Este vagón está separado en dos áreas bien distiguidas. Por un lado están los compartimentos de los pasajeros, constando cada uno de ellos de una cama, un pequeño baño y una especie de armario. Aunque prácticamente no hay decoración, todos ellos tienen un pequeño cuadro colgado en algún lugar de la estancia. Los cuartos tienen una puerta de comunicación que podría unir el primero con el segundo, el tercero con el cuarto, etc. si no fuese porque está cerrada con llave.
La segunda zona está compuesta por tres mesas bajas con sillones, que configuran un ambiente ideal (dentro de lo que cabría esperar en un ferrocarril) para mantener agradables tertulias o adoptar la inglesa tradición de tomar un té. Las paredes están decoradas con unos bonitos cuadros pero que se aprecia claramente que son malas copias de otros mejores.
Italo vio las facilidades del tren y ;aunque no del todo satisfecho, se sento tranquilamente en uno de los sillones. Quizas en algún momento solicitaría un Té pero por el momento debía pensar en ciertas cosas de su vida y en todo lo que estaba sucediendo al rededor de el.
Por ahora los pasajeros parecen amables. Aunque aquellos soldados no me terminan de convencer.
Cuando subo al tren dedico una ligera reverencia al caballero que se encuentra en el sillón.
-"Buenos días y buen viaje, señor. Si me disculpa..."
Sin más dilación me dirijo a mi habitación. Apenas audible por el incipiente sonido del tres se puede percibir el pestillo al cerrarse.
El tren avanza con normalidad, su ritmo aparentemente pausado y la coreografía de paisajes que cruzan la ventana esconden una velocidad de unos 50 Km/h. El vapor de agua, expulsado por la locomotora, oculta cada cierto rato el exterior, dando la impresión de que el tren viaja entre las nubes. El ritmo del ferrocarril no debería detenerse hasta dentro de una seis horas, cuando pare para cargar las calderas de agua. Si no hay dificultades en el camino, el tren debería llegar a Berlín dentro de 3 días, lo que hace que el pequeño retraso sufrido en la estación no se apenas apreciable.
Tras tres horas y media de trayecto el tren sigue su lenta marcha. El día que amaneció despejado se comienza nublar y amenaza tormenta. La combinación de nubes y altura comienza a enfriar un poco los cuerpos, además de las conversaciones.
Mmm aquí no hay nadie y se me apetece comer algo. Ademas ese hombre me da mala espina.
Italo se dirije al vagon comedor para desalojar su hambre y paradesalojar palabras de sugarganta.
Al entrar Srta. Lorena en el vagón casi se da de bruces con el Sr. Crespi, que se dirigía al vagón restaurante.
Disculpe ud. Estas ventanillas entre compartimientos son muy pequeñas para que uno vea algo. Evidentemente avergonzada por esta sensación.
-Por favor señorita no ha de molestarme que mujer tan hermosa se cruce en mi camino. Permitame ayudarla.-
Le ofrece la mano para ayudarla a incorporarse.
- Pero digame por favor, ¿está usted apurada por alguna urgencia que requiera mi ayuda?¿ O simplemente deseaba descansar?-
No es tan bonita como la cantante. Pero mujeres son mujeres.
Necesito que todos realicéis una tirada. Ya se que no os he dado las fichas aún, pero tampoco influirá mucho vuestro posible nivel en la habilidad.
Probando el sistema? ^_~
ahi está mi tirada.
La velocidad del tren se comienza a notar atenuada. Inicialmente pensáis que podría ser por una pendiente, pero una rápida mirada a través de la ventana os hace descartar la idea. No se divisa ningún obstáculo que pueda justificar tal cambio de marcha y es demasiado pronto para detenerse a recargar agua, ya que debería ser cada seis horas aproximadamente y apenas han pasado cuatro.
Poniéndose un chal color hueso encima que le cubre del frío, Romina baja el vidrio del tren para mirar hacia el vagón de los nazis.
-Creo que debería ver al maquinista para consultarle que es lo que ha ocurrido.-
Que mal momento para demorarse.
Italo se dirige hacia la puerta del siguiente vagon atento a ver si escucha algo indirectamente.
Cada vez es más acentuada la perdida de la velocidad. El traqueteo se espacia y el paisaje se detiene. La locomotora cesa todo movimiento y se queda clavada en la vía.
El paso de los vagones de pasajeros hasta la locomotora, con el tren en marcha, es complejo. Primero es necesario cruzar por encima del vagón de equipajes. Una vez superado este escollo, si no os habéis caído, os encontráis justo detrás del cajón del carbón. Este puede cruzarse por encima, sobre un suelo sucio e inestable, o por el lateral, colgando por el exterior del tren con el riesgo que eso supone. En este caso ya no hace falta, porque el tren se ha detenido, pero tenedlo presente para el futuro.
Gracias al cielo! Piensa romina mientras escucha el paso progresivo de la locomotora y el paisaje se vuelve a perder a través de la última ventanilla. Ya está algo tarde y no se siente de muchos ánimos de conversar. Saca un naipe de su equipaje de mano y comienza una partida de solitario en la mesa más cercana.
-Por fin, esto se estaba tornando molesto.-
Italo decide buscar algun habano para festejar el momento , aunque no esta muy seguro de que le qeuden. Busca su equipaje mientras observa por cada ventanilla proima como avanza el tren. No desea nada mas que estar cerca de Berlín.
Necesito que hagas dos tiradas, por favor.