Partida Rol por web

El Secreto de los Buenos Hombres

La Buena Mujer

Cargando editor
14/12/2010, 22:55
Director

Una noche de invierno a las afueras de Barcelona.

Cargando editor
14/12/2010, 22:58
Director

Ser un no-muerto no ha mejorado siertos aspectos de tu existencia y, aunque te gustaría dejar de preocuparte por nimiedades, aún debes moverte entre los humanos y es mejor no llamar la atención de estos.

Una de las cosas que llama la atención de es el hecho de que una mujer vieje sola y siempre de noche. No obstante, tu nueva naturaleza hace que no debas temer a casi ninguna amenaza mortal... Por lo menos eso piensas.

En tu busqueda por encontrar un lugar en la sociedad de los condenados has llegado a la Capital del condado, Barcelona. Tú sire siempre te dijo que era más simple radicarse en una ciudad grande para la caza, aunque antes debías de presentarte con el Príncipe vampírico de la ciudad.

Duarante el camino para llegar ahí has visto distintos campamentos de personas que vienen escapando de la cruzada que está ocurriendo al otro lado de los Pirineos. esa gente te mira con buenos ojos, pues la mayoría viste de blanco, igual que tú.

Esa noche ya te encuentras a las puertas de la ciudad, resguardada por guardias. Uno de ellos, al verte acercar, sale a tu encuentro y te detiene diciendo:

- ¡Alto ahí, mujer! ¿De donde vienes y que vienes a la ciudad?.

No hay ni una pizca de simpatía en el tono del guardia.

Cargando editor
15/12/2010, 13:15
María de Urgel

Me encuentro ensimismada observando las puertas de Barcelona, cuando ese estúpido hombre me interrumpe con sus bruscos modales. Le dirijo una mirada gélida. Eso es lo peor de los hombres, que por tener musculatura y un arma se creen superiores a los demás, sin darse cuenta de que lo que viven es una simple ilusión. Me cruzo de brazos sin inmutar mi expresión.

- Vengo de Zaragoza, guardia - le contesto con inexpresividad, como si mis palabras fueran demasiado buenas para él - Y los asuntos que me traen a Barcelona me pertenecen a mí y a nadie más, así que si me lo permitís...

Observo el rostro del vigilante con desprecio. Todos son iguales a los demás, todos pertenecen a la misma escoria, todos intentan hacerme perder mi valioso tiempo.

Cargando editor
17/12/2010, 02:04
Director

El otro guardia que se encuentra en la entrada se acerca a donde tú te encuentras discutiendo con el primero. el recien llegado te mira de pìes a cabeza y te dice:

- Para mí que eres uno de esos herejes cátaros. Dicen que ellos visten completamente de blanaco y que sus mujeres no están bajo el control de los hombres. Una mujer sola y vestida de blanco es muy sospechoso... por otro lado, somos hombres razonables y si nos ofreces algo interesante, podriamos ignorar esos signos de herejía.

Era obvio lo que ese asqueroso guardia de dientes carcomidos quería de ti. Había cosa que no cambiaban para ti ni siquiera ahor que tu corazón no latía.

Cargando editor
19/12/2010, 12:21
María de Urgel

Ante la proposición del guardia, no puedo evitar que una leve sonrisa se dibuje en mis labios. Aún así, mi rostro permanece invariable. ¿Quién os habéis creído que sois?, pienso con suavidad. Muy tranquila, doy un par de pasos hacia ellos con lentitud y miro al guardia que ha hablado por última vez fijamente a los ojos.

- Los asuntos de la herejía no me interesan lo más mínimo, guardia - le digo hablándole con una falsa dulzura - Si he de vestir de blanco, vestiré, al igual que soy libre de creer lo que me plazca. Sin embargo... - hago una breve pausa - Si hay algo que me disgusta profundamente, es la gente como vos.

Hago que mi tono cambie, pasando a uno más amenazador, pero sin dejar de sonreír.

- Decís que sois un hombre razonable. Demostradlo pues, y apartaos para que pueda continuar con mi viaje sin que se creen problemas. No juguéis con mi paciencia.

