador positivo de 6. Dificultad la de tu habilidad, que es 14.

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11/01/2015, 01:22
Director

El guardia estaba reteniendo en la puerta al capellán, y Martín se mantenía detrás en silencio, cargado como una mula. A Hans no le dió tiempo a llegar antes de que el guardia diera el alto al sacerdote, y ahora éste intentaba convencerle para le dejara pasar.

Se fijó en el chico y parecía que estaban llevando mantas y comida a los prisioneros. Así que ni corto ni perezoso le quitó un peso de encima cogiendo un puñado de mantas. Los guardias no se habían fijado mucho en él, por que tenían los ojos clavados en el sacerdote.

Quizá pudiera colarse con ellos y tener unas palabras con Moritz. Eso le haría sentirse mucho mejor consigo mismo.

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11/01/2015, 02:15
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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11/01/2015, 08:14
Luciano della Rovere

Saludo con varias vueltas e sombrero y se alejo apresuradamente, presto a cumplir su mision, hacia el lugar que ocupaba el tesorero como oficina.

LLamo a la puerta y tras un breve tiempo de espera entro sin mas preambulos.

-Buenas tardes excelencia.

Hecho un vistazo alrededor de la habitacion buscando gente que estuviera de mas en esa conversacion, lo que era en definitiva, todos, menos el tesorero.

-Me llamo Luciano della Rovere, y este es mi compañaro Ezio Contarini, estamos encargados por el mariscal para realizar una encuesta ya que se han detectado graves irregularidades en la tropa que hay que atajar.-Le presento las credenciales que le dio el conde-Estos son nuestros poderes. Nos seria de mucha ayuda si nos contestara a unas preguntas.

Miro en derredor.

-Seria mejor a solas ya que confiamos solo en su calidad de hidalgo para mantener la discreccion.

Espero unos ionstantes y siguio.

-Hay una serie de pagos realizados a algunos oficiales del ejercito realizados en tuilpanes que nos tienen un tanto desconcertados. Como persona versada en economia me gustaria que me explicara el valor real que pueda tener uno de estos bulbos, quien comercia con ellos, si alguien de la oficialidad parece dispone de algunos. Si no lo sabe y nos puede encaminar hacia alguno de los comerciantes que lo hacen tambien me valdra. Tambien si hay un comerciante que pueda comprarlos o venderlos que me indique quien son sus rivales comerciales en el lugar.

Sonrio de una manera que procuraba ser amable y alentadora pero que solo conseguia inquietar a su interlocutor.

-Tambien seria de mucha ayuda que me dijera cuanto pudiera del tercio español, en especial de los haberes o deudas de su oficial, y uno de sus capitanes, no recuerdo su nombre, el que esta haciendo tanto ruido con el asunto del castigo a sus hombres, y del preboste de este tercio. En especial si tienen deudas y con quien, si parece que las estan pagando o no.

Respiro para dar tiempo al tesorero para procesar la informacion.

-Hermoso alojamiento, lo que me recuerda que, si lo tiene por aqui, me indicara si el dueño de esta casa permanece por aqui o si han tomado a alguien del antiguo servicio para ayudar en la casa en estos momento, me vendria bien hablar con ello. El asunto requiere de su colaboracion y que sea presurosa, com es un tema delicado, no queremos molestar a estos caballeros con acusaciones infundadas, la discreccion y la rapideez son primordiales, ademas el mariscal se tomaria como una ofensa personal cualquier indiscreccion y como un favor personal cualquier tipo de informacion que condujera a la solucion de estos problemas.

Volvio a sonrerir intentando, otra vez, parecer amable sin ser amenazador, pero una vez mas, no lo consiguio.

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11/01/2015, 18:00
Hans Schneider

Le guiño un ojo al muchacho mientras le cojo un puñado de mantas y me aprieto todo lo que puedo al grupo, escuchando el intercambio de palabras entre unos y otros, dispuesto a entrar con Martín y el sacerdote, ahora que formaba parte del grupo.

Seguro que nos van a a dejar entrar... Con un capellán no nos pondrán problemas... A un ministro de Dios no se le puede decir que no a nada...

Pienso, convencido de mis propios argumentos.

¿Cómo estará mi compadre?

No puedo evitar que me venga a la mente tan funesto pensamiento.

