Partida Rol por web

Volveis al crucero ligero Batalla de Bothawui escoltando al prisionero. Este es un hombre humano de mediana edad con una poblada barba salpicada de canas. Sus modales son educados y no hace ningún gesto amenazante ni se resiste cuando lo lelvais hasta el bloque de celdas. Tras encerrarle entregais sus escasas posesiones al oficial de guardia, estas son basicamente un modulo de datos, unos pocos créditos imperiales y un intercomunicador personal medio destruido. El prisionero os mira desde el interior de la celda a través del campo de fuerza y os sonrie de una forma calmada y durante un segundo notais un escalofrio.

Acudiis luego a la enfermeria de a bordo. Los cuidados de los droides médicos resultan suficiente en todos los casos y os librais de acabar sumergidos en el tanque bacta. Aun así pasais ahí la mayoría de las siguientes 24 horas. Tras recibir las pregrabadas advertencias del droide sanitario de que vayais con mayor cuidado os dirigiis a vuestro camarote compartido y finalmente a la cantina.

Y ahí podeis notar como los otros cadetes os miran distinto. Un reconocmiento, algunos dirían que admiración, aparece en sus ojos y las conversaciones se convierten en murmullos cuando entrais en el comedor. Y lo más sorprendente, sentados en una de las mesas del fondo los veteranos del teniente - comandante Jun os hacen un gesto para que os senteis junto a ellos.

¡Acercaos! No os senteis con la banda de novatos de ahí dicen entre risas y notais como, a diferencia de antes del asalto, os tratan con algo más de ¿respeto? Venid aquí y contadnos como fue vuestro "bautismo"

Balon miró al jovial teniente-comandante Jun con indiferencia. La forma de hablar despectivamente de los novatos, de los cuales al fin y al cabo, tan solo les separaba una misión, le resultó irritante. 

-Gracias, estoy bien aquí-le contestó-Pero...¿Porqué no vienes tú a contarnos ese chiste que tanta gracia os hace y así nos reímos todos?

Balon sostuvo la mirada al tal Jun desafiante.
 

Los stormtrooper estallan en risa ante el semblante serio de Balon. Pero el teniente-comandante levanta una mano y acalla las risas. 

Venga venga cadete. Dice con una media sonrisa manteniendo la mano levantada en señal de paz Tienes un par, eso lo reconozco. Quizás por eso seguiis vivos tras chocar contra dos magnaguardias. Conocí a muchos que salieron de una situación similar en una bolsa para cadaveres. Y hace un gesto a dos de los soldados sentados con él que se levantan para dejaros sitio  Y aquí los chicos y yo estaríamos encantados de oir como lo hicisteis ¿mejor así? Dice sonriendo francamente sorprendido por la respuesta del pequeño cadete. Aunque uno diría que la sorpresa es casi bienvenida.

El traslado del prisionero no ocurre nada destacable, aunque me inquieta la mirada con la que nos despide, no puedo evitar un leve escalofrió.

El tratamiento en la sección medica es inmejorable saliendo todos perfectamente restablecidos, y con el discurso de siempre de los droides médicos, ¿no saben que están en una nave de combate?

Cuando entramos en la cantina quedo sorprendido por la invitación del teniente comandante, pero antes de que me recupere del reconocimiento que es delante de los demás soldados de asalto. Antes de que pueda dirigirme hacia allí henchido de orgullo Balon rechaza la invitación y además se muestra condescendiente con el teniente comandante invitándolo a acudir a su lado, o es en realidad el hijo de un almirante, o es un suicida.

Doy un paso hacía los veteranos, que es donde quiero acabar.

Solamente hay dos salidas para nosotros si seguimos vivos, que nos consideren soldados de asalto perfectamente preparados pasando a sus unidades, o que seamos rechazos como futuros soldados de asalto corriendo el destino de todos los eliminados en las distintas fases del entrenamiento que hemos ido separando.

– Por mi parte será un honor que se nos permita excepcionalmente acompañarlos, teniente comandante Jun. – Después de decirlo le indico, con lo que pretendo un discreto gesto a Balon, que él también vaya.

- Claro chatarra claro... la próxima vez les diré a los droides que dejen de dispararme o su compañero metálico encargado de curarme podría enfadarse. Pero... ¿Que sería de ti si no tuvieras a quien sanar las heridas? - Adrieira estaba claramente molesta ante los comentarios del droide acerca de ir con más cuidado. No tenía la culpa, estaba en su programación... pero joder, que ganas de tocar las narices.

