Partida Rol por web

El Siniestro Secreto de Marjal Salino - La Casa Encantada

5 - Volviendo a Explorar la Casa Encantada

Cargando editor
18/02/2021, 21:27
Narrador

Se escuchó un desagradable y prolongado pitido y Delpine, que iba al frente, cayó de rodillas para vomitar. La Cuchilla no había probado bocado en el desayuno, de modo que solo devolvió una agüilla amarga mezclada con gotas de sangre.  

—Esto, Osbjorn, es una marea del tiempo —explicó Delphine con voz trémula.

Todo ondulaba a vuestro alrededor. Las náuseas os recordaban, a aquellos que habíais navegado alguna vez, a cuando la mar se picaba y la nave empezaba a zarandearse. Pero los barcos se movían en un bloque rígido, siguiendo el compás de las olas. Aquí era el propio suelo el que parecía formar olas que se contagiaban al aire, como espejismos de calor en el Páramo del Martillo. Se veían y no se veían, pero sobre todo se sentían en el estómago y en los oídos...

Un momento.

No, disculpad, mis notas se han traspapelado. Partida equivocada. Hemos tenido una equivocación con los tiempos, pero ha sido una minucia comparado con lo que ocurrió en esa partida. ¡Perdonad! Voy a poner la música y seguimos...

 

Las bisagras de la puerta chirriaron quedamente cuando abristeis la puerta trasera. Os recibió la penumbra de un pasillo de madera polvoriento, que giraba hacia la izquierda justo delante de una puerta cerrada. A ambos costados del pasillo, en el suelo, había un montón de velas apagadas de distintos tamaños y cubiertas de telarañas. No había ni rastro de Sambalet y de su banda de esclavistas.

 

Oona había recibido dos cargas de la varita, ¿verdad?

 

Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 20 minutos)

Compadre: 22/22 (Estremecido 20 minutos)

Oona: 18/18 (-1 Des, Estremecida 20 minutos)

Aranna: 23/23 (Estremecida 20 minutos)

Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 2 horas 45 minutos, Estremecido 20 minutos)

Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

Cargando editor
19/02/2021, 01:05
Aranna Ygranth

Aranna se había crecido mucho hablando de vencer al miedo y volver a enfrentarse a los matones, y no tenía ninguna gana de hacerlo. Lo que de verdad le hubiera gustado era salir corriendo de allí y no para hasta llegar a la taberna. Tomar una cerveza o seis con las señoras, y tal vez ir a buscar a Perico Gamuza para acabar el día como lo había empezado. No exactamente como lo había empezado, con interrogatorios a cadáveres y reuniones con el Consejo.

Caminaba detrás Zanahoria y Colibrí, y aunque confiaba en ambos a la hora de dar dentelladas y cuchilladas, no conseguía sentirse segura, por alguna razón que se le escapa mientras rodeaban la casa en dirección a la entrada cercana a la cocina.

Peleas como un demonio, pero maldita sea, Colibrí, se quejó, al darse cuenta de la razón, no podría cubrirme detrás de ti ni caminando a cuatro patas.

Cargando editor
20/02/2021, 10:31
Hellas Blauerwels

Hellas no terminaba de creerse como había vuelto allí. Una parte suya todavía intentaba obligarla a marcharse corriendo a Marjal Salino. Pero irse y que Aranna, Oona y Colibrí acabaran muertos por su culpa le daba todavía más miedo. Era curioso que el terror, algo que por norma general nos hacía huir, funcionara ahora como pegamento.

—¿Entramos?

Cargando editor
21/02/2021, 02:27
Ember Colibrí

- Si te cubriera serías poquita cosa, Aranna. Imposible tapar esos pechotes. - Aunque en términos humanos eran de tamaño normal, para el pequeño Colibrí debían antojarse como dos tiernos melones, claro.

