Partida Rol por web

Mientras los "soldados" de Tangrem hacían las guardias, Onfale trató de reunir a los que hasta ahora habían formado parte del Aquelarre de Hala.

- Bueno, pues toca tomar decisiones. No podemos alargarlo más. Leiath ha expuesto ya su decisión pero creo que no es bueno tomar decisiones en caliente.- Era trabajo de Onfale mantener la cabeza fría.- Sobre todo hay que sopesar los riesgos de nuestras decisiones. Si decidimos volver a Krezk debemos de saber que no tendremos guía y que no sólo será peligroso, como hasta ahora, sino que puede que no lo consigamos. Aún así yo estoy dispuesto a intentarlo si es al lado de la Bruja de Hala.- Era mentarla y brillarle los grandes ojos negros de manera especial. No era bueno mostrando cariño pero aún así tomó la mano de Leiath entre la suya, un pequeño instante.- He sido esclavo más años de mi vida de los que he sido libre. Si muero sin amo es algo que ya habré ganado.- Lucharía con todas sus fuerzas por sobrevivir como había hecho siempre.- No creo que esta comitiva tenga posibilidades de rescatar a nadie sin nosotros.- Sentenció. Por lo tanto, para Onfale volver a Krezk sería como ir para atrás para tomar carrerilla y empezar con un impulso renovador. Quizá no inmediatamente pero, si Viktor Watcher no era traído por Fosco, Lovina tendría que asumir que seguiría desaparecido.- Ahora bien, si Gloria lograse volver. Eso cambia un poco las cosas a mi juicio. ¿Queremos regresar a Krezk o salir de las brumas con más posibilidades? Esa es la verdadera decisión. Si Gloria regresase sana y salva podríamos acompañar a la comitiva hasta un lugar seguro. Allí contratar nosotros otro guía vistani para regresar o ya plantearnos si tratar de cumplir la misión por nuestra cuenta como accedimos a hacer. ¿Qué opináis?

Flame se quedó anonadada al ver lo que acababa de pasar. No podía creerse que las palabras de Onfale, su intento de engaño y la intimidación de Aire hubieran caído en saco roto. Estaba claro que el mediano tenía la suerte de los de su raza y ahora la mayoría de los viajantes estaban de su lado. 

Flame negó con la cabeza repetidamente, llevaba a Ayash en la mano y se acercó a gran velocidad hacia Fosco. Quizá pensó que le fuera a atacar, pero no fue así. La mujer rubia hincó la rodilla en el suelo y dejó a Ayash a los pies del mediano. Qué Hala nos pille confesados. Murmuró. 

Fosco, de ahora en adelante tomas las riendas de la misión. Tú serás nuestro líder y tanto Ayash como yo estamos a tu servicio. Tenía razón, la rubia no tenía dotes de liderazgo, ni tampoco tenía el don de la palabra. Jamás había conseguido que nadie la hiciera caso, así que sería mejor ponerse del lado del más fuerte. Y en este caso era el mediano. Pues todo el mundo sabía que las palabras podían más que las espadas. Suspiró molesta por tener que haber llegado a esa situación, pero no le quedó más remedio. Tras esas palabras, su brillo volvió a cubrir a Fosco, volvía a ser un aliado. 

Después Leiath entró en cólera, enfadada por lo que acababa de pasar. La chamán volvió a agarrar el espadón y ahora sí que se movió a toda velocidad contra la bruja. Junto a Ayash ambos agarraron a Leiath, apuntando con una mano a su estómago y con la otra agarrándola por el cuello. Miró a Fosco y le guiñó un ojo. Confiaba en que ese acto sirviera para que comprendiera que por desgracia, se había terminado por poner de su lado. Temía a las brumas mas que nada en este mundo. Ya había muerto una vez, y a punto había estado de morir de hambre por culpa de esa oscuridad abrumadora, no volvería a vivir algo así. Estaría del lado de quien pudiera guiarle, y en ese momento era Fosco.

