Partida Rol por web

Después de varios días de viaje en tu coche por las tortuosas carreteras que te llevaban al sur del país por fin llegaste a Nuevo México. Esto poco tenía que ver con tu Massachusetts natal. El calor hacía tiempo que había sustituido al clima frío de tu estado de origen y no estabas muy acostumbrado aún a él. En el cielo no se veía ni una pequeña nube que pudiese proyectar una leve sombra que te protegiese de los rayos del sol.

Las rectas eran interminables, no parecía que llevasen a ningún lugar y los pueblos por los que pasabas parecían estar abandonados, ya que no había movimiento alguno. Muy de cuando en cuando, te cruzabas con algún camión de reparto o otros vehículos que te saludaban con un gesto de mano.

Por fin, un indicador de carretera anunciaba la llegada de un cruce de caminos importante. A la derecha Silver City. A la izquierda Alburquerque.

Lew tomó el camino de la derecha en la encrucijada, en dirección a Silver City. El paisaje no acompañaba, pues el verde de su massachusets natal era escaso e ese lugar. A parte el sol y el calor hacían de ese lugar algo parecido a un pequeño infierno.

El detective quería salir del coche. Su idea era parar en el primer bar que encontrase. Tenía ganas de salir del coche y entrar en algún sitio a la sombra. Además, sabía que en los bares se movía mucha información...y era hora de buscar en ella.

- A ver que tal es el carácter de los de Silver City...espero que no traten mal a los forasteros- se dijo esperanzado de no etner líos en el primer sitio al que llegara.

Entraste en la primera cafetería que encontraste. No estaba lleno, ni mucho menos, y te acercaste a la barra. Unos instantes después apareció un camarero de unos cincuenta y cinco años. Llevaba un delantal blanco sobre una camisa blanca y secaba un vaso de cristal con esmero y se sorprendió un tanto al verte sentado en uno de los taburetes de la barra.

- Buenas tardes, señor. – Saludo con una sonrisa. - ¿Café?

- Sí, por favor- respondió Lew sonriente.

- Su cara me da a entender que no pasa mucha gente de fuera por el bar, ¿eh?- comentó sonriendo para intentar entablar una conversación.

- Pues no. Ciertamente no suele venir mucho forastero por aquí. – Te contesta con una sonrisa y ese acento sureño que tienen los habitantes de Nuevo México. – Y usted es uno de ellos, sin duda.

- ¿Está de paso o piensa establecerse en la ciudad? Se dice que andan buscando trabajadores para llevar ganado hasta Tucson, en Arizona. No es que usted me parezca el más indicado pero uno nunca sabe… - Te informa con una sonrisa y vuelve a su quehacer limpiando los vasos.

- No, no- sonríe Lew abiertamente-. No, busco a un amigo que vive aquí. Se llama David Little. ¿Lo conoce?- le pregunta al camarero como si nad, dándole un sorbo a la taza de cafe, pero mirando su expresión por si viera algo que no le gustara. 

El camarero deja por un momento los vasos y se acerca a ti. - ¿De verdad es usted amigo de David? Claro que le conozco. Pero no me parece que sea usted amigo suyo. – Dije mirándote con cierta desconfianza. - ¿Por qué no se deja de monsergas y me cuanta la verdad? Que seamos de pueblo no quiere decir que seamos idiotas. – Prosigue a la vez que vuelve a su labor con los vasos. De paso te echa una mirada con su correspondiente sonrisa.

Parecía que Lew había dado en el clavo y pensaba aprovecharse de ello, o por lo menos intentar sacar algo.

- Hombre, amigo, amigo claro que no, es una forma de hablar. Siento haberle confundido- dijo levantando las manos como molesto al sentirse interrogado-. No vengo a hacer nada malo, pero si que quiero hablar con él de un ami...conocido mutuo también llamado David- se corrigió para mostrar que había entendido lo de no exagerar.

- De todas formas, veo que le conoce bien y se preocupa por él, sabe si le ha pasado algo últimamente- preguntó cambiando de tema, intentando sacar algo de información.

El camarero continúa mirándote con desconfianza pero por fin te da algún dato. – En fin supongo que estará en el instituto. Aunque tenga sus años aún sigue dando clases cuando hace falta. Pero yo no le he dicho nada, ¿estamos? – Te interroga con seriedad.

Lew lew sonríe y le deja un par de dólares en la barra mientras asiente confirmando su discrección. Con un movimiento de cabeza y se despide del camarero mientras coge sus cosas y sale del café. La propina era cuantiosa, pero la información la había coseguido fácilmente y en poco tiempo, con lo cual valía ese par de dólares.

El detective cogió el coche y se dirigió al instituto. Pese a que no conocía el pueblo, no era lo suficientemente grade como para que se pudiera perder. Así en poco tiempo llegó al mismo*.

Nada más entrar, se dirigió a la secretaría y preguntó.