Parecía que el momento de las sutilezas se había acabado y esta vez iban a por todas. Colibrí no estaba orgullosos de haberle hablado a Hellas de esa manera, pero al menos la joven se había recompuesto lo suficiente como para acometer el rescate del prisionero, si es que todavía seguía allí. Se puso al lado de Zanahoria mientras daba de nuevo a Compadre la orden de proteger a Oona allá donde ella estuviera.

- Adentro, directos arriba entonces. Aranna, si hay pelea trataré de luchar cerca de Zanahoria y dejaré a Compadre cuidando a Oona. Si hay problemas trata de que siga mi pauta de ataque, yo te iré señalando. Vamos. -

El pequeño hombrecillo tenía un rictus serio y se movía mientras las sombras parecían adherirse a su escuálida figura mientras blandía una pequeña daga en la mano izquierda, dejando sin embargo la derecha vacía por si ocurría algún imprevisto. Todas sabían que podía desenvainar su sable especial más rápido de lo que uno podía pestañear.

Cargando editor
21/02/2021, 11:52
Narrador

Decidisteis subir a la segunda planta empleando, esta vez, las escaleras que Oona y Hellas habían descubierto en la cocina. Los peldaños parecían estar sueltos y ser peligrosos, pero aguantaron vuestro peso.

Accedisteis a un descansillo. Otra escalera subía al ático desarrollándose a lo largo de la pared este. No obstante, se había derrumbado en su mayoría; solo los seis escalones más bajos aún estaban intactos. No había fácil acceso al agujero en el techo hasta donde solía conducir la escalera. Un montón de madera podrida se encontraba en la esquina noreste.

 

Gastasteis una carga extra en Hellas pero no en Zanahoria, ¿verdad?

 

Hellas: 15/15 (-3 Fue, Estremecida 18 minutos)

Compadre: 22/22 (Estremecido 18 minutos)

Oona: 18/18 (-1 Des, Estremecida 18 minutos)

Aranna: 23/23 (Estremecida 18 minutos)

Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 2 horas 43 minutos, Estremecido 18 minutos)

Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

Cargando editor
21/02/2021, 12:50
Ember Colibrí

Colibrí finalmente se subió en Compadre, viendo que los estrechos túneles de la casa sólo les permitirían luchar de uno en uno de darse el caso. Así ganaban dos aliados en cabeza. Luego se volvió a Aranna de nuevo con un susurro.

- ¿Crees que Zanahoria podría rastrear a esos piratas si están por aquí? -

​​​​​​El propio Colibrí aguzó el oído por si se escuchaba algo extraño y avanzó hacia la primera puerta.

- Tiradas (2)
Cargando editor
21/02/2021, 18:49
Oona

Oona se concentró, había estado demasiado dispersa, la noticia de que Eved estaba en la casa había provocado que perdiera la concentración, la cabeza y casi la vida. Estaban avisados de que tenían un mago, pero no pensó que fuese uno tan capaz y poderoso. Había subestimado a todos los maleantes, tampoco se esperaba que tuviesen orcos para pelear. Estaban muy bien organizados. Y eran muy poco discretos.

A medida que subía los escalones, la genasí procuraba hacerlo con cuidado para no hacer más ruido. Pero, de todos modos, los piratas habrían recogido velas y habrían escapado a alta mar. Ahora lo que importaba era que el prisionero siguiera donde lo dejaron. Y, a ser posible, vivo, no fuese que por querer largarse más deprisa lo hubiesen degollado para que no abriese la boca. Aunque, si ese fuese el caso, ya lo habrían matado. De todos modos, no tendrían motivos para hacerlo porque ninguno de ellos había mostrado interés real en el prisionero -tampoco es que hubiesen tenido tiempo de nada más-. Y por otro lado a los esclavistas no les interesaban esclavos muertos, mejor si estaban vivos, los fiambres se vendían por poco. De todos modos, conocía quién compraba muertos...

