Partida Rol por web

Pues empezamos bien.- Se había tirado un farol y ahora Leiath le confirmaba que lo del agua bendita no era algo tan sencillo. Si implicaba plata ya no le gustaba ala idea, pues nunca iban bien de dinero. Onfale era un administrador del Puño Cerrado.

- Supongo que nos apañaremos, igual.- No se imaginaba racionando agua bendita pero qué iban a hacer.- ¿Por qué no aprovechas para averiguar para qué coño la necesitan? Todavía no sabemos qué peligros nos esperan pero si la llevaban y la consideran importante por algo será.- Todavía estaba muy reciente la sustitución del líder de la expedición como para que Onfale preguntara demasiadas cosas a Tangrem. Seguro que Leiath conseguía llevarse mejor con él al principio.

La lectura de la carta de Lovina le dejó gratamente sorprendido. ¿En tanta estima le tenía la burgomaestre? Sólo la había conocido de niña, incluso la había amenazado de muerte, pero quizá su padre, aunque tampoco se habían llevado demasiado bien, le había contado maravillas de él. Mmmm, eso era interesante. Quizá si lograra encontrar a su perdido padre pudiera labrarse un próspero futuro.

Su exacerbado ego le impedía pensar demasiado en las otras opciones, menos favorecedoras para con su persona. No, tenía que se que él era el indicado para dirigir la misión. Volvió a releer la misiva centrándose esta vez en la parte que hacía referencia a el "asunto" de Tangrem. Habría que investigar un poco más al respecto.

-Eh, eh...- frenó a Onfale -Se te ha subido a la cabeza todo esto de ser líder, ¿no crees? Te has venido muy arriba. No sé que te has creído, pero iré a donde me de la gana...- Fosco había vivido una vida llena de caprichos. -En el pasado no recuerdo que te molestase ir por mi cuenta, de hecho creo que te interesaba hacerlo.- decía arqueando al ceja, ¿sería posible que aquel tipo ahora fuera de digno? -No te preocupes por mi, yo tampoco lo haré por ti.- y esa frase sentenciaba lo que había sido un trato del pasado. -¿Mandas a tu novia a proteger a Gloria?- preguntaba algo confuso, pero a la vez divertido -¿Siempre haces todo lo que dice? Es raro, ¿sabes?- decía a Jadewo señalando con el pulgar a Onfale.
El mediano veía a sus antiguos compañeros con bastante pena -¿Qué os ha pasado?- preguntaba a Flame, Leith y Alice. -Antes parecías una tía dura...- decía a Flame mientras negaba con la cabeza, nunca hubiese pensado que aquella mujer se dejase someter. -Tu antes molabas...- decía a Alice, nunca hubiese esperado eso de la maga roja, luego miró a la buena de Leith -Ehm... hola...- no tenía nada que reprocharle a Leith, ella siempre había sido así.

Onfale sonrió al ver la reacción del mediano.

- Claro que puedes ir donde te dé la gana, quien soy yo para impedirlo. Ya has oído a Gloria.- Dudaba que el pobre comprendiera más de dos palabras seguidas a pesar de lo terrible de su verborrea.- Puede ser peligroso.- Al meno así, si Fosco iba a donde se le antojase,pues era su voluntad, no tendrían que pagarle. Hacía mucho que ya no contaba con niñatos. 

Quien se acuesta con niños meado se levanta. Si no mira al Rey Bob.- Por supuesto ignoró las chanzas sobre la masculinidad de Jadewo. Había más de ella en un meñique del guerrero que en todos los medianos del mundo reunidos.

Flame miró a Onfale con gesto de reprimenda ¿a ella no le había mencionado como persona conocedora de las brumas? ¡Si allí fue donde conoció al grupo, especialmente a Alice que la salvó de morir de inanición! ¿Cómo era posible que se hubiera olvidado de ella? Y luego estaba Fosco, ése sí que era un problema. De hecho cada vez que interrumpía a Flame le rechinaban más y más los dientes. 

Flame no pudo evitar acercarse al oído del mediano, se agachó y le susurró unas palabras al oído.

