Partida Rol por web

El telar del destino (Parte 1)

6. La casa de Quodosh

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08/07/2018, 20:43
Destino

El vehículo se detenía finalmente, y poco después, la puerta corredera de la furgoneta se abría, permitiendo a sus ocupantes contemplar a quienes presumiblemente habían estado conduciendo hasta llegar al punto de destino. 

Se trataba de una pareja. Un hombre, que rondaría los treinta, de expresión adusta, y evidente estilo punk de la vieja escuela, y una mujer, menuda, de facciones suaves y sonrisa amable, que vestía ropa oscura y cómoda y poseía el cabello completamente blanco, con las puntas teñidas de rosa. 

Ambos ayudaron a bajar a los heridos, mientras los observaban, con evidente curiosidad y cautela, realizando el hombre el indiscutible gesto que indicaba que todos debían guardar silencio, mirando a un lado y a otro, antes de hacer una seña, indicando que lo siguieran, descubriendo entonces el grupo de Despertados, al avanzar, que se encontraban en una calle angosta, llena de trastiendas y puertas traseras que a aquellas horas presentaban poco movimiento. 

Se acercaban entonces hacia una puerta metálica, que en algún momento debía haber estado cubierta por completo con pintura de exteriores de color verde y ahora sólo poseía algunas salpicaduras en las zonas más próximas a los bordes, a las bisagras y a la cerradura. 

El hombre sacó unas llaves, que manejó con rapidez, abriendo y dando a demostrar que de hecho aquella puerta parecía necesitar algo de mantenimiento. El aspecto de aquella entrada trasera daba a entender quizá, que el interior del lugar al que se acercaban debía dejar mucho que desear, pero lo que se pudo vislumbrar tras la misma podía no ser lo esperable, pues un agradable olor a incienso recibió a los recién llegados, que pudieron contemplar las formas en penumbra de un local de ocio nocturno, antes de que se hiciera finalmente la luz y una iluminación tenue y sugerente desvelase unas paredes acolchadas en estampado damasco, cómodas mesas redondas rodeadas de mullidos sillones y divanes en colores rojo y negro, así como una barra pulcramente limpia, sobre la cual descansaban varias botellas y lo que fácilmente podía ser identificado como una hilera de pipas de agua. 

En el centro de la sala una tarima hacía las veces de escenario, y en otro rincón, más alejado, la sala parecía dividida por un arco, a través del cual se identificaba una cama de sábanas de raso rojo, múltiples cojines y enormes proporciones. Unas escaleras, al borde de la misma sala, daban hacia un segundo piso del que sólo se podía ver una puerta de madera lacada en negro- Bienvenidos a la casa de Quodosh.- dijo Claudia, mientras sus compañeros guiaban al resto escaleras arriba- Ella es Kayla, y él es Mike, como os había dicho- indicó, y ambos interpelados asintieron, la joven de pelo blanco además ensanchando su sonrisa, mientras su compañero abría la puerta a la que daban las escaleras, encendiendo la luz de una sala con un mostrador, y varios sillones, de la cual partía un pasillo con múltiples puertas.

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08/07/2018, 21:15
Kayla

Podéis tumbar a vuestro compañero ahí. -dijo la joven, refiriéndose a Cathbad- ¿Cómo os llamáis, de dónde venís?- preguntó, mientras echaba un vistazo a las heridas del verbena, y rebuscaba en un bolso de lona de color beige que llevaba consigo.

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08/07/2018, 21:18
Claudia Winters

Nosotros vamos a avisar al maestro de que habéis llegado, y vamos a traeros algo de comer y de beber... Y ese teléfono por el que preguntásteis. -dijo la pelirroja, haciéndole un gesto a su compañero- Tranquilos, estáis en buenas manos. Kayla os ayudará. - aseguró- Os traeré también algo de ropa... Aunque no sé si tendremos de la talla necesaria para cada uno.-se lamentó, antes de desaparecer, junto a Mike, por el pasillo. 

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08/07/2018, 21:25
Destino

Notas de juego

Tirada de Percepción+Alerta dificultad 6, en oculto. 