Leiath, pérdoname. Le dijo cuando tenía a la muchacha agarrada, quería aprovechar ese momento para poder hablar con ella sin levantar las sospechas de Fosco. Pero esta es la única oportunidad que tenemos de librarnos de este falso Fosco. Creo que efectivamente se trata de Milo, y si no es él, este Fosco se ha vuelto malvado por las brumas. Sígueme la corriente, que piense que estoy de su lado. Siento si te estoy haciendo daño, pero avisa a los demás. Fosco no llegará a ver el siguiente día. Me encargaré de matarlo si hace falta. Y espero que ni tú, ni Hala, me detengan. Hay que matar a los malos, y me temo que Fosco ya no es el mismo de antes, las brumas lo han cambiado. 

Las palabras de Onfale y Leiath llamaron la atención de Jad, para ver ante sñi, para su mayor asombro, la extraña y repentina reacción de Flame.

¡¿Qué coño es eso?!

Como porimpulsado por un resorte, el joven se incorporó.

-¿Pero qué haces?-Dijo como reflejo a la acción de Flame. En su rostro se veía claramente la más absoluta mueca de incomprensión y rechazo.

A pesar de todo, Aire, al ver cómo el mando pasaba a manos del mediano, le dio igual. Iba a mantenerse exactamente igual. ¿Le habían dicho que era una invitada, no? Pues como una invitada iba a actuar. Quizá taciturna y borde, pero invitada al fin y al cabo. Sus servicios mágicos se pagaban, si a alguien le interesaba, y si no, pues que cada uno se las apañase como bien pudiera.

Se encogió de hombros. No le iba a seguir el juego al mediano. En cuanto tuviera oportunidad, dejaría esa campaña, que se perdieran en las Brumas y se pudrieran en su interior. Desde luego, si el mandato de Onfale hubiese sido penoso, habría reconocido a Fosco. Pero tomar el mando de esa manera... No, en absoluto. No podía contar con su apoyo.

Tras el enfado de Leiath, le hubiese gustado apartarla y hablar con ella. Explicarle la tontería con la que acababa de amenazar, hacer que entrara en razón para que no se fuera de esa manera, pues la llevaría a una muerte segura, por mucho que Hala la protegiera. Pero no tuvo ocasión.

Lo siguiente que vio la dejó paralizada. Por un lado, por la sorpresa; por otro, por el asco. Flame, como si fuera una mercenaria, había dejado caer su espada a los pies del mediano, ofreciéndoles sus servicios. Tanto hablar de amistad, de seguir a Hala y esas mierdas, para acabar arrodillada. Con cara de no comprender absolutamente nada, Aire se iba a apartar discretamente con Onfale, cuando la mujerona se lanzó a por Leiath, como queriendo hacerla pagar lo que había dicho. Y eso enfureció a la hechicera.

¡BASTA! ¡SUÉLTALA! gritó, considerando que Flame ya no era una aliada, si no una enemiga. La magia recorrió el cuerpo de la joven y las yemas de sus dedos se tiñeron de rojo. Cuatro dardos salieron disparados desde su mano hasta la cara de Flame, exigiéndola que soltara a la seguidora de Hala.

Ya iba a reclutar al Aquelarre para dilucidar cuando Flame amenazó a Leiath. El corazón, al que pocas veces hacía caso, se le encogió.

- No se te ocurra... volver... a ponerle... las manos... encima.- Ira, rabia contenida. Ni siquiera supo cómo pudo contenerse para no  desenfundar su estoque. Los dedos de las manos ya adoptaban un mudra dispuesto a cumplir sus amenazas si Flame volvía a tocar a Leiath o a algún ridículo monigote del mediano se le ocurría participar.

La sorpresa de ver a Flame lanzarse sobre ella fué mayúscula. Pero fuera de todo prognóstico, la cara de la bruja no mostraba miedo.

No! No ataqueis!- intentando así que parasen los ataques o posibes represalias sobre la mujerona- Solo está confusa! Dejádme esto a mí!