¿Te acuerdas del enano ése sin nombre? ¿Ese enano tan repugnante e insoportable? ¿Recuerdas? Pues lo que le iba a hacer no tendrá nada que ver con lo que te haré a ti como no cierres esa bocaza. No hemos vuelto del mismísimo infierno para tener que aguantar aquí tus tonterías. Ya te dije que no me fiaba ni un pelo de ti, pero desde luego que aunque me fiara, no dudaré en cortar la cuerda cuando tengas ganas de ir a mear, y si me mandan ir a buscarte, Ayash te cortará la cabeza. ¿Recuerdas a Ayash? Pues no sé si recordarás mi dureza o no, pero te aseguro que te acordarás bien de la suya.

Su reticencia para con los de esa raza se veía correspondida con el hacer del tipejo ese. La insolencia y el descaro de aquel ser le asqueaba, y no estaba dispuesto a cargar con ella.

-Tú, mediano, tienes una lengua muy larga. No sé que crees que te da derecho para comportarte de esta forma, pero te aconsejo que continúes con esa actitud. Es el último aviso por mi parte, la póxima vez no serán solo palabras lo que recibirás de mí.

El tono era solemne y sereno, pero se adivinaba bajo ese tono poca paciencia. Una vez dicho lo necesario regresó al asunto que les concernía.

-Sin lugar a dudas sería un problema para la expedición que te pasara algo, Gloria.- Dijo mirando a la atractiva mujer.-Si te avanzas para explorar o para asegurar el camino, sería bueno que te acompañara alguien. Tanto Flame como yo podrímos hacer bien el papel de guardaespaldas.

Aire escuchó las palabras de Tangrem. Mentalmente, iba anotando el número de carros y para qué servía cada uno. Si hacía como que se caía y se torcía un pie, ¿le subirían en el carro de los heridos? A veces le daba pereza caminar, aunque por suerte Flame solía ir más lenta y gracias a eso podían ir a un ritmo menor. Pero aún así, esa expedición tenía pinta de dura, y caminar todo el tiempo con las brumas rodeándola no le apetecía.

Cuando quiso recuperar el hilo de la conversación, ya estaba hablando Gloria. Esa mujer le daba miedo, no le iba a presentar a Aristóteles porque seguro que le raptaba y le hacía cosas horribles y espantosas. Se quedó muy tiesa mientras les echaba la charla, y esas palabras si que quedaron grabadas en su mente. Todo fuera que se pusiera en plan maestra y les hiciera preguntas sorpresa o algo por el estilo. Con lo peligroso que parecía todo, no quería que la cortaran la cuerda en un descuido.

¿Has escuchado, Aristóteles? Tendremos que ir los dos a la vez al baño. Y no, se siente, a mi tampoco me hace gracia, pero a ti te debería dar más igual, que vas todo el día desnudo.

Frunció el ceño.

Si ese mediano vuelve a hablarme así, os juro que os abandono a todos en las Brumas. A él el primero-y siguió hablando, sin cambiar el tono-. Soy la que conoce dónde y cuando girar, en las Brumas, así que no queda otra que conducir el carro cebo, encabezando la caravana. Si os quedáis más tranquilos, Jadewo puede ir en el pescante a mi lado, pero os lo advierto: no seré su niñera.

No habrá que atar los carros hasta mañana por la mañana. Será entonces cuando me veáis manipular los cabos y os explique los nudos. Los caballos ya van provistos de tapa ojos... seguidme.

Gloria les llevó hasta la parte delantera de los carros. Se detuvo al lado de uno de los caballos.

Los caballos solo tienen vista lateral. Los tapa ojos les coartan su campo de visión de modo que solo pueden ver de reojo lo que hay ante sus hocicos. No reconocerán las formas completas de las criaturas que nos salgan al paso. Es como notar la presencia de alguien a tu derecha cuando estás mirando al frente: sabes que está ahí, pero no podrás verle con nitidez hasta que gires el cuello y lo pongas en tu campo de visión.

Con eso basta para que el caballo no se enfrente a visiones horrendas que lo alteren. Si les tapásemos los ojos completamente, avanzarían a la mitad de su movimiento, al igual que haríamos nosotros palpando a tientas en la oscuridad.