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08/07/2018, 22:48
Ethan Miller
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Pcp+Alerta

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 2, 4, 9, 5, 1

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

¿Esperamos a resolver el turno a esta tirada?

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09/07/2018, 11:54
Ethan Miller

Ethan siguió a sus salvadores hasta lo que parecía su base, tratando de ayudar a transportar a sus compañeros heridos. Sus propias heridas habían dejado de sangrar hacía un buen rato gracias a su arte, y comenzaba a sentir sus fuerzas relativamente recuperadas.

Una vez traspasado el umbral de la calleja, un escenario inesperado los sorprendió. El joven avanzó junto al resto, observando la extraña decoración de la que hacía gala la casa de su misterioso anfitrión. Recordó que su maestro le había hablado del gusto en ocasiones extravagante de ciertas Tradiciones, en especial de los extáticos, pero eso no le ayudó a sentirse cómodo del todo. Un vistazo de reojo a la enorme cama le hizo sentirse un poco más fuera de lugar si cabe. Aunque, teniendo en cuenta de dónde venían, era lo más parecido a un lugar acogedor que había tenido en un buen rato. Aquí, al menos, nadie trataba de matarlos… por el momento.

Cuando depositaron a Cathbad en uno de los sofás de la sala superior, Ethan se acercó a él, mientras su mano buscaba el bolígrafo que siempre llevaba encima en la chaqueta. No obstante, era dolorosamente consciente de las limitaciones de su poder, y en esta ocasión se sentía completamente encorsetado por sus carencias. Pero, tal vez, pudiera ayudar en sus empeños a su compañero.

-Aún no he sido capaz de curar las heridas de otros. –Admitió con la mirada baja. Su falta de capacidad lo frustraba enormemente, pero por lo que había entrevisto de sus habilidades, Cathbad probablemente tuviera mucha más experiencia que él mismo en ese aspecto. Su único hándicap era su propio estado. –Pero si te sientes con fuerzas para intentar sanarte a ti mismo, puedo ayudarte.

Mientras esperaba su respuesta, se giró hacia la chica de pelo blanco, que también estaba examinando las heridas del mendigo. Una vez más, sintió una leve punzada de miedo al ser impelido a revelar su nombre, pero casi fue un vestigio. Comenzaba a asumir que había comenzado una senda que se transitaba únicamente en un sentido. Era poco probable que su vida regresara a su anterior normalidad.

-Yo soy Ethan. Y venimos de… –Dijo mientras observaba los preparativos de ella. Con algo de suerte, su conocimiento de la vida sería suficiente para sanarlos. Pensó cómo contestar a su pregunta. Había mil respuestas posibles, pero se decidió por la más directa. Y por el momento, evitó mencionar a Norna. Demasiada gente estaba ya pendiente de la joven, y aún ni siquiera sabían el motivo. –Bueno, de un tiroteo con matones de negro. Y de cruzarnos con unos Merodeadores. No ha sido precisamente el mejor de los días, la verdad.

-¡Claudia! –Exclamó, recordando algo, antes de que la pelirroja abandonara la sala. –Una cosa más. ¿Ese teléfono tendrá acceso a internet? ¿O tenéis algún ordenador disponible?

Los métodos tradicionales seguían muy activos entre los Despertados, pero Ethan seguía pensando que la red era la mejor forma de buscar información. Y, en este caso, de confirmar las sospechas que llevaban un tiempo fraguando en la mente del joven.

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09/07/2018, 21:22
Steeve Hope
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Per+alerta (dif -2 x sentidos agudizados)

Dificultad: 4

Tirada (6 dados): 4, 6, 8, 10, 3, 3

Éxitos: 4

Notas de juego

Tirada de Percepción+Alerta dificultad 6, en oculto

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10/07/2018, 17:19
Max Bennett.

Max apenas podía creer su fortuna. Un grupo de... hippies, por llamarlos de alguna manera, había dado con ellos y les había rescatado de aquel infierno. Por lo que el detective sabía, seguramente estaban siguiendo las directrices del maestro de su secta, o cábala o como fuera que llamaran a ese grupo de aprendices con un maestro común. Y si el maestro había sabido dónde encontrarlos significaba que poseía poderes similares a los de Madame Cleo. Otro vidente. O al menos parcialmente vidente.

