Partida Rol por web

El saco de Boom

Tambores y horcas (Escena 2)

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22/01/2015, 19:41
Ezio Contarini

Notas de juego

Pues a menos que Luciano me preste pasta, creo que poco puedo hacer conAlessandra.

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23/01/2015, 08:41
Hans Schneider

Sigo con la mirada como el rapaz se aleja con paso vivo, y vuelvo mi atención a don Gabriel, que me está explicando la situación, con ánimo de conspiración. Le doy la razón con un ademán a las palabras del sacerdote.

Que me place... Aunque Ferreira hubiera metido en un aprieto a Karl, con todo el asunto de Hoffmann, creo, al igual que vos, que es un hombre íntegro. Seguro que él entenderá lo grave del asunto y podrá hacer algo con ese sargento, carcomido por el pecado de la envidia...

 

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24/01/2015, 13:34
Luciano della Rovere

Miro divertido a Ezio, despues con sonrisa almibarada le doy el brazo a la daifa y la voy llevando muy galantamente a un aparte, mientras le digo.

-Lo entiendo hermosa Alessandra, los italianos somos de sangre caliente, bien lo sabes, y mi compañero no puede sustrearse a tu belleza, nada le puede ser reprochado por haber caido en el hechizo de tu hermosura.

Cuando llego a un lugar mas reservado, cambio tono y expresion por  mas grave.

-Sin embargo no estamos aqui por cuestiones tan placenteras, aunque pueden ser muy lucrativas para ti Alessandra. Estamos investigando a algunas personas con las que sueles tener tratos, el asunto es serio y reservado y yo estoy comisionado por lo mas alto.

Dejo la palabra en el aire y la miro un instante para ver el efecto que logro.

-Uno de tus admiradores es el preboste del tercio español, necesito que me cuentes todo lo que sabes de el. Pon especial interes en recordar en porque esta tan interesado en el caso que lleva ahora sobre un asunto de duelos, que situacion economica tiene, si esta a mejorado ultimamente, si te ha prometido algo desmedido con sus actuales posiblidades, sus amistades y si estas estan fuera de lugar con su posicion social. Y si tiene tratos con gente de fuera del campamento, llamemosla, sospechosas.

Le acaricio la mejilla con cierta dulzura.

-Sois muy hermosa Alessandra pero esto no durara, si me prestais este servicio y me ayudais en mi investigacion puedo resolver vuestro futuro. Estoy seguro que no figura en vuestros planes seguir al ejercito toda vuestra vida, que puede ser muy corta, ya que las inclemencias, las enfermedades y los azares de la guerra las acorta bastante. Si tu servicio es satisfactorio y resolvemos con rapidez esto, habra para ti una bolsa de oro, la posibilidad de poner un negocio, de este tipo si quieres, o cualquier otro, en Bruselas, por ejemplo o volver a tu tierra, a salvo de pragmaticas y encuestas inquisitoriales.

Le muestro el papel  con la firma de comandante en jefe, para que vea quien lo firma.

-Para que te convenzas de lo positivo que seria ayudarme, pero tambien contrariarme, nadie te va a proteger mejor que yo, puesto que estoy comisionado por lo mas alto. Incluso si tuvieras miedo puedo dejar a alguien para que te proteja hasta que esto se resuelva.

Vuelvo a acariciar la mejilla de la acechona.

-Nada me gustaria mas que ayudarte a salir de esta vida con riqueza y honra.

Notas de juego

Ya se que no tengo autoridad ninguna para prometer nada, pero ella no lo sabe, y es verosimil a mi entender.

