Partida Rol por web

El saco de Boom

Tambores y horcas (Escena 2)

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26/01/2015, 23:30
Luciano della Rovere

-Comienzo a comprender como se desarrollo el drama.

Me quedo pensativo un rato.

-El capitan esta sufriendo presiones para que el asunto siga sin resolverse, y mientras tanto la tropa anda revuelta. Uhmm-me paseo por la tienda mientras ando pensativo- Convendran conmigo que para presionar a un capitan hay que tener una considerable influencia.

Sigo paseando sin mirar a nadie, lanzando ideas.

-Piensen sus mercedes bien y contesten. Durante este tiempo el comportamiento del capitan, el preboste o de ese sargento ha sido mas extraño de lo normal. ¿Han hecho gala de mas dinero del que suelan usar?, ¿extrañas compañias?, ¿ausencias injustificadas del campamento a horas extrañas?, ¿se han jactado en voz alta sobre que su fortuna va a cambiar a mejor?. Intenten responder lo mejor posible a estas preguntas, pues tengo la intencion de ayudar a sus amigos pero para ello les necesitare a ustedes.

 

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26/01/2015, 23:46
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Quedo pensativo, intentando hallar en mi memoria algún acto que haya visto sospechoso.

- Bueno, se dice que es Valverde quien presiona al capitán. Y respecto a dineros...Que hay habladuras de que no se cobrará la paga en breve....- aporto, y sigo pensando todo lo acontecido desde que hemos venido aquí, y anteriormente.

Parece que alguién está dispuesto poner raciocinio en esta jaula de grillos. Era un alivio, sin duda.
 

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27/01/2015, 00:08
Diago Ferreira

Entraron finalmente a su tienda, y sirvió unos vasos de vino, más bien unos chatos, en unos pequeños cuencos que más bien parecían dedales. No era mucho, pero tampoco podía dar mucho más. Martín metió unas ascuas en el brasero mientras ellos hablaban, y el alférez se mantenía en un segundo plano, escuchando todo. Realmente, estaba calibrando cual era la clase de información que el preboste italiano buscaba. Y entretanto, se encendía la pipa para fumar.

Cuando preguntó aquello del dinero, se sonrió. ¡Por fin! Ahora si que tenía al capitán atado en corto. Mandó a Martín que buscara dentro de su jergón, revolviendo la paja. Finalmente, lo que el muchacho encontró fue un bulbo de tulipán.

-¿Estamos hablando de ésto, no es cierto? -preguntó mientras daba la primera calada- Seamos sinceros, señor preboste. Ésta es la razón por la que os ha enviado el conde de Grobbendonck, me barrunto.

Tomó el bulbo y se lo lanzó para que lo cazara al vuelo.

-Un guardia que hacía la centinela perdida vió a dos soldados enterrando ésto, y me lo trajo como el mayor secreto. Esos dos soldados son uña y carne de Valcárcel. Así que blanco y en botella. Todos esperan enriquecerse vendiendo ésto al enemigo, y eso es algo que ya sospechaba. Por eso he guardado la prueba como oro en paño.

Se sentó en su taburete, mirando al italiano con un gesto de satisfacción mientras sus pulmones trasegaban buen humo de la Habana a cada calada.

-Y ahora decidme. ¿Como vamos a meter en el paredón a todos esos hideputas? Y sobre todo, ¿Cuando va a detener al preboste y liberar a mis hombres?

- Tiradas (1)
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28/01/2015, 15:34
Luciano della Rovere

Luciano sonrio con verdadero deleite y penso.

-Pocas veces nos pone Dios o el diablo las cosas tan claras. ¡Me cae bien este alferez!.

Se quedo pensativo un momento.

-¡Muy bien,señor alferez!, en efecto, el conde me mando investigar esto y calmar los animos en el tercio-Enseño las credenciales que lo atestiguaban- Mi autoridad me confiere plenos poderes, pero tambien me obliga a ser discreto ya que no queremos levantar demasiada polvareda. La clave son esos dos individuos a los que sorprendieron enterrando los bulbos, hay que interrogarlos.