Dudaba que ese maestro, el tal Quodosh, hubiera podido dar con su paradero por métodos más mundanos, pese a que todo el universo podía encontrar la dirección de Norna en internet. Se apretó la herida y se dejó llevar. Debía reconocer que la joven de sonrisa amable y pelo blanco le resultaba atractiva... al contrario que el tipo vestido a lo punk. ¿Cómo podía vestir así alguien de su edad? ¡Ni siquiera era un pipiolo!

- Gracias de nuevo, Claudia. - Logró mascullar pese al dolor. Los efectos narcóticos del porro ya se habían suavizado. - Y gracias a vosotros, Kayla, Mike... - Añadió antes de ayudar a Cathbad a tumbarlo donde les habían indicado. Luego no perdió ni un segundo en buscar un lugar medianamente cómodo donde dejarse tirar.

Miró a sus nuevos compañeros. Él no tenía nadie a quien llamar. Nadie a quien avisar o a quien dar parte de que se encontraba bien... Y lamentó en ese momento pensar así. Quizá por eso la vida le había llevado al alcohol. Ah... su gran y siempre fiel amigo.

- ¿No tendréis por ahí algo de beber, verdad? - Preguntó esperanzado.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Alerta

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 3, 7, 9, 5, 1, 5

Éxitos: 1

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11/07/2018, 02:42
Cathbad

Al fin habían llegado a su destino. Cathbad no pareció tan sorprendido como los demás al ver la casa de Quodosh; en su experiencia, los santuarios que servían de hogar a las Cábalas de Despertados podían tener casi cualquier forma y aspecto. El brujo se dejó llevar hasta una poltrona que parecía casi tan vieja y hecha polvo como él mismo, derrumbándose sobre ella con un gruñido de dolor. La joven del pelo decolorado hizo ademán de ir a curar sus heridas, pero Cathbad apartó sus manos, negando con la cabeza.

Mi sangre será necesaria —masculló. Cuando Ethan se acercó a él, Cathbad posó una palma errática y ensangrentada en el antebrazo de joven. Con la otra mano sacó de su maltrecha gabardina un paquete enrollado y apretado, que depositó a su lado sobre el sofá—. Ahí debería de haber algo de mirto, betónica, belladona y un frasco pequeño de agua solarizada. Mezcla aquí un poco de cada. —Dejó su deslustrado cáliz de plata junto al paquete de ingredientes—. Luego, el sacrificio de una gota de mi sangre a los Hijos dará la vida. Y… —Pareció perder el hilo de lo que estaba diciendo. Cerró los ojos, obligándose a sí mismo a rebobinar la rueca de sus pensamientos—. Tú… ¿Qué sabes hacer? ¿Cómo podemos hacerlo juntos? Si lo hacemos… Si  lo hacemos los dos, juntos, creo que podremos curarlos a todos.

La mano de Cathbad empezaba a apretar el brazo de Ethan con tanta fuerza que casi dolía. Sus ojos lo miraban con insistencia, como preguntándole si entendía lo que le decía.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Alerta

Dificultad: 6

Tirada (3 dados): 7, 5, 6

Éxitos: 2

Notas de juego

Cathbad le está proponiendo a Ethan un ritual conjunto de Vida para crear un efecto más poderoso y curar a todos los Despertados de una sola vez. En términos de juego, está intentando averiguar cómo pueden hacer encajar sus paradigmas para que sea posible. Yo lo enfocaría desde el lado espiritual: Cathbad cree en el sacrificio de sangre a los espíritus de la naturaleza, y como chamán Cuentasueños, Ethan debería ser capaz de llegar a un punto intermedio entre ambos sistemas de creencias.

¡A ver si lo logramos :D!