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11/01/2015, 18:43
Director

La monotonía del presidio se rompió de forma sorpresiva. Los reos se dieron cuenta de que los guardias estaban discutiendo con una persona, como era habitual. Nunca dejaban entrar a nadie, y ellos tenían que malvivir turnándose para usar los camastros y pasando frío por las noches. El rancho no era más que bizcocho de munición y agua, a veces un vino tan aguado que casi no tenía sabor.

Los guardias de la puerta se miraron entre si, y no supieron que excusa poner al capellán de la compañía. Le dejaron pasar, y entró con Martín y el compadre de Moritz, Hans, que cargaban con mantas y alimentos frescos. Alabado fuera el señor. Allí se los quedaron mirando, alguno de ellos bastante maltrechos, como el catalán, que tenía la cara surcada de moratones y el labio partido.

-Gracias a Dios -dijo Hoffman, santiguándose.

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12/01/2015, 20:59
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Cuando quedamos solos en la tienda, con los guardias fuera, hago una señal a los cautivos de que usen un tono bajo de voz, por si tenemos terceros oyentes. Mientras hago un repaso visual de lo que me encuentro, heridas, signos de tortura…

- Santo Cristo…- digo mirando el panorama- Repartid mantas y alimentos, no vamos a tener mucho tiempo…- indico al pequeño Martin y al tudesco que se nos une a última hora. Yo me hago con las cataplasmas y me acerco a los más maltrechos para aliviar heridas.- Vuestros hermanos soldados os envían tales víveres…. Y ahora es cuando necesito colaboración de todos…Necesito que me relatéis todo para esclarecer la situación real, los verdaderos motivos, y ayudar a vuestras mercedes a salvar el cuello….Nadie sabe que se esta cociendo aquí adentro, se dice que os interrogan por separado...- miro a todos. En lo último que digo mi tono es quedo, entre nosotros. Voy al grano porque dudo mucho que nos dejen estar aquí dentro mucho tiempo.

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13/01/2015, 09:16
Hans Schneider

Me pongo a la labor al momento, reservando para mi compadre la manta más nueva y/o que tiene menos liendres.

Hago el reparto de todo lo que traemos, pues un soldado satisfecho habla más y mejor.

Tras intercambiar unas palabras de consuelo con Karl y ponerme al día de forma sucinta de su estado, así como informarle de como están las cosas fuera, me dirijo a Martín, pues del sacerdote nada sé y no puedo saber de parte de quien está.

Martín, muchacho. Mantén las orejas abiertas a lo que se diga aquí para poder explicármelo después.

Le digo a media voz, revolviéndole el pelo.

Le dedico una mirada de inteligencia al sacerdote y me dirijo hacia los guardias, dispuesto a verter mieles en sus oídos sobre la ingrata tarea de ser un guardián de unos compadres suyos, de lo penoso de sus guardias y otras zarandajas para así manetenrlos distraídos y ganar un poco de tiempo, además de no poder enterarse de lo que nos cuentan a nosotros... Y de paso saber qué opinión les merecen los prisioneros.

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13/01/2015, 17:49
Martín

Martín se alegró de poder entrar en la tienda de los presos y casi tropieza con una cuerda al entrar de golpe. Afortunadamente el tudesco, Hans, le había liberado de la mayor parte del peso que traía y pudo recuperar el equilibro antes de darse de bruces contra el suelo de tierra apisonada.

Por un momento había pensado en dirigirse hacia el cabo, su tocayo, por ser el superior y con quien se había visto más envuelto en el asunto del duelo. Pero temía que le riñera o que le abofeteara por haberlo liado todo más cuando él sólo había intentado salvarle el cuello. Martín prefería evitar esa confrontación hasta más tarde, quizás hasta nunca si las cosas salían tan mal que todos aquellos que conocía y quería acababan en el patíbulo. Por eso no fue hacia el cabo nada más entrar.

Se dirigió con presteza junto a Perot y le dió vino de una de las botas que llevaba colgando al cuello. Arrodillado junto a él se metió una mano en los calzones, si bien había tenido la prudencia de conservar una de las mantas y la colocó delante de sí, por lo que no se pudo ver que hacía con la mano allí metida. Tras un momento extrajo un trozo de tela basta. Hecho esto, se centró en adecentar las ropas del catalán, que estaban empapadas en sangre, saliva y quizás, en lágrimas.

