Partida Rol por web

Cuando la arpía Isidra se llevó a la Sabia Momia Peleadura, hubo consecuencias. La vieja kóbold era el receptáculo de toda la sabiduría acumulada durante meses.

La primera consecuencia es que había más carne de caballo para repartir. Seguramente no llegarían a tiempo de comerse a la Princesa Cortezas, y su carne se pudriría antes. El exceso de carne significaba que no había porqué matar a Nord el Chillón para hacer chorizos, cosa que el cerdito agradeció.

La segunda consecuencia es que nadie se sabía las estrictas leyes anti-inmigración de la tribu de los Mascapájaros, con lo que Klucky y Slorbo se pudieron quedar en la cueva.

La tercera consecuencia es que nadie recordaba cómo se hacían las elecciones en la tribu de los Mascapájaros, así que los tres ministerios pasaron de ser cargos electos a cargos vitalicios.

Pero ser jefes era aburrido. Por suerte, Klucky fue Consejero de Jardines, Parques y Festejos cuando estaba en la tribu de los Lamesapos. Malo sería que no fuese capaz de divertir a Cú-cú, Rashud y Smoralek con alguna fiesta, o quizás les metiese en algún berenjenal.

¡Dezpertaoz, zuz malignaz Majeztadez! Hoy todo eztá dizpuezto. He mandado a unoz kobolz con Nord para buzcar ricaz trufaz para loz paladarez exquizitoz de loz Miniztroz... Uzéaze, para vozotroz. Y hay trez tronoz en la tarima del exterior para que veáiz el ezpectáculo que hemoz preparado!

¿Zuz malévolaz Zeñoríaz tienen alguna petición ezpecial para el evento?

Klucky había logrado mantener los detalles de la fiestuki en completo secreto, pero por lo poco que habían averiguado los tres ministros, se trataba de una especie de feria del condado, pero sin condado. Si el triunvirato quería incluír alguna prueba o espectáculo en la apretada agenda del festival iban a tener que decirlo ahora para dar tiempo a Klucky a reorganizarlo todo.

Smoralek sonrió. Le gustaba aquello de ser jefe. La idea del Triunvirato había triunfado y se había demostrado que podía trabajar con Cú-cú y Rashud para conseguir objetivos comunes. Seguro que aquello incurría en beneficio de toda la tribu y los Mascapájaros acabarían haciéndose famosos y mucho más numerosos. Los kobolds de todo el mundo escucharían sus hazañas y viajarían hasta allí para unirse a ellos.

Sí, aquello era gratificante. Además la pérdida de la Sabia Momia Peleadura no había supuesto problema alguno para el guerrero del pantano.

Se desperezó con los gritos de Klucky y asomó el hocico cuando el Consejero de Jardines, Parques y Festejos les llamó a gritos.

- Su graciosidad Smoralek tiene sueño… - Expresó mientras se desperezaba y bostezaba.

- Quiero… quiero… - De repente una idea le vino a la cabeza. – ¡Quiero un concurso de ver quién aguanta más montado a lomos de Nord! – Exclamó.

- Si Nord se deja montar fácil siempre podemos hacer algo para encabritarlo y ver qué kobold aguanta más sin que Nord lo derribe… - Comentó pensando en quizá colocarle al cerdo bajo el rabo alguna de esas trufas explosivas que picaban condenadamente.

Sí, aquello podía ser muy divertido.

El joven cú-cú, miró a Smoralek y susurró - bsbs, que acaba de decir que Nord ha ido a por trufas - al pequeño kobold le molestó un poco que la arpía se la llevara a la momia, pues había quedado con las ganas de darle un par de multas o castigos o lo que fuera, por darles información a medias. Pero eso ya se le había olvidado hacía dos días, y relamiendo sus mandíbulas, se contuvo para no comerse los huevos y les dio dos a Rashud y dos a Smoralek, y se sentó él sobre los restantes, todo ello el mismo día en el que les nombraron jefazos por huevos y además con huevos de oso lechuza. De vez en cuando se miraba el culo, y no parecía ser por molestias hemorroidales, si no por ver si los huevos esos les faltaba mucho para eclosionar.