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11/07/2018, 04:58
Steeve Hope

Steeve bajó de la camioneta junto al resto y entró a la casa de Quodosh por una puerta que por sí sola haría que cualquiera siguiese de largo. Discretos, pensó satisfecho, y se adentró en el interior de la casa. Se sentó en uno de los sillones rojos mientras el resto se acomodaba. - Steeve- respondió a la mujer de pelo blanco - Vengo de Boston -.

Ethan se acercó a Cathbad, las heridas del mendigo eran graves pero el destino los había traído allí por algo, así que el Eutanatos confió en que sanaría de un modo u otro. Max, en cambio, pidió algo de beber y esta vez le pareció una ocasión adecuada, así que se sumó a pedido - Un vaso de Whisky sería más que apropiado después de lo que acabamos de pasar - podía considerarse demasiado exigente el pedido, pero estaban en la casa de un vidente, seguramente había previsto ese detalle.

- Y ustedes? Si, ya se sus nombres, pero no se quienes son- a diferencia de sus compañeros, este grupo parecía conocerse y actuar en de modo coordinado, como si por años hubiesen trabajado juntos.

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11/07/2018, 15:55
Thomas Heng

Acompañado de la entelequia que la marihuana le había otorgado en la camioneta, con la sensación del dolor en algún lugar lejano, Thomas se sentía significativamente mejor. No bien, no de puta madre, pero mejor. Siguió a sus nuevos anfitriones con curiosidad, con una sonrisilla que le delataba el estado, pero acostumbrado a esas sustancias aun mantenía cierta estampa de dignidad y comprensión de la gravedad de la situación.

Puedes rendirte, o puedes renacer —puso la mano sobre el hombro de Norna con suavidad —. En ambas decisiones habrá sufrimiento, por lo que ha pasado, lo que pasa, lo que pasará. No sé tú, pero prefiero pasar un viacrucis con el objetivo de renacer, ¿no crees?

Viendo el paisaje que tenía aquel refugio se hizo una idea aproximada de qué Tradiciones rondaban. No pudo evitar sentir algunos buenos recuerdos, recuerdos a los que tenía que llamar de forma urgente si no quería que se convirtieran en malos.

Me llamo Thomas Heng —tendió la mano a Kayla —. Australiano y en Australia hasta el día de ayer, cosas que cruzar puertas improvisadas con Correspondencia. Gracias por vuestra ayuda.

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12/07/2018, 08:18
Ethan Miller

Ethan escuchó con atención al mendigo mientras éste daba instrucciones sobre la preparación de su propio ritual. Con cuidado, el mago más joven tomó del paquete que había sacado Cathbad los ingredientes que éste había solicitado y los separó para comenzar el ritual. También extrajo el pequeño frasco con agua que parecía necesario.

Sólo faltaba una gota de la sangre de su compañero, algo que no parecía en absoluto una limitación, antes al contrario. Todo su cuerpo estaba empapado en la sangre que continuaba manando de las heridas que habían abierto las balas de sus cazadores en su carne.

Cuando todo estuvo listo, el mendigo alzó un brazo tambaleante y cerró su mano en una férrea presa en torno al de Ethan, como si tratara de aferrarse a su compañero para no caer. Mientras la intensa mirada de sus ojos febriles buscaba los suyos, hizo una pregunta que casi parecía una exigencia acerca de sus habilidades. El joven captó al vuelo su intención. Unir sus talentos.

-Yo… yo escribo palabras de vida… de los antiguos. Las runas… levantan ecos en ambos mundos. –Contestó, mientras su mente trabajaba a toda velocidad para tratar de buscar alguna posible combinación con la magia de su compañero. Caoighmin le había explicado que sólo encontrando un nexo común podría unir su poder al de otro Despertado, pero no era un asunto sencillo, pues cada uno de ellos poseía su particular enfoque de la magia. Cathbad, aparentemente, la llevaba a cabo mediante ofrendas en su cáliz. Pero, recordando cómo había obrado anteriormente con la copa, parecía acostumbrado a pronunciar el encantamiento antes de hacer el sacrificio. Y salvo que su oído lo hubiera traicionado, lo hacía también en la vieja lengua que usaba su maestro. –Puedo escribir la invocación de tu hechizo con las viejas runas. Reforzar tus palabras con las mías para que alcancen con más fuerza a los espíritus y conectarnos a todos. Podría funcionar.