Cuando entraron en el salón se podía ver la admiración en los demás, incluso los cuchicheos... Esa sensación le gustaba a la soldado. La llenaba de orgullo y hacia que caminara más erguida. 

- Os esperamos al otro lado chicos - Dijo al resto de cadetes al escuchar al comandante. Adrieira no iba a dejar escapar la oportunidad de seguir ascendiendo más y más. Y desde luego estar cerca del comandante le garantizaba no solo eso... sino misiones de más nivel. 

- Vamos Balon, no hagas enfadar al comandante o te mandarán a revisar los compactadores de basura - 

Adriera se sentó en la mesa dejando la bandeja con comida sobre ella. 

- Ya lo cuento yo - Dijo empujando la bandeja y colocando sus codos en la mesa y las manos cruzadas entre si y cerca de la boca. 

- Habíamos despachado a unos canallas que por lo que sea no querían que entráramos a su nave, y cuando avanzábamos hacia el puente de mando cuando pillamos a otros tres activando a esos dos bicharracos. - Hizo una pausa, quizá dramática... quizá para recordar algo - Ooooo chicos, vaya pedazo de chatarras. Hasta arriba de armas, necesitamos hacernos con unos de esos y soltarlos en medio de alguna base rebelde. 

- Bueno, allí estábamos, cuerpo a cuerpo, tratando de escapar de sus golpes - Se levantó la camiseta mostrando alguno de los moratones de espalda y costado - Nos dejaron bien jodidos, pero somos lo mejor de cada casa - Siguió contando con detalle el enfrentamiento, incluyendo como entraron en el puente de mando y se hicieron con el control del arma acabando con los que quedaban en el interior.

Cuando terminó se hecho para atrás. - Si yo fuera vosotros no me reiría tanto de todos modos. Pronto nos tendréis que llamar señor - Miró al comandante Juz - Usted no... señor - Dijo terminando su exposición.

Gracias a los cuidados me recupero totalmente y puedo respirar tranquilo ya que la verdad había estado muy cerca de la muerte. Escucho las palabras de los demás, ya que no me apetece hablar mucho si no descansar al haber estado tan cerca del fin de mis días.

Recuperado y con la bandeja de comida en la mano, me uno al grupo de Jun, no sin antes comprobar que Balon tiene las mismas pelotas en el campo de batalla y fuera de él. Estaba bien contar con un miembro así en el grupo. Adrieira hizo un perfecto resumen de lo sucedido.

-La verdad es que ha sido un bautismo de fuego de la ostia, pensé que alguno no volvía a casa. Los droides repartían cosa fina. -Añadió al terminar la cadete su resumen. Mientras terminaba de comer continuó con la charla animada con el resto del grupo suyo, así como los de Jun.

Por fortuna, los cuidados de los droides médicos son suficientes como para que los jóvenes cadetes se recuperen de sus heridas. Wexley escucha las palabras de Jun, aunque no le responde, dejando que sean sus compañeros quien cuenten la experiencia. Piensa, sin duda, que lo que acontecido es una hazaña que se contará largo tiempo en el Batalla de Bothawui. Es curioso que seis cadetes hayan podido enfrentarse a dos Magnaguardias y vivido para contarlo.

-¿Se sabe algo sobre el prisionero? -preguntó, en tono frío, pretendiendo saber quiénes habían sido los atacantes-. ¿Por qué unos rufianes cualquiera atacarían un nave del Imperio?

El tono condescendiente del oficial no hizo sino enfadar más a Balon que estaba al límite de su paciencia. Su mirada hacia el oficial rezumaba desprecio. La forma en que apretaba los puños evidenciaba que se estaba conteniendo para no partirle la cara.

-No, no está bien asi-replicó Balon-Porque no puedo ignorar que desprecia a los cadetes y que tan solo se dirige a nosotros para saciar su curiosidad.

Su mirada se desvió hacia Adriera, para contestar a su advertencia, aunque era evidente que en realidad seguía contestando a Jun. 

-No haré nada por lo que merezca ser sancionado, pero no me puede obligar a compartir su mesa estando fuera de servicio.