Ya tenían nombre y todo, su primer instinto de nombrarlos por números, se le olvidó por eso de no saber contar, pero tuvo otra idea genial, tenían dos para cada jefazo, porque por suerte hasta dos si sabía contar, podían tener un kobold lechuza como guardan cada día y el siguiente que era el séptimo - o treceavo o quinto, o por ahí, no seas tan rotundo que seguro que tampoco sabes contar,... - ... ... bueno, "por ahí" dormir de acampada, calentitos entre osos lechuza - te dije que ya no son osos, ¡son kobolds lechuza! No me lleves la contraria o te despido,... - kobolds,... lechuza,... (no quiero ni imaginar como sería esa aberración), también mantenía las pluma de la gallina como mantita bajo su culo para calentar mejor a sus futuras mascotas, por esas cosas de tener caballo para parar un oso lechuza adulto, la gallina pasó a ser desplumada y atada a un rincón para ver si daba huevos para tener pollitos y huevos para el futuro. Y sus plumas eran la mantita que cubría sus lechuzas mutantes.

Cuando Klucky preguntó, se le ocurrió que en vez de atar a la gallina, era mejor hacer un gallinero, como los del ogro - yo quiero concurso de montar gallineros, así luego nos robamos unas gallinas más y seremos la envidia koboldmundial. Y podemos retransmitirlo por la caja tonta, que ahora están de moda esos concursos, y seremos la envidia de los piernas largas. - una rísa maquiavélica salió de su hocico - o con que hagan un gallinero basta, y sin concurso, que tenemos a la caponata atada de mala manera...

Rashud estaba sentado en un gran asiento cubierto de pieles, estaba quieto, relajado acariciando distraídamente un menudo murciélago que le acompañaba desde hacía poco.

Era un bicho al que llamaba Mordisquitos y le acompañaba a todas horas. Tras la llegada triumfal de la gesta del Tripartito, Rashud se apartaba durante algunas horas del resto de la tribu para poder practicar con su gran poder mortal, lejos de las distracciones que ocasionaban el resto de los kóbolds Tras un par de días regresó con ese bicho, colgado de una correa que había incorporado en su indumentaria y que le bajaba por el hombro, pudiendola poner delante o detrás.

El caso es que mientras estaba relajado, sentado cerca del resto del Tripartito, una sonrisa lagartuna afloró en su semblante.

-Podríamos hacer un par de concursos, también para ver si hay algún kóbold que destaque por encima de los demás y nos pueda servir como guardaespaldas, sería interesante conocer las... capacidades de los distintos kóbolds que destaquen en la tribu.- Y en caso de que alguno destaque demasiado, pensar qué hacer con él, se está muy bien estando sentado aquí en el trono tras sudar sangre contro el Ogriélago como para que ahora venga un sustituto.- También podríamos hacer un concurso de chatis, para que las titis compitan con sus encantos para ver cuales de ellas tendrán el privilegio de poner los nuevos huevos del poder jejeje.

Una cara babosa y lasciva escapó un instante al control férreo de Rashud, quien habitualemente mantenía una máscara de indiferencia sobre sus facciones.

-Sí, me apetece ver un concurso de miss concubina.-E hizo un ademán con su mano para indicar que sus órdenes habína sido formuladas.

En un momento de tranquilidad, de más intimidad con el resto del Tripartito, Rashud comentó.

-Tras la fiesta, estaría bien dar un vistazo a los vecinos y a la extensión de nuestros dominios, ahora que el ogriélago ya no está, supongo que todo regresará a la normalidad, y eso supondrá encontrar un equilibrio de poder en la zona. Si bien nosotros hemos expulsado al ogro, supongo que no faltarán pretendientes. Sería bueno controlarlos.

Smoralek asintió a las palabras de Rashud.

- El concurso de miss concubina ha sido una excelente idea. – Dijo lo primero elevando los ojos mientras se imaginaba la situación.

- Ahora es tiempo de festejar, pero tienes razón, Rashud. Habría que mandar una patrulla o algo a que nos informe de lo que haya por ahí en los alrededores, y para marcar la extensión de nuestros dominios. – El guerrero parecía pensativo.

