Partida Rol por web

El telar del destino (Parte 1)

7. Revelaciones

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09/07/2019, 18:16
Destino

El maestro Neelam había rehusado amablemente responder mayores preguntas, al menos mientras la comida seguía sobre la mesa y Norna aún debía despertar. Recomendó a los Despertados que descansasen, de igual manera. Y así fue. Por algún motivo, quizá mundano, o quizá no, aquella deliciosa comida asentaba en cada estómago y aportaba un agradable calor, parecido al del hogar, y el ofrecimiento de una cama, en la que aunque sea descansar un rato, fue demasiado tentador como para rechazarlo. Todos estaban cansados, ¿hacía cuánto que no dormían de verdad?

El sueño alcanzó a cada uno de ellos por igual, y para cuando volvieron a abrir los ojos, tanto Kayla, como Claudia y Mike, indicaron que Neelam esperaba, en su sala de meditación. Una sala, alojada en el sótano de aquel edificio, al cual aún no habían accedido. Una sala de colores anaranjados, alumbrada por múltiples velas, y adornada por numerosas piedras de diferentes tamaños y materiales, con telares de hermosos y coloridos mandalas colgando de las paredes. Una sala cálida, que producía una sensación vibrante de bienestar, y que poseía la peculiaridad de poseer su puerta justamente en una de sus esquinas. 

Y en su centro, esperaba Neelam. El hombre se había sentado en la típica posición de flor de loto, y frente a él se encontraba una figura que todos pudieron reconocer sin dificultad, pues se trataba de la joven  alrededor de la cual parecían estar girando todos los hilos del Destino. Norna. 

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09/07/2019, 19:24
Kayla

Kayla entraba en la sala, y tomaba posición justo detrás del maestro Neelam, en la esquina situada tras él, tomando la misma posición que éste había adquirido en el centro de la habitación. 

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09/07/2019, 19:26
Claudia Winters

Claudia entraba tras su compañera, y se situaba a la derecha del maestro, ocupando igualmente una esquina, adquiriendo la misma posición que el maestro y Kayla.  

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09/07/2019, 19:27
Mike

Por último, Mike, también entraba, y ocupaba la esquina situada a la izquierda del maestro, e imitaba a sus compañeras. 

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09/07/2019, 19:29
Maestro Neelam

Acercáos y tomad asiento, hijos del Destino. -dijo el maestro, con una serenidad y un aplomo en su voz que no casaba con la frágil apariencia de su cuerpo pequeño y encogido, de rostro apergaminado- Acercáos y declarad vuestro nombre, y el círculo os aceptará.- indicó- Acercáos, y posad frente a vosotros aquello que os ha regalado el Tiempo- dijo, introduciendo una mano en el bolsillo de su chaqueta, depositando, casi con reverencia, algo que quienes habían visitado el Ojo de la Tempestad pudieron reconocer de inmediato. 

Al percibir las expresiones en aquellos rostros nuevos, Neelam esbozó una sonrisa llena de entusiasmo. La sonrisa de un niño que creía conocer un profundo secreto, al que se le llenaban las mejillas de inocente malicia- Todo a su tiempo. Habrá respuestas también para cada Llave. -indicó, dedicando un gesto abierto con las manos a los espectantes Despertados, para que se le acercasen. 

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09/07/2019, 19:42
Destino

Notas de juego

Todo aquel que posea algún rango en Espíritu, que tire Percepción+Consciencia+Espíritu. Dificultad 5. 

Re-bienvenidos :-)

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09/07/2019, 21:19
Ethan Miller
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Reserva espiritual

Dificultad: 5

Tirada (8 dados): 4, 7, 10, 8, 1, 3, 8, 1

Éxitos: 2

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09/07/2019, 23:19
Steeve Hope
Sólo para el director

Notas de juego

No tengo rango de espíritu 

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09/07/2019, 23:55
Destino

Notas de juego

Quien no tenga Espíritu, no debe tirar. Y el resultado lo daré el próximo post. Ustedes respondan con normalidad. 

