Partida Rol por web

Borkar Menk-Taldörin, corría sin perder fuelle a través de un largo camino... el sudor resbalaba por su metálica armadura, pero no había tiempo que perder... según el antipático comerciante con el que habló aquella misma mañana.. éste era el camino correcto y quería llegar antes de que se pusiera el sol.

También le dijo el comerciante que no le daría tiempo a llegar en menos de un día hiendo a pie, su palabras correctas fueron: Con tanta barriga y tan pocas piernas necesitarás una luna entera para llegar allí... y según su cálculo ya había recorrido 90 kilómetros de los 100 que le faltaban para llegar a "Refugio Seguro". ¡Que toda la familia de Moradín lo maldiga..! por ser rudo conmigo y no querer darme la información sin comprarle nada.

Justo llegó a una intersección en el camino... Rápido Borkar, derecha o izquierda.. sin detenerse miró el sol, olfateó el aire, comprobando que se había desviado hacia el sur y debía corregir su dirección hacia el noreste, eso significaba torcer a la izquierda... Así que cogió la curva a toda leche sin aminorar su carrera maratoniana cuando vio por el rabillo del ojo dos siluetas acercándose por el camino de la derecha... 

El enano se detuvo en seco.. sin darse cuenta de su velocidad ni de todo el metal pesado que llevaba encima: armadura, armas, escudo... de tal modo que se resbaló de manera patética, rodando por el suelo y golpeándose contra un pequeño árbol joven que se dobló hasta partirse... 

Intentó recuperar el aliento y miró hacia el cielo... las siluetas se acercaron hacia él y se quedaron mirándolo con extraño interés. 

- Ajajajajaja- rió a carcajada limpia el elfo al ver el golpe que el enano se había dado.

Debajo de la túnica se le intuía las ropajes propios de un explorador, llenos de polvo y sucios del camino. Y debajo de estos se veía una gruesa camisote de mallas. Atado al cinto asomaban dos mangos de espada, uno más largo que otro y a la espalda podía verse una mochila cargada con pertenencias y bártulos. Sin duda alguna este elfo era un hombre del camino y más que esto, de los bosques.

Luego se dirigió hacia éste y ofreciéndole la mano para que se levantara le dijo.- ¿Estás bien amigo?- preguntó sonriente.

Una vez en pie, miró al enano en todo su conjunto, y al ver el sudor que le corría por la frente sonrió nuevamente.

- Hola, amigo. Mi nombre es Annael y este bruto que comparte el camino conmigo es Dench- se presentó-. ¿Se puede saber a dónde ibas tan rápido?- preguntó para iniciar la conversación.

El enorme semiorco se giro hacia Annael.

- ¿Se puede saber a quien llamas bruto?

Su músculos abultaban mientras sostenían el gran hacha con aparente facilidad, pero su mirada no mostraba hostilidad y si un brillo de astucia cuando pasaron del elfo al enano, examinandolo con interes y se dirigió a él.

- Llevas mucho metal encima, pero parece que te mueves rápido.

El enano aceptó la ayuda y se levantó quitándose el polvo y saludó con un gran estrechón de manos a la singular pareja... Mi nombre es Borkar Menk-Taldörin, viajero que proviene de los dominios de Turmish.

Respecto a tu pregunta Maese Dench, el hijo del dios Moradin Marthammor Duin me otorga su favor divino que me ayuda a recorrer ligeramente los caminos... 

Me dirigía a Refugio Seguro.. cuando me he topado con este cruce... ¿Podéis indicarme si iba en la dirección correcta?

Annael sonrió cuando Dench hozo referencia al adjetivo con el que le había nombrado, pero hizo caso omiso para que la discursión no fuera más allá.

- Pues tienes suerte- contestó el elfo al enano-. pues nosotros vamos para allá. Si quieres puedes compartir camino con nosotros- le ofreció.

- Tengo que comprar varias cosas y sé que allí hay un buen mercado de casi cualquier cosa- dijo sonriente mientras empezaba a andar hacia refugio seguro.

- Así que eres un clérigo de Moradín ¿verdad?- comentó Annael-. No conocía a ninguno- dijo sonriente el elfo.

Dench gruñó e hizo sitio al enano agradeciendo su civismo, no siempre compartido por otros, mientras caminaban a la par hacia la ciudad.

- Te he dicho muchas elfo, que si no ahorras dinero no compras una esposa ... ni si quiera alquilarás alguna hembra que te caliente el lecho. ¿Que quieres comprar?

En realidad después de mis altercados con la iglesia de Moradin por una estúpida injusticia, abracé la fe de Marthammor Duin*.... Dijo el enano como si hablara de asuntos triviales.. 

- Nooo, no quiero casarme con una mujer y mucho menos tener que mantenerla... y muchíiiiisimo menos mantenerla a lela y a una prole de niños, quita, quita- dijo el elfo con cara de asco-. Y lo de pagar por una moza... hombre, no es que no lo haya hecho, que sin duda siempre lo hago de una u otra forma, pero prefiero no pagar... y me va bien- dijo el elfo sonriente.

- En cuanto a ti, ¿Borkar?, aun no nos has dicho que vas a hacer en el último refugio- dijo levantando las cejas-. No me malinterpretes, que no quiero sonsacarte información, si no que me parece algo curioso, más si cabe teniendo en cuenta las prisas que tenías- termino sonriente.

No te preocupes orejas afiladas de lengua roma... dijo acariciándose la barba con una sonrisa al ver la amistad entre los dos compañeros y el asunto tan trivial y divertido que se llevaban entre manos...  En realidad quería llegar antes de que se pusiera el sol sólo para joder a un Comerciante que me ha dicho que no llegaría en un mes. No tengo ningún sitio a donde ir, después de que el parlamento político de Turmish me exiliara del terreno hasta nuevo aviso. Así que ¡ala! ¡vayamos a emborracharnos y a buscar mujeres solteras para el elfo!

