Partida Rol por web

Glorfindel habia ido y vuelto con algunas sabanas para dar respeto a lo cadaveres que tenian. Tapo a ambos para que asi no quedaran tan expuestos suponia que ya todos los presentes les habian dado una buena vista.

No sabia bien que pensar acaso era un elfo corupto el culpable o era alguien que mataba elfos. La segunda idea le parecia mas razonable aunque igualmente esperaba equivocarse esta masacre de su raza no los ayudaria.

Tras aquella escena tan dantesca, el acercamiento de aquel ser había hecho que pegase un ligero bote.

- Pues no, no tengo el placer de conocerles... -Murmuro, algo nerviosa aunque curiosa por tal aspecto. Me sonaba de algo.- Ten. Aunque no tengo pipa para dejarte. -Cojo un pellizco de hierba de la bolsita entre mis dedos y se lo tiendo al extraño ser.

Misma estatura que un hobbit, calvo, dientes afilados, ojos grandes y claros... Abrí los ojos de forma algo exagerada al caer en la cuenta. ¡Gollum! El señor Bilbo Bolsón había relatado algunas historias sobre él en varias de las fiestas que habían tenido lugar en la Comarca.

Al igual que todos los demás, acudí a la llamada junto al Árbol Blanco. Muchos elfos estaban presentes. Muchos más de los que se solían dejar ver.
Una dulce voz comienza a sonar. Se trata de mi hija, Celebrían. Pero poco nos deja disfrutar de su voz, cuando cae ensartada en una flecha. Mi cabeza se queda bloqueada por un momento. Mis ojos se llenan de lágrimas y me acerco haciéndome un hueco entre la multitud al cadáver de mi niña. No hay palabras para describir el dolor que siente mi corazón.

Las horas pasan. La gente sigue hablando, se presentan, unos cantan, otros ríen... Paseo de un lado para otro, con paso lento, intentando pensar con claridad. ¿Qué está pasando? El asesino aún anda suelto y nadie sabe de dónde venía aquella flecha, aunque ya están empezando a culparse unos a otros. Mis ojos, normalmente alegres, dulces y vivaces, ahora están llenos de dolor. 

El asesino no tarda en volver a aparecer. Un grito proviene del castillo y me acerco con los demás a ver qué ha pasado. Una muchacha de la corte de mi nieta está decapitada. ¿De verdad van a darnos caza uno por uno? ¿Y nadie ha visto nada?

-Debemos hacer algo.- dijo con voz pausada. Aunque su timbre era dulce, sonaba vacío. Miró a los presentes, entreteniéndose en la cara de cada uno, para memorizar sus rasgos. - ¿De verdad nadie ha visto nada?

Podian ser muchos motivos. Podia ser que viejas disputas entre elfos, acabaran como lo que esta sucediendo. Podria ser, por contra, alguien con viejos rencores, aflorara ahora y decidiera tomarse la venganza. Podria ser simplemente un desquiciado, un loco, con algun tipo de plan.

Observando la nueva mujer, degollada, frunzo el ceño, agachandome junto a ella, junto Eowyn, para inspeccionarla mas de cerca. ...o podria ser mas de uno. Uno habil con el arco, uno habil con la espada. ¿Y si fueran dos asesinos con mismos objetivos? Me pongo en pie, mirando a los presentes. Estaba claro, que bien era algun tipo de hombre con la habilidad de un elfo y la fuerza de un ogro, o bien eran dos. Hacia falta mucha fuerza para cercenar una cabeza con un golpe como aquel.

Deberiamos exponer los motivos por los cuales no podemos ser nosotros los artifices de tan viles acciones. Comenzaré yo. Carraspeo Soy Eomer, de Rohan, y mi pueblo esta en deuda con la nacion de los elfos. Mas aun, no dispongo de la habilidad con el arco para un ataque, y me encontraba reunido con vosotros cuando cometieron este segundo ataque.

Me quedo mirando al humano que decía llamarse Éomer. ¿Quería que explicase las razones por las que no mataría a mi propia hija? Me quedo callada mirando a los demás, esperando a ver cómo reaccionan, aunque me siento ofendida por la proposición del hombre. 

Mi nuevo corazón humano se llena de compasión al ver a la pobre madre de la víctima vagar por los salones, buscando alguna explicación para lo sucedido.

Me acerco a ella con suavidad y le cojo las manos, transmitiéndole calidez, tratando de reconfortarla. Sé que nada podrá curar el dolor que siente, pero al menos no se sentirá tan sola.