- Hagamos los concursos y de entre los que destaquen, escogeremos a unos pocos para que tengan el honor de hacer de exploradores. Si regresan con buenas noticias podrán servirnos como guardaespaldas… sí… - Comentó. El plan le parecía bueno.

Tampoco es que Smoralek pareciera muy centrado… Era más que posible que se hubiera quedado imaginando las escenas del concurso de miss concubina.

Cú-cú dudo, ¿para que querían mandar a la miss concubina a ver el territorio con quienes destacaran?

Rashud, viendo la cara de duda de Cú-cú, responde.

-Mandaremos a los capaces, claro está. Nosotros estaremos ocupados en garantizar una nueva generación de kóbolds molones con que reforzar la tribu.- La sonrisa de Rashud se amplió de forma casi grotesca.

- Las concubinas se quedan. - Afirmó Smoralek. - No hay discusión. - Añadió mientras cogía los dos huevos que le ofrecía Cú-cú y los miraba con curiosidad.

Ajá... uhm... de acuerdo...-dudó, sin saber si se iba a acordar de todo, pero el concurso de Miss Kóbold Concubina parecía lo más importante para los ilustres Jefes-Ahora, zi dezean acompañarme... por aquí.

El Incubador Sustituto se subió a los huevos para calentarlos en cuanto bajó Cú-cú. Otro kóbold se puso a cuatro patas ante el asiento de pieles para que Rashud usase su espalda de escalón para bajarse. Smoralek fue porteado en completa horizontalidad por si quería volver a dormirse en algún momento. Ser Ministro mola.

Cuando salieron de la cueva, dos kóbolds azulitos se les cruzaron por delante. Llevaban cada uno por un lado algo muy grande tapado por una enigmática sábana.

¡Cuidado por dónde vaiz, uh...! ¿Quiénez zoiz vozotroz?

Me llamo Plunger Hierbaenana, zeñor. Ayer fui el Incubador Zuztituto, e hice la colada de loz Miniztroz. Eztamoz haciendo una ez... Un regalo para el Triunvirato. No ez una eztatua, ni nada parecido, ¿verdad, Reg?

Verdad, hermano. Jejejeje... Vamoz a llevarnoz ezta no-eztatua para zeguir conztruyéndola en zecreto. Pero zzzzzzh... no ze lo digáiz a loz Jefez...

Los hermanos Hierbaenana saludaron a los jefes y se llevaron la est... la no-estatua detrás de un promontorio de nieve.

Ooooh. Ooooooooh... ¿Qué gran mizterio ezconderá el regalo de loz hermanoz Hierbaenana?-dijo con pomposa sobreactuación, ya que Klucky ya sabía cual era el regalo-Tendréiz que ezperar al final de la fieztuki, zuz Peritoineaz Majeztadez. De momento tenemoz...

Klucky fue hasta detrás de un telón mientras los Ministros se subían a la tarima y se sentaban en sus respectivos tronos en medio de una gran ovación de sus peones, súbditos, electores. El Consejero volvió con noticias frescas: el nombre del primer evento, que ya no se acordaba.

¡LA CARGA DE LOZ MÁZ PODEROZOZ!

Conmemora la batalla de loz trez kóbold intrépidoz que cargaron a lomoz de zuz monturaz contra la ciudad de loz patilargoz conocida como Ciudad Aquelladeahí. ¿Alguno de loz Miniztroz quiere participar? No tenemoz a Nord pero hemoz logrado capturar a otraz trez monturaz igual de interezantez...

Uy... que dezcuidado por mi parte. ¿Dezean alguna atención mientraz dure la reprezentación? ¿Té? ¿Paztitaz? ¿Un kóbold que lez abanique? En ezta montaña hace baztante frío, pero un kóbold que abanique ziempre da caché hazta en loz inviernoz máz fríoz.