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10/07/2019, 00:34
Cathbad

Cathbad abrió los ojos. Era tan profunda la oscuridad de la que regresaba, tan carente de todo pensamiento, que, durante unos instantes, no supo dónde estaba. Hacía mucho tiempo que no dormía sin soñar. Lo primero de lo que se dio cuenta fue que no estaba en la calle. El aire no olía a comida, a seres humanos, a podredumbre. En vez de eso, una fragancia sutil y especiada llenaba sus fosas nasales, haciéndolo salivar de manera involuntaria. Él mismo olía bien, y aunque extraño, se sentía limpio, cómodo. Bajo él, en lugar del duro y doloroso pavimento de las aceras clavándosele en los huesos, sus dedos se recrearon en el tacto de unas sábanas. Se entretuvo un momento en la agradable sensación, un regalo tan desacostumbrado como bienvenido. Un levísimo, casi inaudible tintineo sonaba en algún lugar. Una música suave y monótona, adormecedora, podía oírse muy tenuemente a través de paredes y recovecos.

Lentamente, los recuerdos fueron volviendo: la catedral. Los otros Despertados. El accidente del cruce. Norna. Los Merodeadores. El tiroteo con la Tecnocracia… Cathbad se llevó un puño a la frente, apretando los dientes. Las imágenes le llegaban desordenadas, a destellos, pero se fueron poniendo en su lugar una a una, recomponiendo el rompecabezas de los últimos acontecimientos. Recordó entonces el rescate, y que estaban en la Casa de Quodosh, en calidad de invitados de Neelam. Neelam… Tenían que hablar con él, saber a qué se enfrentaban, saber… Saber más. El brujo se levantó rápidamente; aquella ya había sido bastante autoindulgencia para los siguientes diez años.

Cuando abandonó su estancia, Kayla y los otros lo informaron de que Neelam los estaba esperando. Uno a uno, todos sus compañeros se fueron reuniendo para ir a ver a su anfitrión al que tanto debían. Fueron conducidos al sótano del edificio, a una sala de colores cálidos, pequeña, tenuemente iluminada y decorada con tantos elementos simbólicos que parecía cobrar presencia propia. Algunos Despertados sensibles a los ámbitos más meramente quintaesenciales de la Creación, que trabajaban con las energías desnudas de la realidad, eran capaces de sentir aquellas fuerzas fluyendo por algunos lugares extraños. Y de hecho, a pesar de que Cathbad carecía de aquella percepción, supo inmediatamente que se encontraba en un sitio importante.

Neelam los aguardaba en el centro de la sala, sentado, como un árbol antiguo que hubiese echado raíces en aquel santuario. Cathbad no pudo evitar sentirse tan impresionado por el mago como la primera vez que lo había visto. Ante él se encontraba la joven Norna, que finalmente había despertado, y que probablemente tendría muchas preguntas para Neelam, y para todos ellos. Uno a uno, los discípulos de Neelam fueron adelantándose y se sentaron en torno a su maestro, rodeándolo. Cathbad estaba convencido de que se habrían situado perfectamente alineados con los puntos cardinales o algo por el estilo.

El anciano Neelam invitó entonces al resto de ellos a unirse al círculo. Cuando les dijo que pronunciasen su nombre, Cathbad sintió un inesperado acceso de duda. ¿Cómo debía presentarse? ¿Como el niño ignorante que una vez fue, o como el Artesano de la Creación que era hoy? Tras meditar unos instantes, se dejó guiar por la humildad. Dio un paso al frente, inclinando la cabeza en señal de respeto.

John fue el nombre que mi madre le dio a su hijo —enunció cuidadosamente el irlandés, sintiéndose extrañamente desnudo, vulnerable—. Pero hace muchos años que John no existe. Cathbad es todo lo que queda.

Todo lo que queda. Había sido una extraña manera de decirlo, pero aquella era la forma en la que su voz había decidido expresarlo, de modo que no titubeó. Despacio, el hombre se agachó y tomó asiento entre Norna y Claudia. Cruzó las piernas frente a él, imitando la postura asumida por los demás en la medida que sus viejas articulaciones se lo permitieron. Buscando en el bolsillo de su gabardina, extrajo la carta con que madame Cleo Verthank le obsequió. La Araña. Cathbad soltó un bufido a modo de risa al ver el arácnido que ilustraba su carta. No dejaba de resultar curioso, teniendo en cuenta cómo había acabado su último encuentro con los esbirros de la Tejedora. Lenta y deliberadamente, dejó la carta en el suelo, boca arriba y a la vista de todos.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Consciencia + Espíritu

Dificultad: 5

Tirada (7 dados): 7, 9, 8, 1, 3, 1, 3

Éxitos: 1

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10/07/2019, 19:03
Max Bennett.

