Partida Rol por web

Seguiis los pasos de la misteriosa desconocida a través de la espesura verde brillante de Vendaxa. Rapidamente vuestras armaduras blancas quedan cubiertas de manchas de barro mientras rios de sudor corren por vuestras espaldas. La desconocida se mueve con facilidad entre la maleza deteniendose cada cierto tiempo a esperaros o indicandoos terraplenes y socavones que evitar en el suelo de la jungla.

Andais durante lo que os parece una eternidad de calor, insectos y el griterío de ciertas bestias arboreas que saltan de arbol en arbol con ayuda de unas alas cartilaginosas. La selva solo se ve interrumpida de vez en cuando por claros que parecen hechos por la mano del hombre a base de desforestar amplias zonas de forma aproximadamente circular. La sospecha de lo artifical de los claros se vé claramente cuando en un par de ellos encontrais las ruinas ennegrecidas de construcciones calcinadas por una mano desconocida.

Finalmente tras varias horas adicionales de camino llegais, os parece de golpe, a una hondonada en medio de la selva, ahí cubierta por redes de camuflaje hay lo que parece ser una base improvisada. Cuando os deteneis podeis ver a varios centinelas igualmente camuflados así como pequeñas construcciones con el techo cubierto por hierbas y enredaderas. Algunos grupos de hombres y mujeres, todos ellos humanos y vestidos de camuflaje, se mueven entre las construcciones.

La mujer os guia bajo la mayor de las carpas de camuflaje. Cuando empezais a andar bajo las distintas capas de camuflaje veis que os encontrais en una base llena de vida y movimiento. Os cruzais con un par de decenas de hombres y mujeres vestidos de camuflaje con una disparidad de ropas y portando una colección de armas en la que los rifles de caza parecen predominar por encima del equipamento militar. Ahora que os fijais la uniformidad y estandareidad tan propia de las fuerzas armadas brilla por su ausencia y abundan por todos lados elementos reutilizados y maquinaria civil reconvertida.

Los distintos guardias, muchos de ellos ancianos o apenas adolescentes, os dejan pasar junto a la mujer hasta que llegais a un improvisado centro de mando. Sobre un suelo de tierra batida alguien ha reunido varias mesas, un par de pantallas de proyección de datos y unas cuantas cajas de provisiones a usar como sillas improvisadas.

Bienvenidos a la base de los Leales de Mohc dice la mujer Soy Shandi Teclar, y junto al resto de los Leales hemos defendido solos el Imperio en Vendaxa contra la locura del gobernador y sus bandas de maleantes y rebeldes dice henchida de orgullo Solos ¡hasta ahora! ¡No puedo esperar a ver la cara que pondrá Vash cuando sepa que las fuerzas de la liberación ya han llegado! Y relajandose un poco os señala las cajas Por favor sentaros, vamos escasos de comodidades como podreis ver.

Al sentir sus palabras que rebosan de confianza hacía nosotros no puedo dejar de tragar saliva teniendo un “deja vu” volviendo a mi mente las imágenes de cuando dejamos a la capitana y los tripulantes se separaron de nosotros en un pasillo.

Nuestro deber es protegerlos, pero ni siquiera somos verdaderos soldados de asalto, como haya un verdadero militar entre ellos cuando nuestras armaduras vuelvan a estar limpias reconocerá los indicativos de simples cadetes.

El rostro de Adrieira mostró sorpresa. Se había quitado el casco a mitad de camino, y lo llevaba en su mano. El calor y la humedad eran insoportables, y los filtros del mismo o bien eran insuficientes o se habían estropeado. Sea como sea la cadete no se molestó en ocultar sus emociones ante el despliegue de estructuras, personal y a su forma... medios.

Escuchó y negó con la cabeza. 

- Me temo que nosotros somos todo lo que queda - Dijo tajante, sin rodeos. - Aquella gente estaba esperando al poderoso imperio, y todo lo que llegaba éramos... nosotros. - Nuestra nave fue atacada y derribada. 