Hecho esto fue pasando junto a cada uno de los demás, dándoles de beber de las botas y entregándoles galletas para que comieran. Cuando llegó a la altura de Vélez bajó los ojos y guardó silencio y apunto estuvo de echarse a llorar. Se quedó ahí, con los ojos bajos y los dientes apretados. Cuando Vélez terminó de beber, tendió la mano para recoger la bota, como si suplicara y pasó al siguiente, el cabo alemán que le había pateado las costillas. A éste sí que le miró a los ojos y se apartó de él sin ofrecer de beber siquiera. Salvo que alguno de los mayores se lo ordenara, por él bien podían irse al infierno toda aquella panda de alemanes bravucones, malnacidos que les habían emboscado y conducido a esta situación; al cabo al duelo, a Negrete a la enfermería, a Perot a la tortura y a Karl al presidio con el resto.

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13/01/2015, 18:17
Martín

El tambor había elegido a Perot, porque era uno de los que más tiempo habían pasado con él y aunque era un hombre algo brusco y de hablar extraño, siempre había tratado al muchacho con cierto cariño, que si bien no era el de un padre bien podía ser el de un hermano mayor.

Verlo además tan maltratado le decidió del todo, fue al primero en darle de beber y al que le confió lo que había traído oculto en los calzones. Le metió dentro de las ropas la pequeña daga que había traído, sólo unos dedos de filo, pero suficiente (o al menos eso esperaba el zagal) para cortar unas ataduras o bien para darle un puyazo a un torturador en un gran vaso.

Ojalá no hubieran de usarlo los presos.

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13/01/2015, 22:37
Martín Vélez Manrique

Sintio bastante alivio al ver aparecer a Martin, Hans y el religioso ese, sobretodo porque con lo que traian aliviarian el sufrimeinto de todos, no era menor tampoco la cuestion de que no se habian olvidado de ellos y alguien parecia querer resolver esa situacion.

La mirada contrita de Martin se le clavo como una puñalada, no le guardaba ningun rencor al muchacho, las cosas habian salido mal, si, pero mas por su mal genio que por las buenas intenciones del muchacho.Le sonrio mientras le daba las gracias y le acariciaba la cabeza.

Despues empezo a comer y beber puesto que no sabia si los guardias se iban a arrepentir, mientras lo hacia se dirigio al religioso.

-Le contare lo que nos ocurrio, al menos lo que me alcanza. Se descubrio que venia un ataque de los herejes y decidimos madrugarlos antes que llegaran, para que fueran ellos los sorprendidos. En consejo de guerra se plantearon varios planes, el mio fue desestimado en favor del sargento Hoffman, que comparte infortunio con nosotros-aqui señalo al sargento- No me gusto el plan, a mis compañeros tampoco, pero ordenes son ordenes y nos apostamos para el comabate. el lance fue ajustado y se perdieron mas vidas de las que eran necesarias por el despligue que se tomo, airado lance varios improperios y asegure que le iba a pedir explicaciones al sargento. Cuando llegamos para dar la novedad fuimos felicitados de forma algo parca pero, sobre todo, reprendida mi persona por los comentarios que habia hecho y que al sargento le molestaron, le sugeri que arreglaramos las cosas como hidalgos y el sargento, como persona de higados que es-saludo rerspetuooso a su persona-acepto rapidamente. El capitan no parecia muy conforme pero luego se lo penso mejor y nos dejo hacer. Un rato mas tarde estuve hablando con el señor alferez que me puso en guardia ya que me advirtio que el capitan tenia pensado mandar a los prebostes a detenernos en medio del duelo y dar un escarmiento con nosotros y me ofrecio la posibilidad de posponerlo mandandome a dar el informe al general, con lo que el honro quedaria a salvo, y Karl ocuparia mi lugar si fuera menester. Pero alguien le conto las cosas a medias al sargento, que indignado me busco pensando que intentaba escurrir el bulto, me provoco y las espadas se desenfundaron. Aqui todo se vuelve muy confuso, Martin aparecio gritando que venian los herejes, algunos de mis camaradas tambien aparecieron, los camaradas del sargento pensaron que venian a agredir a su compañero y empezo la refriega, y ya se desmando todo cuando llego el catalan que viendo el panorama descargo un tiro y paso al ataque sin mas. el resto ya se lo habran contado, y nos encontramos en tan triste situacacion. Eso si, el preboste a maltratado mas al catalan, al que parece conocer de otros tiempos, no porecisamente mejores.

Se quedo mirando al clerigo mientras seguia comiendo con bastante prisa.

-Eso es todo, al menos eso creo. me cabe la duda que no se quien le fue con el cuento al sargento y porque nos tiene ojeriza el capitan.