Las palabras de Onfale siseaban y le tentaban a darle un escarmiento. Parecía que le amenazaba, pero esto estaba a la libre interpretación. Por ello, lo mejor sería dejarlo pasar y así relajaba sus pequeñas manos. No hubo réplica para él, sería mejor dejarlo estar. Había sido una tarde con demasiada pasión y parecía que se podía respirar toda aquella tensión. Y así fue cuando Flame fue directa hacia él, su mano instintivamente se posó en su estoque. No es que el estoque le fuese a servir de mucho, seguro que Ayash lo partía por la mitad, pero al menos no daba la impresión de ser débil. También tenía su broche funcionando que le garantizaba cierta seguridad. Mayúscula fue su sorpresa cuando Flame hincó rodilla. -Sois más que bien recibidos en la compañía.- dijo a la rubia. Aquella inesperada reacción le garantizaba el éxito y le daba mucha seguridad. -Sé pagara vuestra lealtad y confianza con la misma moneda. Prometo protegeros como protegeré a todos los hombres de esta expedición.- decía confiado. Luego vio como la rubia iba directa a por Leiath. La rabieta que la bruja de Hala tenía se le antojaba como la misma que la de una niña enrabietada. La reacción de Flame no había sido la mejor. Ni le dio tiempo a recriminar esta acción cuando el harén de Onfale reaccionaba con la violencia que les era habitual. A ellos les importaba poco cuanto conociesen a Flame, habían venido juntos y la magia de Aire importaba contra la recién jurada guardia del mediano. Onfale daba lástima con sus palabras de rabia, nunca había sido un buen orador y por ello ahora lo pagaba en una posición menos protagonista.-¿Habéis terminado?- dijo con palabras autoritarias. Su ceja se levantaba. -Lady Flame, por favor, suelta a nuestra invitada. Lo solucionaremos de otra forma, confía en mi. Paga de esta forma la promesa que acabas de hacer.- decía intentando tranquilizar a la rubia. Seguramente el ataque de Aire le diesen ganas de devolvérsela, pero no era el lugar ni el momento. Esperó a que Flame soltara a Leith para proseguir. -Ha habido demasiada tensión en el día de hoy y en parte soy responsable.- decía sin quitarse las culpas. Realmente el culpable había sido Onfale al obligarle a coger las riendas de la expedición. Al igual que Flame, el mediano temía aquellas brumas. Sabía lo que era esta dentro de ellas y los peligros que conllevaban. -No han pasado ni cinco minutos desde que os pedí que os comportarás.... Hmpf.- dijo resignado ante aquella situación. -Empecemos.- a deshuesar aquella situación. -Contigo hablaré en privado.- le dijo a Flame. -Leiath, sólo te pido que hables con Onfale y acudas a su reunión.- dijo sosegado. -De todas formas, no puedo permitir que abandones sóla la expedición así como asi. Entiende que es peligroso y que esto supondría que tu muerte fuese culpa mía por permitir tal temeridad. ¿Lo entiendes?- le dijo enfatizando lo peligroso que eran las brumas. No estaban prisioneros, pero ir solos era una locura y lo más sensatos era quedarse en la siguiente ciudad como le proponía el mediano. -Onfale... tengo que subrayarte nuevamente el comportamiento. Esto es inadmisible.- decía con voz autoritaria y sin vaciles. Si aquel medio hombre se comportaba como líder del harén, debería asumir las culpas del comportamiento del mismo. -En cuanto a ti Aire, vuelve a usar la magia dentro de este campamento y serás expulsada.- dijo clavando sus pequeños ojos en la maga. -Si no sabes resolver los conflictos con la palabra, entonces mereces estar con los animales y bestias salvajes.- expuso firme y sin vacilaciones. No iba a permitir que se lastimasen entre ellos. -Y si tienes algún problema puedes marcharte ahora mismo. El que pone justicia aquí SOY YO y no tú, ni tan si quiera tu peluche. ¿Entiendes?- le seguía diciendo a la maga. -Yo hablaré con Flame, en privado ¿y sabéis por qué? Por que no se discute delante de los invitados. No formáis parte de nuestra expedición, sólo sois invitados. Sólo Onfale puede expresarme su opinión, porque los demás no tenéis opinión.- decía a los miembros del Harén. -No te incluyo.- decía mirando a Flame. -Ni a ti tampoco.- dijo mirando a Alice, no se había posicionado a favor de Onfale, por lo que el mediano interpretaba que iba por libre y que tenía su propia opinión. El resto de la comitiva eran peleles al servicio de Onfale y así era como les iba a tratar. -De hecho Alice, te proceso mucho afecto.- dijo a la maga roja. Antiguamente era una gran maga, no como Onfale. -No te dije nada antes, pero siento mucho tú pérdida. Te comprendo... Aquel pajarraco era un bocazas, pero...- se acercó a Alice para hablarle en la intimidad, recordaba a Rufus y la pérdida que le había causado esto. -Siéntete libre para decirme lo que sientas, si crees que me he equivocado, estaré encantado de hablarlo contigo... No se que te ha vuelto tan débil, pero tu llama aún no se ha extinto. Sólo necesitas volver a creer en ti.- decía con una sonrisa, intentando insuflarle ánimos. -Y ahora... no quiero réplicas. Ir con Onfale y mañana quiero la respuesta de tu harén.-  dijo a Onfale y se giró haciendo oídos sordos a lo que tuvieran que decir. Ya había escuchado demasiadas tonterías. Fosco se llevó a Flame a parte mientras inspeccionaba el campamento junto con Tangrem.