Dio algunos pasos por la tiensa, mientras seguia elucubrando.

-Pero no es cuestion de levantar la liebre asi pues, necesitare de su concurso señor alferez, y de la colaboracion y el silencio del resto. A ver que les parece esto. El señor alferez mandara a estos dos traidores a realizar una guardia de noche, como cualquier otro dia, a un lugar apartado en donde les estara esperando a quienes tienen que relevar, que seremos Ezio y yo, convenientemente tapados para que no se nos reconozca de inmediato, vendra algun corchete y algunos de ustedes. El clerigo nos servira de notario, ya que extenderemos acta de cuanto digan y los amigos de los que estan en la carcel les hara ver que vamos muy en serio. se les interrogara y retirara del campamento de manera discreta por algunos de mis corchetes a la espera de que el conde decida que hacer con ellos. Es de vital importancia que consigamos que involucren al sargento y recuperemos los bulbos, para seguir tirando del hilo y poder presionar al capitan y a quien haga falta para que levanten el caso. Asi pues se apostaran lo suficientemente lejos para no ser vistos, pero cerca para poder auxiliarnos si se ponen bravos. Para evitar que haya disparos, al menos de su parte, se les proporcionara armas de fuego defectuosas, si eso puede hacerse, para evitar tener que matarles, nos hacen falta vivos. Con lo que nos digan veremos como actuar contra el sargento o a quien involucren. Creo que para atraer al sargento a otra trampa utilizare los servicios de cierta dama, si es necesario.

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28/01/2015, 19:18
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Con las palabras de Ferreira, se terminan de atar los cabos que faltaban. Pero me pregunto porqué no me habló del hallazgo de los bulbos en su momento, o de sus sospechas. Creo que eso nos hubiera ayudado a caer en todo esto antes. Pero no había cabida para reproches. No era prioritario ahora. Al parecer, la visita del italiano tiene mas que ver con la corrupción del alto mando que con los reos. Cosa común.

El italiano propone un plan, que procedo a escuchar con atencion y sopesar.

- Vuestra merced puede contar conmigo como notario - le asiento - Con algo así no podrán poner peros. Claro que aconsejo hacer las cosas con la máxima brevedad posible, antes que el Capitan y el Preboste decidan tomar una decisión aún mas drástica con los presos...

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28/01/2015, 19:43
Martín

El muchacho miraba a uno y otro sin apenas entender.Aunque no se había separado del alférez Ferreira en cuanto se habían reunido con él, la verdad fuera dicha, que la mayor parte de lo que trataban los demás hombres con el oficial escapaba a su entendimiento. Sin embargo, a medida que avanzaba la conversación empezó a entrever que se trataba, como no se había dado cuenta antes, de una cuestión de dineros. Por lo visto Valcárcel estaba dispuesto a tratar con los herejes y venderles preciados bulbos de tulipán. Quizás aquel siniestro negocio fuera la brecha que pudieran emplear para sacar a los miembros de la escuadra de Vélez del presidio.

Al oir que se avecinaba un acecho, se alegró mucho y empezó a colocarse las armas, la daga larga y las dos pistolas al cinto. Aunque al ver la reporbatoria mirada de Ferreira, devolvió las dos pistolas a su sitio, que bastantes problemas le habían buscado ya.

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28/01/2015, 21:20
Hans Schneider

Desde que habían entrado en la tienda no había podido quitar ojo del vaso chato de vino que le había dado el alférez... No le pasó desapercibido de donde sacaba el preciado néctar y mucho tuvo que esforzarse para soltar la defensa de su compadre antes de lanzarse sobre la sangre de Cristo.

Después de hablar dejé a otros que siguieran con la plática y me metí golete abajo, de un trago, aquel vino, tan caro de ver entre la soldadesca.