Miró a Shandi con culpa, como si fuera su propia responsabilidad, como si les hubieran fallado. En cierta medida lo habían hecho. En cualquier caso no era momento de compadecerse. Ya tendrían tiempo para eso cuando el imperio llegase y regase con una lluvia de fuego y caos aquel jodido planeta.

- Necesitamos una antena lo suficientemente potente para enviar un aviso fuera del planeta. Al imperio. - Dijo con seguridad. - En cuanto informemos e indiquemos nuestra posición vendrán con todo. - Su última frase rezumaba odio y ganas de venganza.

Al fin llegamos a su asentamiento. Veo que hay varias personas, pero no son un gran ejército. Si no recibimos ayuda pronto me parece que esto tendremos que sacarlo nosotros solos.
Discúlpeme Sra. Teclar, ¿Pero, tendrían algún tipo de medicamento para poder saldar mis heridas? Tras la batalla y el accidentado aterrizaje estoy algo maltrecho y me gustaría estar al cien por cien para poder ayudar.

Wexley observó el campamento de los Leales de Mohc. Sólo eran una milica que, en su mayoría, parecía estar compuesta por civiles, entre los que incluso había ancianos y adolescentes. A primera vista, el joven cadete consideró que no tenían ninguna posibilidad de derrotar por sí mismos al gobernador de Vendaxa.

-Capturamos a un prisionero. Le llevábamos en El Batalla de Bothawui -dijo Maider, pensativo-. Dijo llamarse Quist y estar al servicio del gobernador de Vendaxa como asesor. ¿Saben de quién se trata?

Mientras el resto de cadetes hacían preguntas, Nox aprovechó para examinar el entorno, ver de que fuerzas disponían las milicias, armamento, comunicaciones o cualquier cosa que les pudiera servir.

No sabía cual era el tamaño exacto de las fuerzas del gobernador pero si habían sido capaces de tumbar una nave imperial, desde luego eran para ser tomados en consideración. La única opción viable era pedir refuerzos mientras ellos actuaban como un equipo de élite buscando acabar con la rebelión cortando la cabeza del principal mandatario.

-Mandemos el aviso, luego hablaremos de una idea que os puede gustar.

Al llegar a la base me saco el casco dejando fijado en su enganche de la armadura mostrando mi cara inundara de sudor.

Con tono apesadumbrado añado. – Efectivamente, la nave en que viajábamos fue atacada por miembros de la guardia planetaria que se hicieron pasar por soldados imperiales. Cuando nos dimos cuenta casi todos nuestros compañeros habían sido asesinados. Eso si no ha sobrevivido ninguno de los que nos atacaron.

Después de tomar aire unos segundos. – Para alertar al Imperio necesitamos acceder a las comunicaciones de la base imperial o la del Palacio del Gobernador, ¿podéis darnos alguna información sobre ellas?

Al hacer referencia a sus heridas Ethan me uno a su petición. – Yo también estoy malherido.

Balon siguió con paso pesado a su guía hasta el rudimentario campamento. La vista era poco esperanzadora. Si todo lo que tenían para oponerse al gobernador era esto, lo tenían realmente complicado. La esperanza de mandar una baliza para pedir refuerzos estaba ahí, pero sería una misión compleja, para empezar porque no tenían balizas. 

-O quizá enviar una baliza...pero supongo que no dispondréis de una o ya la habríais enviado. Quizá pudiéramos construir una con las piezas adecuadas, ¿no Albrech?¿Disponéis de alguna reserva de piezas, deshechos...algo?

La pregunta de Balon casi no tenía sentido ni para él mismo, pero la desesperación era tal que cualquier posiblidad a la que pudieran aferrarse era bienvenida.  

Ante la petición de Ethan la mujer sale de la tienda unos momentos para volver acompañada de un hombre de mediana edad que se presenta como "Doctor Gilean" y quien procede a tratar vuestras heridas. Aunque parece saber lo que hace con quemaduras y cortes sus maneras son bruscas y un par de veces al aplicaros unas gasas o daros un punto casi temeis que os haga más daño el que los blasters enemigos.

Aún así logra remendaros de forma aceptable y antes de despedirse sonrie satisfecho. Sus últimas palabras son "¿No está mal para un veterinario de granja verdad?"