Después de una pausa en la que volvió a reflexionar rápidamente sobre la forma en la que podrían aunar sus fuerzas, guardó de nuevo el bolígrafo en su bolsillo. A pesar de que las runas siempre eran runas, de algún modo intuía que la colaboración sería más sencilla si la tinta que utilizaba para trazarlas fuera roja.

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22/07/2018, 23:30
Kayla
Sólo para el director

Kayla escuchaba con interés las respuestas de los Despertados, mientras se dirigía a la barra, trasteando detrás de la misma hasta colocar un par de vasos sobre la superficie encerada y brillante, y proceder a servir un par de whiskys- ¿Tú quieres algo, chica?- preguntó a Norna, que pareció sobresaltarse, aún contemplando el retrato de su padre, procediendo a negar con la cabeza y esbozando un leve "no gracias", procediendo la mujer a repartir las bebidas acto seguido, con clara destreza hostelera- Invita la casa. Debéis estar cansados, y confusos. No os vendrá mal soltaros un poco antes de que pasemos a tratar asuntos más serios. - dijo, antes de que el grupo se pusiese manos a la obra.

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22/07/2018, 23:48
Destino

Una breve conversación tenía lugar entonces. Una que versaba sobre Paradigma, Focos y Rudimentos de la magia. Una que hizo que Norna mirase con ojos bien abiertos hacia el grupo que conformaban Ethan, Cathbad y Kayla, que primero procedieron a realizar un círculo con tiza y hierbas aromáticas, aportadas por la que finalmente resultaba ser una cultista del éxtasis. Un círculo en el que cada uno aportaba su propio foco, su propia idea, puesta en común con la concepción de otros que parecían no tan alejados en la concepción de aquel entretejido que conformaba el Tapiz, y de la manera en la que uno podía llegar a moldearlo. 

La Realidad comenzó a vibrar levemente, como si pretendiese comenzar a cambiar mientras los tres miembros de aquel ritual procedían a moldearla. Y sin embargo aquella percepción, aquel brillo imperceptible, se extinguió, rápidamente, percatándose Ethan, en el acto, de que no poseía la habilidad necesaria para intervenir en aquel nivel de conjuraciones. No terminaba de comprender los mecanismos de aquella suerte de sortilegio sanador, aunque pudiera efectuarlo sobre si mismo, y aquello obstruía la fluidez del mismo. 

Se retiraba el cuentasueños, y tras un breve receso, y un largo suspiro, Kayla volvía a elevar las manos, ocupándolas con sendas piedras de las que había dicho, eran capaces de condensar el "chi". Cerraba los ojos, volviéndose su postura rígida, mientras recitaba un mantra, que si bien no poseía palabras definidas, sí se componía de una serie de sonidos monótonos y repetitivos que acababan por sondear la mente. La joven repitió, una vez tras otra, hasta poner los ojos en blanco, y junto al Verbena, que permanecía frente a ella obrando los milagros de su propia sangre, provocó que una sensación de poderoso escalofrío y escozor recorriese cada herida, cada poro de la piel, al mismo ritmo, a la misma frecuencia con la que el Tapiz parecía ondear, ante  aquel sexto sentido imperceptible de los Despertados. 

El mantra, aquel cántico repetitivo, pareció prolongarse hasta la extenuación. Largos minutos, casi lo que suponía una hora entera, en la que el sudor, y los temblores, acudían a la frente, a los brazos de ambos, cultista y verbena, que en conjunción, provocaban que poco a poco, las heridas dejasen de manar sangre, a pesar del dolor inevitable y desagradable que conllevaba la restauración. Como una suerte de proceso natural acelerado, en el que inevitablemente había picores y tiranteces. 

Como tal, asimismo, tras aquel intervalo en el que tanto Claudia como Mike volvían, y guardaban el más estricto y cuidadoso silencio, las cicatrices quedaban, como recuerdo de lo que había sido una experiencia cercana a la muerte. 