Mmmm... Estaba el alférez hablando de bulbos e iba bastante distraído, por lo que miré de acercarme, con disimulo, pero aparentando dignidad, como si no hiciera nada que no debiera, y me serví otro dedal de vino.

Sólo uno... Por uno más no puede quejarse... Apenas es un trago... Nos lo debe después del buen oficio que tenemos con los hombres del cabo... Claro que nos lo debe... No... Sólo uno, de verdad. Venga Hans, uno y ya está.

Mi cuerpo, acostumbrado a las melopeas, había adquirido una debilidad absoluta hacia las bebidas espirituosas, y no tenía mayor resistencia a ellas que un infante de pecho.

Apuro el segundo vaso, me enjuago la boca con la manga, que me la miro con estupor, temiendo que algunas gotas del preciado vino se hayan perdido en la tela, y levanto el vaso, vacío.

Es ist ein großer Plan. Hier ist zu ihm.

Digo con entusiasmo, pero al momento me doy cuenta de sus caras, por lo que me asusto, se me queda el rostro blanco como el papel y por un momento parece que todo el licor me ha bajado a los pies.

Eeeh... Esh deshirrr... Que pueden contarr conmigo sus eshelenshias parra lo que gushten.

Y dejo el vaso en la superficie más cercana, avergonzado.

Porr... Porr favor. Dishculpar a mí. No acoshtumbrrado fuerrtes caldos espaniolesh.

Me miro la punta de los pies, sin saber muy bien si salir, entrar, hablar o callar.

Notas de juego

Nota mental: no dejes nunca más que un master te haga la ficha... ;-DDD

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29/01/2015, 01:22
Diago Ferreira

Miró un momento al tudesco. Maldita sea... se había acabado la botella de Maguncia que bien cara le había costado. Mal rayo le partiera. Paralelamente, intentaba seguir el hilo de lo que le decía el preboste. Más bien, entender el plan.

-Los arcabuces que usan son los suyos, claro. No les puedo dar el cambio sin que sospechen. Eso si, puedo ordenar que les meen las cuerdas en un descuido, antes de que salgan del cuerpo de guardia, y tengan problemas para encenderlas. Pero es posible que las cambien antes de presentarse donde deben.

Carraspeó por la intervención de Hans. Estaba claro que hasta que no se le pasar la kurda, no se podía contar demasiado con él.

-No termino de entender el plan, señor preboste. Y excusadme la torpeza. Ustedes simulan que son su relevo y... ¿Les prendemos acto seguido y les obligamos a señalar donde están enterrados los bulbos?

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29/01/2015, 22:23
Luciano della Rovere

-Esa es la idea, se les presiona para que revelen en donde estan los bulbos y que incrimine al sargento. En caso que no pudieramos convencerles a tiempo, es decir, esa misma noche, al dia siguiente le comunicariamos al sargento que han desertado dejamos caer que debian tener poderosas razones para haberse ido, ya que iban a sacar un buen dinero con el saqueo de la ciudad y que parecia que tenian planes mas importantes y beneficiosos. Si el sargento no se va corriendo a ver que ha pasado con sus bulbos, me como el sombrero. De todas maneras seria mejor sonsacarles esa misma noche, levantar acta y aplicar de igual manera el resto del plan para incriminar al sargento, y a seguir tirando del hilo..., que me parece a mi que van a faltar arboles para tanta soga. ¿Que le parece el plan señor alferez?.

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29/01/2015, 23:04
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

En lo que se hablaba, el tudesco parecía haberse dado a otros menesteres. Como al vino de Ferreira. Se lo había bebido sutilmente, con la facilidad de un sediento que acaba de dar con un arollo de agua fresca. Su interveción posterior delata su ebriedad.

- ¿Como pretende, vuestra merced, ayudar ahora en ese estado? - al tudesco- Antes deberías, al menos, ser capaz de articular palabra...- niego con cierto disgusto, pero no pierdo el hilo de la conversación que sigue.

Ferreira tiene dudas del plan del preboste.