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24/01/2015, 17:45
Director

Notas de juego

Haz una tirada Fácil de Diplomacia o Charlatanería. Si no las tienes, es atributo base partido por dos, redondeado hacia arriba

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24/01/2015, 19:37
Martín Vélez Manrique
Sólo para el director

podría ser intimidar?, es lo que pretendo

Notas de juego

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24/01/2015, 19:53
Director

Sep

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25/01/2015, 11:12
Luciano della Rovere
- Tiradas (1)
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25/01/2015, 13:37
Ezio Contarini

Ezio asiente a las palabras de Della Rovere como si fueran palabras de dios, con una sonrisa de simpatía, mientras afila un cuchillo con una tira de cuero, como para dejar claro los peligros de su profesión.

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25/01/2015, 18:20
Alessandra della Crocce

La daifa escuchó aquellas promesas como quien oye llover. Sabía lo que valían las promesas de los hombres en aquel lugar, y por eso a pesar del cargo que ahora ostentaba el preboste, solo contestó con una sonrisa. Pero entendió lo que estaba en juego. Tenían poder para terminar con la corrupción en el tercio español, y ella tenía que estar en el bando ganador, procurar que el asunto no le salpicara.

-Muy bien. Seré su sombra, y me enteraré de todo lo que pueda. Pero ahora que lo dice, escuché algo de un claro en el bosque y unos intercambios, cuando el español hablaba con uno de sus hombres en la puerta de mi tienda. Ellos creían que yo no les entendía. Espero que le sirva de ayuda.

Le miró con una media sonrisa.

-Y por mi no se preocupe. Con éste trabajo gano mucho dinero, y estoy ahorrando. Cuando empiece a hacerme vieja, me iré al pueblo de mi madre y compraré el molino.

Convencidos de que se habían ganado la lealtad de aquella mujer, abandonaron el campamento principal para dirigirse hacia la esclusa y el revellín que allí se estaba terminando de construir. La sede de la compañía del capitán De la Rosa y donde se encontraba el preboste español.

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25/01/2015, 18:26
Diago Ferreira

Martín, el capellán y Hans se reunieron acto seguido con Ferreira. Este estaba con el cuerpo de guardia, vigilando la instrucción de los mosquetes. Valcárcel se encargaba, pero como el asunto le concernía, se retiraron discretamente detrás de las tiendas. Allí le pusieron al corriente de lo que habían averiguado. El asunto era serio, muy serio.

-Es peor de lo que pensaba. Éstos mequetrefes pueden llevarnos a la ruina si el motín se materializa.

Escucharon luego los cascos de un caballo, y los pasos del sargento que le buscaba. Éste le informó de que había llegado un preboste italiano con varios de sus corchetes. Intrigado, el alférez caminó de vuelta a la plaza de armas, donde se encontró con aquellos hombres, que miraban el campamento con curiosidad.

-Buenas tardes tengan vuestras mercedes -dijo, destocándose, pues ya eran más de las doce- Soy el alférez Ferreira. ¿En que podemos ayudarles?

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26/01/2015, 17:01
Ezio Contarini

-Tal vez habría que tomar alguna medida para levantar la moral. Si su excelencia le parece bien, se podría ofrecer alguna misión a los presos para que se rediman a los ojos de Vuestra Excelencia y del Rey Nuestro Señor.

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26/01/2015, 17:37
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

En mitad de la conversación con Ferreira estábamos, cuando el sargento viene a avisar de la llegada de un preboste italiano. Era intrigante, por ello seguí a Ferreira hasta la plaza de armas. El alferez tenía razón, sería la ruina si los soldados se amotinaban por su indignación, y todo por el comportamiento estúpido de unos altos cargos mermados de seso, que se dejan llevar mas por actos impulsivos y envidias que por el raciocinio. No obstante esa es la naturaleza humana, con tendencia al pecado y a la necedad.

Quizá la inesperada visita tuviera que ver con que la noticia de los presos, o a saber. En cualquier caso, significaba algo. Y si podía usarlo para arreglar la situación lo haría. Lo último que se necesita es una campaña arruinada por cuatro borricos. Soy consciente de la importancia de la misión de Boom, y también soy consciente de la injusticia para con esos soldados.

