Partida Rol por web

Tras ayudar a Eskol en su golpe de mano y hacerse con el control de los Leales de Mohc descansais durante un par de días. Durante estos podeis ver como el ambiente en el campamento se enrarece. Algunos de los guerrilleros desertan discretamente, algunos llevandose parte de los suministros, oiis rumores de que además hay algunos de los campamentos auxiliares que no han decidido unirse a Eskol en su ofensiva. Aún que menguadas las fuerzas guerrilleras resultantes parecen ser la porción más aguerrida.

Por suerte para vosotros el veterinario no ha desertado y os remienda. Aunque volveis a estar recuperados os fijais como ya presentais varias cicatrices, quemaduras y demás marcas del periplo. Vuestras armaduras han pasado del blanco impoluto a un mosaico de suciedad, rascadas, marcas de blaster y cuchilladas. 

Vuestra principal compañía ese par de días son los dos cazarrecompensas. Los conoceis a ambos algo mejor como para saber que sus nombres son Marden, el lider, y Iulte, el otro superviviente. Sorprendentemente bajo la armadura Marden resulta ser una mujer y Iulte un twi'lek al que le falta una cola leku. Afirman pertenecer al Clan Bralor y no parecen demasiado resentidos por la muerte de sus camaradas.

Finalmente tras la espera de tres días Shandi se os acerca para indicaros que partireis al día siguiente. Antes de partir Eskol os desea buena suerte y entrega un intercomunicador con la instrucción de no utilizarlo hasta que no recibais una señal a través del mismo. No os da detalles de la operación pero os indica que se pondrán en marcha un día despues de vosotros, así que teneis ese margen para negociar con el Hutt. Por lo demás os entregan algo de munición para los blaster, petajes de provisiones y capas de camuflaje con las que cubrir vuestras armaduras. Si os quitais los cascos quizás incluso podais pasar como granjeros humanos ante una inspección poco atenta.

El viaje a traves de la selva es tan penoso como se pudiera esperar. Insectos sin nombre zumban dia y noche, ramas y lianas entorpecen vuestro paso y el ocasional torrente de lluvia os empapa. Os lleva cuatro días más llegar hasta las envistas de la capital: Ciudad Vendaxa.

Desde la última colina observais la ciudad, partida a ambos lados de un rio de aguas marrones y rodeada por un circulo de fortificaciones mezcla de alambre de espino y barreras de hormigón pensadas para mantener a distancia a la fauna local.

En la ribera más próxima a vosotros un abigarrado laberinto de callejuelas rodea un, por ahora sin uso, espaciopuerto del que sobresalen varias torres cuadradas que soportan las baterías antiaéreas.

La orilla opuesta presenta un trazado más moderno, con anchas y rectilíneas avenidas así como la imponente y esbelta torre que aloja, según os indica Shandi, el palacio del gobernador y la codiciada antena de comunicación interplanetaria.

Llegados aquí Shandi os desea suerte y se dispone a marchar para volver a unirse a los distintos grupusculos de guerrilleros que, es de esperar, avanzan ahora dispuestos a infiltrar la capital.

La primera en tomar la palabra es Marden ¿No está mal verdad? La parte antigua data de los tiempos de la Antigua República. Lo llaman el Cuerno y es ahí donde el Hutt tiene sus tejemanejes. Al parecer los geonosianos compraban a buen precio las bestias nativas de Vendaxa y una colonia de cazadores creció en este lugar. No solía ser un mal lugar, aunque ha perdido completamente la cabeza. Y añade Para entrar hay principalmente dos posibilidades o entramos por la puerta y esperamos pasar desapercibidos o entramos por la puerta de atrás: las cloacas.

La mejor opción son las cloacas, no será la más agradable, pero si más segura. Creo que por la puerta principal llamamos más la atención, sobre todo si vamos todos juntos. ¿Que opináis? - pregunto a mis compañeros.

Habían sido días muy duros, pero el grupo ya estaba más allá de cualquier situación. Lo que habían superado los había unido, transformado y vuelto más fuertes.  Solamente era necesario mirar las armaduras para comprobarlo, incluso se notaba en la mirada de la gente del campamento, les respetaban.