Dejó aquella línea de pensamiento enseguida y se concentró en el pasillo.

-Exploremos este lado primero, con rapidez, pero con discreción.

Se colocó al lado de la puerta, de espaldas a la pared.

Cargando editor
21/02/2021, 21:28
Aranna Ygranth

Aranna se tocó los pechos por encima del chaleco. ¿De qué hablaba Colibrí? Con lo pequeños que eran. En las historias, las mujeres del océano tenían enormes pechos —y también cola de pescado en lugar de piernas, por alguna razón que a la aventi le resultaba la mar de siniestra—, pero en realidad era ese un fenómeno raro, pues eran todo un problema para nadar.

Asintió ante la propuesta de Oona, y mientras la muchacha se dedicaba a sus asuntos cautelosos, Aranna se agachó y respondió al mediano:

En cuanto huela a los tipos que me han hecho daño, se pondrá a gruñir, aseguró al mediano, hablando bajito, como estaban haciendo los demás. Y si se han marchado, podemos buscar algo que se hayan dejado esos rufianes. Se lo pasamos por el hocico y corremos detrás de él.

Cargando editor
21/02/2021, 22:47
Hellas Blauerwels

Hellas en la retaguardia, dejó hacer a sus compañeras mientras vigilaba sin cesar la escalera por la que habían subido. No sabía por qué, pero no le habría extrañado nada que de pronto apareciera ese Sambalet seguido por su cohorte de piratas. De hecho casi esperaba que algo así sucediera. Tenía los nervios a flor de piel, sentía como su corazón palpitaba como un caballo desbocado que quería salir por la boca y bien a gusto hubiese comenzado a disparar su magia contra cualquier objeto hasta reducirlo a cenizas.

Por desgracia se tuvo que conformar con retorcer la cachiporra.

Cargando editor
21/02/2021, 22:53
Narrador

La habitación a la que accedisteis parecía haber sido utilizada como almacén. Había un gran cofre de roble, cerrado, debajo de la ventana. En otra parte de la habitación había tres sillas de madera rotas, dos cubos de madera astillados y un saco enmohecido. Colgando de la puerta, por dentro, había un montón de ropa. Habían acumulado poco polvo, y parecía que hubieran sido colocadas allí hacía poco.

Hellas: 15/15 (-3 Fue, Estremecida 16 minutos)

Compadre: 22/22 (Estremecido 16 minutos)

Oona: 18/18 (-1 Des, Estremecida 16 minutos)

Aranna: 23/23 (Estremecida 16 minutos)

Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 2 horas 41 minutos, Estremecido 16 minutos)

Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

Cargando editor
21/02/2021, 23:01
Oona

Oona fue directa al cofre de roble, lo examinó con rapidez y luego lo abrió. Estaba completamente vacío. Echó un vistazo por la habitación y encontró algo inusual. Una cantidad ingente de calcetines de lana. Los cogió y se lo mostró a sus compañeros.

-¿Para qué querrían tantos calcetines? -preguntó en voz alta-. ¡Y ninguno tiene pareja!

Al rebuscar entre la ropa reconoció una camisa de Eved. La compró ella misma en el mercado, por sugerencia de una de sus amigas, para que el muchacho fuese más presentable a una fiesta. Su compañera Ophidiane le había arreglado los puños para hacerlos más anchos y colocado un botón en el cuello para cerrar mejor la camisa. ¿Por qué, de toda la ropa andrajosa de Eved, se había llevado la única camisa buena que tenía? Oona hizo una bola con la camisa y la tiró al otro lado de la habitación. 

-Era del prisionero -comunicó-. Ha estado aquí. Pero la ropa no tiene tanto polvo como el resto de la casa. Debe llevar poco tiempo.

- Tiradas (1)
Cargando editor
21/02/2021, 23:18
Hellas Blauerwels

—Creo que tengo una respuesta para lo de los calcetines—dijo Hellas mientras lanzaba furtivas miradas a la escalera y agitaba la cachiporra que le había quitado a uno de los ladrones.

