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El Señor de los Anillos: Excursión al Orthanc

Escena introductoria de Agonar Barada

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12/04/2014, 19:00

Estás en una casa de madera de talante humilde en las proximaciones de Bree, en Entibo siendo más específicos, la cual está rodeada por fértiles campos en donde una multitud de frijoles augurian una buena temporada para la cosecha, la cual es dentro de unos dos meses. Entibo se encuentra en la cara opuesta de la Colina de Bree, a un kilómetro y medio de Bree. El pueblo que es bastante pequeño y sólo contiene una veintena de casas, fue fundado para beneficiar a los granjeros que estaban al este de la Colina de Bree, ya que les ahorraba tiempo al  evitar tener que ir cruzar a la colina para que ir a arar los campos, tiene una población my pequeña y no cuenta con tabernas ni posadas.

Estás ahí pues te ofrecieron una oferta de trabajo, la cual desconces todavía, estás junta a una humana de rasgos hermosos y de figura esbelta y delicada, la cual se te presentó cómo Laïlath y que también desconece el motivo de la cita.

Esperaistéis alrededor de unos 20 minutos, en donde apenas intercambiaron palabras, hasta que llegó una señora de unos 40 años de aspecto rechoncho y con las manos bien sucias de tierra que demostraban que estaba trabajando recientemente.

—Siento muchísimo la demora, mis señor y señorita. Soy Errya Rosa —se presenta—, estos campos no dan tregua ni siquiera cuando mi pequeño Rommy está enfermo —su rostro era triste y te daba pena—. Verán, hace unos días Rommy se fue a jugar con los Galleta, unos hobbits vecinos míos, nada de raro, salió al mediodía y volvío al ocaso, tampoco nada raro, pero desde que llegó, presentó fiebre y náuseas, dolores de cabeza y de estómago. Mi esposo y yo pensamos que se internó un poco al bosque y que se había comido unas manzanas echadas a perder junto a los Galleta, algo típico aquí entre los niños, así que sólo le dimos una reprimeda y confíabamos que despúes de unos dos o tres días se recuperaría, pero no fue así, nos preocupamos mucho y lo llevamos a una curandera de Bree, ella dijo que la enfermedad es una infección grave en sus intestinos y que quizá incluso... ya sabéis —casi rompe a llorar—. Bueno el caso es que nos dijo que podía curarlo si encontraba algunas hierbas, las cuales están agotadas en todos los pueblos vecinos. Es por eso que os convoco, a ti —se dirige a la chica—  porque me dijeron que eras una buena herbolaria para encontrar lo que necesitaba, y a ti —ahora se dirige a ti— para que la protejas, pues las hierbas son el Attanar, el Barante y las Athelas, las cuales se encuentran alguna bien profundo en los bosques y ahí rondan algunas bestias. Confío fuertamente en vosotros y espero que cumpláis conmigo. Os ofrezco 20 monedas de plata por cada tipo de hierba que encontráis, volved antes de que termine la semana, que mi pequeño Rommy no puede esperar mucho.

 

 

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12/04/2014, 19:44
Laïlath

—Cuenta conmigo, Errya Rosa, que hicistes bien en confiar en mí. Efectivamente algunas de esas hierbas se encuentran bien profundo en los bosques y que por estos momentos no hay reservar en Bree y mucho menos en los pueblos vecinos.

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12/04/2014, 20:42
Agonar Barada

Jugueteaba tranquilamente doblando el pliego de los gastados guantes mientras esperaba a que la mujer que le había ofrecido trabajar apareciera. Agonar era un hombre paciente y estaba acostumbrado a efectuar largas esperas, y además en lugares mucho peores que aquella confortable casa.

Al parecer no había sido el único convocado allí aquel día, pues una joven muchacha esperaba al lado del montaraz. Había tenido la cortesía de presentarse y saludar al hombre a pesar de que éste vestía con sus ajados y sucios atuendos de a diario, los cuales le conferían un aspecto de maleante de compañía nada aconsejable. Sin embargo, la chica incluso le dijo su nombre, él apenas lanzó un gruñido y murmuró unas pocas palabras, y por supuesto no le dijo su verdadero nombre. Por aquellos lugares le conocían simplemente como el Vagabundo y prefería que así siguiera siendo.