Max se despertó como en una de sus muchas resacas. O algo parecido. Lo cierto era que la jaqueca y el mal sabor de boca habituales no estaban, y la sensación fue extraña. A cambio notó cómo si algo le atravesara el torso en varios puntos y se palpó con la mano al abrir los ojos. Las heridas prácticamente habían sanado, pero a la mente le sobrevinieron los disparos y las heridas de bala. El olor, el sabor férrico aglutinándose en su boca, y la locura de los días anteriores.

Sí, desde que había Despertado, todo su mundo se había vuelto del revés, y cada acontecimiento trastocaba la realidad en modos que todavía eran una incógnita para el detective. Se despertó, se vistió a su modo práctico, como hacía habitualmente, y se incorporó. No se dio cuenta de cuándo ni cómo, pero tenía la petaca en la mano. La observaba con los ojos mirando a la nada y tardó varios segundos en percatarse de que no quedaba ni gota de alcohol en la misma. Parpadeó, la cerró y se la guardó en el bolsillo interior de la gabardina antes de suspirar y salir.

Iba a ser un día muy duro. Cuando las dos muchachas y el tal Mike les indicaron que el Maestro les esperaba, Max hizo una ligera reverencia y se dirigió sin dudarlo al sótano. Observó cómo cada chica tomaba una posición. El muchacho también, y acto seguido fue Cathbad el primero en sentarse. 

Max se encogió de hombros, aquello era raro, pero podría ser peor, y recordaba alguna noche de borrachera en la que sus pesadillas habían sido mil veces más horribles o extrañas. Se acomodó en el suelo, cruzó las piernas, respiró hondo y cuando Cathbad acabó fue el propio Max quien sacó una carta del bolsillo y la colocó boca arriba sobre el suelo.

- Yo soy Max. Max Bennett. - Dijo con cierto tono de reverencia antes de deslizar la carta hacia el Maestro sujetándola tan solo con un dedo apoyado sobre la misma. De algún modo, aquello le recordaba a alguna de las sesiones de alcóholicos anónimos a las que había acudido en tantas ocasiones. Aunque confiaba en que al finalizar no le dieran una chapita con los méritos por llevar un tiempo desintoxicado.

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14/07/2019, 13:40
Ethan Miller

Herido, exhausto, agotado y sacudido hasta los mismos cimientos de su ser, Ethan soñaba. Aunque por un momento había creído que no sería capaz de conciliar el sueño tras todo lo que había sucedido, el contacto con las sábanas mezclado con el cálido y especiado ambiente del santuario obraron un efecto casi inmediato. Los ojos del joven se cerraron, y su mente se sumió en un reparador descanso.

Un descanso que no estuvo exento de sueños.

En ellos, seguía a un gato negro a través de un camino que no era tal. Uno que tomaba al azar formas extrañas, desde una catedral hasta edificios que no reconocía y que parecían mucho más antiguos. Uno que pasaba entre telas de araña y fuego que rasgaba la tierra. Uno que terminaba en un lugar que le era familiar. El espejo.

Pero en esta ocasión, no se asomó a él, sino que observaba desde un segundo plano cómo él mismo –más joven- se asomaba al espejo para encararse con una versión envejecida de su propio ser. Por un momento, creyó encontrar un sentido en esa imagen, algo profundamente vital y revelador… pero que se escabullía cada vez que trataba de comprenderlo.

Y finalmente, despertó. Por un momento, se encontró perdido en el tiempo y el espacio. Dónde se encontraba, o cuánto tiempo había pasado durmiendo, eran preguntas para las que no encontró respuesta. Podrían haber sido un par de horas o toda una eternidad. Pero a medida que recuperaba la lucidez, los recuerdos del día anterior regresaron a su lugar, y el gesto del joven se tornó de nuevo sombrío.

Estaban vivos. Pero eso era todo. Porque era muy posible que hubieran perdido mucho más de lo que siquiera podían esperar. Tal vez aquellos que no se ceñían a una vida normal no tuvieran tanto que perder. Pero, se dijo a sí mismo mientras observaba la envejecida silueta de Cathbad, tal vez simplemente se debiera a que ya lo habían perdido. Tal vez el camino de la magia fuera similar para todos.