- Yo no vi nada. Pero quiero ayudarte a encontrar al asesino de tu hija y de la otra muchacha antes de que muera nadie más. - Le digo suavemente.

Después me giro hacia Éomer. - Además de estar con vosotros en el salón cuando sucedió el ataque, no sé esgrimir armas. Nunca las he necesitado y no lo voy a empezar ahora.

Mira el cuerpo de la dama imbuido en un gran pesar aunque su rostro cambia a los pocos segundos, pues su caracter alegre y  divertido se hace acopio de su mirada.

Pobre chica yaciente en el frío suelo

mas mi alma recibe poco consuelo.

ningún ser vivo merece una muerte violenta

pero desgraciadamente algunos de nosotros no son lo que aparentan

pues cualquier palabra sacada de nuestros labios

puede ser cualquier excusa por motivos varios

así que joven Eomer por mucho que motivos no tengáis ninguno

sois sospechoso al igual que todos nosotros sin excepción de ninguno

solo nuestros actos y nuestros instintos ayudarán,

a encontrar a los culpables que al ser posible, se castigarán.

no os dejéis influir por asuntos del pasado,

pues si no, mas de un inocente será colgado.

Desgraciadamente, no tenemos pruebas para acusarnos de momento,

así que puede caer algún inocente sin que los asesinos reciban escarmiento.

Pero no os entristezcáis demasiado ninguno de vosotros.

pues si perdemos la fe, y la esperanza en nosotros,

el destino de la tierra media

no será mas que una tragedia.

Me sorprendió que aquella mujer, la que se había mostrado como el Maia de fuego, entendiese cómo me sentía. Agradecida por el tacto con el que me trataba la muchacha, esbocé algo parecido a una sonrisa. Había conseguido reconfortarme, aunque sea un poco. 

-Gracias por tus palabras, Arien, hija de las estrellas. - dije con voz melodiosa y pausada. - Sería bueno no tardar demasiado en esta cometida, pues todos corremos un gran peligro. - miro a mi alrededor intentando averiguar quién podría haber hecho algo así. 

Cuando Galadriel se acerca hasta nuestra posición le ofrezco el cuerpo de su hija para para que le de un último abrazo y una última despedida. Galadriel te acompaño en el sentimiento, ninguna madre debería despedirse así de un hijo.

Saco mi espada alzándola al aire, amigos aquí tenéis mi espada al servicio del lo correcto y la justicia, vuelvo a guardar mi espada mirando a los ojos de Galadriel y posteriormente de Arwen, Arwen también lamento la perdida de tu madre, deberías descansar para poder afrontar mejor los días venideros.... solo es mi humilde opinión.

-Aaaarrrg -bramé cuando vi como todos empezaban a hablar de lo sucedido. ¿Que más me daba a mi la muerte de esa zorra élfica? Ahora me encontraba encerrado en la ciudad, iba a llegar tarde a todos mis recados. -¡Maldita sea! Este Aragorn es un tirano... nos ha encerrado como ratas.

Después de respirar profundamente varias veces, me relajé y pude observar con más objetividad la situación. -¡¿Quereis un culpable?! Por los dioses, mirad a esa apestosa criatura que tenéis entre vosotros, si si, a ese que llamáis Gollum. -es entonces cuando me fijo más detenidamente en su estructura física. -Emh... olvidadlo, ese bicho ni siquiera podría sostener un arco.

Me hacía gracia ver como todos negaban conocer el arte del tiro con arco. ¿Que clase de guerreros eran estos? "Mírales... mira a esos que han nacido bajo el estandarte del caballo de Rohan... ni siquiera saben utilizar un arco... ¿Y ganamos la guerra gracias a estos tipos? Bendita sea la suerte y los muñones que impidieron que los orcos nos masacraran aquel día" 

-Galadriel tu belleza marca el firmamento y no podre volver a pensar en otra dama  no se si me al maldecido o es un regalo solo tu sonrrísa merecería la pena matar por ella.

No tiene sentido moverse, estamos todos encerrados. pero por curiosidad capas, me muevo a la sala en la que el cuerpo de la dama Arwen imponiendo la discordia en la habitacion, muerte cruel y propia de la guerra, la cual tan hermosa dama no deberia haber sufrido nunca. 

Veo como el rey de Rohan, excusandose, o buscando una forma noble pero poco inteligente para desvelar todo esto. explica por que el no mataria a los elfos... 

No tiene sentido esto, pequeño rey de rohan, tu estas confiando en tu honor para explicar cosas, pero hay seres que carecen de esa facultad. No creo que esto se trate de odio hacia los elfos, no me imagino que poder es necesario para matar a esta estirpe tan vieja y tan poderosa. evidentemente no estamos entendiendo el movil, no le veo sentido inventar uno, que si llene el espacio...