Y para cuando aquel mantra repetitivo finalmente cesaba, y los cansados brazos de Kayla caían a plomo a los lados de su cuerpo, el cuerpo menudo de Norna yacía, aovillado, sobre el sillón en el que había encontrado refugio, mientras un retrato descansaba, abrazado, sobre su pecho, y una respiración cadenciosa alertaba de su sueño inevitable y profundo. 

- Tiradas (4)

Motivo: Areté+Fdv

Dificultad: 5

Tirada (4 dados): 9, 1, 2, 2

Éxitos: 0 Fallo

Motivo: Areté

Dificultad: 5

Tirada (3 dados): 3, 7, 6

Éxitos: 2

Motivo: Areté

Dificultad: 5

Tirada (4 dados): 2, 7, 9, 9

Éxitos: 3

Motivo: Areté

Dificultad: 5

Tirada (3 dados): 4, 6, 7

Éxitos: 2

Notas de juego

Bien, he asumido que siendo un ritual, podemos hacer una tirada extendida, hasta que se consiga sanar las heridas de cada uno. El problema es que tal cosa va a conllevar un tiempo, por lo menos, una hora en tiempo de juego. 

Todos los puntos de salud quedan restaurados, pero permanecen las cicatrices respectivas. 

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23/07/2018, 00:20
Claudia Winters

Pobre criatura. Debe estar agotada.- dijo de pronto, la mujer de pelo carmesí- ¿Es ella a la que buscan los hombres de negro? ¿La chica predestinada?- preguntó, haciendo un gesto repentino, como si se acabase de acordar de algo- Por cierto, aquí tenéis, el teléfono. Y sí... Tenemos un pc, pero no tengo ni idea de cómo funciona... 

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23/07/2018, 00:22
Mike

¿Vais a usar ese trasto? Himitsu debe tener la red rastreada desde el cuarto oscuro de su maldito hospital.-masculló, Mike, con evidente mala gana, esbozando palabra alguna por primera vez. 

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23/07/2018, 00:25
Destino

Al mirar detenidamente a Kayla, uno podía darse cuenta de un detalle sutil pero evidente. 

De las mangas de su camisa, y del dobladillo de sus pantalones, así como del nacimiento de su cabello, parecía caer, de manera constante y leve, una cantidad variable de granos de fina arena, que iba dejando su rastro por dondequiera que ella caminase. 

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23/07/2018, 03:04
Cathbad

Para obrar un milagro tan poderoso como el que ellos planeaban llevar a cabo, no bastaba con improvisar o con intentarlo a ciegas; había que planificar todas las facetas de la conjuración, así como tratar de reconciliar aquellos aspectos de sus creencias que, fruto de haber sido educados en Tradiciones tan dispares, no fuesen coincidentes. Los tres Despertados se detuvieron a conversar acerca de lo que para cada uno de ellos eran los fundamentos de la magia, concentrándose en encontrar puentes y similitudes entre sus formas de entender el funcionamiento y las leyes de la Creación, y lo más importante, cómo estas podían moldearse. Cathbad prestó toda la atención que sus heridas le permitían, intentando comprender cómo pensaban sus camaradas y por qué creían lo que creían. Algunas de sus ideas y metodologías le parecían simplemente absurdas, imposibles, o terriblemente poco eficientes, pero otras le sonaron bastante plausibles una vez logró entender el razonamiento que había tras ellas. Finalmente, Cathbad acabó llegando a la conclusión de que lo que los otros le explicaban podría funcionar y que, en lo fundamental, los tres eran capaces de entenderse. De modo que, una vez pactado un consenso mutuo que no resultase excesivamente descabellado o críptico para ninguno de ellos, y tras acordar el papel que cada uno desempeñaría en el ritual, los Artífices se pusieron manos a la obra.