-No puedo reprocharte nada.- dijo con una sonrisa a Flame mientras andaban por el campamento junto con Tangrem ​-Pero intenta pensar, tenemos que estar todos juntos. Unidos y estas acciones sólo nos debilitan.- decía con confianza a la rubia. -Aún así, aprecio tu apoyo y tu firmeza.- no iba a castigarla, ni si quiera tendría palabras duras. La rubia acababa de posicionarse y no iba a despreciar su ayuda. Simplemente le haría ver que hay más formas de resolver los conflictos. -Bien, Tangrem.- dijo girándose a su mano izquierda. -Infórmame del campamento y su situación. ¿Cuántos hombres tenemos? ¿Qué armas llevan?- comenzaba a decir. Tenía que saberlo todo y planificar una línea de ataque en caso de peligro. Además junto a él, estaba una experta en el combate cuerpo a cuerpo. Quizás ella pudiese ser teniente o capitán, desde luego no sabía mucho de rangos militares y para el caso, poco le importaba. Desde luego Flame no era buena oradora, pero podía ser una magnífica estratega.

Los proyectiles mágicos de Aire evitaron y rodearon a Leiath para estrellarse contra Flame, hiriéndola moderadamente.

¿Qué... qué estamos haciendo? ¿Qué he hecho? Yo no soy así... son las Brumas. Son malignas, nos enfrentan, siembran la discordia entre nosotros...-teorizó Tangrem, tratando de autojustificar sus acciones.

No era cierto. Las Brumas no tenían ese poder. La única cosa con el poder suficiente para que acabaran así, era la propia naturaleza humana.

Flame miró a Jadewo que con sus palabras trató de detenerlo, pero no sirvieron de nada. Y entonces ocurrió algo que no se esperaba. Había sido consciente durante todo el tiempo de la bipolaridad o múltiple personalidad de la gran mágica de guerra que era Aire, junto a su osito, su magia era prácticamente mortal. Y Flame había recibido en su propia cara el poder de la bruja negra. El impacto fue demoledor e inesperado. Aunque también fue inesperado que el resto no hicieran nada más por impedir el ataque contra Leiath. 

Tangrem había dicho que las brumas los habían corrompiedo, pero eso es lo que ella había pensado con Fosco, pero se equivocaba. Ni era un impostor, ni tampoco su hermano gemelo. Flame no sabía si sería el mejor o el peor líder, pero lo que sí que sabía es que quería salvar el pellejo, y para conseguirlo lo mejor era estar cerca del mediano y del granjeado número de amigos que se había hecho. Ella no era precisamente de tener amistades, y tras el ataque de Aire lo había comprobado completamente.

En cuanto recibíó el impacto giró la cara para evitar mirar directamente a los oscuros ojos de la mágica. No quería mirarle a la cara, pues comprendía que Aire se sentía traicionada, pero tambíen se había sentido así Flame. No esperaba un ataque de semejante magnitud por parte de la que había considerado una igual. Aunque había que reconocer, que la mayor parte del tiempo la ignoraba, y la otra mitad se podría decir que la admiraba. No podía reprocharle lo que había hecho, pero dudaba qué es lo que habría hecho si hubiera sido otro el que hubiera atacado a la bruja de Hala.