- Si me lo permite, vuestra merced...¿Piensa que el sargento creerá lo deserción de sus corchetes? Si la cosa llega a ese punto, claro - le pregunto, pues no se, no se. Ciertas fidelidades a veces son muy altas.

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29/01/2015, 23:34
Diago Ferreira

Sonrió por el comentario de las sogas.

-Es una buena idea, pero no hace falta rizarla tanto. Se les toma prisioneros y si no cantan a la primera, cantarán. Vuestra merced seguro que tiene métodos para ello, y amenazas no sobran. La pena por traición en el ejército de su católica majestad es ser pasado por las picas. Así que antes de verse en esa tesitura, cantarán una folía si es menester. Ya lo verá.

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30/01/2015, 08:10
Hans Schneider

Escucho con mansos cabeceos lo que se va diciendo. Es un buen plan. Un gran plan.

Cuando Luciano dice lo de comerse el sombrero se me escapa un resoplido de risa mal contenida, pero mantengo (o creo que mantengo) la compostura.

Pero el capellán me reprende por mi estado.

Si apenas he bebido, pardiez...

Lo miro como ofendido.

Lo que pasa es que le duele que me haya tomado dos vasos de ese vino delicioso... Haber amanecido antes, páter.

Sssh... No me deja esscushar, páter.

El plan se simplifica con Ferreira. Me gusta. Se les detiene y se les hace cantar. Ojo por ojo...

No estoy muy seguro de hacerme entender, por lo que me limito a unos enérgicos cabeceos como dando mi aprobación al plan.

 

 

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31/01/2015, 08:25
Luciano della Rovere

-Pues pongamonos a ello, el alferez nos indicara el lugar y la hora en donde estaremos, mis corchetes prepararan las herramientas de persuasion, si ello es necesario y una carreta cubierta en donde atados y amordazados les sacaremos del campamento para custodiarlos. Compareceremos segun el plan, bien armados, por si acaso, un par de corchetes, cuerdas y mordazas y los que gusten de sus mercedes con la inexcusable presencia del padre para tomar nota y confesar si ello fuera menester. permaneceran escondidos a suficiente distancia para no ser vistos, pero a mano para poder ayudar.

Dio un vistazo a los asistentes.

-Discreccion y premura, ¡Dios sabe cuanto aguantaran los cautivos o resistira la paciencia de la tropa!. Es el momento de las objecciones, a partir de aqui se hara sin rechistar lo que yo diga.

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01/02/2015, 18:10
Director

No se tardó más que unas horas en preparar la trampa. El alférez dispuso la guardia de aquellos dos traidores, la cual se les notificó. Hans, junto a varios de los prebostes del italiano, aguardó en el bosque cerca del claro, preparado para intervenir si la cosa se ponía fea. Hacía bastante frío para aquella época del año, y procuraban taparse el vaho que les salía por la boca con las manos, ocultos tras el embozo de las capas.

El párroco y Martín estaban en el campamento, vigilando a Valcárcel y sus posibles reacciones. Mientras, vestidos como dos soldados del tercio, Luciano y Ezio se encaminaban hacia el bosque, mientras Hans y los suyos mantenían la vigilancia sobre los dos soldados que estaban de guardia. Uno tenía una pica en el suelo y caminaba en torno a ella. El otro estaba sentado en un tocón y mantenía la mecha del arcabuz encendida y enrollada en su brazo izquierdo. Malos guardias eran, pues no se habían percatado de su presencia.

Los italianos llegaron, alumbrándose con un fanal. Los dos soldados se los quedaron mirando con un gesto extraño. Era demasiado pronto para el relevo.

-¿Quien vive? -preguntó el del arcabuz- Santo y seña, inquirió.

Notas de juego

El santo y seña es "floreando montantes".

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01/02/2015, 18:16
Director

Martín había regresado a la capilla del párroco con una escudilla de sopa. Se había pasado largo rato vigilando a Valcárcel, pero de momento no iba a moverse a ningún sitio, por que estaba roncando a pierna suelta en su tienda. Los italianos ya habían partido para cerrar la trampa, y Hans hacía horas que estaba en el bosque, oculto con el resto de corchetes, esperando la señal para caer sobre los dos traidores como una maldición.

