Partida Rol por web

Nuevamente aquella noche se ofreció un banquete para todos los participantes del torneo y para algunos nobles invitados, el banquete era parte de aquellas jornadas festivas, pero en él también se honraría a los ganadores de los dos torneos que habían finalizado. Ser Dalmau Greyjoy recibió mil venados de plata directamente de las manos del Rey Robert y por su parte, Ser Jasper Thundersword recibió el doble de cantidad también de las regias manos de Robert.

Los alimentos eran tan buenos, variados y abundantes como los del primer día, y después de la comida se decía que habría un baile. También había bebida para todos, y Robert no tardó en cogerse una de sus famosas y regias borracheras.

Tuve que contenerme de la emoción cuando recibí los venados de manos del rey - Es un honor, majestad. -

Luego Jasper fue el siguiente en recibir el premio y aunque había sido totalmente merecedor de él... no pude menos que sentir algo de envidia en mi corazón. Me mentalicé para ganar la justa como fuera, y sería mejor si era yo quien derribaba a ser Jasper, así conseguiría la atención del rey.

Me dirigí hacia los alimentos tan bien dispuestos y comencé a probar algo de carne. Me puse una copa de vino y traté de disfrutar del resto de la velada... tendría que relajarme para estar descansado para las justas.

Tras ovacionar a los premiados con discreción, me acerqué a comer alguna cosa.

¿Como estará mi amada?, pensé. Tengo ganas de volver al norte ya...

Y me senté cerca de los otros norteños calladamente

Los combates habían sido duros. Después de semejante esfuerzo físico todo el mundo necesitaba recobrar fuerzas para el torneo que esperaba. El más emotivo, el que todo caballero quería ganar...Peter se acercó y comió un poco de aquí, otro poco de allí.

Por fin empieza la verdadera acción, a lomos de nuestros caballos de guerra.

Se acerca a los compañeros que tuvo en la refriega, los norteños. Jasper había sido un justo vencedor, había que admitirlo.

La Mano tuvo el honor de abrir el baile del torneo junto a su hija Sansa. Después lo siguieron el Rey y la Reina y finalmente todos los comensales asistentes al banquete comenzaron a bailar.

Algunos se atrevieron con todas las canciones, pero otros solamente bailaron un par de canciones y se apartaron de la zona destinada como pista de baile para dejar libertad a los que si seguían. Mucha gente animaba con palmas y otros hablaban entre ellos de sus asuntos propios. Otros en cambio se dedicaban a beber hasta emborracharse.

Sonriendo, decidí dejarme llevar por mis encantos, con mi precioso vestido color azul claro, y el pelo en un recogido cuidado, me acerqué al joven Karstark, con las mejillas un tanto ruborizadas.  Me recogí un mechón  que caía por mi cara y miré a mis pies mientras preguntaba: 

- ¿Quieres bailar?

Si la bella joven se aproximó al más pequeño de los Karstark, Ser Walder tuvo el dudoso honor de ser el acompañante del más mayor de los norteños.

Siento no ser tan grata compañía como la que disfrutas vuestro hermano, -empezó el Frey- ¿puedo robaros unos minutos?

Tomé un sorbo del buen vino que había para el banquete. La verdad es que tanto el Rey como la Mano no habían reparado en gastos.

Eché un vistazo a los asistentes y me acerqué a presentar mis respetos a los lores que se habían reunido. Empecé por Lord Edric Doone. - Un gran banquete, mi señor. - hice un gesto de brindar con la copa. - Espero que esté disfrutando con los combates, y espero que disfrute con la justa. -

Si de algo no se sentía orgulloso Erbin era ritmo al son de la música... era un patán y no quería volver a demostrarlo, así que discretamente pidió otro mosto y se quedó mirando los que bailaban, mirando, pero con la vista algo perdida...

Daphnia miró con desinterés el baile, y sin dudar, se acercó hasta donde se encontraba ser Jasper. Sentándose a su lado, le habló en un susurro, solamente para él.

-Enhorabuena por el triunfo, ser Jasper. Creo que seguir llamándote escudero sería deshonroso...para el dothraki, ya que lo has superado con creces - Con una sonrisa torcida, pero no por ello menos dulce, añadió - Y decidme, ¿pensáis ganar mañana? Siento ser tan directa, pero no tengo tiempo para andarme con jueguecitos.

El semblante de niña buena desapareció un segundo, mostrando un guiño sagaz, de alguien que no se anda con tonterías. 

Sentado y bien rodeado de comida y bebida, sin preocuparse por bailes aunque sin perder de vista a las damas que se mostraban más briosas, desvió la mirada hacia ti cuando te acercaste. 

