Partida Rol por web

Los virotes se perdieron en la niebla, portando el mensaje de Onfale. Finalmente, no añadieron ninguna información ni petición en el texto, solo la numeración de las flechas, el ángulo y que iban en respuesta a la cuarta flecha disparada por... ¿Gloria? Tal vez.

La suerte está echada. Esperemos que alguna de esas notas llegue a Gloria.

¡Aaaaaah!

Los gritos les hicieron volver la cabeza. Las luces del flanco derecho no se habían quedado quietas. Cambiaron del rojo al azul, y volvieron a flotar alrededor de la luz danzante de Jadewo. Pero solo tres de ellas. Las otras dos se acercaron aún más a la caravana, y se acercaron a dos de los peones que portaban antorchas encendidas, sobresaltando a los dos hombres. Las dos luces no hicieron nada, tan solo flotaron hasta lo alto de las antorchas y se superpusieron a la llama de las teas. Uno de los hombres movió lentamente el brazo, y la luz flotó para mantenerse en el fuego. Por lo demás, las cinco luces (las dos de las antorchas y las tres que rodearon a la luz danzante) eran inofensivas.

¿Qué mierda está pasando?

El tomar la ballesta, los virotes, adoptar la posición deacuerdo a los grados para el disparo, precisó su tiempo. Durante el cual Jad estuvo pendiente de hacer bien los disparos, dejando alejadas las luces... por desgracia parte de estas se acercaron a la caravana y un grito alertó al guerrero arcano. Esgrimió de nuevo el escudo y a una orden la cimitarra voló de la vaina a su mano y se acercó a las luces sin dudar un momento...

El mediano escuchaba pasmado el sermón de la bruja del Hala y esperó a responder. -¿Acaso yo he amenazado a alguno de vosotros? ¿Un par de bromas merecen ese trato? ¿Una amenaza de muerte? ¿Y encima la sinvergüenza me pides ayuda? ¿Qué justificación tiene eso?- preguntaba el mediano -Qué me importa a mi las penurias que habéis pasado. Tuvisteis la oportunidad de escapar conmigo, decidisteis seguir. Fue vuestra decisión, no la mía. Yo no guardo ningún rencor a nadie y también he perdí a mi querido Rufus. ¿Acaso se lo eché en cara a alguien? Por supuesto que no pienso tolerar que me amenacen y luego me pidan ayuda, ¿por qué debo ayudarla? Yo no tengo tus credos.-

Ni tú piensas bien de mi, ¿acaso yo debo pensar bien de ti? ¿Por qué? ¿Por Hala una diosa a la que no conozco? Y más después de decirme esto. No vine aquí por ti, ni por el sin pene y su novio, ni si quiera por Flame. Vine por un amigo que me ayudó en una adversidad. Me salvó cuando estaba perdido y aún me reconoce no haberle ayudado.

En lo que se refiere a vosotros, creo que tu líder y sus sabandijas ya han decidido. No pienso ayudarlos hasta que os disculpéis.

¡Adiós!
 

El mediano seguía recostado en al caravana sin hacer el ademán de moverse. La bruja de Hala le llamó para charlar y por respeto y educación se acercó. Volvió con el rostro congestionado y enfadado. Aquel grupo no tenía salvación. -Onfale, después hablaremos de mis condiciones.- dijo el mediano al líder de aquel aquejare de brujas. Y volvió a reclinarse en una de las caravanas con su arco en mano.

Flame se giró para contestar a Fosco en lo relativo a haber retirado el brillo de él. Flame solo cubría con él a todas aquellas personas que consideraba aliadas, y todas aquellas personas que estuvieran a remar en la misma dirección y no a aquellas que lo único que hacían era mirarse el ombligo y tratar de llamar siempre la atención. 

La cara de Flame empezaba a hacer muestras de enfado, y Ayash empezaba a temblar por culpa de la ira de la chamán. Quizá alguien tendría que terminar interviniendo o Flame le rebanaría el pescuezo. Cuando le escuchó decir que no daba ni una sola flecha, la lagartona le dedicó una ácida sonrisa, tienes razón, si no me lo pides, no habrá brillo para ti, dijo encogiéndose de hombros, negándose a ser ella quien tuviera que pedirle las flechas o que él disparara pues seguramente fuera el mejor lanzador. A quien después miró con desaprobación fue a la bruja, que eso de tener orgullo no iba con ella, y pudo ver como le seguía el rollo al mediano. 

Después observó las luces que se movían en torno a ellos, le daba la sensación de que tuvieran vida propia, pero jamás había visto nada como eso, aunque empezó a pensar que más que magia, se tratase de alguna criatura traída por las brumas y que desgraciadamente puede que fueran... ¡espías!

¡Tened cuidado! ¡Estoy casi seguro que puede escucharnos, o incluso vernos! ¡Puede que se trate de espías!