Hacía frío aquella noche, y el monaguillo del capellán estaba dormido a la izquierda del altar de campaña, bajo unas mantas de lana. Ellos, sin embargo, hacían vigilia. La sopa les calentó, mientras aguardaban en silencio a saber que pasaría con aquella jugada arriesgada.

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02/02/2015, 00:47
Don Gabriel Real de Azúa y Mendoza

Con una noche tan fría a uno se le helaban los huesos. Gracias a Dios, unas monedas compraron esta sopa, que sino era del todo un manjar, al menos calentaba el cuerpo y mantenía tranquílo el estómago. Nos haría falta para la noche que se nos venía. El pobre Enriquillo reposaba bajo las mantas, y yo daba cuenta a mi cuenco de sopa. No quería catar el vino esa noche, pues debía estar en mis enteras facultades.

Permanezco atento, a que me avisen para salir presto a hacer de notario si conseguir arrestar con fortuna a los corchetes traidores. Tenía ya todo preparado para ello, solo coger el zurrón y salir.

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02/02/2015, 08:29
Hans Schneider

Después de meterme la cabeza dentro de un cubo de agua bien fría la zorra se fue tan rápido como vino. Listo y dispuesto para la extraña encamisada. No era un hombre de acción, pero estaba rodeado de gente de hígados, y se esperaba poca resistencia de dos guardias de su Majestad, y más si quien los prendía era la Justicia... O eso quería creer.

Pateo el suelo para hacer correr la sangre por mis piernas, a la vez que espero, embozado, a ver como se resuelve la situación.

Apenas puedo ver nada que no sea la lejana luz del fanal, pero estoy relativamente tranquilo. Vista la situación, mi pellejo corre poco peligro.

 

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03/02/2015, 12:47
Luciano della Rovere

Mientras se acercaba al puesto de guardia y procuraba no helarse de frio palpo las pistolas, que bien cebadas, llevaba bien a mano por si era necesario usar de ellas y comprobo que la espada entraba y salia bien de la funda, nunaca se sabia.

Cuando les dieron el alto comprobo la extrañeza de los guardias, asi que no tardo en responder no fuera que se pusieron nerviosos.

-Soldados del rey. Floreando montantes.

Se quedo un instante expectante procurando parecer lo mas inofensivo posible para no dar a mal entendidos.

-Es un poco pronto, lo se, pero asi nos lo han ordenado. Aprovechar el la situacion que no vais a tener tanta suerte todas las noches, y menos siendo tan humedas y frias, que voto a Dios, ni los herejes asomarian la faz en una noche como esta!. ¿Alguna novedad?.

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04/02/2015, 00:27
Martín

- Padre ¿acaso no deberíamos estar nosotros haciendo algo también? - preguntó Martín al sacerdote. Había escuchado los planoes de los oficiales y la idea, si la celada no se torcía, era buena, pero a fin de cuentas él no pasaba de ser un muchacho y la impaciencia le reconcomía. Aún llevaba al cinto la daga larga, no así las pistolas que el alférez le había prohibido portar.

Estaba sentado con los pies colgando y a fuerza de no poder levantarse para moverse por la capilla, movía los pies adelante y atrás una y otra vez golpeando con los talones contra una madera. Quizás al capellán lo estuviera poniendo nervioso pero él no podía estarlo más con sus amigos en presidio.

Aquello tenía que salir bien.

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04/02/2015, 12:12
Ezio Contarini

Enzio ha escuchado todo el plan con atención y se ha preparado para ello, teniendo sus armas cargadas y listas bajo su larga capa. Con un simple gesto puede apartarla y armar la de Dios es Cristo. Se pone discretamente al lado de Della Rovere por si su jefe necesita ayuda.¡, con una sonrisa fría en los labios.