Asintió en silencio cuando sus anfitriones los llevaron hasta la sala del sótano donde los esperaba Neelam. La figura del anciano, frente a la que se sentaba Norna, destacaba entre la temblorosa luz de las velas y los reflejos anaranjados que éstas arrancaban a las paredes y los tapices. Ethan sintió un cambio en la atmósfera al entrar en ese lugar. El ambiente en el refugio había sido agradable, cálido, seguro, pero esa sensación aumentó de golpe al dar el primer paso en el interior de la sala.

Lentamente, siguió a los demás y tomó asiento junto a Norna. Mientras lo hacía, dedicó a la joven una mirada de ánimo y pasó su mano por su hombro en un gesto cariñoso. Tal vez él hubiera perdido cosas, pero su pérdida no era nada en comparación con la de ella. Sin embargo, no dijo nada. De algún modo, el momento de las palabras no parecía haber llegado.

-Soy Ethan Miller. –Declaró con confianza, y sacando del bolsillo de la chaqueta la carta que había recibido de manos de la misteriosa vidente, la depositó frente a él. –Y mi presente es el Dragón.

 

Y, guiado por un impulso que podría ser su instinto o su mera curiosidad, aprovechó la serenidad del ambiente para cargar de energía su mirada y dejar que sus ojos observaran, por un instante, lo que se escondía detrás del Velo.

 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Espíritu

Dificultad: 2

Tirada (3 dados): 9, 3, 1

Éxitos: 1

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15/07/2019, 15:44
Steeve Hope

Respiraba agitado, venía escapando de un motociclista con cabeza de fuego, podía escuchar sus carcajadas acechándolo desde muy cerca. Saltó la cerca de un jardín, esperaba perder a su perseguidor, corrió desesperado, una niña lo miraba y sus ojos se cruzaron. Norna? Escuchó un disparo, no sabía de dónde venía. Escuchó un gemido cerca, se volteo. La cabeza de la niña había estallado en mil pedazos, de sus sesos salían tentáculos negros que iban hacia él. Buscó su arma, la sostuvo con firmeza y apretó el gatillo. Nada sucedió, se había trabado, una gelatina verdosa cubría su pistola y tuvo que soltarla antes que se disolviese. Las carcajadas se escuchaban cada vez más cerca, trató de salir de allí, vio una puerta delante, la abrió y encontró frente a él a un hombre de traje y anteojos negros. Tenía en sus manos un arma que nunca había visto, el disparo fue silencioso y dio en el blanco, hiriendo su abdomen. Se puso de rodillas y llevó sus manos hacia su vientre. Salía mucha sangre, como un manantial espeso y carmesí que no se detenía. El jardín se inundó y el dolor se hacía insoportable. A su alrededor había decenas de siluetas etéreas, tardó en reconocer el rostro de cada una de sus víctimas. Ninguna parecía acusarlo, como si hubiesen aceptado su destino, pero todas disfrutaban ese momento, su caída, su agónico final. El ángel de la muerte se hizo presente, con su propio rostro. Levantó su guadaña y sonrió, como si desde siempre hubiese esperado ese momento.

Steeve se despertó sobresaltado, sudado y tembloroso. Había dormido, pero no descansado. Su cuerpo estaba tenso y su mente más perturbada que de costumbre. Llevó sus manos a su abdomen, aún le dolía, pero no había marcas en su cuerpo. Una ominosa sensación lo inundaba, la muerte asomaba su rostro, que no era otro que el suyo propio, pero esta vez buscándolo a él. Sin poder saber si era una pesadilla o una revelación, se levantó desanimado y apenas prestó atención al llamado de sus anfitriones. Bajó al sótano con varios botones desabrochados de la camisa y sin siquiera peinarse. 

La calidez de la sala lo sacó del círculo de sus pensamientos, un viejo que por los años debía haber muerto ya hace mucho era el que dirigía la reunión. Cuando lo había visto por primera vez había pensado en poner fin a su existencia, ese despertado estaba usando su poder para aferrarse a la vida en lugar de partir y continuar con su evolución. Pero ahora no tenía ánimos de tomar su arma, temía que la bala terminase de algún modo en su propio cuerpo.