Recordaron (salvo Jadewo y Aire) su paso por Dorvinia y el Valle del Gries. En el camino de Vor Ziyden a Lechberg se encontraron a Madame Eva organizando a los refugiados, y el carro que llevaba Viktor Das Vracken para la gitana también estaba provisto de caballos con tapa ojos.

¿De dónde habéis salido?-preguntó sarcástico ante el comentario de Leiath-¿Soldados? ¿En serio? Ya no hay soldados. Ni ejército regular. Toda la región de Barovia está sumido en la anarquía. Krezk es la única ciudad que ha mantenido un poco la cordura. Muchos soldados fueron llevados hace años al Castillo de Strahd para mantener la seguridad de una boda de nobles que se fue al garete. Los que quedaron, o se convirtieron en señores de la guerra tratando de hacerse con el control de alguna ciudad, o desertaron por la falta de un Conde que les pagase su soldada.

Los hechiceros también han vivido tiempos mejores. En algunos lugares se les quema en la hoguera, culpándolos de todos los males. En otros, tratan de jugar a los aventureros. Por lo general tienen una vida corta. Mueren jóvenes. A vuestra edad, aproximadamente. Quedan pocos hechiceros en este mundo, y el que ha durado tanto es porque no ha salido de su torre en una gran ciudad y se ha ganado la vida creando objetos mágicos que vender a los mercaderes.

No... ni hechiceros, ni soldados. Los muchachos que vienen con nosotros son solo milicianos con instrucción precaria o guardias de Krezk que solo tienen experiencia patrullando las calles y mediando en disputas entre los vecinos. Lo mejor que pudimos conseguir. Por el amor de los dioses... ¡pero si yo era albañil! La Burgomaestre nos ha provisto de armaduras de cuero y lanzas, pero eso no nos convierte en soldados.

Trajeron un nuevo tonel para reponer al saboteado por Fosco, esta vez con agua normal para que Leiath lo fuese bendiciendo a lo largo del viaje. Sin más preguntas, la caravana se puso en marcha. El celo que mostraron con Gloria les llevó a tener a Jadewo a su lado en el pescante, y el resto a subirse a la parte de atrás de la carreta cebo vacía, con Fosco sentado bien lejos de Gloria para que no la provocase con ningún otro comentario soez. El segundo carro, el que transportaba material de acampada y utensilios, avanzaba con Tangrem caminando a su lado, vigilante, flanqueando el vehículo listo para defenderlo en caso de ataques.

Abandonaron las calles de Krezk, y tomaron por un camino que en unos breves veinte minutos les llevó a una explanada. Al suroeste había bosque; al nordeste había montaña; y al frente las aguas del río fluían bulliciosas.

Tangrem caminó hasta la altura del carro cebo y golpeó con la base del puño dos veces en los tablones laterales de la carreta, llamando la atención de Onfale.

Tenemos un problema, "líder". Ni la Burgomaestre ni yo tuvimos en cuenta la crecida del río con el deshielo de primavera. En estos momentos del año es demasiado caudaloso para cruzar. Podemos remontar el río hasta su nacimiento, por aquellas montañas de allí-señaló con el mentón-, pero yo sugeriría cortar unos árboles y hacer balsas para cruzar los carros al otro lado. Ambas cosas nos retrasarían más o menos el mismo tiempo. Aunque claro... supongo que vosotros podéis mover los carros hasta la otra orilla usando vuestra "magia", ¿no?

El joven asintió ante la propuesta de Gloria.

-Así lo haremos pues. Te acompañaré durante el viaje. Hay mucho que desconozco, pero aprendo rápido, y algunos trucos tengo.

Jad mantuvo la atención, en general, a pesar de las cirunstancias, no le desagradaba lo que veía escuchaba. Tanto Gloria como Tangrem, de momento, le parecían gente correcta, gente ordenada y con las ideas claras. Pero ante la observación de que los hombres armados no eran gente curtida en combate, y viendo su sencillo equipo, el joven frunció el cejo. Antes de subirse a los carros para partir, el joven propuso.