Total, que ésta ya nadie le prestaba atención. Adriera estaba enfrascada en su relato. Que había que reconocer, era bueno. Otros compañeros se arremolinaban a su alrededor, embriagados por haber captado con su proeza la atención de un superior y perfectamente dispuestos a lamerle el culo.

-Eso es. Idos a fanfarronear con él y acabaréis convirtiéndoos en lo que él es. Claro que a lo mejor no os importa o incluso es lo que deseáis.

Negó con la cabeza, incapaz de creer que se estuviesen humillando de semejante forma. 

Los stormtrooper escuchan con atención el relato de Adrieira y las puntualizaciones del resto de cadetes.

A la pregunta de Wex uno de ellos contesta ¿No lo visteis? La bodega de la nave estaba llena de unidades de almacenaje de droides de combate listos para entrar en acción. Alguién ha debido hacerse con el contenido de una nave de transporte de la Confederación ¡hay droides para formar un regimiento! . Y al parecer los muy cabrones tenían los códigos de activación pues lanzaron contra nosotros el menú completo: droides de combate, droidekas y por lo que contais hasta magnaguardias. Y añade Ese cargamento vale millones de créditos para los Hutt o cualquier otra banda de mal nacidos que quiera causar problemas. De hecho en estos momentos la capitán ha ordenado que trasladen toda esa carga al Batalla de Bothawui. Así estará más segura.

Mientras el resto de stormtroopers habla con los cadetes el teniente-comandante mantiene los ojos fijos en Balon quien sigue negandose a sentarse. 

Sin decir una palabra se levanta de la mesa dejando de lado su bandeja. Se acerca a Balon hasta quedar frente a él sacandole de largo una cabeza de alto. 

Me caes bien pequeñín. Estás completamente loco, pero tienes valor. Y como me gustas te voy a explicar algo Gruñe el oficial y bajando el tono añade Ya aprenderás cuando hayas visto morir a varias decenas que no conviene encariñarse con los cadetes. La mayoría no tienen vuestra suerte y acaban chillando mientras tratan de sujetarse las tripas con la mano. Es por eso que hemso que ser peores que duros con vosotros, para asegurarnos que cuando llegue el momento también sereis duro y, quizás, tengais la oportunidad de ver otro dia. No es desprecio, es experiencia.

Y sonriendo vuelve a levantar la voz Y un stromptrooper siempre está de servicio. Los enemigos del Imperio no descansan y nosotros ¡tampoco! 

Sus palabras cosechan un espontaneo ¡Oorah! de los stormtroppers de la mesa.

Balon se relajó un poco al ver que sus palabras habían calado en el Comandante lo suficiente como para conseguir que se sintiese en la necesidad de acercase e intentar intimidarle. Ese rollo de "me caes bien" sonaba tanto a matón de patio de colegio...Empezaba a divertirse.

-De momento he aprendido que ser un cretino no es impedimento para ser oficial-dijo Balon sin ceder al intento de su superior por intimidarle-No me venga con eslóganes de academia.Quedan muy bien en los carteles, pero luego uno se encuentra con...bueno, con esto. Con un tipo escondido detrás de sus galones que emplea su tiempo libre intentado humillar a los que están por debajo de él porque está enfadado con su padre ¿Es eso, comandante?¿Le pegaban de pequeño?¿O acaso era el paria en el patio del colegio?¿Abusos sexuales?¿Cuál es su excusa para ser un cretino?¿De verdad piensa que me va a asustar sacando pecho y soltándome ese rollo de "me caes bien? Esos droides hacían por dos de usted.

Esperó unos segundos a que el comandante digiriese sus palabras. Ahora sí, sabía que estaba "cruzando la linea", pero sabía que llegados a este punto, no se podía venir abajo. Se jugaba el respeto de sus compañeros. Tanto de los cadetes, como de los veteranos. 

-¿Va a mandarme a limpiar compactadores de basura, tal como ha aventurado Adriera? Hágalo si quiere. Las dejaré como una patena. ¿Me quiere mandar a primera linea de combate? Iré sin dudarlo y me llevaré a tantos enemigos como pueda antes de caer. Usted decide en qué quiere que emplee mis fuerzas. Pero no voy a permitir que me avergüence o avergüence a mis compañeros por habernos alistado. Ni que me diga que lo hace "por experiencia". Lo hace porque es la forma que tiene de superar sus propios complejos.