La tal Errya Rosa era una mujer rechoncha que le había encontrado mientras pedía en la puerta sur de Bree, le dijo que si le interesaba trabajar y ganarse unas monedas podía ir a Entibo para la reunión. Tal vez la mujer pensara que Agonar sería un buen protector para su herbolista, ya que era un hombre alto y ancho de espaldas que daba ese aspecto de fuerte. Y seguramente fue un acto de compasión por su parte encargar dicho trabajo a alguien como él. No obstante, por mucha mala pinta que el Vagabundo tuviera, un borracho de costumbres fijas era más fiel que cualquier mercenario de lealtad cuestionable que pudiera encontrar en una posada. Tal vez supuso que una persona como él no le haría demasiadas preguntas y tampoco le traicionaría por una suma razonable que poder gastar después en bebida.

Lo cierto era que lo que había despertado la curiosidad de Agonar era la desesperación con la que la mujer le había pedido ayuda. Dentro de la tarea de proteger el pueblo de Bree estaba proteger a sus habitantes y si requerían de su ayuda estaría dispuesto a darla. Sin embargo no mostró ese interés durante la reunión, ni tampoco esa predisposición a ayudar. Se mantuvo en su papel de tipo despreciable y mostró poco interés en la historia que le contaban sobre el niño hasta que se mencionó la recompensa. Momento en el que fingió que sus ojos se iluminaban y ponía oído a lo que se requería de él.

-¿El precio es por cabeza o a repartir?. -Dijo con cierto tono desagradable sin moverse de la silla en la que se mantenía con los brazos cruzados como si la enternecedora historia que acaban de escuchar no le hubiera afectado lo más mínimo. -Si es por cabeza acepto, si no paso de perder mi tiempo por treinta miseras monedas de plata. En un día pidiendo en la puerta puedo conseguir casi esa cantidad. -Protestó.

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12/04/2014, 21:23

—Qué ser tan despreciable eres —dijo visiblemente ofendida Errya Rosa—, uno os ofrece trabajo y tú no solo lo rechazas, sino que lo haces de malísima manera. Os echaría inmediatamente de aquí si no fuese que en verdad necesito vuestra ayuda, El Vagabundo, así que ese precio será por cabeza, aunque sé que lo malgastarás todo lo que te dé en alcohol y otros malos vicios. No tengo ese dinero aquí mismo, por lo que tocará hacer un préstamo en Bree. Mi pequeño Rommy lo vale.

 

 

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12/04/2014, 21:35
Laïlath

—No requiero esa recompensa mi señora, lo haré por el precio inicial y con todo el gusto del mundo —dijo Laïlath de manera educada y afable.

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13/04/2014, 18:23
Agonar Barada

Las palabras de Errya Rosa no afectaron lo más mínimo a Agonar que se mantuvo en su papel, asumiendo que todos los insultos que la mujer le dedicaba eran bien ciertos y esperando el sonido de la bolsa de dinero que alegrara sus oídos.

-Como yo lo gaste, señora, no es asunto suyo. -Dijo el Vagabundo en respuesta a la insinuación de que se iba a beber cada moneda que le diera. Que ellos le creyeran así era muy bueno para mantener su coartada. Finalmente se levantó de la silla en la que estaba vagueando y se rascó la barba canosa que adornaba su cara.

-Bien. Mientras vos reunís el dinero iré a hacerme con una espada para proteger a la bella señorita. -Dijo mostrando una sonrisa de amarillentos dientes. -¿Cuándo queréis partir?. -Le preguntó a Lailath sin despegar de ella una mirada que fácilmente la incomodaría.

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13/04/2014, 19:03
Laïlath

—Lo mejor sería cuanto antes, sabemos bien la urgencia de esta empresa —dijo aparentemente indiferente a los gestos de Agonar Barada, que intentaba incomodorla—. Debo ir a por algunas de mis hierbas y otros menesteres para partir en cuanto antes. ¿Quedamos frente a la posada “El caballo y el jinete” para dentro de dos horas?

El sol estaba en su punto más alto durante la conversación, por lo que es facilmente deducible que esta era la hora en donde los comededores de Bree empezaban a tener afluencia, y “El caballo y el jinete”, que también hacía las veces de comedor, no sería la excepción.

 

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13/04/2014, 19:52
Agonar Barada

-Allí estaré. -Aseguró Agonar asintiendo con la cabeza.

Después salió de la casa y se dirigió a grandes zancadas hacía la salida de Entibo donde recogió sus armas, pues en realidad no necesitaba comprar ningún arma ya que había escondido las suyas entre unos matorrales. Se echó la espada envainada al cinto y el arco y el carcaj a la espalda y quedó camuflado entre la maleza esperando a que Lailath pasara por allí.