Sobre el piso había una carta que conocía bien - La he visto antes, la llave estuvo en el pasado - dijo, recordando que Madame Cleo le había mostrado esa carta para recibirlo. Sacó entonces la suya y la puso delante de la del anciano - La vidente es mi presente - esa baraja evocaba su propia esencia, también la del ángel que se le aparecía en sueños, y la de aquella extraña mujer que lo había deslumbrado, ella los había convocado a todos desde su barco sin tiempo y de algún modo había predicho lo que estaba ocurriendo en ese instante - ... y el círculo místico es el futuro...- dijo luego en voz baja, observado cómo todos los magos se habían dispuesto de ese modo en torno al anciano. Qué está sucediendo? Acaso esto es el final?

Trató de no pensar, su mente lo estaba traicionando. - Steeve Hope - dijo luego, recordando que ni siquiera se había presentad al viejo.

- Tiradas (1)

Motivo: FV

Dificultad: 7

Tirada (5 dados): 1, 1, 9, 3, 1

Éxitos: -2 Fallo

Notas de juego

Pequeña pesadilla ha tenido Steeve, los dados han habado... y las cartas también!

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11/08/2019, 15:49
Maestro Neelam

El maestro sonrió, emocionado. A medida que cada carta se situaba sobre el suelo, una línea de radiante Quintaesencia la unía a sus hermanas, visible ante el ojo entrenado en Cardinal, y a modo de fluctuación translúcida, intuyéndose ante la vista de quien no poseía tales facultades. 

La habitación se volvió blanca, al principio, mientras el anciano cerraba los ojos. Cuando volvía abrirlos, un paisaje de naturaleza virgen y salvaje los rodeaba. Un paisaje de montañas y valles, y de formas vagamente familiares.

Al principio, había un sitio de poder: un cabo con colinas dónde los hijos de Gaia podían setir el pulso de su madre con más fuerza, donde los dioses caminaban entre los mortales, y donde extrañas entidades veían la luz. Las ondulantes dunas cerca del mar occidental contenían un poderoso Nodo que unía la Tierra con un Reino Kaótico. - comenzó, esbozándose por si solo todo aquello que narraba, en los rincones de aquel paisaje surgido de la nada- Aunque unos pocos valientes extraían poder de los pozos locales de Quintaesencia, en su mayor parte la realidad estática todavía tenía que conquistar este Reducto del Kaos. La magia dinámica aún prevalecía. - continuó, mientras la imagen de una flota lejana se desdibujaba en el horizonte, sobre el mar- Pero un día de verano un barco extranjero fondeó en la costa. Hombres pálidos desembarcaron. Exploraron por poco tiempo mientras reparaban su barco y se reabastecían, pero fueron expulsados por bestias salvajes y una realidad inestable. Antes de continuar navegando hacia el este, estos exploradores clavaron una placa metálica en un poste cercano a la costa, reclamando la tierra para una reina lejana. - la visión se transformaba, mostrando a un grupo de hombres ataviados con ropas pertenecientes a otro tiempo. Parecían soldados. Dos de ellos clavaban en un poste una placa, en la que era difícil leer cualquier cosa. 

- Aquella placa anunciaba la conquista del nodo por parte de la humanidad, y la invasión evidentemente enfadó a los espíritus.- dijo, mientras el cielo se tornaba rojo, y el suelo comenzaba a temblar, tal y como lo hubiese hecho pocas horas antes, removiendo los cimientos de la ciudad- Poco tiempo después de que partiesen los hombres pálidos, un inmenso terremoto hizo añicos la zona, creando la que luegosería llamada la Bahía de San Francisco. Muchos nativos murieron, y los hijos de Gaia crearon un túmulo para vigilar el lugar donde decían que un espíritu llamado Cataclismo dormía sin descansar. Desde entonces, sólo habían temblores ocasionales, que eran aceptados como el pago que la tierra requería de los mortales que la habitaban.

Notas de juego

Tirada de Percepción+Alerta dificultad 8 para leer la placa. Inteligencia+Academicismo dificultad 7 si no son originarios de San Francisco, dificultad 6 si lo son o llevan viviendo allí un tiempo. 

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11/08/2019, 16:13
Cob

Durante tu sueño, y mientras te adentras en el círculo, tus sentidos parecen abrirse. Una sensación vaga e incómoda te ha ido acosando, a pesar de haber podido descansar, y de que aquel breve receso te pudiese aportar o no, cierta paz. 