Eran calcetines llenos de arena.

—¿Estás segura que es del prisionero?—preguntó sorprendida de que dijera algo así con esa rotundidad, entonces cayó en la cuenta de algo—. Un momento, antes dijeron un nombre... ¿Lo conoces?

Cargando editor
21/02/2021, 23:43
Oona

Oona miró a Hellas como si no la viera. Iba a responderle, pero dudó, y la genasí no era de las que vacilaba a la hora de hablar.

--contestó simplemente. Pero, dado que se habían jugado el pellejo y casi no lo contaban, tenía que añadir más información al respecto. Pero, evidentemente, no esa información. Eved era un soldado de Tethyr inflitrado en bandas de contrabandistas y piratas, no era cuestión de poner patas arriba su tapadera, si la tenía. Así que contó la verdad que todos sabían-. Vivíamos juntos. Se marchó hace dos años, dejándome una nota. No volví a saber más de él. Hasta ahora.

Dicho aquello, salió al pasillo. Le dolía saber de él ahora que ya lo había superado. Odiaba que le doliera. No quería que doliera. No quería sentir nada por él. Pero si sentía dolor es que algo quedaba y no había olvidado todavía que la había abandonado sin dar ninguna explicación.

Cargando editor
21/02/2021, 23:53
Ember Colibrí

Colibrí se acercó a la camisa lanzada por Oona y la recogió con la punta de su daga, para luego acercarse a Zanahoria.

- Si dices que es de él, a lo mejor entre Zanahoria y Compadre pueden encontrarle. Tienen buen olfato. -

Se acercó al amigo de Aranna y le tendió la prenda, señalando a la aventi para que le diera indicaciones a Zanahoria.

Cargando editor
22/02/2021, 00:00
Aranna Ygranth

La aventi dio un paso atrás. Aquel hallazgo era tan siniestro que se le encogía el corazón de puro miedo.

¿No os dais cuenta? A mí no me ha sucedido porque no uso ni en los meses fríos, dijo Aranna, pero todo el mundo habla de ello: “he perdido un calcetín”, “hice la colada y, cuando fui a recogerlos, faltaba un calcetín”, “abrí el cajón y el calcetín estaba desparejado”…

Tomó aliento. De pronto, sentía mucho frío.

Estaban aquí. Aranna se llevó la mano a la boca. Su rostro estaba pálido como la cera. Los calcetines perdidos…


Mientras tanto, Zanahoria olfateaba la camisa que le había puesto el mediano en los morros. Apestaba a humano, humano macho, humano de la superficie, no como la señora, que olía a pescado y algas, sino de los que olían a cerdo y rábanos, como el señor, pero menos añejo y peludo.

Cargando editor
22/02/2021, 10:37
Hellas Blauerwels

Eved, sí. Hellas recordó entonces aquello. Todos los años había alguna ruptura matrimonial que revolucionaba Marjal Salino, pero el caso de Oona era especial. Que el hombre desapareciera sin decir ni mu, eso fue toooooodo un escándalo. Y podía ser peor, el suyo propio por ejemplo. Aparecer con un bebé de un año, sin padre y diciendo que no recordaba nada. ¿Quién iba a creerse algo así? ¡Y encima era verdad! Seguramente la historia de Oona también tendría verdades de ese estilo que las lenguas viperinas del pueblo ignoraban a conciencia por el mero hecho de hacer daño.

¡Malditas hijas de puta!

—Le encontraremos, te lo prometo.

Al menos ahora tenía otro motivo para no irse de allí corriendo.