- Perdone, ¿el profesor David Little?- arriesgó Lew en la pregunta al saberse en un instituto.

No te costó mucho encontrar el pequeño instituto gracias a las indicaciones del esquivo camarero. Realmente casi no hubiese hecho falta coger el coche. Estaba tres manzanas más abajo, en una calle paralela.

Aparcaste el coche cerca de la puerta principal y entraste. Enseguida te invadió ese olor característico que tienen todas las escuelas. Avanzaste hasta la pared que se encontraba frente a la puerta. En ella se abría una ventana de dos cristales, con el cartel de SECRETARÍA encima, que se encontraba cerrada.

Con los nudillos golpeaste suavemente el cristal y en pocos segundos apareció una señora que era sin duda la secretaria.

- Hola. El profesor Little se encuentra en la sala de profesores. Tercera puerta a la izquierda. – Te indica con una sonrisa.

Lew dedico una grata sonrisa a la secretaría que tan bien le había tratado y le había indicado la ubicación del profesor. Sin esperar a que le permitieran o no adentrarse, el detective se dirigió a la sala de los profesores.

Al llegar toco la puerta y, qitándose el sombrero abrió la misma  a la vez que preguntaba por el profesor.

- Perdonen*, querría hablar con el profesor Little- pidió Lew sin saber quien era en concreto aquel profesor.

La sala de profesores es una habitación de tamaño medio. En el centro, una gran mesa de madera llena la sala. A su alrededor hay sillas y contra las paredes puedes ver estanterías repletas de libros, muebles, archivadores y un gran ventanal que da a un bonito jardín.

Sentado en una silla leyendo unos papeles se encuentra el profesor Little que se sobresalta un tanto al oírte. El profesor Little es un señor mayor cerca ya de su jubilación.

- Si. Soy yo… ¿qué desea? – Te pregunta extrañado.

- Hola buenas- dijo Lew tendíendole la mano-. Querría hablar con usted en un sitio más tranquilo, comentó mirando al resto de los colegas del profesor.

Una vez a solas, Lew se explicó.

- Soy Lew Harper, detective privado- dijo sin tapujos para que viera la seriedad del tema-. He venido pues sé que David Lane estuvo con usted aquí, en Silver City. Lo malo es que la familia recibía cartas con frecuencia de David, pero desde hace tiempo no saben nada. 

lew dejó un par de segundos para el profesor se hicera cargo.

- ¿Sabe usted algo de David?- preguntó directamente al profesor.

El profesor Little deja los papeles que está leyendo sobre la mesa y se separa un poco las gafas de los ojos. Lo que antes era un gesto de extrañeza ahora se vuelve en nerviosismo.

El profesor Little se retuerce en su silla y te mira con desconfianza. No parece gustarle nada lo que le estás preguntando.

Por fin se quita las gafas y, con ellas en la mano derecha, te enseña la puerta por la que has entrado. – Lo siento caballero, no tengo nada que decirle sobre ese joven. Tengo trabajo que hacer así que, por favor, le pido que se vaya. – Te contesta de modo tajante.

Está claro que no quiere hablar de ese tema y notas que las gafas le tiemblan en la mano mientras trata de mantener la compostura.

Lew miró la actitud del profesor y entendió que le dominaba el nerviosismo. Pero tampoco quería crear un espectáculo dentro de su lugar de trabajo, eso empeoraría las cosas. 

- Bien, gracias por su tiempo- comentó Lew sonriéndole cortesmente. Luego se dio la vuelta y se marchó.

Si este tipo piensa que voy a dejar escapar una pista como esta está completamente loco -pensó el detective bajando al coche y metiéndose en el mismo. 

Luego esperó a que el profesor saliera de su trabajo  para seguirle hasta su casa ahí "hablaría" de una forma u otra.

Tras unas horas esperando, el profesor Little salió de la universidad, recorrió el camino hasta su coche con rapidez, se subió a su vehículo y se fue. Gracias a tus aptitudes para el seguimiento no te costó ningún trabajo perseguirle hasta su casa sin llamar su atención.

El hombre se bajó de su automóvil, subió los tres escalones que daban acceso a la puerta de su casa, abrió la puerta y accedió al interior.

Tras seguir al profesor hasta su casa Lew esperó un par de minutos para que éste se pusiera "cómodo" y no pensara que le estaba siguiendo, mientras observaba la casa desde su coche por si el profesor se aventuraba a mirar o por si le pillaba "in fraganti" haciendo cualquier cosa.

Luego se bajo de su coche y se acercó a la casa, pero no fue directamente a la puerta, se acercó sigilósamente a la ventana. Se asomó y se paró unos segundos para ver si escuchaba algo. Después dio un rodeo por la casa haciendo lo propio por cada ventana que podía, a fin de descubrir algo del profesor que pudiera serle útil al tratar con él.

- Veamos que escondes, profesor...luego tendremos una charla "amistosa"- murmuró Lew.