- Me gusta la idea, enano- dice sonriente el elfo.

- Vayamos pues... y mejor corriendo,así matamos dos pájaros de un tiro, primero le ganas la apuesta al comerciante y luego buscamos mujeres guapas para mí...lo de que estén solteras me da igual...siempre que no esté el marido por las cercanías- dijo guiñándole un ojo al enano.

El semiorco sonrio. Su aspecto empeoró al mopstrar todos sus dientes.

- Me gusta como piensas Borkar. A veces hay que demostrar de lo que es capaz uno. Y lo de las mujeres ... casi mejor buscamos para todos, que algunas no querran los encantos afeminados de Annael... ¡¡Por favor!! Si se baña casi todos los dias ...

Tsk tsk tsk... dijo el enano negando con la cabeza... Tampoco conviene evitar el agua como si fuera la bilis de Szas Tam... Es mejor tenerse que duchar una vez a la semana que tener que recurrir a un clérigo para sanar la peste pulgosa... ¡No te imaginas el trabajo sucio que ello me ha acarreado a lo largo de mi vida!

- ¡Una semana!- dijo Annael mirando al enano-. Ya decía yo que el olor esta vez no provenía solo de Dench-. dijo en un susurro.

Perdone su majestad... dice el enano haciendo una reverencia y con mucha guasa.... quizás no todos tenemos un esclavo en nuestros viajes que nos ducha y nos cepilla el pelo... 

A veces me paso semanas enteras andando por tierras desoladas sin ver a una sola persona.. imagínate una ciudad o un pueblo con buenos servicios... ¡Por los sobacos de Mordaín, que en muchas ocasiones hubiera matado por un baño con sales!

Dench miraba a ambos mientras resoplaba agradeciendo la conversación mientras caminaban.

- Borkar, se puede echar de menos una buena cerveza cuando esta en la naturaleza, libre de los hedores de las ciudades ... pero un baño ... esas son cosas de blandos y me lo esperaba de Annael, que es un excelente guerrero a pesar de su sangre elfa, pero de un enano esperaba algo más contundente.

Una sonrisa ladeaba daba a su charla un aire guasón.

mmhhhh sonrió el enano mientras se paraba poniéndose los brazos en jarra (de una manera muy graciosa que sólo los enanos pueden hacer) y mirando al orco de arriba a abajo.. cuando el gusano de río te entre por el pene y ponga huevos dentro de los tuyos... no me pidas un conjuro de sanar... pues más vale prevenir que curar.

El semiorco río mientras palmeaba la espalda del enano.

- ¿Has dicho pene? Al final elfos y enanos no sois tan diferentes ... pero no te preocupes. No me acercaré al agua. Vamos que le daré menos oportunidades a ese gusano de colarse por donde no debe.

En el borde del bosque de Hulak y el paso de los picos del Trueno, un pequeño pueblo se ha hecho un hueco de renombre entre los aventureros y comerciantes que transitan la ruta entre las dos grandes ciudades de Arabel y Altaluna en la región de Cormyr, se llama Refugio Seguro. 
Un muro de piedra de medio hombre de altura sujeta una empalizada que se eleva hasta los 3 metros. A lo largo de los años los distintos aventureros han aportado su propio equipo y conocimiento al lugar para hacer de aquél lugar de campamento un sitio seguro ante monstruos y bandidos. Distintos símbolos de Dioses y runas mágicas están grabados en la madera de la empalizada para impedir que arda o se pudra, encantamientos de protección impiden el paso mágico o dimensional a cualquiera, plegarias a Tymora, Diosa de la fortuna, ayudan a los aventureros en su viaje, conjuros de luz, proyectiles mágicos o tormentas de hielo están disponibles para que cualquier hechicero puede utilizar como un pergamino para la defensa de Refugio seguro.

Una torre de madera vigila desde el centro del pueblo los accesos tocando la campana si hubiera peligro o se necesitara ayuda. Todos los aventureros y fuerzas de las caravanas se unen como uno solo a la defensa y es una fuerza a tener en cuenta. Pocas criaturas pueden amedrentar a Refugio seguro.   

Dentro la vida es como un gran mercado. Las distintos carromatos de mercaderes exponen sus productos antes de cruzar los picos del Trueno y grupos de aventureros de las mas variadas razas se arremolinan delante de objetos mágicos, pociones curativas o armas relucientes. -Cuerdas, yesqueros, mantas, antorchas-grita un mercader del norte por el acento. -Las ganzúas a mitad de precio que en Arabel-grita otro. Todo es bullicio y las posadas siempre están llenas y con camas disponibles para los aventureros heridos o cansados.

Esto es refugio seguro, un campamento de aventureros que creció hasta hacerse un hueco entre el bosque infestado de monstruos. La vida aquí es segura y nadie se mete con nadie. Un gran lugar para encontrar nuevas aventuras con nuevos compañeros. 

El albor de la mañana os despierta en el pueblo y pronto comienza una frenética actividad.

Los herreros y armeros golpean incesantes los yunkes, los carromatos traen y llevan especias, telas y heno. En el barrio de mercaderes comienzan a vender sus productos y grupos de aventureros salen de Refugio Seguro junto a caravanas de mercaderes.

Al final habéis dormido en el una posada económica llamada "La copa vacía", excepto Xiombarg, que se quedó al cuidado de una encantadora dama de compañía en la Teta de la Diosa. El sol se eleva radiante y amenaza un buen día de temporada para los aventureros.