Partida Rol por web

Entrais en una gran sala pegada al comedor que tiene el cartel de Enfermería en la puerta.
Parece la tipica enfermería de instituto, con muchas camas separadas por cortinas. Al fondo hay una puerta donde pone "Privado" que da a lo que parece un despacho. Algunas plantas adornan la habitación al lado de las ventanas.

En efecto, el camino hacia la enfermería fue bastante rápido y ahora debo encontrar ayuda. -Espero haya alguien aquí. -¡¡¡NECESITO AYUDA, ALGUIEN, POR FAVOR!!! -Digo sin pensar y deposito a Droidcat, que tenía entre mis brazos, en el suelo y le pregunto: -¿Tienes alguna forma de encontrar a alguien? Ersy nos está esperando y no sabemos que tan grave pueda ser lo que le pasa a esa niña... -Miro la puerta con insignia de "privado" y me muevo hacia esta con intención de abrirla.

Alertada por tus gritos sale del despacho una anciana vestida con una extraña túnica. Busca con la mirada el origen de los ruidos hasta encontrarse con Nat y con Droidcat.
Sin daros tiempo a reacciónar esta encima de Nat sujetandola de los hombros.
-Tranquilizate, ¿que ha pasado? ¿quien necesita ayuda?-

Droidcat se paró en seco en cuanto la Sra. Mile salió de su despacho a recibirles. Con su voz metálica, enumeró de forma desapasionada los hechos, situándose junto a Nat:

 - La ama Ersy y la señorita Nat paseaban por el bosque cuando las sorprendió un llanto. En un claro había una niña pequeña, herida, desorientada y llorando, que se desvaneció cuando entabló contacto con la ama Ersy y la señorita Nat. La ama Ersy cree que la herida de la cabeza es seria, y se ha quedado allí esperando la ayuda tal y cómo indican las instrucciones de Primeros Auxilios. ¡Aaaaaah! -dando su informe por concluido, Droidcat empezó a dar vueltas sobre sí mismo - Tengo las coordenadas de la situación de la ama Ersy. Puedo llevarles hasta allí. 

 Droidcat se detuvo y, haciendo caso a su programación, le dio un par de golpecitos con su patita de metal en la pierna a Nat, esperando su recompensa por cumplir con su parte del trabajo.

Yendo hacia la puerta con el letrero de "privado" esta se abre y de allí sale una anciana que se acerca para tomarme por los hombros y pedirme que me tranquilice, tal ves tenía cara de preocupada o mi voz sin haberme dado cuenta expresó esto pero estaba calmada. A pesar de las circunstancias aún no me podía fiar de lo ocurrido, era muy extraño y justo cuando iba a decirle el por qué había venido Droidcat da un informe muy detallado de los echos.

-Vaya, que útil para ahorrarte tiempo de explicaciones. -Es lo que pasa por mi mente mientras hago un ademán con mis manos intentando hacer entender a la anciana de que suelte mis hombro. Me agacho un poco para recompensar a Droidcat con un: -Muy buen trabajo, pero no quieras que te den una aprobación en momentos así, eso es algo que puede esperar, pero lo hiciste muy bien. -Me reincorporo y mirando a la anciana le hablo. -Justo como lo dijo Droidcat, así que debemos partir cuanto antes y... -En mi mente aún está la duda sobre que hacía esa niña allí, pero no era momento de dudar, necesitábamos actuar rápidamente. -Vamos, no hay tiempo que perder.

Al no saber como hacen para movilizarse ademas de caminando, solo me queda esperar por la acción de la anciana, no puedo simplemente levantarla como con Droidcat para regresar con Ersebeth.

La Sra. Mile os escucha atentamente cuando le explicáis la situación. En cuanto acabais entra en el despacho corriendo, ois un poco de ruido y la veis salir. No parece que haya cogido nada.
-Estoy lista, guiadme hasta la niña- dice mientras se dirige hacia la puerta a una velocidad sorprendente para la edad que parece que tiene.

Volveis a la enfermeria en menos tiempo del que tardasteis en llegar al claro, la Sra. Mile se mueve a una velocidad envidiable y con ella la camilla improvisada con la enferma. Habla con vosotras mientras llegais.
-¡Oh, qué modales los mios! Podeis llamarme Sra. Mile o tia Agnes como más os guste- os dice con una sonrisa casi maternal, que os reconforta con solo mirarla.
-Si, soy la encargada médica del campamento, llevo años ayudando a metas heridos en batallas y ya llevo casi diez años aquí, una manera entretenida de pasar el verano. ¡La jubilación es para los débiles!- esto ultimo lo dice con una expresión orgullosa antes de soltar una pequeña risa.- ¿y vosotras sois?-
Cuando llegais deja a la niña en una cama y empieza a examinarla con distintos instrumentos que saca de su despacho.
-Os diría que avisaseis al Sr. Huch pero no creo que tarde en presentarse-
Como haciendo eco a sus palabras ois un gran estruendo de la habitación de al lado.