A medida que Neelam empieza a hablar te sientes en conexión con la tierra que hay bajo tus pies. Con el gran espíritu que la habita. Tienes una visión, momentánea, fugaz. Una gran araña. Una gran araña con un rostro desfigurado y de expresión humana en plena agonía. Dolor. Cob. Cob sufre. Cob pierde cohesión. 

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11/08/2019, 16:26
Ethan Miller
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Motivo: Percepción+Alerta

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 1, 4, 3, 4, 2

Éxitos: -1 Pifia

Motivo: Int+Aca

Dificultad: 6

Tirada (6 dados): 10, 6, 3, 2, 6, 1

Éxitos: 2

Notas de juego

Magnífico

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11/08/2019, 18:03
Cob

Durante tu sueño, y mientras te adentras en el círculo, tus sentidos parecen abrirse. Una sensación vaga e incómoda te ha ido acosando, a pesar de haber podido descansar, y de que aquel breve receso te pudiese aportar o no, cierta paz. 

A medida que Neelam empieza a hablar te sientes en conexión con la tierra que hay bajo tus pies. Con el gran espíritu que la habita. Tienes una visión, momentánea, fugaz. Una gran araña. Una gran araña con un rostro desfigurado y de expresión humana en plena agonía. Dolor. Cob. Cob sufre. Cob pierde cohesión. 

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13/08/2019, 15:10
Ethan Miller

A medida que la magia del maestro hacía cambiar el aspecto, y quién sabe si simplemente el aspecto, de la habitación a su voluntad, Ethan miraba a su alrededor, transportado a otro tiempo, a otro mundo. En silencio, fascinado e inquieto a partes iguales ante lo que estaba presenciando, trataba de comprender las implicaciones que las palabras de Neelam traían consigo y enlazarlas con lo que ya sabía.

La profanación de un Nodo. El espíritu del Cataclismo cobrándose venganza en San Francisco. Y una colosal araña habitando esa tierra. Cob. Por un momento acarició una idea, pero luego la desechó. No, Cob no podía ser Cataclismo. Las Arañas eran parte de la tejedora, y el Cataclismo debía pertenecer al Kaos. Y ambos poderes, la Tejedora y el Kaos eran fuerzas opuestas. Pero era innegable que ambos espíritus habitaban ese lugar, y que debían estar conectados, entre ellos y con todo lo que estaba sucediendo.

Y entonces cuando Neelam habló de cómo los hijos de Gaia aplacaron al espíritu que destruyó el lugar, una sospecha surgió en su mente. La única fuerza de la creación capaz de sujetar al Kaos era precisamente…

-La Tejedora. Cob es quien está sujetando a Cataclismo. -Murmuró, mirando a sus compañeros, deteniéndose en Cathbad en busca de una confirmación, para finalmente posar la vista en el anciano vidente. Lo que era sólo una sospecha fue tomando fuerza con cada palabra pronunciada. Tenía sentido. -Los Hijos de Gaia lo hicieron, ¿no es así? Pero Cob se está disipando. Por eso los terremotos. Y esos motoristas.

De pronto, tras ese alegato, frunció el ceño. Aunque sus palabras fuesen verdaderas, aún quedaban muchas preguntas sin respuesta. Pero a medida que comenzaba a formularlas, supo que las respuestas podrían no gustarle en absoluto.

-Pero si eso es cierto… ¿por qué se muere? La Tejedora es la señora de las ciudades. ¿Y qué tiene que ver Norna con todo esto? ¿Y nosotros?

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14/08/2019, 01:53
Cathbad

Un hilo casi invisible unió entre sí las cartas que los Despertados habían depositado frente a ellos. A continuación, toda la estancia cambió para mostrar un verdor de penetrante pureza y antigüedad incalculable, que crepitaba como las llamas de un fuego esmeralda. Neelam fue explicándoles una historia como si de un cuentacuentos se tratase, y a medida que esta se desarrollaba, el paisaje que los rodeaba iba cambiando. Un Nodo que era puerta a otros reinos fue mancillado ante los ojos de Cathbad por la presuntuosidad de unos hombres provenientes de más allá del océano. Una marca que quemaba la tierra como un hierro al rojo vivo hiriendo la piel del mundo; ¿qué palabras fueron las que condenaron la pureza de aquel lugar? Los ojos del brujo atravesaban frondas y valles como los de un pájaro intentando ver lo que no estaba realmente allí. Miles de ojos se abrieron en los árboles, negros y brillantes como de cuervos, y las voces y los susurros lo llenaron todo. Cathbad quiso saber qué decían, pero sus sentidos solo le devolvieron traición y odio. La tierra se revolvió gritando, tratando de expurgar aquella violación, tratando de olvidar el pecado. Las heridas desgarraron la carne de forma grosera, rompiendo y dividiendo lo que estaba unido, y lo que una vez fuese dejó de ser. Su rostro se deformó, sus hijos derramaron su sangre. El mal se había consumado, y el seno había sido amputado.

