Partida Rol por web

Hoban, Mike y Wyatt se encontraban en la cabina de descompresión de la escotilla de entrada. Se trataba de una pequeña estancia, de unos pocos metros de largo, con una salida en cada extremo. A su espalda quedaba la compuerta recién abierta que comunicaba con la Sky Surfer, atracada en el exterior, y frente a ellos la entrada a la estación. A su derecha asomaba un único panel de mandos, que controlaba la presurización y gravedad artificial de la cabina, una vez la salida se hubiese cerrado.

Tanto lío para nada. La puerta se había abierto sin muchos problemas, demasiadas precauciones para algo tán simple. Con pesadas manos cerró la salida de la cabina y comienzó a manipular los controles para quedar presurizados y al fin poder acceder a la base. - Esperemos que las cosas sean así de tranquilas. - El sabía que no lo serían, sabía que todo podría salir mal al girar la esquina, pero no podía dejar de querer darse un poco de confianza extra. Resignado esperaba que el proceso de presurización terminara.

-Shang di...+murmura por lo bajo, cuando al fin pueden entrar a la "acojedora" estacion... Gano el lado derecho, adentrandome primero en la nave. Mientras Hobang va tras de el, Wyatt cierra la puerta para permitir la prezurizacion...

-Espero que no tengamos que abrirla rapido para salir... +comenta con tono siniestro, mientras trata de echar un vistazo por la mirilla de la puerta que da acceso a la estacion en si+

Hoban, resignado se había hecho a un lado para permitir la perforación de la puerta por medio del brazo mecánico. Aunque nunca le pareció la mejor idea, finalmente no sonó ninguna alarma por la que procuparse. Hoban respiró durante unos segundos recuperando la compostura.

- ¿Ves algo Mike? - preguntó al Tahur con aire algo compungido. Después se giró hacia Wyatt, - Oye, se me da bien la infiltración, si necesitas que me adelante para investigar algo, que sepas que eso es lo que mejor se me da,... puesto que ahora no estamos en contacto con el capitán, te toca asumir el rango,...

La idea de dejar adelantarse al muchacho no era precisamente lo que más le agradaba a Wyatt. Pero sabía que este jovencito podría desempeñarse mejor que el para este tipo de "tareas". - Espero que no la cagues. - Una seca respuesta salió de su boca, era lo más alentador que jamás podría llegar a decir en momentos como este.

Wyatt manipuló los controles en la pared y los sistemas de la exclusa se activaron. Primero se encendió una tenue luz fluorescente en el techo, que parpadeaba de vez en cuando, como a punto de morir. Luego la gravedad artificial se activó, y los tres hombres notaron como se iban haciendo mas pesados poco a poco. En unos segundos sus pies descansaron firmemente sobre el suelo y volvieron a notar la incomodidad de moverse dentro de los trajes de vacío en un ambiente de gravedad normal. Por último se inyectó la atmósfera artificial la cabina, llenándola del vital oxígeno y alcanzando la presión adecuada. Los instrumentos integrados en sus trajes de vacío les indicaron entonces que el ambiente que les rodeaba era habitable de nuevo.

Por la pequeña claraboya de la puerta posterior Mike pudo ver un estrecho pasillo de aspecto oscuro y mugriento, alumbrado aquí y allá por tenues luces fluorescentes en un estado similar a la que se acababa de encender en la cabina. No tenía muy buen ángulo de visión, pero parecía que el pasillo se extendía a derecha e izquierda, probablemente comunicando con el resto de escotillas de anclaje. Al fondo conectaba con otro, mas ancho y aparentemente mejor iluminado, pero que casi no podía ver desde su posición. No parecía haber nadie cerca.

Mickey abre la puerta posterior con cuidado, haciendo un gesto a los otros que aguarden, mientras desenfunda la pistola... Lo hizo con calma y lentitud, dando tiempo a que si algo o alguien estuviera ahi, se manifieste. Incluso cuando estuvo del todo abierta, dejo pasar unos segundos con la puerta entreabierta.

Recien entonces, se aventuro al pasillo, echando miradas a diestra y siniestra. Mientras miraba y dejaba lugar a que salgan los otros, comento.

-Creo que no deberiamos sacarnos los trajes, si tenemos que salir pitando, sera un tema ponernoslos... Yo ire adelante, y creo que Hoban deberia venir detras mio, ya que sino te dejaremos atras si nos volvemos, Wyatt.. de acuerdo?

Camina hacia la boca del corredor, lentamente, casi pegado a la pared opuesta, y apuntando el arma precavidamente...

Nunca un camino iluminado y tranquilo, pareciera ser que en todo lugar que Wyatt entrara, tuviera que tener el mismo aspecto. Pero seguramente no sería emocionante si no fueran así las cosas. Sigue los pasos de Hoban y se queda con sus armas listas y algunas herramientas simples en el cinturón, como así una linterna a mano, enganchada en el traje.

Hoban tiene un problema, por un lado cree que es el más apto para ponerse delante, pero por otro lado, cree que habrá problemas y no quiere ser el que esté el primero en la línea de fuego.

- Está bien, iré justo detrás de tí, pero si necesitas cualquier cosa, cuenta conmigo...

Sacando una de las pistolas y agarrándola en la mano derecha, Hoban va detrás del tahúr, con la mano izquiera levantada y cerca de la pared.

La compuerta se abrió con un chasquido metálico y Mike se aventuró por el pasillo, hacia la boca del corredor mas ancho del que provenía la mayor parte de la luz. Inmediatamente después le siguió Hoban y por último Wyatt, cubriendo la retaguardia. Se les hacía bastante difícil caminar en silencio con aquellos pesados trajes, que chirriaban al moverse y los volvían algo torpes, pero como bien apuntó Mike la idea de tener que volver a ponérselos deprisa no era muy agradable.

