Partida Rol por web

Luego de que algunos pudieron dormir un poco de tiempo, mientras Gael hace guardia, finalmente el zarandeo los despierta.

Mientras Panacea y Gael se encuentran "en guardia", mirando  hacia la puerta desde donde salieron las ratas con un aire de misterio.

El corredor se ve oscuro, sin ninguna luz y Panacea dice que lleva al menos 40 pies mas alla.

(el pasillo no tiene antorchas, completamente oscuro,  y es mas angosto, pero es para que lo imaginen)

Al notar el zarandeo me despierto inquieto. Un horrible y extraño sueño se había apoderado de mí. Miro alrededor y contemplo el rostro de Panacea y Gael.

-"¿Qué?... ¿Qué ha pasado? ¿Por qué me habéis despertado? ¿Ya es mi turno de guardia?"

Me fijo en la entrada al tor, un pasillo que se adentra en la montaña, totalmente a oscuras. Me incorporo y recojo mis cosas. Mis compañeros están inquietos mirando en esa dirección. La oscuridad parece crecer...

-"¿Qué ocurre amigos? ¿Qué habéis notado?"

Escudriño con más intensidad la oscuridad, mientras invoco el conjuro de Luz en mi colgante. Acto seguido preparo mi ballesta y la cargo.

Luego de desperezarse un poco, se dan cuenta que apenas ha pasado una hora desde que llegaron aca, y empezaron la guardia.

El sueño ha calado en ustedes y despiertan aletargados.

El hechicero utiliza un truco y haciendo unos movimientos extraños, a la vez que extrae un abdomen de luciernaga, logra que su colgante empiece a desprender una luz suave violacea, que ilumina un poco menos que una antorcha, y da algo mas de penumbra por otros tantos pies.

Deberíamos seguir durmiendo. Yo digo.

Si no, no nos recuperaremos bien.

Es un hecho que ya nos vinieron a espiar, pero, si no atacaron es que aun no tienen la fuerza para ello.  Lanzarnos a la carrera a por este espía sólo nos podría meter en más aprietos, y sin magia recuperada no tendríamos forma de hacerles frente.

Demasiado prudente era la gnoma, pero dejaría al voto de mayoría la decisión final.  Al fin y al cabo tenía su arco goblin para hacer frente a quien les buscara pelea. 

¿Y la esfera?  ¿Porqué la soñé?  ¿Porqué me la dieron las druidas?

Ya estaban todos despiertos, frente a ellos ese ominoso pasillo que parecía esperarlos. El caballero escuchó a Panacea pero sus palabras no le parecían oportunas.

- Hay algo cerca que está acechando, no vamos a poder dormir pues si nos volvemos a acostar puede volver a aparecer.

En ese mismo momento les podía estar escuchando, si se trataba de un ser inteligente. El noble arrastró la punta de la espada por el suelo.

- Tendríamos que avanzar para ver si damos con lo que sea que nos ha alertado y si logramos descubrirlo entonces podremos dormir. Quizá si vemos que el pasillo está despejado de seres se pueda descansar también, si asumimos que se ha ido esa presencia. Hay que añadir que le hemos intentado hablar pero ha ignorado nuestras palabras.

Terminó de explicar la situación tal y como la había visto él.

- perfecto. Entonces pongámonos en marcha, Panacea y Lasar no se ven muy heridos y creo haber realizado un buen trabajo. Aguantaran un round al menos. 
Estiro un poco el cuerpo. Se siente pesado dado a que no descansamos lo suficiente. 
- Quien trajo las antorchas?  La luz de Lasar servira pero no es conveniente que este al frente 

De acuerdo pues.  -dijo Panacea, claramente una gnoma que requiere su sueño y que, dadas sus habilidades de pasar desapercibida, estaba acostumbrada a no pasar vela.-   Exploremos lo que nos rodea antes, para descartar peligros.

Revisaré la puerta norte, para ver si escucho algo.  O veo alguna pista.  Luego revisamos la puerta sur.  ¿Les parece?

Prenderé una de las antorchas para que todos veamos mejor.

Panacea regresó, dando saltitos.

Hay un pasillo de al menos 30 pies en cada dirección y luego oscuridad.  Ambas puertas son iguales, compis.

Repentinamente, y desde la puerta donde salieron las ratas,  2 grandes figuras  aparecen en su radio de luz.  Sus rostros medios bestiales les indican que parecen hobgoblins (gran trasgo).

Armados con espadas largas,  ven como algún tipo de armadura brilla a la luz de la antorcha de Panacea y el colgante de Lasar. Cargan con sus espadas contra ustedes.

Panacea, antorcha en mano, estaba hasta atras de todos, iluminando las acciones. 

"Así que fueron estos dos."

Al fin encontraban la causa de que no hubieran podido dormir como correspondía, eran esos hobgoblins quienes habían tratado de llegar hasta ellos durante la primera guardia. El caballero se preparó para recibir a los enemigos en el combate que estaba a punto de comenzar.

Al ver que se acercan las criaturas, desenfundo mi espada mientras grito. 
- Largate de aqui maldita criatura, eres tan fea y deforme que tu madre te debio de encerrar aqui cuando te pario para no verte mas.  

Algo raro había pasado. Mis compañeros no sabían qué decirme o no me contestaban, directamente. Una entidad o presencia se había metido en mi cabeza para escudriñarla mientras dormía. Panacea se desligó del grupo y se fue a investigar ella sola las puertas norte y sur, una gran valentía por su parte. De repente y sin previo aviso, aparecieron dos hobgoblins enormes por la puerta del este dispuestos a matarnos. Yo ya estaba preparado de antes, por el sobresalto de la pesadilla, así que no me cogieron de improvisto. Levanté la ballesta que la tenía cargada y en las manos, apunté y disparé al primero de estas horrendas criaturas.

Las dos criaturas se acercan corriendo, con intención de cargar, no se ve miedo ni duda en sus bestiales rostros.

Aramin intenta increparlas con sus palabras atrevidas e insultos, y una de las criaturas, se enfurece aun mas.

Los dos hobgoblins avanzan rapidamente y mueven sus espadas casi al unisono contra el guerrero.

El guerrero, sin embargo evade facilmente el primer espadazo y se las arregla para agacharse, y hacer que el segundo espadazo, pegue en su armadura, evitando todo daño. Los Hobgoblin se ven un poco contrariados, e incluso se puede ver que uno de ellos tiene algo de espuma saliendo de su boca.

Lasar, por su parte, al ver que uno de los individuos se acerca peligrosamente donde está, extrae su ballesta y lanza un virote al mismo. El virote pasa muy lejos de su objetivo, y va a chocar contra una pared del fondo, detras de los hobgoblin.

El hobgoblin mira a Lasar por un segundo con una sonrisa maléfica, mientras su escudo refulge a la luz de su antorcha y colgante luminoso.

El caballero levantó el escudo y bloqueó uno de aquellos espadazos, alzando el brazo también para que el ataque del segundo enemigo diera contra la zona protegida de su armadura. Gracias a su excelente defensa aguantó el primer embite y tras eso levantó la espada dejándola caer hacia su izquierda, buscando eliminar al hobgoblin que amenazaba a su compañero mago.

- Ya son nuestros.

Dijo mientras la hoja de su espada atravesaba la carne del enemigo causándole una herida reseñable.