Los ojos del bosque cayeron sobre él, volando en todas direcciones como pájaros resplandecientes, y en su vuelo emitían el sonido de los cristales rotos. La inmensa araña estiraba sus patas de un modo imposible, tratando de mantener unidos incontables mundos, y su rostro era de dolor. Se desvanecía como apenas el hálito de un susurro, hincándose en la tierra herida para tratar de suturar con sus redes aquella carne gangrenada.

Cob.

Los sentidos de Cathbad regresaron con un violento tirón. Mientras trataba de asimilar lo que acababa de ver, escuchó las palabras del joven Ethan. Él también lo había visto. La voz del chico no hizo más que expresar en alto los pensamientos que la mente del propio Cathbad estaba engendrando. Y con ellos llegaron las dudas. ¿Y si estaban luchando en el bando equivocado? ¿Y si al oponerse a Cob y a la Tejedora estaban condenando San Francisco a su destrucción? Sin embargo, el irlandés guardó silencio. Estaba convencido de que Neelam ya conocería de antemano las preguntas que se estarían formando en sus cabezas; a fin de cuentas, por eso les había mostrado aquello. De modo que decidió esperar pacientemente a que el venerable hablase, escrutándolo desde debajo de sus cejas.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción + Alerta

Dificultad: 8

Tirada (5 dados): 2, 6, 9, 5, 6

Éxitos: 1

Notas de juego

Tiro Percepción + Alerta para leer la placa, en oculto, por si leo lo que no es XD. Por otro lado, la tirada de Inteligencia + Academicismo no la puedo hacer; no tengo ni 1 punto en Academicismo. Los conocimientos de Cathbad son de otra índole XD.

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15/08/2019, 00:02
Max Bennett.

Max se sintió tentado de levantar la mano y tocar el paisaje que se había formado a su alrededor. La visión que al anciano les proporcionaba parecía tan real. Era como si pudiera sentirla, tocarla, respirarla. Entonces comenzó la historia: los hijos de Gaia, un nodo, Kaos...

¿Qué les estaba intentando decir Neelam? Ethan planteó una alternativa que dio escalofríos al investigador. Ahogó un estremecimiento y cerró los ojos un momento, tratando de serenarse, respirar hondo y templar su ánimo. Volvió a abrirlos y miró a los demás integrantes de aquel círculo.

Finalizó posando su mirada en el viejo. La historia no había concluido, y Max prefería acabar de escuchar todo antes de sacar conclusiones precipitadas. Desde que había comenzado todo aquello estaban lidiando con fuerzas mayores... Cob, los motoristas... Max dudaba que ese pequeño grupo de magos que acababan de reunirse por azar o por destino fueran capaces de hacer frente a la amenaza que les cernía.

Y luego estaba la pobre Norna. Una muchacha que había despertado a un mundo demasiado peligroso y movido... un mundo extraño para ella, y en el que no sabría desenvolverse ni con mucha más experiencia. ¿Serían capaces de salvarla a ella, y salvarse ellos mismos? Ésas eran las principales preguntas que ocupaban la mente de Max en ese instante.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Leer placa

Dificultad: 8

Tirada (6 dados): 1, 3, 4, 2, 6, 1

Éxitos: -2 Pifia

Tirada oculta

Motivo: Inteligencia+Academicismo

Dificultad: 6

Tirada (5 dados): 1, 8, 3, 2, 4

Éxitos: 0 Fallo

Notas de juego

Dejo hechas ambas tiradas por si acaso. No he marcado "especialidad" porque no sé si aplicaría, pero en caso necesario, podría tenerlo en ambas tiradas.