Su intención no era otra que espiarla y comprobar si lo que aseguraba que iba a hacer era cierto y además averiguar a que otros menesteres se estaba refiriendo. Aquella mujer era una desconocida y él nunca se fiaba de los desconocidos.

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13/04/2014, 20:51

Laïlath empezó a conversar un poco con Errya, ambas ignorando que estaban siendo expiadas por Agonar. Él no encontraba nada sospechoso en ninguna, y sólo seguía observándolas por esa natural desconfianza hacia personas desconocidas, allí en los matorrales ninguna podría verle.

Después de un rato, Laïlath se despidió de la rechoncha señora con una abrazo y empezó a dirigir sus pasos hacia Bree, seguida sigilosamente por Agonar, del que en ningún momento percató su presencia. Los matorrales lo cubrían, y cuando estos se acabaron al acercarse a Bree, empezó a usar los muros, las casas y cualquier cosa que podría ocultar su figura. Al llegar a Bree, y después de unos minutos de caminata Laïlath entró en una bella casa de piedra blanca, era en un vecindario tranquilo de Bree. Después de unos minutos de observar la casa y no ver nada sospechoso, Agonar empezó a aburrirse de la monótoma vista y consideraba salir del lugar.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Puedes hacer tiradas de por ejemplo Escuchar o Averiguar Intenciones o de cualquier tipo cada vez que creas necesario, no necesariamente solo cuando te pida.

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14/04/2014, 15:14
Agonar Barada

Aguardó, sin embargo, a que la muchacha volviera a salir de la casa para seguirla hasta el lugar donde se desarrollaría el encuentro entre ellos. Con mucha paciencia esperó escondido por si acaso durante el camino ocurría algún imprevisto o ella se desviaba por alguna razón.

Parecía que la chica no ocultaba nada ni tampoco mostraba una actitud sospechosa, así que Agonar siguió espiándola sólo por si algo se distinguía de su actitud normal o por si acaso alguien asaltaba a la muchacha. Nunca estaba de más prevenir, y Agonar en ese sentido era de lo más previsor y no le importaba esperar en una mala postura que cargara sus viejas piernas, los años y las canas le habían enseñado a serlo.

Si el camino de Lailath hasta la posada de el caballo y el jinete era de lo más normal, Agonar esperaría unos minutos para presentarse algo tarde y lo haría andando con incomodidad, como si la espada le molestara y no estuviera acostumbrado a llevar ese peso al costado.

Notas de juego

Ok.

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14/04/2014, 19:49

Después de unos minutos, Laïlath salió de la casa con una vestimente más acorde cómo para internarse en un bosque por unos días. Con un macuto de cuero a sus espaldas, y unas alforjas en la parte superior de sus piernas, también de cuero, la mujer partió hacia El caballo y el jinete, que estaba a unos 20 minutos a caminata tranquila de allí.

Tras una caminata tranquila y sin ningún imprevisto, Laïlath entró en la posada y salió de allí con una manzana en una de sus delicadas manos y se sentó a esperar a El Vagabundo, estaba desconfíada de él, no lo podía ocultar, un hombre con su portentoso físico y particular personalidad haría temer a cualquiera, y más aun a una señorita joven como ella, obviamente trataba de no demostrarlo, sabía bien que él era la clase de hombres que se aprovecharía de su temor.

Pasaron los minutos y empezó a creer que Agonar era de la clase de canallas que no cumplían con su trabajo, que quizá ahora mismo estaba con una botella de alcohol en una mano y que se estaba burlando de ella y Errya por ser tan idiotas y haber confíado en él. Sentía pena por Errya y por su hijo, no merecían ser decepcionados así, tenía pena también por el Vagabundo a pesar de todo, sabía que era un miserable infeliz en busca de la redención pero que jamás lo admitiría.

Estaba por ya por irse sola a por las hierbas, cuando una figura alta y ancha de espalda se acercaba torpemente medio cojeando, al instante lo reconoció,

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14/04/2014, 19:49
Laïlath

—Hasta que al final apareciste —dijo cuando Agonar ya estaba a una distancia en en la que podría escucharla—, y veo que has conseguido una espada. Espero que tu habilidad con ella no sea la misma que con que la transportas, que desde lejos parecías un borrachín de es... —se dio cuenta de lo que estaba por decir y calló—. Lo siento.. no me di cuenta.

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15/04/2014, 17:25
Agonar Barada

-Puedes estar tranquila. -Le interrumpió Agonar sin muestras de haberse sentido ofendido por el comentario. -¡Mi habilidad con la espada es legendaria!. -Afirmó con orgullo y desenvainó la espada para demostrarle de que pasta estaba hecho en realidad.