Mientras recibiis las curas y vais bombardeando a la mujer a pregunta la cara de esta se va entristeciendo, por momentos parece estar a punto de echarse a llorar

No, no, no puede ser repite en voz baja mientras le informais a cada una de vuestras revelaciones sacude la cabeza descorazonada Pero, pero...cuando tuvimos que retirarnos al interior de la jungla el teniente Obdris logró infiltrarse, envió un mensaje ¡lo oimos! ¿No vinisteis aquí por ello? ¿Siguiendo una holotransmisión? Debe referirse al mensaje que interceptasteis a bordo del Batalla de Bothawui ¿que debió ocurrir con el teniente Obdris? ¿Quinn? No me dice nada ese nombre pero si que es cierto que antes de enloquecer el gobernador se rodeó de gente muy extraña. Quizás Vash pueda deciros más. Y respondiendo a las últimas preguntas sacude la cabeza de nuevo Somos, o eramos, solo granjeros y colonos no disponíamos de balizas ni capacidad de emitir fuera del planeta, es por eso que Obdris volvió a la capital. Para tratar de enviar un mensaje.

Antes de contestar a la desconsolada chica que nos ha guiado hasta aquí apoyo mi mano en ella para intentar reconfortarla.

– Nos llegó la transmisión a la nave, pero los traidores lograron interferirla, solamente nos llego el nombre del planeta, el del gobernador, un bloqueo y refuerzos inmediatos. El teniente Obdris fue un héroe. – Elevando la voz para que me oigan los que nos rodean. – Todos sois héroes del Imperio y el mensaje fue reenviado al mando de la flota del sector.

Wexley no pasó por alto las palabras de Shandi Teclar sobre el gobernador de Vendaxa. Según ella, el motivo por el que el hombre había traicionado al Imperio se debía a que había enloquecido. La primera vez había supuesto que sólo se trataba de una simple expresión, pero la segunda no lo tenía tan claro.

-Espera, ¿qué quieres decir con que el gobernador se reunía con gente muy extraña? -quiso saber, intrigado. ¿Cabía la posibilidad de que una facción rebelde hubiera hecho enloquecer al dirigente del planeta?-. ¿Qué tipo de gente?

Las amables palabras de Albrecht logran distraer durante unos segundos el sombrío ambiente que se ha instalado en la tienda pero a la pregunta de Wex Shandi de nuevo sacude la cabeza Lo desconozco todo lo que sé son rumores que corren por el campamento. Pero si el gobernador cambió hace casi un año, empezó a ponerse del lado de los alienigenas y luego las cosas solo fueron de mal en peor.

-Rebeldes, está claro-dijo Balon Mir-Gente seducida por el mensaje libertario de esos desarrapados, que no son capaces comprender los beneficios del orden imperial. 

Balon expiró negando con la cabeza. 

-¿Y a parte de resistir en este campamento, tenéis algún plan? Nuestra prioridad es comunicar la caída del Batalla de Bothawui al mando estelar. 

Si un solo hombre había logrado enviar un mensaje, el mejor grupo de cadetes del jodido imperio podía hacerlo también. Eso era lo que tenían que hacer. No podían salvar a aquella gente, ayudarles, o librar una batalla. No era un ejército, tan solo el mejor grupo de cadetes.

- Necesitamos comunicarnos con nuestros superiores, tenemos que enviar un mensaje - 

Sentenció Adrieira obviando todo lo demás. 

- Con todos mis respetos, pero por lo que he visto no sois un grupo militar preparado, no tenéis los efectivos, el entrenamiento ni el equipamiento necesario. Y el que estemos nosotros aquí puede que sea más malo que bueno. Si han seguido la trayectoria de caída de las cápsulas no creo que tarden en rastrearnos y dar con la ubicación de vuestro campamento. -

Adrieira se asoma al exterior de la tienda y mira al cielo, da un suspiro sintiendo la brisa en su rostro y vuelve a entrar.

- Bien, propongo lo siguiente. - 

Mira a Teclar. 