-Para todos aquellos que estéis dispuestos, si a pesar de los rigores del viaje os restan energías, me ofrezco para enseñaros algunos ejercicios y maniobras con las armas para daros alguna pequeña ventaja ante los peligros que os podáis encontrar en un combate.-El joven del guerrero se mantuvo serio.-Eso no os convertirá en guerreros, pero tal vez os de algunas posbilidades más de regresar con el pellejo entero a casa.

La comitiva se puso en marcha, y no pasó mucho más tiempo antes de que apareciera el primer de los obstáculos. Jad miró a Tangrem y a Onfale, así como a Gloria y a las chicas.

-Tal vez un disco flotante nos permitiera ahorrar el tiempo de buscar una ruta alternativa, o cortar árboles y fabricar balsas. O crear algún sistema de poleas con las cuerdas que traemos amarradas a un lado y otro del vado para afianzar el paso.

Propuso para dar alguna otra posibilidad ante el contratiempo.

- El mediano no forma parte de nuestro aquelarre. Como ha dicho él es libre y hace lo que considera oportuno. No es responsabilidad nuestra, Gloria.- Vaya recibimiento les estaba dando Fosco. Quedaba claro que no les había echado de menos durante su separación. La mestiza sería libre de lanzarle una mal de ojo para defenderse de sus agravios. Volvió a mirar a Fosco para dirigirse a él lo más calmado posible.- A ver Fosco. Aclaremos una cosa para llevarnos bien. Por supuesto que eres libre de ir donde te plazca...- Con un gesto rápido se retiró un mechón de pelo que le caía por la frente.- ...pero si vas a venir con nosotros en esta expedición, beneficiándote de su guía, sus provisiones, la protección que pueda darte, etc., tendrás que pasar por el aro, como los demás, incluido yo, el "líder".- Dijo con sarcasmo.- Si no, puedes volverte por donde hayas venido. ¿Que quieres seguirnos porque eres libre como un pájaro y nada te impide seguir a un grupo más numeroso que se interna en las brumas?Pues perfecto, pero no nos molestes. Si vas por tu cuenta atente a las consecuencias. Si quieres acompañarnos como uno más, sería estupendo pues toda ayuda es poca. ¿Queda claro?- Tras la conversación con el mediano realizada sin pudor alguno delante de todos, el perfumista cogió su estoque enfundado en la vaina y golpeó con fuerza uno de lso laterales de uno de los carros.

POM, POM, POM.

-¡Escuchadme todos un momento! A partir de ahora podéis dirigiros a mí por mi nombre, que es Onfale, muchas gracias.-  Con lo de el guardaespaldas de Gloria y lo de los caballos arreglados, el perfumista atendió a Tangrem y las opciones que planteaba para solventar el inconveniente que ni él ni Lovina habían sabido prever.

- La magia es caprichosa Tangrem. No es tan sencillo como desear que pasemos al otro lado y listo.- Onfale sopesó ambas propuestas y las palabras de Jadewo.- Por mi parte prefiero vadear el río, pero si creéis que podéis construir unas balsas seguras...- La idea de perderlo todo en el río no le agradaba nada.- ¿Qué opináis vosotras?- Se dirigió a las mujeres del aquelarre. De su magia también dependían las cosas, aunque solía ser más destructiva que otra cosa. Al mencionar Tangrem que él había sido albañil la opción de construir las balsas le iba pareciendo mejor.

Tú antes molabas… Las palabras del mediano golpearon a Alice como un mazo. Puede que por una vez el mediano tuviera razón. La maga roja había pasado por mejores tiempo, y desde que se había separado del mediano había sufrido muchas penurias, entre ellas dos resurrecciones, una bajada al infierno y demás penalidades que no merecía la pena recordar como la muerte de Hollín. Todo ello había hecho que el carácter de la maga se endureciera y que en su pelo rojo empezara a aparecer mechones de color plata.

"Los hechiceros también han vivido tiempos mejores. En algunos lugares se les quema en la hoguera, culpándolos de todos los males."  El comentario de Tangrem hizo que Alice recordara cosas pendientes que había dejado en Barobia, hace tiempo, hace mucho tiempo. Puede que este hubiera sido el final de su antiguo maestros, quemado en una hoguera por brujo. La idea le gustaba, pero implicaba que no podría vengarse en persona de él.