La espada se atascó en la vaina y Agonar tiró de ella mientras daba vueltas en círculos de forma patética. Al fin logró soltarla y su rostro mostraba cierta satisfacción por ello. Fue a cambiarla de mano para demostrar su habilidad y la empuñadura golpeó en su muñeca y pareció hacerle daño, la espada se cayó al suelo mientras el curioso personaje se quejaba. Cuando se agachó a recuperarla, las flechas del carcaj que llevaba a su espalda saltaron por encima de su hombro y se esparramaron por el suelo. La gente que pudo ver el espectáculo no paraba de reír e incluso le tildaron de ir ya borracho, sin duda el Vagabundo era ya un viejo conocido de El caballo y el jinete.

Cuando terminó de recoger el estropicio que había montado en apenas uno segundos envainó la espada y se ajustó el cinturón mirando con gesto serio a Lailath. Carraspeó la boca antes de hablar como si nada hubiera pasado.

-Bien, ejem, pongámonos en marcha. No hay tiempo que perder.

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15/04/2014, 18:14

El rostro de Laïlath era de vergüenza ajena y conmiseración, ni siquiera rió ante el espectáculo del Vagabundo, sólo sintió pena y se apartó de él. Consideraba que podría estar mejor sola, que Agonar solo iba a importunar y fastidiar, así que ignoró sus últimas palabras y avanzó sin volver la vista atrás, con mirada altiva y paso decidido, con Agonar siguiéndola con el caminar torpe.

—¡Vagabundo, no conseguiste impresionarla con tus habilidades con la espada! ¡Ya déjala!

—¿No ves cómo huye de ti?, ¡te tiene miedo!

—¡Esa chica merece a alguien mejor que un viejo borracho!

Esa era clase de comentarios que se escuchaban, todos acompañados de abucheos y carcajadas. Agonar contestaba algunos comentarios a a su estilo, llevando a los curiosos a reírse más.

Siguieron así por una hora más, llevando la diversión a casi toda Bree, hasta que todos se aburrieron del espectáculo y los dejaron libres. Laïlath dirigía el paso, era obvio que se dirigían hacia el Bosque de Chet, que si bien era un bosque que se conocía cómo uno tranquilo, no se podía estar nunca totalmente seguro. Despúes de unas cuatro horas de caminata por el Camino Verde, en donde apenas se cruzaron con una alma, empezaba a anochecer. En todo ese tiempo ambos no intercambiaron ninguna palabra, hasta que Laïlath dijo:

Laïlath—Creo que será hora de descansar. No creo que haya ninguna posada en millas y está casi totalmente anochecido. Lo mejor será quedarnos aquí. ¿Prenderemos fuego? ¿Quién hará la primera guardia?

El lugar donde pararon era en el Camino Verde, pero a unos 40 metros a un costado del camino principal. Estaban rodeados de árboles y el chiriar de numerosos grillos hacía el ambiente. La temperatura era fresca.

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18/04/2014, 15:12
Agonar Barada

Agonar hacía aspavientos con los brazos para que le dejaran en paz en respuesta a las burlas que recibía por parte de la congregación que había reunido con su numerito. Lailath caminaba a toda prisa abochornada y el montaraz trataba de mantener el ritmo como podía. Había logrado su objetivo: conseguir que nadie pensara que por llevar un arma podía suponer amenaza alguna. A veces era mejor así, dejar que el rival infravalorara tu capacidad. Y además para mantener su tapadera había resultado perfecto.

No obstante, conforme se alejaban de la ciudad y se internaban en el bosque se aseguró que nadie les siguiera lanzando furtivas y disimuladas miradas hacía su espalda y aguzando el oído cuando forzaba a Lailath a detener la marcha achacando que "ya no estaba tan en forma como hacía veinte años". Así siguió la marcha hasta que finalmente anocheció y llegaron a un punto en el que su compañera de viaje propuso descansar.

-Tal vez unas pequeñas ascuas para calentarnos. -Respondió el Vagabundo, no hacía mucho frío y tal vez con eso y una manta les diera para calentarse y no llamar la atención. -Si quieres hago yo la primera guardia. Te despertaré a mitad de noche si no ha ocurrido nada extraño. - Lo dijo algo avergonzado, como si quisiera compensar el bochorno que le había hecho pasar anteriormente.