Cargando editor
19/12/2010, 13:41
Director

Tu actitud la verdad es que amedrenta poco o casi nada a los guardias, que de seguro ya habían tomado por la fuerza de muchas mujeres aquello que no habían querido entregarles libremente. Así, sin mediar alguna lectura de cargos, el que propuso que quedarías libre si les prodigbas tus encantos te toma del brazo y dice:

- Creo que no sabes en el lio que estás metida, puta. No llegues con tus infulas de gran señora aquí y tratar de intimidarnos. Ahora vienes con nosotros lo quieras o no.

Cargando editor
20/12/2010, 11:32
María de Urgel

Me dejo agarrar por el brazo. En ningún momento siento miedo, pues los humanos no son nada comparados conmigo; pero aún así, comienza a fastidiarme su actitud. Están haciendo que pierda un tiempo precioso, y el contacto demasiado prolongado con ellos me asquea.

- Creo que sois vos el que está metido en un gran lío, pues vengo a Barcelona de parte de Arturo de Alborge, noble con gran importancia en el condado de Zaragoza y gran amigo del señor de esta ciudad - le espeto con un tono altivo que deja entrever un toque colérico.

Les observo unos segundos con una ceja ligeramente levantada.

- Quizá a otras mujeres podáis hacerles lo que os plazca, pero intentarlo conmigo os meterá en graves problemas. Acataos entonces a las consecuencias - les amenazo fríamente.

Notas de juego

¿Puedo tirar para intimidarlos o hacerles creer eso de alguna forma? No estoy mintiéndoles, ya que mi sire sí que era realmente importante en Zaragoza. Más bien es hacer que se lo crean xD

Cargando editor
21/12/2010, 00:26
Director

Notas de juego

Lanza Manipulación + Intimidar a dif. 7, ya que esos guerdias no están muy receotivos a creer que eres alguien importante.

Cargando editor
21/12/2010, 16:14
María de Urgel
- Tiradas (1)

Tirada: Intimidar+Manipulación
Resultados: 7,1,8,10,2,10,4
Resultado final: 3

Notas de juego

Ahí va.

Cargando editor
21/12/2010, 22:24
Director

El otro sujeto te mira con desconfianza, como si de pronto hubieras cambiado y ya no fueras la hereje que deseaban violar. Había algo en tu actitud, en tu forma de mirarlos que les puso los nervios de punta. En tonces, tratando de no parecer un cobarde, el primero que habló contigo te dice:

- Bien, por ahora parece que no hay hada malo contigo. Pasa rápido y trata de no meterte en problemas.

Y te dejan pasar como si fuera un acto de magnanimidad de su parte.

Entonces te encuentras a las puertas de la ciudad y entre las multiples caras de los transeuntes divisas una que te llama la atención. Palida y afilada, que parece mirarte fijamente con unos profundos ojos negros.

Cargando editor
21/12/2010, 23:18
María de Urgel

Cuando paso al lado de los guardias, dejo escapar una fría risita de desprecio. Por suerte, no ha sido necesario ningún otro tipo de persuasión para que esos desgraciados me dejasen pasar, y por un instante mi mente vuela a posibles castigos que podría haber aplicado en su contra. Todo a su debido tiempo... pienso con un ligero ramalazo de emoción al pensar que he llegado a la gran ciudad de Barcelona.

Comienzo a dirigirme hacia las puertas entre la marea de gente, apartándome un mechón de pelo de la cara. Aspiro el aire con un gesto de desagrado, ya que los efluvios humanos me molestan bastante desde hace un tiempo.

Y entonces me fijo en ese rostro de ojos oscuros y piel pálida que me mira fijamente. Sin mucha curiosidad, pero aún así algo interesada, le devuelvo la mirada y presto más atención a los detalles de esa persona, mientras avanzo más lentamente.