- No se nombró caballero en vano... - fanfarronea

Se echó a reir divertido por tus formas

- ¿Con quien crees que hablas, mujer? Aún después de verme luchar, ¿dudas que sepa montar? Puedes apostar toda tu fortuna a que seré el último hombre a lomos de su corcel - asegura - claro que quizá no sean corceles lo que mejor monto... 

-¿Apostar toda mi fortuna?¿Estáis seguro? - Componiendo un mohín en sus labios, se llevó una mano a la cabeza, como solía hacer - Veréis, tengo una pregunta que llevo queriendo haceros desde que os vi empezar la lucha. Perdonad mi atrevimiento - Aunque su sonrisa auguraba todo lo contrario - pero, ¿por qué lucháis? Solamente por el dinero, ¿o acaso hay algún motivo oculto? 

Tras un segundo de silencio, enumera algunas posibilidades, cada cual más fantasiosa.

- ¿Quizá vencer a un antiguo enemigo? ¿Recuperar el honor perdido? ¿Conseguir el amor de una entusiasta doncella? - Al decir lo último, suspiró dramáticamente, pero sus ojos delataban que estaba bromeando. 

- Completamente seguro - confirma - aún no he encontrado hombre que me derrote en combate - orgulloso

Sonrie a la pregunta y te acerca una de las copas de vino

- Muchas preguntas para no haber compattido siquiera una copa - se queja y responde sin revelar demasiada información - los motivos para luchar de un hombre pueden cambiar con el tiempo, lo único que importa es su capacidad de derrotar al enemigo.

Si hay una cosa que pone especialmente furioso a un dothraki, es perder un combate. Kaleon estaba de un humor de perros, pese a ello, gozaba de un apetito asombroso.

Dado que casi todos los invitados ya le habían visto en acción comiendo, la sorpresa fue menor aunque el espectáculo no defraudó a nadie.

He visto a familias enteras dornienses comer menos que él.-le decía uno a otro en voz baja.

-Tenéis razón, demasiadas preguntas, y pocas respuestas.

Sin titubear, la mujer cogió la copa, y se la bebió en dos tragos largos. Sin querer llamar a nadie para que les sirviera el vino, cogió ella misma el escanciador, y puso de nuevo en el vaso. Con un gesto, señaló el vaso de Jasper, por si quería que se lo rellenara, una vez se lo bebiera.

- Pero de verdad me interesa la respuesta. - Atacó de nuevo, sin querer desviarse del tema. El tiempo pasaba, y se le empezaba a agotar - Veréis, ya que no queréis contestarme, será mejor que empiece por deciros el motivo de la pregunta. Y como estoy segura de que sois un hombre de acción, no dado a las palabras - Una nueva sonrisa traviesa apareció para sustentar la afirmación - iré al grano. Estoy buscando a un hombre que sea capaz de conseguir lo que estoy buscando. Y creo que ese eres tú. Al menos, eso estás demostrando, y pareces muy seguro de ti mismo. 

Cogiendo de nuevo la copa, volvió a beberse el vino. 

-¿Y bien? - Con una ceja levemente alzada, mostraba su curiosidad. 

El joven muchacho se sonrojó ante la invitación a bailar de la bella muchacha Lannister. La joven estaba preciosa con su vestido azul y el menor de los Karstark asintió con la cabeza.

-Cl..Claro. Será un honor. -Tomó la mano de Lady Darlyn y se dirigió hacía la pista de la baile junto a ella con pasos torpes y nerviosos comenzó a bailar tal como hacían los que bailaban a su alrededor.

Sonreí complacida, dejándome llevar por las manos de Karstark. Mis mejillas tenían cierto color rojizo, mientras que mis ojos no paraban de mirarle.

- Bueno... ¿Qué tal ves el torneo? - Dije sonriente pensando en lo valiente que era por ser tan joven y participar ya en  un torneo.

Acercó la copa cuando la terminó para que volviera a rellenarsela, mientras se hacia con algo más de carne, dejandola hablar.

- Creo que se os ha olvidado mencionar lo que buscáis... para que pueda ayudar a juzgar si soy o no vuestro hombre - dejó caer, aun resistiendose a responder de forma más clara

-Puede que si bebo mucho vino termines siendo igual de bonita que la dama que baila con mi hermano.- Bromeó el norteño. -¿qué deseáis?

Si la joven Lannister estaba roja más lo estaba aún el joven Karstark. Parecía ir a juego con los colores de la casa de la dama con la que bailaba. La pregunta de la muchacha le hizo pensar en otra cosa que no fueran sus torpes movimientos como bailarín.

-Bien, creo que hice un buen papel en el torneo aunque cayera pronto eliminado. Y espero hacer un papel mejor en la justa. Si me dais una prenda lo ganaré para vos. - Se atrevió a decirle.