Al llegar a la plaza e armas me destoco también, con un gesto de saludo con la cabeza, con cortesía. Permanezco atento al intercambio de palabras. Analítico y con porte sereno. Así de buenas de primeras no intervengo, pues al ser asuntos militares mejor que de el recibimiento quien debe. Y sí, parece que la visita concierne a los presos.

 

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26/01/2015, 18:15
Director

Notas de juego

¿A quien te diriges?

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26/01/2015, 21:21
Luciano della Rovere

Miro con ojos inquisitivos a Ferreira, haciendo memoria.

-Ferreira ¿eh?- Me gustaria tener unas palabras con usted con respecto a la situacion en la que esta su compañia, parece que cunde el descontento y me gustaria tener informacion de primera mano. Pongame al corriente por favor, estoy comisionado por el mando para poner fin a esto de una forma rapida. Pero retiremosnos un poco, que no hace falta dar cuartos al pregonero. Demos un paseo, señor alferez.

Mientras le aparto suavemente de la gente que le rodea para poder hablar con el con tranquilidad, mientras hago una seña a Ezio para que nos siga.

 

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26/01/2015, 21:27
Luciano della Rovere
Sólo para el director

Notas de juego

Cuando estemos a parte, a menos que haya algo que haga que la conversacion sea publica con los PJ,s, comienzo a interrogarle y a escuchar sus explicaciones.

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26/01/2015, 21:35
Diago Ferreira

El alférez respondió al punto a su solicitud. Aquello de "terminar rápidamente con el asunto" era como música para sus oídos.

-Vayamos a mi tienda. Pero si me permite, me gustaría que estuvieran presentes unas personas, que saben de ésta cuita incluso más que yo. Nuestro capellán viene de hablar con los prisioneros, la única vez que hemos podido hacerlo, y nos han acompañado mi paje de rodela, que estuvo en el incidente original, y un tudesco que es compañero de uno de los presos.

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26/01/2015, 21:45
Luciano della Rovere

-Si confia en ellos, yo lo hago en su merced, responde de su discreccion. Me place, cuanta mas informacion posea mas facil sera saber que es lo que ocurre.

Les acompaño hasta la tienda del alferez, en donde me siento en la primera silla o mesa que vea, poniendome comodo.

-Cuentenme a que viene este alboroto y ya despues ire dirigiendo mis preguntas.Noles advertire que el asunto es grave, por sus caras creo que ya lo saben.

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26/01/2015, 22:01
Perot Vilaplana i Llonch
Sólo para el director

Notas de juego

Creía que estabamos hablando todo el grupo... Me he liado lo siento. Me releeré toda la escena porque ando algo perdido.

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26/01/2015, 22:03
Hans Schneider

A medida que se van sucediendo los acontecimientos me voy frotando las manos mentalmente. Llegado a este punto nadie vería mal que al sargento le dieran unas mojadas de camino a las letrinas y lo encontraran fiambre... Todo era cuestión de encontrar la oportunidad, pues estaba claro que aceros no iban a faltar para limpiar tal afrenta. Entre los hombres de ambos bandos seguro que habría un puñado de valientes...

Pero llega el preboste con sus corchetes y la cosa se complica... Al menos en cuanto al tema de las mojadas nocturnas... O no. Muerto el perro... Lo que está claro es que el tema debe ser grave pues han llegado directos al tema y no se han molestado ni presentar sus respetos ni decir su nombre ante Ferreira, que ha sabido contestar a su desaire con mucha diplomacia.

¿Será esto otro intento de que un aliado nuestro perdiera los papeles?

Ferreira nos quiere hacer partícipes del asunto y se lo agradezco con una cortés reverencia por su deferencia.

Cuando uno de los corchetes nos invita a hablar, me aclaro la garganta.