Kayla dibujó un amplio círculo de tiza en el suelo, colocando en el trazado una serie de hierbas a las que Cathbad no encontraba utilidad, pero la dejó hacer. Sí insistió en que la Cultista del Éxtasis trazase un diagrama de cinco puntas en el interior del círculo, similar a un asterisco formado con líneas simples. Cada uno de los hombres heridos debería situarse en uno de los extremos. A continuación, Cathbad entregó a cada uno de ellos un pequeño puñado de unas hierbas secas y olorosas, que habrían de masticar para entrar en el estado mental requerido. Él mismo las ingirió, sintiendo cómo todas sus sensaciones físicas se agudizaban, incluido el dolor. Especialmente el dolor. Las heridas de todos los Despertados empezaron a doler como si ardieran, y sus sentidos empezaron a nublarse cuando la fiebre los golpeó súbitamente.

Presta atención —masculló el drui irlandés cuando vio que Ethan desistía de participar en la conjuración; al parecer aún no disponía del suficiente entendimiento como para aprehender tamaña tarea. No había ningún problema. Cathbad se despojó de toda la ropa que cubría su torso, y sus heridas quedaron a la vista de todos. Apretando los dientes, hundió sus dedos en ellas, tiñéndolos de sangre que luego mezcló en su cáliz con una serie de hierbas hasta formar una pasta homogénea. Cathbad embadurnó su rostro y su cuerpo con aquel bálsamo grisáceo y de olor acre, que luego fue pasando sucesivamente a sus compañeros para que hiciesen lo mismo al tiempo que él dejaba caer unas gotas de su sangre sobre la frente de cada uno de ellos, lenta y ceremoniosamente. Su voz grave iba entonando las siguientes palabras en un murmullo monótono:

Ionnlaime do bhasa ann am frasa fiona,

Ann an liu nan lasa, ann an seachda siona,

Ann an subh craobh, ann am bainne meala,

Is fhortan na naoi buaidhean glana caon,

Ann do ghruaidhean caomha geala*.

El dolor los azotó a todos como un latigazo, doblándolos sobre sí mismos. De pronto era como si sus cuerpos estuviesen luchando contra sí mismos, contra sus sensaciones, tratando de expulsar aquel malestar y aquella angustia como si no fuesen propios, revolviéndose al unísono en oleadas pulsátiles similares a las contracciones de una parturienta. Gruñendo de dolor, Cathbad se apresuró a ocupar su lugar, postrándose de rodillas y afianzando sus manos en el suelo, intentando resistir aquel tormento mortificante, intentando regurgitarlo, sacarlo fuera. Su voz se elevó en un grito descarnado, primordial. Muy despacio, las heridas de todos los participantes del ritual empezaron a cicatrizar, la carne a unirse y los huesos a regresar a sus posiciones originales, haciendo que las balas que habían quedado atrapadas en sus cuerpos emergieran a la superficie. La agonía se eternizaba en un trance extático que parecía no tener final.

Cuando el dolor y su eco se desvanecieron al fin, todos vieron que habían recuperado por completo sus fuerzas, y que de las heridas terribles que habían sufrido solo quedaba el rastro de unas cicatrices nuevas que deberían vestir desde entonces. Jadeando, Cathbad se puso en pie, con la vista aún borrosa por el efecto de las hierbas. Con el dorso de la mano, se secó unos restos de espuma de la comisura de su boca, y se agachó para recoger la ropa que había dejado caer un rato antes. Estaba a punto de ponérsela de nuevo, pero se detuvo en el último momento, arrugando la frente. Miró entonces a Kayla.

Una ducha estaría bien.

Notas de juego

*Esta es una oración pagana a las fortunas, en gaélico. Normalmente se utiliza para bendecir a un niño recién nacido, pero también sirve como protección genérica. La traducción es: «Baño tus manos con lluvias de vino, con el fuego lustral, con los siete elementos, con el jugo de las bayas, con la leche y la miel, y agracio con las nueve fortunas tu bello y amable rostro».

P.D.: ¡Qué bien sienta volver a estar sano ^^!

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25/07/2018, 17:12
Max Bennett.

Max titubeó al principio cuando Cathbad le puso aquellas hierbas en la mano y le indicó que las masticara. Pero vio a los demás aceptar sin reticencias, y después de todo lo que había visto desde que despertó, aquello no era lo más raro. Se encogió levemente de hombros y se llevó las hierbas a la boca empezando a masticar.