Cargando editor
22/02/2021, 19:07
Narrador

La terrible revelación de Aranna resonó en vuestros oídos, alicató vuestra razón y amilanó vuestro espíritu. Después seguisteis a Zanahoria mientras olfateaba por el suelo de la casa, estornudaba a causa de polvo y continuaba rastreando. El perrazo llegó a la intersección, dio una vuelta sobre sí mismo y enfiló por el pasillo oriental. Saltó el agujero y siguió avanzando hasta el final. Llegado allí se sentó sobre sus patas traseras y esperó una chuche.

La cerradura de aquella puerta era nueva, demasiado reluciente para encajar con el estilo vintage ruinoso del resto de la casa. Junto a la puerta, oportunamente, colgaba de un clavo en la pared un cordel con una llave. Todo un detalle.

 

Hellas: 15/15 (-3 Fue, Estremecida 13 minutos)

Compadre: 22/22 (Estremecido 13 minutos)

Oona: 18/18 (-1 Des, Estremecida 13 minutos)

Aranna: 23/23 (Estremecida 13 minutos)

Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 2 horas 38 minutos, Estremecido 13 minutos)

Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

 

Cargando editor
22/02/2021, 20:43
Ember Colibrí

Colibrí se asoma discretamente por una ventana, oteando el exterior de la casa, mientras indica a Oona con un gesto y una mueca que haga su "magia" para ver si la puerta tiene alguna sorpresa.

No hay como poner una llave en una alcayata para que alguien la use y le estalle una trampa en las narices.

- Echa un ojo Oona, no sea que haya truco. -

Una vez la genasi le de el visto bueno, el huesudo halfling usará la llave sobre la puerta para dar paso al interior de la sala tras ella.

Cargando editor
22/02/2021, 21:19
Oona

Su mirada fue directa al cerrojo y ya estaba sacando las herramientas para forzarla cuando vio la llave colgando de la alcayata. La genasí estudió la llave, resultaba demasiado sospechoso que alguien la hubiese colocado allí, de modo que dedicó unos minutos a comprobar que no explotase nada en cuanto la cogiese, o que cayesen un montón de arañas encima de su cabeza, o que la cerradura se pusiera a gritar de un momento a otro. Una vez estuvo segura de que no había nada sospechoso, estudió la puerta, no fuera a ser que al cerrojo le salieran dientes y le diese un mordisco en la mano. Comprobó el marco, por si acaso se derrumbaba la habitación -o la casa- si abría la puerta, como si mantenerla cerrada evitase el colapso de toda la estructura. Pero tampoco habia nada peligroso.

-Está limpio -indicó.

Pero bueno, eso tampoco quería decir nada, la mitad de las trampas habían saltado incluso aunque lo hubiese comprobado.

-¡Espera! -dijo al mediano, antes de que abriese la puerta.

Lanzó un conjuro para comprobar que no hubiese nada mágico, pero no encontró nada. Le dio permiso al mediano para que abriese la puerta. No quería ver lo que había dentro.

Notas de juego

Detecto magia, pero no hay nada :(

Cargando editor
22/02/2021, 21:47
Aranna Ygranth

Zanahoria salió corriendo por el pasillo, y por pura suerte, o porque eran todos de tipo fino, no se les hundieron las tablas bajo los pies y cayeron a la planta baja. El chucho se quedó frente a una puerta, meneando la cola. Aranna se arrodilló para acariciarle y rascarle bajo las orejas. Por desgracia, se había dejado la bolsita de chucherías en el otro pantalón, y no había una ni una rata muerta a mano para premiar al pobre.

Cuando se levantó, sacudiéndose el polvo del pantalón, Colibrí y Oona estaban cada uno a un lado de la puerta, examinándola con cuidado.

¿Limpio? dijo Aranna, arrugando la nariz. Jovencita, vamos a tener que hablar largo y tendido sobre higiene.

Hellas todavía no había huido. Incluso parecía más contenta, tal vez porque había recuperado un calcetín al que debía tener gran cariño.

Cogió la llave que colgaba de la escarpia, la metió en el ojo de la cerradura y giró.