Si me disculpan... Por lo que puedo llegar a saber, todo indica que mi compañero, su excelencia Karl Moritz, también conocido como El Segador del Montante, hizo, bajo las órdenes del cabo Vélez, gran mortandad entre esos aviesos luteranos... Hasta aquí todo parece ir bien, pero se conoce que cierto... caballero hizo afrenta a tan gallarda acción, poniendo en entredicho el valor de esa batalla... Todo por ciertas envidias de ventajas y otras cosas baladíes, comparadas con el ardor y la entrega en el combate... Y al parecer ese... caballero orquestó una treta para provocar un duelo entre nuestro cabo Vélez, un hombre de hígados y honor intachable... enfrentándolo al sargento Hoffmann, otro caballero de honra incuestionable... Es decir que no sólo ese... caballero, es un envidioso, sino que no es capaz de arreglar sus propios problemas personalmente...

Hago una pausa, dándome cuenta que estoy siendo demasiado extenso.

Para abreviar, todo se arregló para que ambos se encontraran, y a pesar de que nuestro cabo hizo lo posible para rehuir el combate, ya se había vertido el veneno en los oídos de Hoffmann, que no atendía a razones que no fueran las de esas palabras ponzoñosas de ese... caballero.

Los bravos y esforzados hombres del cabo Vélez, entre los que está el antes citado Segador del Montante, Karl Moritz, acudieron a poner paz en aquel desaguisado, pero uno de los fogosos hombres de Hoffmann se tomaron a mal su llegada, y atacaron a mi compadre. El catalán a su vez, respondió abriendo fuego contra otro de los soldados... y todo aquello acabó como no debía acabar.

Iba a añadir como debería solucionarse todo el embrollo, pero opto por permanecer en silencio. Ya he hablado demasiado, sin duda.

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26/01/2015, 22:44
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Miro al tudesco que tanta vuelta da para decir algo que se puede decir más claramente, y con menos rodeos. Cuando él acaba, acabo yo carraspeando. Acto seguido hablo en tono entre nos.

- Tengo confesión de algunos cautivos, y aunque ya se debería de tomar como verdaderas las palabras de un soldado en estos menesteres y no está siendo así, espero al menos que si se tome con más peso las verdades dichas a un servidor, ministro de Dios. - Hago una pausa, sopensando mis palabras- Así pues, el resumen es este. El cabo Velez y el sargento Hoffman tuvieron un desacuerdo tras una contienda con los holandeses. Cosas que suelen pasar, y se llevó el asunto a intenciones de duelo. No huebiera pasado a mayores, si no se hubiera creado un intrincado de conspiraciones para que el preboste pillara en el acto a los caballeros y se hiciera despestrigio de ellos. No iba a suceder tal combate, porque Velez salía a atender asuntos importantes, dejándose de riñas segundarías a la causa, pero el sargento Valverde azuzó a Hoffman contra velez transgiversando a posta las palabras, y dicéndole que Velez huía como un cobarde. Porque parece que está ardido con la idea de que Velez sea promocionado a sargento por sus méritos. Así pues, a lo que iba, Hoffman, hombre impulsivo fue a encuentro de Velez, y eso acabó en un altercado mayor. Por malentendidos. Pero la cuestión es que tanto Velez como Hoffman ya han enterrado hacha de guerra, están arrepentidos y se procesan un respeto mútuo. En cambio, se les sigue teniendo como presos, se les sometió a maltrato físico en confesiones sin sentido, se les tiene en condiciones peores que a perros. Y al parecer hay presiones sobre el Capitan para no quitar el yugo contra los reos, y el señor preboste se está lucrando de ello, sometiendolos a tortura, y me echó de mala manera de la tienda donde están cautivos. Hay un complot por envidias, que va a llevar todo esto a la ruína. Eso es lo que pasa, sin pelos en la lengua. Disculpad si es atrevimiento, pero creo que aquí el pecado no está siendo de los pobre infelices que están encerrados en esa tienda.