Nox asintió a la opción del plan elegida por Ethan.

-Visto lo visto, es mucho mejor tener el factor sorpresa. Yo prefiero avanzar a través de las cloacas. Los pasillos con poco espacio y combates igualados son lo nuestro. De la otra forma estaremos a merced de lo que decida el Hutt.

Balon asintió. 

-No podemos arriesgarnos a ser descubiertos. Toda la misión depende de que consigamos pasar desapercibidos y las cloacas nos ofrecen más garantías de conseguirlo. 

A Wexley le había sorprendido descubrir que bajo el casco de Marden se encontrase una mujer, sobre todo teniendo en cuenta que el cazarrecompensas había demostrado ser bastante competente e implacable. Supuso que probablemente se tratase de una guerrera de Mandalore.

-Las cloacas son la mejor opción -asintió el joven cadete, pensativo-. Si todos estamos de acuerdo en tomar ese camino, será mejor que nos pongamos en marcha.

Me muestro de acuerdo con mis compañeros sobre la forma de entrar en la ciudad.

– Si mejor no llamar la atención desde el primer momento. Podría ser que alguno de los desertores ya hubiera informado de nuestra presencia aquí. Shandi sin nosotros seguro que se desplaza más rápido y sus compañeros también deben serlo respecto a nosotros.

Me acerco a Adrieira, indicándole de hablar un momento de forma discreta.

Marden os hace un gesto y descendeis la colina mientras Shandi se aleja rumbo a la selva. Dadno un amplio rodeo os manteneis alejados de las murallas de Ciudad Vendaxa hasta llegar a una pequeña agrupación de arboles. Ahí Marden y Iulte señalan, medio escondida por la maleza una trampilla metálica.

Tras abrirla con un chirrido revela un circulo de oscuridad en el fondo del cual podeis ver brillar una capa de agua. Descendeis tratando de no torceros un tobillo en la caida para encontraros a un par de metros bajo tierra. El agua putrefacta os cubre hasta las rodillas y una leve corriente empuja hacia vosotros detritus que es mejor no considerar en exceso.

Los dos cazarrecompensas encienden un par de bengalas que iluminan el lugar, un ancho colector de dos metros de altura por cuatro de ancho y paredes de hormigón, y emprenden la marcha.

Los seguiis en parejas mientras Albrecht y Adrieira se quedan atrás.

Asiento a la idea de mis compañeros de ir por las cloacas y me dispongo a ir en cabeza, cerca de los dos cazarecompensas. Sin embargo Albretch llama mi atención. Le asiento y espero a que mis compañeros tomen la delantera para unos pasos por detrás caminar el uno al lado del otro sin perder de vista al resto del grupo.

Adrieira espera a tener la privacidad que parecía requerir la situación y sin dejar de caminar y mirando hacia delante pregunta...

- ¿Ocurre algo? -

Habla con cordialidad, el tiempo pasado con Albretch y sus compañeros ha forjado una camaradería que pocas cosas podrían romper. Es lo que tiene la guerra. Todo se vuelve mas intenso y es en los que te cuidan y miran por tí además de por si mismos en quienes encuentras a tu verdadera familia...

Balon tomó la delantera con su rifle apuntando al frente. Si los detectaban, aquel lugar se convertiría en una ratonera, de modo que era mejor extremar precauciones y actuar con celeridad si alguien notaba su presencia. 

Intentaba avanzar haciendo el menor ruido posible. Sin embargo era casi imposible no delatar su presencia mientras caminaban entre aquellas aguas inmundas.

Me amoldo al paso de Adrieira y le susurro.

– No tengo ninguna prueba, pero no confió en los cazarrecompensas. Hemos matado a compañeros suyos y al parecer no les importa. – Encogiendo los hombros en señal de incredulidad. – O están fingiendo para vengar sus muertes, o si tenemos que luchar sólo se preocuparan por ellos mismos y la mejor opción. Por nosotros no se arriesgarán lo más mínimo.

Adrieira asintió.