Tras el impacto decidió soltar a Leiath. Una guerra entre ellos no iba a servir de nada. El verdadero enemigo estaba en las propias brumas. Así que soltó a la que antes había sido su amiga, guardó a su inseparable amigo y agachó la cara sin mirar a ninguno de aquellos a los que había considerado sus compañeros, incluso a sus amigos. Ninguno parecía comprender qué ese era la dirección correcta, y tampoco comprendían que ceder ante el orgulloso eunuco y no respetar la diplomacia del mediano era un error. 

Sin más se acercó junto a Fosco. Dejó que el resto del aquelarre se reuniera, y después ella se reunió con el que ahora era su nuevo líder. Luego miró a Alice, aún tenía interés en saber de qué bando pensaba decantarse. El resto ya lo habían dejado claro.

- Fosco, dijo mirando directamente a los ojos del mediano, quiero que te quede una cosa clara. Si ellos quisieran, si Aire quisiese, no tardarían en hacernos arder a todos. Aire es capaz de liquidarnos a todos. No la niña tonta que parece salir cuando estamos tranquilos, no, la Aire negra, la bruja negra que es capaz de calcinarnos e incluso de atacar a la que había considerado una amiga.

Sus proyectiles ha sido un toque de atención. Podría haber usado cualquiera de sus conjuros y haberme matado ahí mismo. Quiero pensar que aún hay alguna oportunidad de volver a formar un grupo. Pero creo que aunque lo más seguro es estar a tu lado, creo que no has hecho bien las cosas. No termino de entender las razones por las que has desprovisto de su liderazgo a Onfale. Pero lo que está claro es que el campamento te sigue a ti, Tangrem te sigue a ti, y muy probablemente si Gloria regresa, te siga a ti. Pero si nos atacan... dijo lamentando lo que podría ocurrir, o nos defienden, o moriremos. Ni Ayash ni yo somos dignos defensores del carromato. Y si a ellos les tratas como invitados, y no como gente a la que contratar, me temo que estaremos cometiendo un error. Temo por nuestra vida, sobre todo si no está Gloria. Aunque más temo a perderme en esas brumas y es lo que me da la sensación que va a terminar pasando. Quizá Hala les guíe, pero si ellos cambian de rumbo. Ellos morirán, y me temo que nosotros también. ¿Cómo pretendes lograr la defensa que has prometido al campamento? ¿De qué eres capaz para asegurar que puedes protegernos?

Leith se atusó las faldas, que se habían quedado de mala forma, cuando Flame la soltó. Quería ir a socorrer a la guerrera de sus heridas, pese a haberla agarrado por el cuello, pero se lo pensó dos veces, no sabía cómo reaccionaria a su contacto.

Bien, no queríasis reuniros?- interpeló a lo que quedaba de su aquelarre.

Flame se lo pensó, cambió de proceder, para alivio de Jadewo... de la mayor parte del grupo. Jad apreciaba a Flame, no pocas amenazas habían compartido estas últimas semanas, y había podido confiar en ella. Pero al igual que al guerrero arcano, esta situación la había tomado poco preparada. Y fácilmente cualquier acción podía ser considerada un acierto o un error por el ojo ajeno, a pesar de las razones de cada cual. El arcanista también tomo nota del proceder de Aire.

Pero al fin, el peligro pasó de largo. Un momento de relaiva calma al fin. Ante las palabras de Leiath, asintió. Terminó de incorporarse y se acercó al rincón donde se acercaban Leiath, Onfale y las otras compañeras.