Cargando editor
28/12/2010, 00:41
Director

El hombre que te mira con descaro es alto, de cabello oscuro y ojos del mismo tono. Su ropa es negra y algo rara. No es lo que se lleva en ese rincón del Mediterraneo, sino que parece extrañamente recargada, aunque es de un severo negro. Definitivamente ese sijeto no es de ahí y crees que tampoco se trata de un humano, pues te mira por demasiado tiempo sin pestañar y su piel parese hecha de hueso. Si se queda quieto por mucho tiempo todos pensaría que se trata de una estatua. Nunca habías visto otro vampiro aparte de tu sire y en verdad este era inhumanamente hermoso.

 

Cargando editor
28/12/2010, 15:28
María de Urgel

Me quedo inmóvil por unos segundos, dejando que la gente que camina a mi alrededor me sobrepase. Es un ser de la noche, al igual que yo, pienso con cierta satisfacción tras observarlo durante un momento. Más que sentirme contenta por haber encontrado a un semejante, pienso que tal vez pueda guiarme por Barcelona y conducirme al príncipe, ya que comencé mi viaje sin ningún tipo de información. Un poco a la aventura. Pero aquel hombre puede cambiar esa situación y ser un compañero provechoso.

Sin más dilación, me dirijo caminando elegantemente hacia él hasta encontrarnos frente a frente. En circunstancias normales, de ser él un simple hombre, no le dirigiría ningún tipo de saludo; pero al ser un vampiro merece más respeto que un humano.

Esbozo una leve sonrisa, intentando que parezca cordial y no el gesto orgulloso que suelo poner.

- Veo que no dejáis de mirarme - digo en voz baja, pero con tono autoritario - Mi nombre es María de Urgel. ¿Quién sois vos?

Cargando editor
30/12/2010, 01:36
Sergei Kosiusko

El hombre responde a tu sonrisa con otro afilada como el filo de una navaja. Después hace una reverencia y te dice con un acento donde marca mucho las erres.

- Soy Sergei Ivanovich Kosiusko, mi señora, y provengo de las tierras que se encuentran al norte de lo que fue el Imperio Bizantino. Lamento si os he incomodado, pero es muy raro encontrar a alguien como yo en estas tierras lejanas.

Y para que le entiendas, en ese momento hace un truco casi inperceptible alos ojos de un humano, pero no para ti. Su cara canbia de color y su carne adquiere la apariencia viva que hasta ese momento no tenia. Solo alguien de tu clan podía manjar su semblante de esa manera.

Cargando editor
03/01/2011, 12:38
María de Urgel

Tengo que admitir que hasta ese momento no siento un verdadero interés hacia el hombre que tengo delante. El hecho de que sea del noble clan Tzimisce, al igual que yo y que mi sire, hace que de inmediato me sienta predispuesta a mantener una conversación con él. Al fin y al cabo, es un ser muy superior a todos los que nos rodean en estos momentos, e incluso superior a la mayoría de los vampiros.

Le dirijo una sonrisa más sincera ahora, sintiendo que he encontrado por fin algo que merecía la pena encontrar en todos mis monótonos días de viaje.

- Me alegro, pues, de encontrar a un honorable miembro de los nuestros por aquí - le comento con un deje de orgullo al decir "los nuestros" - ¿Qué os trae por estas tierras, señor Kosiusko? Si venís del lejano imperio de que me habláis, debéis tener un motivo poderoso para dejar vuestro hogar.

Me coloco a su lado; pero siempre dejando la distancia de seguridad de un par de metros que me he habituado a mantener desde siempre, incluso en lo que puedo recordar de mis tiempos humanos. Con un gesto un tanto perezoso de la mano, le señalo la ciudad indicándole que comencemos a entrar y así me dispongo a hacerlo.

Mientras observo a Sergei Kosiusko, no puedo evitar hacerme preguntas sobre su edad, sobre quién será su sire y sobre los motivos de su viaje. El hecho de encontrar otro Tzimisce provoca lo que nada antes podía causar: sentir verdadera curiosidad sobre alguien. Y más examinando sus rasgos, que demuestran la aristocracia y los modales de todo un caballero. Me satisface su fría sonrisa, pues no es sincera, y da lugar a un deseo de mantener las distancias con él. No puedo evitar comparar su porte reservado con el mío, y al encontrar la semejanza siento una gran satisfacción interna.