Fosco, "por favor", dijo diciendo esas dos palabras con mucho rintintín, ¿qué tal si las sigues y averiguas hacia donde se dirigen? No lo decía en serio, pero le había colmado la paciencia, y quizá sería mejor perderle de vista entre las brumas, con la suerte que tenían los de su raza, terminaría encontrando el camino, sin duda. Leiath, dijo dándole vueltas, ¿tú sabes si son o no muertos vivientes, puedes expulsarlas?

Al terminar la corta conversación en privado con el mediano, la bruja regresó cerca del aquelarre. Su cara lo decía todo.

- He intentado que recapacite y deje esa actitud, pero solo me ha devuelto palabras cargadas de odio y orgullo.

El mediano debe dejar la expedición- dijo en modo tajante- cuando lleguemos al siguiente punto seguro. Es más, deberíamos hacer guardias nosotros y tenerlo vigilado, no vaya a ser que decida hacernos alguna jugarreta por el camino.

El malestar frente a la situación creada por Fosco la llenaba de amargura. Pero no podía dejarse llevar por ese estado ya que el 'camino seguro' por donde habían prometido llevarlos, no lo era ni de asomo e iba a requerir concentración absoluta.

Ahora, concentrándose en lo que les venía encima, y haciendo caso de la ocurrencia de Flame, observó las luces que se habían echado sobre los hombres. Serían luces fantasmales?

No eran muertos vivientes que Hala pudiese expulsar. Tampoco eran las luces danzantes de otro conjuro. Y para ser espías, no hacían ademán de huir para avisar a nadie.

Onfale, Alice y Jadewo, y en menor medida Aire, pensaron lo mismo: eran aberraciones. Fuegos fatuos, propios de los pantanos. Lo más importante a resaltar era que se trataban de seres inteligentes, que hablaban el común y el aurano. Es decir, podrían tener una conversación con las luces. Pero cuidado... los fuegos fatuos son seres malignos, que se divierten engañando a la gente que se pierde en los pantanos, haciéndoles que les sigan hasta arenas movedizas simulando a lo lejos ser luces de antorchas. Sin embargo, si trataban de advertir a sus compañeros de las cualidades de los fuego fatuos, podrían escucharles y no tomárselo nada bien...

Si la cosa se torcía, los tres sabían que los fuego fatuos eran inmunes a la magia, salvo proyectil mágico, laberinto y esos hechizos que lanzaba de vez en cuando Aire y que ignoraban las inmunidades mágicas: orbe de fuego, orbe menor de fuego, y sus variantes energéticas.

Otra de sus defensas estaba en su capacidad para volverse invisibles...

Sus ataques eran de naturaleza eléctrica. Se pegaban a sus víctimas, acercándose invisibles, y les electrizaban por contacto, aunque si lo hacían perdían su invisibilidad.

Alice y Jadewo también sabían de otro tipo de criatura que a veces se confundía con los fuegos fatuos: los nyzh. Los nyzh no hablan aurano, solo la lengua común. Se pueden hacer invisibles, como los fuegos fatuos, y también son criaturas de naturaleza malvada. Sus resistencias mágicas eran menores: sus mentes siguen siendo tan invulnerable a la magia como la de los fuegos fatuos, pero un lanzador de conjuros poderoso podría superar las resistencias al resto de conjuros.

Las formas de ataque de los nyzh y de los fuegos fatuos también difieren. Mientras que los fuegos fatuos lanzan descargas cuerpo a cuerpo, los nyzh desprenden parte de su plasma en forma de proyectiles mágicos. Es más, por su propia naturaleza, los nyzh pueden repeler todos los ataques de proyectil mágico que se les lancen y devolverlo con el mago infeliz que tuvo la ocurrencia de usar ese conjuro contra ellos.

Otra propiedad importante de los nyzh es que el fuego les cura. Es más, es su modo de reproducción: ganan masa crítica con las llamas y los conjuros de fuego, hasta dividirse en una mitosis que despide una lluvia de proyectiles mágicos en el momento culmen.

Mientras meditaban en ello, las criaturas luminosas de las antorchas podrían estallar y multiplicarse, matando involuntariamente a los heridos con una lluvia de proyectiles mágicos accidentales. Aunque podrían ser solo fuegos fatuos haciéndose pasar por nyzh...

De hecho, ni Jadewo ni Alice era capaz de distinguir si aquellos seres eran todos fuegos fatuos, todos nyzhs o un grupo heterogéneo de fuegos fatuos y nyzhs.

Fosco no logró ver através de la niebla si alguno de los virotes alcanzó distancias significativas, ni si alguno cayó al agua.

A la mente del guerrero arcano le vinieron posibles identificaciones con respecto a esos seres, peligrosos todos ellos.

-¡Sin fuego!

Fue lo primero que advirtió el joven, tanto por las aptitudes de Aire y de Alice, como su predilección a ellas.