- Nosotros seis podemos ir hasta una antena de comunicación, infiltrarnos y mandar un mensaje. Pero para eso necesitamos saber que opciones tenemos. La antena que usó el teniente Obdris es un punto caliente. ¿Hay alguna otra antena cerca? Necesitaremos mapas de la zona y toda la información del lugar donde están. - 

- Vosotros tenéis que prepararos. Contad con que en 24 o 48 horas el enemigo puede aparecer, preparad defensas, avisar a vuestros soldados. Si tenéis algún lugar al que escapar o guareceros hacerlo. Si no hacer que este lugar sea un jodido infierno para quien venga. - 

Adrieira golpeó la mesa con los nudillos. No tenían tiempo para descansar o recuperarse. Por desgracia el reloj era su peor enemigo. 

- Tenemos que movernos, y tenemos que hacerlo rápido. Cuanto antes avisemos, antes vendrán los refuerzos - 

La mujer bufa ante las palabras de Adreira

¿Has visto nunca lo que un acklay puede hacerle a una cria como tu? Pues nostros conquistamos estas tierras matando acklays y criaturas peores dice levantando la voz Si los esbirros del gobernador se adentrasen en la selva no saldrían con vida de ella. Lo han intentado varias veces y lo han lamentado. Solo pudieron quemar nuestras casas y nuestras granjas que estaban más próximas a las vias de comunicación. Bufa de nuevo Y entre nosotros hay muchos que fueron veteranos de las Guerras Clon ¿Acaso no sabias que Vendaxa es un asentamiento de veteranos? ¡El mismisimo emperador concedió a los veteranos del LXVI Cuerpo de Ejercito el derecho a colonizar este planeta! ¡Y no vamos a dejar que una maldita banda de holgazanes alienigenas nos heche ni que nadie ponga en duda nuestro valor! suelta esta preorata levantando la voz a cada palabra y al llegar al final practicamente esta gritando Además antes de poner en marcha cualquier plan Vash deberá decidir que hacer con vosotros.

Mientras la discusión entre Shandi y Adrieira sube de tono un grupo de cinco hombres entra en la carpa que ocupais. Por su aspecto adivinais que son también guerrilleros o insurgentes como Shandi Teclar. Aspecto algo desaliñado y capas de camuflaje aunque su manera de moverse y el aspecto impecable de sus armas, fusiles blaster algo anticuados, os deja claro que se trata de gente con experiencia militar. Dos de ellos se adelantan para acercarse a vosotros mientras el resto se sientan en las sillas improvisadas hechas de cajas de suministros.

Veis que de los que permanecen sentados todos mantienen los fusiles sobre sus rodillas, listos para abrir fuego. Los dos que permanecen de pie cerca vuestros os estudian antes de que uno de ellos levante una mano como pidiendo paz.

Mantengamos la paz Shandi con nuestros "huespedes" dice dirigiendose a la mujer Muchachos soy el teniente coronel retirado Spunns, antiguamente perteneciente al I Batallón, XVI Brigada dentro de la II División del LVXI Cuerpo de Ejercito. Recita su nombre y rango con la familiaridad de quien está acostumbrado a hacerlo Y actualmente soy quien lidera a las fuerzas leales al Emperador en Vendaxa y dado que estais en mi territorio ¿quienes sois vosotros?

Balon comenzaba a impacientarse por la desidia y el exasperante interés en pararse en menudencias cuando orden imperial en el planeta se había ido al garete y el destructor con toda su tripulación, a excepción de los presentes, se había ido a pique. 

-Supervivientes del Batalla de Bothawui-dijo Balon-Un destructor imperial derribado por la insurgencia rebelde.  Si no les importa, no estamos interesados ni en socavar su autoridad, ni en poner en duda su experiencia en combate. Tenemos  dos objetivos que en realidad se resumen en uno; informar de la caida de nuestra nave y restaurar el orden en el planeta y los llevaremos a cabo con o sin su ayuda. Preferiríamos que fuese CON su ayuda, naturalmente pero si no nos van a ayudar, nos las tendremos que arreglar por nuestra cuenta. Y creo que mientras no nos saquen de dudas a este respecto, no tenemos nada más que tratar.