Fosco escuchó las palabras de advertencia de Flame. Tragó saliva al escuchar lo peligrosa que era Aire. No había visto lo poderosa que era. -Pues esperemos que nos nos ataquen...- Es lo único que podía esperar del grupo, un mejor comportamiento.
-Flame, yo no quería quitarle el liderazgo a Onfale, pero había muchas cosas que ha hecho mal...- dijo sincerándose con su segunda de abordo. -He usado mi diplomacia para granjearme la amistad de estos paisanos, por que sin comida no sobreviviría, igual así se apiadarían de mi... Aún así, la severidad de Onfale hizo que casi me desterrara. ¿Cuánto duraría en las brumas?- seguramente un minuto. -Era o coger el mando o morir...-y así es como ahora el mediano era líder. -Además, has visto a estos soldados. Onfale no se preocupa por ellos. ¿Has visto como atacaban? Debemos organizar una defensa mejor, aumentemos nuestras posibilidades. Que lleven lanzas y arcos. Que hagan pelotones. Confío en ti para esta tares...- decía a Flame. -Así aumentaremos nuestras posibilidades.- añadía.-Soy consciente. Sin ellos, tenemos problemas, pero...- dijo con una sonrisa. -También quiero que piensen por si mismos, parece que contigo ha funcionado... Quiero que cada uno exprese su opinión y no, la opinión de Onfale. ¿No viste como me acerqué a Alice? Intento dividirlos, para luego unirlos. Si les trato como invitados es para que me respeten, porque ahora mismo nos hallamos ante una de las más duras negociaciones. Tengo mucho que trabajar para unirnos a todos. Y eso es o trabajamos juntos o morimos todos. Si les digo que los contrato, Onfale me arruinará...- y no iba a permitir que Onfale le tocase el bolsillo. ​-Ahora mismo tienen que reunirse... La oferta que les propuse, no está mal. Les doy comodidades cambio de protección... Si viene algún monstruo, nos defenderán...- dijo a su compañera Flame. -Esperemos que mañana aparezca Gloria, eso mejoraría las cosas. En cuanto sepamos la decisión de Onfale, me citaré con cada uno de ellos. Independientemente de su opinión.- decía con una sonrisa. -La diplomacia es un trabajo arduo. Son negociaciones, es buscar los intereses. Con Onfale sabía que era o someterle o morir y no pienso morir. No pienso dejarme menospreciar ni arrastrarme con su yugo.- decía con llamas en sus ojos. -Confía en mi... y no te dejes llevar por las pasiones. Por favor, céntrate en que estos hombres mejores sus habilidades en el combate... Así estarás distraída. Yo me ocupo de conmover al resto del grupo.- y era un trabajo de vida o muerte. Los dos lo sabían...-Gracias, gracias por todo.- dijo finalmente. El apoyo de Flame haría que el grupo se confundiese, pensasen que era una traición, pero Fosco podía encauzarlo. Podía usarlo para conmover al resto. A Onfale, no. Él era un perro que se dejaría llevar por la voluntad del grupo.

Flame asintió ante cada unas de las frases de Fosco, no tenía mucho que añadir a lo que iba diciendo, pero escuchó algo que no le gustó. ¿Disculpa? Le preguntó pues pensaba que no había escuchado bien. ¿Quieres que me encargue de qué? No entiendo. Yo no tengo dotes ni de mando, ni de liderazgo, ni tampoco soy una guerrera. Simplemente soy un apoyo en el grupo. Yo no puedo sacarme de la nada, ni arcos, ni espadas, ni nada para aprovisionar a nuestros compañeros. Dijo encogiéndose de hombros.Tampoco sé de qué serviría que hicieran pelotones. Creo que los valoras más de lo que son. Dijo mirando hacia el grupo de campesinos. 

Te has ganado la enemistad del grupo, y con mi rabia yo también. He reaccionado mal. Dijo agachando la cabeza. Y es posible que ahora estemos todos en peligro. Como nos ataquen... dijo volviendo a preocuparse de por ello. Dudaba que el aquelarre se preocupase de proteger a cualquier seguidor de Fosco.

Luego volvió a escuchar otra gran frase de Fosco. ¿Comodidades a cambio de protección? No dijo nada más. Había tomado a Fosco como líder, y no debía cuestionar cada una de sus palabras. Ella ya no era así. Ya había perdido una vez la cabeza, y también se había perdido entre las brumas. No debía dejar que volviera a pasar algo así. Así que, simplemente le sonrió evitando entrar en un conflicto con su nuevo líder. Espero que lleves razón. Le dijo al concluir. Y que Hala nos pille confesados.

No puedo decir que no disfrutara al ver como Aire golpeaba con su poderosa magia a Flame, haciendo que soltara a Leiath. En esos momentos de tensión una decisión mal tomada podía acabar en masacre y Flame lo sabía bien. Onfale la miró con indiferencia. Le suponía una decepción pero no de la smayores.