-Chicas mejor ácido, en el peor de los casos el fuego puede hacerlos estallar haciendo aparecer más de ellos, y causando daño en la explosión.

Dicho eso el joven se adelantó hacia ellas, presto para hacerles frente.

Sin duda la rubia Flame tenía el periodo o quizás estaba embarazada. Seguramente fuese lo segundo esa vomitona que había lanzado segundos atrás no era normal y las idas de olla eran importantes. Tras amenazarle le pregunta por flechas, luego le quita el brillo y ahora le pide "por favor" algo. Realmente le pillo por sorpresa. -¿Qué?- preguntó con la ceja arqueada casi estuvo apunto de hacer lo que le pedía, pero luego se percató de que le tomaba el pelo. -Aham, entiendo...- y se recostó nuevamente en la carreta.

Onfale no dijo nada pero , al igual que Leiath, su rostro serio lo dijo todo. Asintió a la Bruja de Hala, harían guardias, y tomó una decisión. Estaba harto. Ya le había dado demasiadas opciones a Fosco. O daba un giro de 180 grados a su actitud o él mismo se aseguraría de dejarlo donde se lo encontró por primera vez: perdido en las brumas.

Que me perdone Nikeras. Espero que él sí pueda reencontrarse con el en ese infierno.

Lo que temía. Fuegos fatuos. Al parecer los conjuros, una voz más alta que otra, o con su mera presencia, lo único que hacía era agitar las brumas como si éstas fueran un avispero. Habiendo lanzado ya Jadewo las flechas sólo quedaba confiar en Gloria para que encontrara el camino de vuelta.

- ¡Espera!- Se abalanzó para cortar el camino a Jadewo quien ya parecía querer enfrentarse a aquellos seres.- Quizá ellos puedan decirnos algo. - Al menos podía intentarlo. Si la cosa se complicaba entonces podrían acabar con ellos. Aunque Onfale no conocía los datos que Jadewo decía sobre los fuegos fatuos, no le había pasado desapercibido que éstos se superponían a las antorchas que portaban los miembros de la expedición. Le hubiera gustado iluminar con su sapiencia a aquellos analfabetos pero tuvo que contenerse para no ser maleducado. Se acercó sin desenfundar arma alguna pero manteniendo una distancia mínima y una posición alerta. Hacía mucho tiempo que no ejercía labores de protocolo y menos con criaturas como aquellas. Al menos creía recordar que hablaban común.

- Qué sorpresa, ¡buenos días!- Comenzó a decir sin saber muy bien si era la fórmula correcta. No había tenido el placer de tratar con fuegos fatuos anteriormente.- Sólo estamos de paso por estos pantanos pero nos hemos detenido porque una de nuestras mujeres se ha salido del camino marcado. No la habrán visto de casualidad, ¿verdad?

La maga espero la reacción de los fuegos, si no entendían al eunuco probaría a lanzar un pergamino de comprensión ideomatica para intentar una nueva comunicación, si por el contrario atacaban lanzaría una armadura de mago.

Extrañada, la hechicera acompañó a Onfale para hablar. No se alejó tanto como hacía unos instantes para escuchar el ruido del agua, si no que se quedaron a una distancia justa para que nadie les oyera lo suficiente y que las brumas no les acosaran y les terminaran desplazando de la caravana.

Aire no dejaba de observar el rosto del eunuco, que tardó en empezar el discurso, claramente analizando la mejor forma de mostrar sus cartas. Sus ojos negros buscaban los del perfumista. ¿Cuándo habían hablado solos? Aire no recordaba ninguna vez. Quizá la infantil tuviera más contacto con todos, pero ella no tenía esa capacidad tan empática. ¿Alguna vez se habían considerado algo más que aliados? Desde que conoció a todos ellos, Onfale siempre le había resultado el más analítico y embaucador de todos, buscando evitar cualquier rivalidad para no hacer confrontaciones dentro del aquelarre. Aún así, ellos dos no habían tenido un trato muy extenso.

Tras pronunciar a Fosco, Aire sacó a relucir una sonrisa sarcástica. Estuvo a punto de dejar que la niña Aire saliera a la luz y que hablara tranquilamente con la "madre", pero sabía que un momento de descuido podría ser vital en esa situación si les atacasen.

Aire ha decidido dejar que Fosco crezca y se haga un hombre tras el primer comportamiento que tuvo con ella. Piensa que ha entrado en la adolescencia y que tiene que dejar que vuele alto. No se si se interpondrá en caso de que hagáis algo contra él, pero a lo sumo os pegará con el oso, sólo yo lanzo conjuros contestó al perfumista ante sus palabras sobre el mediano. Ella pasaba de tonterías y Fosco no le gustaba y le sacaba de quicio. No sabía nada de ese tal Milo, desde luego. No me hace gracia la idea de que Aire tenga dos hijos. Así que espero que no se junten.