Los siguientes segundos del ritual le resultaron incomprensibles, quizá mareantes e incluso notó como si la habitación diese vueltas... pero seguramente sería por efecto de la magia. O eso quiso creer. El caso es que cuando Kayla y Cathbad acabaron, Max se sentía mucho mejor. Los dos impactos de las balas ya no le dolían, aunque podía ver claramente la cicatriz en los lugares impactados. Recorrió ambas heridas con la yema de sus dedos, como si comprobase de algún modo si aquello había sido real o no.

Recordaba los fogonazos, el sonido de los disparos y la quemazón de los impactos. Sí que había sido real, y habían estado a punto de morir. No podía negarlo. Ni con toda la magia del mundo.

- Gracias. - Murmuró en dirección a los que habían obrado el milagro sanador. - En serio, muchas gracias. -

La verdad era que alguna imagen le venía a la mente de alguno de los momentos del ritual, pero solo cuando cerraba los ojos. Max procuró no hacerlo mucho, pues veía el rostro de Cathbad, con los ojos totalmente idos, y le resultaba completamente aterrador. Aunque claro, al abrir los ojos, veía al aparente mendigo con su apariencia habitual... y se le iban esos temores.

- ¿Chica predestinada? - Preguntó girándose hacia Claudia cuando ésta trató de indagar sobre la durmiente Norna.

- La verdad es que si vuestro maestro es también un adivino... se va a llevar muy bien con la persona que nos ha empujado en esta dirección. - Dijo haciendo referencia a Madame Cleo pero sin mencionar su nombre.

Miró a Norna. - Sí, es a ella a quien buscan... Aunque aún no sabemos por qué. - O si alguno de sus compañeros lo sabía, no lo había dicho a las claras.

- De nuevo gracias por la ayuda... - Comentó volviendo a centrar su atención en Claudia. - No sé qué os llevó a acudir allí para ayudarnos, pero gracias. - Quizá alguna explicación por parte de ese nuevo grupo de magos no estaría de más, pero Max no quería forzar las cosas. Entendía que cada cosa a su debido momento.

Por su parte desechó el teléfono móvil con un gesto de la mano. Nadie le esperaba en casa y no tenía a nadie con quién hablar... Si desaparecía lo mejor que podía pasar era que su ex-mujer le pusiera una denuncia para que volviera a pagarle la pensión. Sonrió sólo de pensar en la idea.

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26/07/2018, 21:07
Steeve Hope

Las preguntas del eutanatos quedaron en el aire, así como su pedido de una botella de whisky para compartir con Max. Pero él mismo se olvidó de todo eso al presenciar lo que Ethan, Cathbad y Kayla estaban haciendo. Nunca había presenciado un ritual en conjunto entre despertados, él solo contaba con el ángel de la muerte que le hablaba en sueños y su propia experiencia, y ésto iba mucho mas allá. Los límites de lo que imaginaba posible se ampliaron, comprendió en ese instante que sus fuerzas podían unirse y llegar a algo inalcanzable para uno solo. Cathbad hablaba palabras ancestrales, ininteligibles para Steeve, y Kayla emanaba una luz llena de beatitud que alcanzaba a todos. Luz y sonido, junto al ungüento de sangre con el que marcaron su frente, hicieron que su cuerpo vibrase y se llenara de vitalidad, llevándose consigo todo rastro de dolor.

Steeve apenas salía de su asombro, miraba a Cathbad con un respeto que hasta entonces no tenía por el mendigo, y a sus anfitriones con gratitud, los estaban ayudando en gran manera. Llegaremos nosotros a ser un grupo como ese? se preguntaba, pero dudaba que viviesen lo suficiente como para lograrlo. Claudia señaló a Norna, todo giraba en torno a ella desde que se habían conocido y seguía siendo así - Tal vez vuestro maestro, Neelam, pueda explicarnos porqué todos están detrás de la Predetinada - contestó a la mujer que les había salvado el pellejo cuando corrían por sus vidas.