- Vamos pues.- Respondió a Leiath observando que no tuviera marcas de las manazas en su níveo cuello.

Mientras los "soldados" de Tangrem hacían las guardias, Onfale trató de reunir a los que hasta ahora habían formado parte del Aquelarre de Hala. Por supuesto no estaba Flame ahora, después de su traición. La callada que había dado Alice por respuesta hizo que el perfumista tampoco se dignara a contar con ella. Si quería que se acercase pues sería bienvenida como hasta ahora pero el resentimiento que tenía hacia Alice por sus intentos de asesinato iba creciendo poco a poco con su actitud.

- Bueno, pues toca tomar decisiones. No podemos alargarlo más. Leiath ha expuesto ya su decisión pero creo que no es bueno tomar decisiones en caliente.- Era trabajo de Onfale mantener la cabeza fría a pesar de lo sucedido.- Sobre todo hay que sopesar los riesgos de nuestras decisiones. Si decidimos volver a Krezk debemos de saber que no tendremos guía y que no sólo será peligroso, como hasta ahora, sino que puede que no lo consigamos. Aún así yo estoy dispuesto a intentarlo si es al lado de la Bruja de Hala.- Era mentarla y brillarle los grandes ojos negros de manera especial. No era bueno mostrando cariño pero aún así tomó la mano de Leiath entre la suya, un pequeño instante.- He sido esclavo más años de mi vida de los que he sido libre. Si muero sin amo es algo que ya habré ganado.- Lucharía con todas sus fuerzas por sobrevivir como había hecho siempre.- No creo que esta comitiva tenga posibilidades de rescatar a nadie sin nosotros.- Sentenció. Por lo tanto, para Onfale volver a Krezk sería como ir para atrás para tomar carrerilla y empezar con un impulso renovador. Quizá no inmediatamente pero, si Viktor Watcher no era traído por Fosco, Lovina tendría que asumir que seguiría desaparecido.- Ahora bien, si Gloria lograse volver. Eso cambia un poco las cosas a mi juicio. ¿Queremos regresar a Krezk o salir de las brumas con más posibilidades? Esa es la verdadera decisión. Si Gloria regresase sana y salva podríamos acompañar a la comitiva hasta un lugar seguro. Allí contratar nosotros otro guía vistani para regresar o ya plantearnos si tratar de cumplir la misión por nuestra cuenta como accedimos a hacer. ¿Qué opináis?

Esperad antes de decir nada - dijo Leiath nada más escuchar a Onfale.- Aseguremonos de tener a la sabandija esa que se hace llamar Fosco a la vista pero lejos para que no nos oiga.

Una vez se aseguró de que el mediano o cualquiera de los miclicianos ahora a sus órdenes quedasen bién lejos, le dió la espalda por si dentro de sus habilidades maléficas se hallase la de leer los labios.

Entre susurros se dirigió a los allí congregados.

- Lo de Flame, es solo un engaño. O por lo menos eso me ha hecho entender cuando me agarró y se acercó a mí. Lo hace para vigilar a Fosco. Debemos seguirla el juego, supongo que ella sabrá sacarle partido.

Respecto a lo que dije antes del incidente con Flame, lo mantengo. Me niego a seguir a alguien cuyo corazón está emponzoñado.

Si no vuelve Gloria, tanto da que vayamos en una dirección como en otra. Si vuelve Gloria, todo podría cambiar. Quizá ella no tenga el seso tan blando como el resto de milicianos.

La guía era mujer, por lo tanto seguro que más sabia que cualquiera de aquellos hombres que le acompañaban y no se dejaría engañar tan fácilmente.

Al momento la jóven bruja pareció desinflarse como un globo. Agradeció la muestra de apoyo de sus amigos y apretó con fuerza (la poca que tenía) la mano que le tendió Onfale. Se sentía frustrada, pero ya no por haber perdido una guerra dialéctica con un ser malvado, sino por la pena que sentía por el destino de aquellos hombres que dicidiesen seguirle. Aquellos que habían dado la espalda a Hala sin pensarselo dos veces.

- Sea como sea, no acompañaré a Fosco sino es como él prisionero o yo prisionera. Ya ha hecho bastante daño.