Caminando lentamente por el estrecho pasadizo encontraron primero la entrada a otra escotilla de presurización, exactamente igual que por la que habían entrado. Estaba claro que todas las escotillas de la fachada de la estación daban a aquel pasillo, y de ahí al corredor principal. No se oía nada salvo el zumbido de los tubos fluorescente que les iluminaba y un rumor mecánico, a lo lejos, en el interior del asteroide.

Cuando estaban a punto de llegar al corredor principal el ruido metálico de una puerta al abrirse les hizo pararse en seco. Aunque no podían verlo, estaban casi seguros de que provenía del otro extremo del pasillo al que se acercaban. Acto seguido se empezó a oír un leve rumor de pasos, como si alguien se acercase. Un instante después se escucharon otros, mas a lo lejos y a la carrera, que también se aproximaban.

- ¿Que coño pasa Mike? - dijo entonces la voz de un joven, que jadeaba al hablar. Probablemente fuese el que había entrado corriendo - ¡Jonas me dijo claramente que no me separase de las malditas prisioneras!

- ¡Silencio! - contestó una voz mas grave, probablemente de un hombre mas mayor. Continuó casi en un susurro:

- ¿Acaso no entiendes lo que significa "ha saltado la alarma de proximidad"?

Los pasos habían cesado.

Hago una señal de alto a los otros dos... Murmuro en voz baja, mientras me inclino para ofrecer menos blanco, apuntando la pistola a donde se sienten venir las voces.

-Compania...

Acaricia con suavidad el cañon del arma, antes de asirlo con firmeza, preparandose para abrir fuego en cuanto vea a alguien... Retroceder no tiene el menor sentido estando tan cerca.

Hoban trata de esconderse detrás de lo que encuentre a mano, siempre es mejor que le pillen preparado, lo que es obvio es que saben que estamos ahi.

En el fondo lo que más me alegra es saber que no son reavers...

Saca la pistola de la funda y espera a ver como actúa Kinney.

Escucha a los dos hombres hablando y de golpe el cese de ruidos, Quick y Hoban alistan sus armas y Wyatt no va a ser menos, toma su pistola y queda listo con el arma apuntado hacia adelante a lo primero que venga del otro lado, la adrenalina fluye por sus venas, esa vieja sensación que tanto le gusta vuelve a el.

Se hizo un silencio eterno, con los tres hombres enfundados en sus trajes de vacío expectantes, pegados a la pared.

- ¿Y por que te paras ahora? - resonó de nuevo la voz del mas joven. Se empezaron a oír pasos otra vez, acercándose apresuradamente a la boca del corredor - Aquí no hay nada, y Jonas y tu no sois mas que un par de viejos paranoicos...

De repente por el pasillo apareció una figura escuálida. Se trataba de un joven de unos 18 o 20 años, vestido con una camiseta de tirantes blanca, pantalones militares verdes y botas. Llevaba un viejo fusil en la mano derecha y una cinta roja en la frente, que le recogía un mugriento pelo rubio. Miraba hacia atrás, hacia el pasillo, diciendo:

- ¿Que clase de Ai Chr jze Se Duh Fohn Diang Gho se atrevería a adentrarse en el campo de asteroides sin conocer la ruta?

El joven no se había dado cuenta, pero a su derecha, a menos de 2 metros, Wyatt, Hoban y Mike se agazapaban contra la pared, con sus armas apuntadas hacia él.

- ¡Saul! ¡Buhn Dahn! - gritó la otra voz - ¡¡¿Que demonios haces?!!

*Se acabo el sigilo...

Mickey piensa mientras actua. Avanza un par de pasos rapidamente (los dos metros), llegando junto al distraido joven en un abrir y cerrar de ojos, poniendole la pistola en su cabeza de un modo muy explicito.

-Ni How...

Se coloca de modo que el cuerpo del muchacho le de algo de cobertura respecto quien este más alla en el pasillo, aunque estos perros bien podrian disparar con su compañero en medio...

Wyatt al ver el rápido movimiento de Mickey, se pone a un costado, no quedando encimado de el joven y su compañero. Con su arma apuntando al otro hombre. - Grita y el muere. Ahora deja tu arma despacio en el piso y con los dedos lejos del gatillo. - No había mucho más que decir o hacer, pero siempre podría pasar lo inesperado.

Hoban permanece oculto por si acaso fuera necesario una intervención sorpresa, parece que por ahora todo está controlado por los compañeros, asi pues se limita a esperar por el momento.

Al ver surgir de la nada a Mike, el joven se quedó petrificado en medio del pasillo, con el gesto desencajado. En verdad no imaginaba por lo mas remoto que hubiera algún intruso en la estación, y aquello le había pillado con la guardia baja.

Su compañero, de pié a escasos metros, también se había quedado mudo. Era un hombre de unos 40 años, con el pelo canoso y un fino bigote, y vestía un viejo uniforme militar púrpura, raído y remendado. Con la punta de la boca sujetaba un cigarrillo medio apagado y entre sus manos sostenía un rifle de caza, amartillado y listo para disparar. La rápida acción de los intrusos le había sorprendido, pero no tenía aspecto de ser alguien que perdiese fácilmente los nervios. Pese al deplorable estado de su indumentaria Wyatt no tardó mas de medio segundo en reconocerla: se trataba de un viejo uniforme de la Alianza, estándar de campaña durante la guerra.