Saco una jarra de cerveza, para bajar a trago la imagen de la dama, enciendo la pipa y pienso. ¿por que si Celebrian ya sabia los autores de los otros asesinatos que se nombraron, convocó a una reunion a espacio abierto, es incensato hacer eso.. como se puede bajar la guardia asi?

¿por que si su madre habia vuelto del exilio para comunicar algo tan importante, arwen estaba en otra habitación?

¿Donde esta Aragorn?, el tambien corre peligro, si el movil es la familia, Glorfindel, Galadriel, y el rey de gondor, no estaran a salvo

Continué en silencio. Nunca antes había contemplado muerte alguna, con la salvedad de aquellos pequeños animales que cuidábamos en la ya vieja y destartalada granja de padre. Mientras las acusaciones comenzaban a volar por los aires, titubeé durante un par de segundos, pero finalmente opté por no inmiscuirme demasiado.

Cualquiera de los aquí presentes podría haber sido el responsable, y de sospechar que alguno de nosotros ha descubierto algo, ése podría convertirse en su siguiente objetivo. - cavilé nerviosa. Al igual que cuando apenas era una cría, me senté a esperar que los problemas se resolviesen de por sí solos, mientras añoraba como nunca antes lo había hecho el cálido abrazo del hogar. Nunca debí de haber venido, maldita sea.

Luego de tapar ambos cadaveres se movio cerca de Galadriel.

Tienes mi pésame Galadriel, además de mi promesa de encontrar al asesino y asesinos de ambas damas. dijo con una inclinación respetuosa a la elfa.

El elfo que se había presentado como Erundur me aceró el cadáver de mi hija. Acaricié el rostro de la dulce flor en la que se había convertido mi pequeña y bella niña, que ahora se hallaba frío y pálido. El rosado vivaz que hacía sólo unas horas brillaba en sus mejillas se había apagado. Por el resto de los tiempos. Una bella obra de arte arrancada cruelmente de la vida... Una vida arrebatada como si fuese miseria... Con pocas palabras en élfico me despedí de Celebrian, y antes de acabar, una voz me nombraba. 

Me giré hacia la voz, que provenía de un atractivo elfo. Su pálida piel parecía de mármol. ¿Estaba declarándose? 

El desprecio afloró en mi mirada. ¿Cómo en un momento como ese podía alguien pensar en intentar llegar a mi corazón? ¿No se daba cuenta de que yo estoy casada? Ni siquiera contesto, simplemente me giro hacia mi nieta. Me acerco a ella para abrazarla dulcemente. 

-Mi niña... -suspiro pesarosa.- No deberías haber visto esto. No tan pronto...

Agradezco los pésames con un ligero movimiento de cabeza. 

Me acerco tras todo a Aranel y me agacho a su altura, Aranel ofreciendo una rosa blanca como la que le entregue a Celebrían. Se que esta rosa no calma tu dolor pero te la ofrezco para que cada vez que pienses en ella la mires y tengas los mejores recuerdos. Cojo su mano besándola, aquí me tienes para lo que me necesites.

Tanta tristeza a mi alrededor me hacia recordar aquella noche en que encontré a mis compañeros degollados por aquellas oscuras bestias. Podía comprender perfectamente el dolor de perder a un familiar, y tenia claro que esto no podía quedar así.

-Galadriel, sin duda atraparemos al culpable y será presentado ante tí - dije mientras desenfundaba mi espada en tono respetuoso.

Ignoro los pensamientos de la dama blanca, asi que no me queda que otra que omitir su silencio, hasta que escucho algunos de los presentes darle el pesame. Frunzo el ceño ligeramente, haciendo memoria, y caigo en cuenta de la relacion de la elfa con la primera fallecida. Mi rostro cambia, cayendo en el error de no relacionarlas, y no haber dado el pesame en primer lugar, como habria correspondido a un buen monarca.

Lamento la perdida, Mi Señora. Me dirijo a Galadriel Espero que mis palabras no le ofendieran por frialdad o ignorancia. Puedo jurar por mi honor que los responsables seran descubiertos... y ajusticiados.

En cuanto habla el anciano, dirijo mi mirada hacia el. Si no podemos entender las motivaciones de nuestros enemigos ¿Como podremos hacerles frente? ¿Que propone, anciano? Me giro hacia el, esperando que el tenga una mejor idea, quizas mejor que la de un hombre de accion y honor.