Luego miró a la bandeja del comandante. 

-¿Se va a comer eso?¿Le importa que me lo acabe?

Pero que cojones le pasaba a Balon...una cosa era no querer tener amistad con el capitán pero ahora mismo había cruzado todas las líneas posibles. Estaba claro que había arrinconado al oficial. No le había dejado margen para evitar el castigo. Ahora tendría que demostrar la disciplina por la que era famosa el Imperio ya que todo el comedor estaba viendo el acontecimiento. Por un momento Nox se planteó mediar pero las últimas palabras del cadeta hacían que el problema fuera solamente suyo.

No, no puede ser. A Balon se le ha subido a la cabeza lo que logramos en nuestro primer combate real. ¿Qué pretenderá? Acaso cree que el teniente comandante le entregara sus galones ascendiéndolo a su rango mientras él se degrada a cadete.

Puede que los robots médicos hayan cometido un error y todavía no este recuperado completamente de sus heridas.

Adriera dejó caer el tenedor sobre la mesa, pero nadie pareció percatarse... normal, a Balon le habían debido sentar mal las drogas de los droides médicos o se había vuelto loco por el combate con los magnaguardias. ¿Como ha podido llegar hasta donde hemos llegado siendo tan insubordinado? La mujer negó con la cabeza.

Se levantó y se acercó a Balon conforme terminaba de hablar, mientras se metía más y más en un fango dialéctico que puede que le costara la expulsión si no algo peor. Había demostrado no solo ser un buen compañero, sino además un muy buen soldado... no iba a permitir que lo retiraran de su unidad.

Cuando el comandante parecía que iba a contestar o quien sabe a que el puño de Adriera paso a su lado para impactar directamente a Balon[1], haciendo que caiga de la silla de espaldas. Una vez en el suelo le pongo el pie en el pecho y niego con la cabeza. Primero miro a mi compañero, no hay ira, no hay intención de hacer daño en mis ojos.

- ¿Como te atreves a hablar así a un superior? Estate quieto y no te levantes- 

Después me giro al comandante.

- Señor, déjeme a mi encargarme de esta insubordinación. Las drogas que nos han administrado los droides le han debido sentar mal. Me encargaré personalmente de aclarar porque ha pasado y tomar las medidas oportunas. Señor.- Mantuvo la mirada unos segundos, esperando que Balon no se removiera e intentara zafarse de su pie, tampoco estaba haciendo fuerza... por lo que si lo quería hacer no le supondría ningún esfuerzo.

Wexley escucha las palabras que Balon le dirige al teniente-comandante Jun y pone los ojos en blanco. Siente que su compañero ha sobrepasado los límites de lo permitido, haciendo una montaña de un hecho insignificante en el que Maider ni siquiera había visto una mala intención por parte del superior. Por suerte, Adriera reacciona a tiempo, golpeando a Balon y saliendo con la excusa de que las drogas pueden haber sentado mal al cadete. Decide permanecer al margen, aguardando a lo que el teniente-comandante responsa a su compañero.

Adrieira golpea sin aviso a Balon mientras este se encara con su superior. El cadete no alcanza a ver venir el golpe centrado como está en su "enemigo". El golpe aunque dolorso no resulta mortal pero deja aturdido al muchacho unos segundos que Adrieira trata de utilizar para excusarse con su superior.

El ruido de la trifulca inicial y ahora los golpes y puñetazos han llamado la atención de todo el comedor y algunos de los tripulantes de las mesas más lejanas se han incorporado para ver que ocurre. ¿Responderá Balon? ¿Habrá una pelea?

Nox vio como su compañera golpeó a Balon con toda la razón del mundo, aunque lo más probable es que acabasen todo el escuadrón condenado. Estas mierdas nunca favoricían los ascensos. Al final hablarían sobre ellos y la falta de disciplina del grupo. Nada bueno iba a salir de esto, por lo que el cadete decidió terminar su comida como mero espectador.

Entiendo lo que intenta Adrieira, aunque necesita que Balon no haya conseguido enfurecer tanto el teniente comandante como para que no se de por satisfecho, y ahora traslade su enfado a todos nosotros.

Al no saber que hacer para mejorar nuestra situación me quedo delante de mí bandeja mirando solamente.