- Estoy de acuerdo. Al fin y al cabo esta gente se mueve por el dinero. Eso es bueno para nosotros por ahora. Vamos a ver a un Hutt. Querrá sacar tajada y tendremos que ofrecer algo que esté en la mano de unos cadetes. Los Hutt no son tontos, sabrá que podemos y no podemos ofrecerle. - 

Se quedó un momento pensativa mirando a los caza recompensas y volvió a hablar a su compañero.

- Espero que sea suficiente con que si sobrevivimos hablaremos de la gran ayuda prestada, y que sin ella no habría sido posible derrocar al gobernador traidor. Que el imperio te deba un favor no es poca cosa - 

- Además, esos mercenarios nos han visto luchar. Saben que no somos palabras y promesas vacías. Supongo que antes de presentárnoslo le pondrán al día de quienes somos. - 

Nox se situó a continuación de Balon, el avance por las cloacas no iba a ser lo más divertido que habían realizado últimamente pero mejor llegar al Hutt por sorpresa. Comprobó que el rifle estuviera en perfecto estado y lo colocó en su espalda. Había poco espacio para apuntar y disparar así que mejor tener las manos libres por si era necesario un combate cuerpo a cuerpo con el vibrocuchillo. Siempre estaría a tiempo de sacar cualquiera de las armas que necesitara.

Wexley caminaba a la par junto a Nox, armado con su rifle bláster y atento a cualquier sonido que pudieran escuchar más adelante. Las alcantarillas eran la opción más segura para poder llegar hasta el Hutt sin ser descubiertos, aunque el joven cadete no descartaba que también pudiera haber en ellas algún tipo de peligro.

Avanzais siguiendo a los mercenarios por entre las turbias aguas. Adrieria y Albrecht se quedan rezagados pero al cabo de poco vuelven a incorporarse al grupo. Un par de veces os pegais conta la pared cuando por las rejillas veis pasar un grupo de pasos, probablemente una patrulla. Veis también flotando un cadaver en un tunel lateral.

Tras andar un buen rato llegais hasta una escalerilla metálica. Veis que los mercenarios deben conocer bien ese lugar pues tenían unas capas almacenadas ahí y esconden sus distintivos cascos. Os hacen un gesto para que esondais las armas y les sigais escaleras arriba. Vais a salir a un estrecho callejón casi tan mugriento como la alcantarilla. Debe ser el Cuerno. El aire tiene el olor a comida rancia y a lo lejos se oye un par de voces discutiendo en un idioma alienigena pero con el tono facilmente reconocible de los borrachos.

Seguiis a los mercenarios por el laberinto de callejuelas, os cruzais con poca gente dado lo pronta de la hora pero aun así juraríais que cada par de ojos es el de un delator o agente del gobernador. En una esquina colgados de una farola hay el cadaver de un hombre y una muchacha, parecen haber sido ampliamente torturados antes de colgar como advertencia. Un cartel clavado en el pecho de él reza "IGUALDAD TOTAL ABAJO CON LOS ARRIBISTAS HUMANOS".

Unos metros más adelante veis lo que parece ser un corrillo de alienigenas contra una pared. Rodean a algo o alguien, las voces suenan gritonas y excitadas por algun tóxico. Veis que varios de ellos llevan una banda azul atada al brazo.

Los mercenarios siguen avanzando con paso rápido sin prestar, parece, mucha atención ni a los cadaveres ni al tumulto.

Yo observó los cadáveres por si puedo sacar alguna pista de ellos. Los observó de manera rápida para no llamar la atención. Observo el tumulto y veo que algunos llevan un distintivo azul. ¿Que o quiénes son? Al pasar sobre ellos intento ver qué es lo que miran sin llamar mucho allá atención ni perder de vista al resto de la expedición.

Asiento a Adrieira después de escuchar sus palabras y antes de unirnos a los demás.

Los cadáveres de aquellos dos humanos hacen que me reafirme en que debemos hacer todo lo posible para devolver al planeta bajo el control del Imperio.

El tumulto de alienígenas, después de encontrarnos los cadáveres, me hace temer que estén linchando algún humano.