- Tiradas (1)
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18/04/2014, 19:40

—Sin problemas —respondió Laïlath, con un tono de voz que decía que estaba dispuesta a olvidar todo lo que había pasado—. Despiértame dentro de unas cinco horas.

Laïlath se acomodó en su bolsa de dormir y se dispuso a dormir...

Agonar escuchaba todo atencioso, pero no oyó nada más que el viento rozando y meneándo  a las hojas en los árboles. Al final pasaron las cinco horas y despertó a Laïlath, que en su guardia tampoco pasó nada interesante.

Cuando Agonar se levantó al alba, apenas tuvo tiempo de desperezarse, su compañera le apresuraba para partir ya. Salir al alba al final tuvo sus benificios, pues antes del mediodía ya habían podido hacerce con el Barante y el Athelas, todo marchaba bien, ahora solo faltaba conseguirse el Attanar. Laïlath sabía que el Attanar crecía lejo de los caminos, así que se internaron en uno de los bosques que estaba al costado del Camino Verde. Avanzaron cómo por dos horas, sin rastro alguno del Attanar, Laïlath encabezaba la marcha, lo hacía sin detenerse en ningún momento... hasta que un oso negro, amenazante se imponía en su camino, Laïlath se congeló, su rostro estaba aterido y apenas pudo balbucear para que Agonar se hiciese cargo. El oso gruñía de forma que aterraba. Agonar se puso delante de Laïlath para protegerla, estaba a unos 20 metros del oso, que estaba decidido a atacar.

El bosque daba suficiente espacio para maniobrar a ambos sin problema y el sol que se empezaba a ocultarse no los molestaría.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Se supone que debemos terminar esta escena antes del 21, por eso esta larga elipsis.

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19/04/2014, 11:16
Agonar Barada

Agonar había pasado el día vigilando el entorno para que su protegida no tuviera ningún problema con aquella expedición. Eso sí, lo había hecho simulando ser el torpe y patán borrachín que ella había conocido. Muchas veces cuando veía que se desviaba del camino que tenían que seguir para encontrar las plantas, Agonar planteaba alguna excusa y finalmente la llevaba hasta su objetivo. Él era un experto moviéndose entre la naturaleza, y forrajear era una de sus virtudes. Aunque lo cierto era que la chica se manejaba bien y conocía perfectamente la teoría sobre aquellas plantas; tal vez, pensaba el montaraz, le faltaría un poco de la práctica que otorgan los años en el campo. 

Cuando apareció el oso, Agonar se colocó delante de la muchacha para protegerla y la empujó hacía atrás. Tenía la confianza de que si volvían lentamente por donde habían venido el oso marcaría un poco el territorio y se calmaría. Lentamente, para no provocar un movimiento brusco que lo alterara, fue desenvainando la espada y embrazó su escudo. El oso parecía muy cabreado y dispuesto a atacar, aquello parecía muy raro y Agonar pensó que tal vez ellos habían pasado cerca de donde no debían, sus crías debían estar cerca o alguna cosa similar. No era natural que les fuera a atacar si no tenía otro remedio, sólo los humanos actuaban así.

Agonar se defendería si no le quedaba más remedio. Calculó su acción. Había suficiente espacio para maniobrar y sabía que tenía que alejarse rápidamente de los potentes brazos de la criatura. Su escudo aguantaría unos envites pero no había que tentar a la suerte, había visto zarpazos de oso desconchar cortezas de árbol como si fueran mantequilla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿Para atacar que hay que tirar?

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19/04/2014, 15:34

Notas de juego

Primero debes hacer una tirada para superar el CA, si lo superas has golpeado al objetivo, si no, el objetivo o ha parado el golpe, o lo ha esquivado o paso algo que impedió que dieses el golpe. El CA del oso es 13, y para saber si has conseguido golpear al oso sigue esta fórmula: Ataque Base (depende si es distancia o si es CC) + 1d20. Si conseguiste superar la CA has dado el golpe. Has ganado iniciativa, así que tú empiezas con el ataque.

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20/04/2014, 14:59
Agonar Barada

En vista de que el oso parecía decidido a atacarle, Agonar se adelantó con su espada en la mano y golpeó primero lanzando un tajo horizontal que mantuviera alejado al oso y sus potentes zarpazos del montaraz.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Bueno creo que tengo Ataque base 6 en CC. Bien, le he dado!.

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20/04/2014, 17:00

Notas de juego

Sí, le has dado. Ahora debes saber cuánto daño le has hecho. Sería 1d6 + 1 (MOD de fuerza)