Cargando editor
03/01/2011, 22:31
Sergei Kosiusko

El tzimisce acepta la distancia que pones entre él y tú y camina hacia la ciudad sin mirarte. No intenta tenderte la mano ni nada parecido, simplemente se mueve con elasticidad en cada gesto y los mortales, al verlos, se hacen a un lado como si supieran que se trata de un demonio. No obstante, al escuchar tu pregunta se gira a ti y contesta:

- Los miembros de nuestra estirpe cada vez se avanturan más lejos de nuestras tierras ancestrales. Durante siglos hemos estado alejados del mundo y sus cambios y eso nos ha debilitado. Hoy nuestras tierras son asediadas por los autoennoblecidos ventrue y los hechiceros usurpadores tremere, así que debemos ver fuera de nuestro pais que hay para nosotros. Pero la verdad es que me intriga encontraros en este lugar, los drakul nunca hemos considerado hogar las tierras de los hispanos ¿Vuestro sire está radicado en esta tierra o es como yo, un ave de paso?.

Tu sire te había hablado poco de los tzimisce de oriente, quizá porque el mismo solo conocía lo que a la vez su sire le dijo. No obstante, la forma en que pronuncia la palabra drakul llega a sonar familiar, como si fuera una denominación apropiada para ti.

Cargando editor
05/01/2011, 12:21
María de Urgel

Escucho sus palabras con interés, anotando rápidamente el término drakul en mi memoria. Podría ser un buen comienzo para empezar a investigar sobre todo aquel mundo del que tantas cosas desconozco.

- Ya había escuchado de labios de mi sire cómo los Ventrue y los Tremere tratan de erigirse sobre las tierras de los nobles Tzimisce - comento con un tono de suficiencia - Es una lástima que cometan semejante error, al igual que es una lástima que, por un motivo u otro, nuestro clan esté lo suficientemente debilitado como para no poder enseñarles una lección y situarlos en el camino que les corresponde - añado sonriendo ligeramente - Pues no dudo que, en normales circunstancias, los Tzimisce ya habrían logrado imponerse a los que pretenden dominar sus tierras.

Hago una leve pausa, mientras siento algo cercano a la lástima por el hombre que se encuentra a mi lado. Ha tenido que abandonar su hogar, su tierra, por una horda de insurrectos y vanidosos vampiros.

- Sobre lo que preguntáis sobre mi sire - cambio de tema rápidamente - Que no os sorprenda encontrarme aquí, ya que mi sire está anclado al condado de Zaragoza, donde reside desde hace numerosos años. Yo, debido a mi juventud, no he tenido ocasión de viajar más allá de donde nos encontramos.

Cargando editor
06/01/2011, 00:40
Sergei Kosiusko

Sergei vuelve a sonreir y te dice:

- Espero que algún día podais ir a conocer nuestra tierra y te empapeis de la sabiduría ancestral de nuestro clan. Yo por mi parte estoy en estas tierras extrañas aprendiendo de los naturales y, cuando mi viaje acabe, volveré con mi voivoda para aplicar mis conocimientos en la guerra.

luego siguen caminando sin rumbo por las calles y entonces el te pregunta:

- Y vos ¿Venis al conclave que el príncipe de la ciudad ha convocado?.

Cargando editor
10/01/2011, 23:54
Director

Notas de juego

Por si acaso, tú no sabes nada de la reunión que el te nombra.

Cargando editor
12/01/2011, 15:32
María de Urgel

Aquel hombre habla con un lenguaje que muchas veces se me escapa. Eso es muestra de que tiene muchos más años que yo, y de que ha visto tantas cosas que, en mi corta existencia, no podría ni imaginar. Siento una fría admiración por ese vampiro, de quien podría aprender bastante, así que le dirijo una sonrisa de amabilidad.

- No sé de qué conclave me habláis, mi señor, pues he venido a Barcelona con el único motivo de viajar y engrandecerme mediante el conocimiento de otros lugares. Es la primera vez que parto sola - admito con contrariedad - ¿De qué se trata, entonces, el conclave que mencionáis?