Podría convocar un muro de hielo en el río y crear una presa momentánea para permitir que pasara la caravana. Comento la maga saliendo de su estado de ensoñación.

Aire se subió al carro y se puso a jugar con Aristóteles en bajito, para no molestar a nadie. Algo le decía que esa expedición era muy seria y que sus juegos no serían muy bien recibidos. Es más, con la amenaza de que la podían soltar por cualquier lado y que la bruma se la comería, ya no tenía ganas de hacer nada que llamase mucho la atención.

Fue cuando el ex-lider le comunicó a Onfale el problema, que alzó la vista para mirar a sus compañeros. La idea de Alice era buena, pero también había que actuar con velocidad.

El problema de eso es que el agua seguramente desbordará por los lados le susurró Aristóteles y ella lo transmitió. No se si haciendo soplar un viento fuerte podremos desviar el agua. Quizá lo mejor sea ver el río directamente para poder determinarlo mejor, ¿no? La muchacha no sabía muy bien a qué se refería su osito con todo eso, pero ella lo dijo y se quedó tan feliz.
 

Jugando con la idea del muro de hielo, el guerrero arcano apuntó, mirando a la maga roja.

-¿Podrías usar el muro de hielo, no tanto como un dique de contención sinó como un puente, para cruzar por encima del nivel del agua?

Ante las palabras de Jadewo, Aristóteles le volvió a susurrar unas palabra a la hechicera.

Arist... Digo, que estoy pensando, que si lo usamos de puente, el hielo resbala, ¿no? Y con caballos y carretas, ¿cómo vamos a poder pasar sin caernos?

Ver el 'inmenso' barril de agua que se suponía tenía que convertir en agua bendita, le levantó dolor de cabeza.

No ayudó para nada la respuesta impertinente del anterior 'lider de la carabana' dejando claro que irían con una panda de ovejas a las que deberían protejer y que no servían para nada.

Pero finalmente, lo del problemilla sobre elcamino a última hora alegró a la bruja.

- Pero por qué tanta prisa? Dejémos que estos hábiles milicianos fabriquen las barcas, asi tenemos nosotros tiempo para preparanos algo mejor para la misión, no os parece?

Sí, podrían quizás quedarse en el pueblo, escribiendo pergaminos, bendiciendo el agua que necesitaban, mientras que se hacían las barcazas.

- Sea lo que sea, acerquémonos hasta la ribera del río. Dependerá de si es muy ancho o viene muy crecido.- La marcha tenía que continuar y hasta no tener todas las variables a la vista era difícil conjeturar la solución.

- Por cierto, Tangrem, ¿qué uso le dais a el agua bendita? ¿Por qué es tan esencial para este viaje?- Para el perfumista Leiath era como un libro abierto y leía en ella una gran preocupación por el tema de reponer el agua que el mediano había desparramado. Por su parte lo de que iban a reponerla sólo había sido una patraña para que la travesura de Fosco pasara como lo que era, una niñería.

Las palabras viles de Flame tocaron el corazón del mediano ¿Cómo se atrevía a hablare así? ¿Le amenazaba? Fosco se limitó a sonreirle y ya acostumbraba a que fuese la fortuna quien hiciese girar la rueda, no siempre le tocaría perder al mediano.
Por su parte Jadewo intentó dirigirse a él, pero sólo hizo un aspaviento con su pequeña mano y siguió sin prestarle mucha atención ¿A quién le importaba lo que tuviese que decir?
Por su parte el "Líder" hizo acto de presencia e intentó dar una pseudo charla pavoneándose ante el resto del grupo. Fosco no pudo más que evitar partirse de la risa en su cara, sólo su grandes dotes de diplomacia pudieron camuflarlo con una repentina tos. -Os acompañaré, siempre me quedaron cosas pendientes por esas tierras, pero creo no soy parte de tu séquito. No te pertenezco.- le dijo a un Onfale crecido en su actual puesto, además por aquella zona había encontrado numerosos tesoros. Hacía tiempo que nos e hacía con nada ajeno. -Mi ayuda no es gratis, mi compañía si.- y nunca lo sería para el ser que no tenía pene. Las baratijas con las que pretendía comprarle le sabían insignificante. Fosco no era pobre y podía pagar por aquellas minucias.