La tia Agnes enseguida me cayó bien. No solo por ese aura que desprendía y que daba a entender que, estando ella allí, todo saldría bien. Se movía con una profesionalidad inconsciente, como si salvar vidas estuviera en su ADN bien marcado, y estabilizar a esa chiquilla fueran tan sencillo como darnos un vaso de agua. 

 Mientras se encargaba de la niña delante nuestra, me di cuenta de que estaba hecha un asco, con la falda más corta por un lado que por otro y con manchas de tierra y sangre. No me importaba. Valía la pena con solo ver que la niña estaba en buenas manos...

  - Soy Ersebeth Lawrence -le contesto cuando pregunta por nuestras identidades - Y ella es Natjinka. 

 Es fácil distraerme cuando alguien con quien comparto profesión, aunque los pacientes difieran, ejerce su labor delante mía. Es realmente buena, sabe lo que hace, a pesar de que la gente con capacidades sobrehumanas sean un misterio para la ciencia por su misma naturaleza. Enmudezco, maravillada ante su experiencia, y ni me doy cuenta de que ha llegado alguien más. Droidcat no se separa de mi lado en ningún momento, tan abstraido como yo, y a la espera de nuevas ordenes.

-La Sra. Miles es bastante amable, me pregunto si hay algo en lo que pudiera ayudar... bueno, sin un conocimiento médico previo no sería muy útil. -Dudo observando el trabajo que realiza con la niña.

-Natjinka Orlov, un gusto. -Agrego con una expresión interesada y dubitativa al mismo tiempo, después que Ersy nos presenta. El estruendo que se escucha me distrae del trabajo de la Sra. Miles y me pongo a la defensiva. Aún no me acostumbro a todo esto, muchas personas con habilidades cuando hace un tiempo solo sabía de mi madre y yo.

La Sra. Miles os escucha atentamente mientras examina a la chica, no tarda demasiado antes de girarse hacia vosotras.

-No parece que este especialmente herida, pero seguimos teniendo el problema de quien es y cómo ha llegado aquí. No se puede pasar las barreras de la isla así como así. Se lo consultaré al Sr. Huch cuando arregle el alboroto del comedor.-

Cuando os dice esto os girais hacia la pared de la enfermeria que da al comedor y os concentrais para oir lo que pasa en la habitacion contigua. No tardais en escuchar gritos, ruidos de pisadas y lo que parece electricidad estática, pero demasiado alta para ser natural.

La enfermera apenas hace caso al ruido mientras anota en un cuaderno que ha sacado de uno de los bolsillo interiores de su tunica.

-El primer dia y ya tenemos peleas, y seguro que es uno de los del chico Norm. Me va a oir ese chaval como empiece a mandarme trabajo antes de tiempo.-

Dicho esto se sienta en un asiento frente a la puerta como si supiese que en poco tiempo iba a recibir más trabajo.

La afirmación de la Sra. Mile me da ánimos de compartir lo que pensaba. -Tuve eso en mi mente todo el tiempo y casi en ningún momento baje mi guardia, me pareció demasiado extraño su presencia aquí. -Hago recuento de lo que Sevastyan me había explicado sobre el campamento. -Este es un sitio muy exclusivo, bien protegido y la presencia de esta niña me ha tenido muy inquieta. Se que es una niña, pero en mi mente nada tiene sentido... hasta pensé que era algún tipo de prueba.

Sigo cavilando al respecto hasta que la enfermera Mile menciona el alboroto en el comedor y que espera que no le den más trabajo. -Aún están en eso?!!! Los hombres aveces son unos tontos. -Digo con vos irritada y con intensión de salir de allí para dale una lección a ese par de imbéciles.

Si es que no se les podía dejar solos... Bueno, pues conmigo que no contasen. Estaba mucho más preocupada por la chiquilla, aunque la tia Agnes me hubiera dicho que sobreviviría. No quería dejarla allí y que se despertase sola, en un sitio que desconocía, como le había pasado en el bosque. Busqué una silla para sentarme junto a su cama, y le di a Droidcat una sola orden para que me trajera un par de herramientas y el teléfono de Jaden. Mientras despertaba y no, estaría reparando su móvil. 

 Total, por las palabras de tia Agnes, nos ibamos a acabar todos reuniendo en la enfermería. 

Vi salir a Nat con paso firme, enfadada. 

 - ¡Animo, Nat! ¡Enséñales quién manda! 

Droidcat salió con ella y volvería al cabo de un rato cargado con lo que le pedí. Me pondría a trabajar enseguida.