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13/01/2015, 23:36
Perot Vilaplana i Llonch

En su celda de castigo, Vilaplana silbaun himno religioso muy contento. Dios existe y debe amar a los catalanes, pues ha llevado hasta él a su peor enemigo. Debo haber matado muchos malparits*, para que me haga este regalo.

 

* malnacidos

Notas de juego

De nuevo me disculpo por no estar al día. Me pongo las pilas.

 

 

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15/01/2015, 10:35
Karl Moritz

Me remuevo inquieto, sentado en el suelo como estoy, medio tapado por la manta que me ha ofrecido Hans.

Hablo con voz potente y clara.

Si encontrrar quien hablar mal a buen Hoffmann* de nos, buen Karl estrujar gañote... Qjjjjjj!

Y hago gesto con las manos como quien retuerce el cuello a un pollo imaginario.

Después de los últimos acontecimientos tenía la moral un poco baja y lo que más me apetecía ahora mismo era dar un buen escarmiento a este agujero de pisaverdes malnacidos, a base de golpes de montante, dar con un buen botín y encontrar un lugar apacible donde retirarme. Me imaginaba con una moza como una de las primas del campamento, una mujer de busto generoso que me calentara la cama y dejar ya de jugarme la vida en estúpidas guerras donde uno no sabía si iba a acabar cubierto de cal o padeciendo el mal de cuerda.

Notas de juego

abjo el arresto he descubierto que me cae bien el tipo.

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15/01/2015, 12:05
Pedro Negrete

Negrete había pasado la mayor parte del tiempo de cautividad serio y cabizbajo. Debía ser cierto eso de que la vida es como una rueda...Pues tan pronto estaba en la cima de la dicha, como en un pestañeo acababa arrestado por corchetes y arrestado por algo que aún se le escapaba. Y allí estaba, considerando que se le había arrebatado lo más sagrado que tenía, la honra y su reputación que tanto le había costado ganar. Mas de una vez pensó que mejor se hubiera quedado en la tienda con Catalina, y otro gallo hubiera cantado. Luego recapacitara y reconocía que no hubieran sido formas.

Agradecióo los viveres, y le alivió que al menos alguien estuviera intentando esclarecer que estaba pasando.

Se habló de envidias para con el Cabo...Pero lo que está haciendo ese preboste no tiene razón de ser...- niego en lo que como lo que pueda, porque esto no ddurará mucho.

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15/01/2015, 12:19
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Escucho las palabras de cada uno, de quien habla, claro. Mientras me encargo de repartir las cataplasmas, y en ese momento me encontraba aplicándolas al Catalán. El cual por cierto allí se encontraba canturreando felizmente, como si no fuer,a con el la cosa. Le miro sin entenderle realmente, y dedespués paso a Hoffman.

¿Quien le fue con el cuento a vuestra merced, sargento? - le pregunto, en relación a lo que ha dicho Velez, de que alguien se lo fue a decir, pero  a medias- Respecto a la tortura e interrogatorios...- niego- ¿Que tan cierto es? ¿Que tanto pregunta e intenta sonsacar el preboste? Es importante que me pongáis al tanto...Y también es importante que confiéis en mi persona...estoy aquí para ayudar a salvaros el pescuezo.

En todo momento mi tono es quedo, discreto.

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15/01/2015, 14:36
Ezio Contarini

Echo un vistazo alrededor para ver si estamos seguros de que nadie nos escucha mientras el comisario va pidiendo explicaciones.

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15/01/2015, 14:40
Perot Vilaplana i Llonch

Perot mastica la comida que le traen con el lado de la boca que tiene menos hinchado. Armando de Foces quizá cree que le ha doblegado, pero en realidad cada golpe ha sido casi un placer, porque por cada uno Foces se pasará una hora más a manos del catalán, sus cuchillos y su pólvora. Cada golpe hará la futura venganza más dulce.

L'enviaré al infern tant trossejat que ni sa meuca mare el coneixerà. Però els meus germans sabran qui ets, i et fuetejaran fins al dia* del Judici, piensa entre trago y trago de vino que les han traído.

- Pero que recordons ha passat entre el Cabo y ese alemán? Porque yo sólo vi que le atacaban esos rubios de mierda, y no entiendo nada.- pregunta para tener conversación.

Notas de juego

* Le voy a mandar al infierno tan triturado que no le conocerá ni la puta de su madre. Pero mis hermanos sí sabrán quien eres, y te azotarán hasta el día del Juicio.