Me eztoy dezviando de la prueba... Como hace zigloz, loz Máz poderozoz montarán en loz animalejoz, zaltarán el pozo de barro, zubirán por la pendiente, matarán al Eztúpido-eztúpido-gnomo, reprezentado por una calabaza pintada por mí, y por último zaltarán la muralla de loz patilargoz, reprezentado por una mata de zarzaz.

El concurzo ez abierto, pero zolo para loz trez primeroz voluntarioz (loz jefez tienen preferencia)-guiño-. Y el ganador recibirá un bote de bálzamo reparador. ¿Qué me decíz, extraordinariaz Zuntuozidadez? ¿Alguno quiere matar el tedio de zer Jefe con una carrera de monta?

Cú-cú, alzó la mano - monturas, monturas, yo, yo, yoooo,... - no era ningún secreto que el poderoso hechicero siempre había soñado en tener montura, y quien no lo supiera a esas alturas, es porque tenía más cera que las velas ceremoniales kobold, esas en las que tol mundo se quitaba la cera y la amontonaba en una masa de corrosiva fuente de colores, todo kobold adora los fuegos artificiales, y esas fuentes de colores eran lo más parecido que tenían a esos que hacían "pum" de los patilargos.

Rashud negó con un gesto de la mano.

-No. Yo disfrutaré del espectáculo des del trono, quiero ver como se desarrolla la prueba. Y apreciar las dotes de jinete de Cú-cú y de Smoralek. Eso estará bien para empezar.

Dicho eso se dirigió hacia su asiento todo acariciando el murciélago.

A Smoralek le daba algo de pereza ponerse en ese preciso momento a participar en el concurso improvisado, pero tras un largo bostazo se incorporó. Quizá no era mala idea mostrar sus dotes como jinete a las posibles concubinas que participarían luego en el concurso. Además, como líderes debían dar ejemplo, y así inspirarían a los futuros guardaespaldas.

- Está bien, yo participaré. – Dijo mientras flexionaba sus patitas y agitaba la cola calentando el cuerpo como debía hacerse antes de ponerse con un ejercicio moderado. Al menos ésa era la teoría, con los kobolds nunca se sabía pues eran criaturas de sangre fría… pero Smoralek no es que apreciara precisamente la diferencia.

¡Eztupendo! Munkle Machacacachorroz, enzéñanoz laz monturaz...

Un kóbold fortachón tiró de una cuerda para que el telón se corriese lo suficiente para que el toldo se corriese mostrando a las tres monturas...

 Tejón rabioso llamarse Gruñidos. Munkle encontrar a Gruñidos en bosque y amamantar desde pequeño-el kóbold mostró unas cicatrices en el pecho con lo que quería dar fé de su testimonio, aunque los reptiles no tengan pezones con los que amamantar nada.

 Mofeta apestosa llamarse Lirio Hojaldrado. Munkle bañar a Lirio Hojaldrado para que estar guapa para la carrera, y Lirio Hojaldrado echar pedete en cara de Munkle.

 Puerco Espín pincha pincha llamarse Colgajos. No tener sillas de montar. Tener que sentar encima de monturas a pelo.

Si Ministro de Hoguera no querer cabalgar, Munkle ser tercer jinete. Dejar a Ministros elegir montura, y Munkle quedar con última.

Vaya, para cú-cú aquellas monturas eran perros un poco raros, pero molaban a su forma, el que no acababa de convencerle era ese con pinchos,... tal vez serviría para hacer dardos, ya preguntaría a su debido tiempo.

Empezó a correr como hábil corredor de los 99 metros lisos, antes de pararse a respirar tras su carrera y pasar veintkobolds por su lado corriendo con las manos alzadas y saltando el primero orgulloso. Ese nuevo juego de "las por al lado de un jefazo kobold" casi podría transformarse en una prueba en un futuro, algo así como "correr 100 metros sobre unas brasas" o algo así.

Dejando de lado su momento de ideas ilustrísimas, escogió como montura a Lirio hojaldrado, olía parecido aunque más suave que su antiguo cuarto, y le traía recuerdos.

Una vez sobre su perro apestoso, indicó adelante, y Lirio hojaldrado comenzó a correr, no le importaba mucho lo que hicieran los tres jinetes esos, solo pretendía mostrar lo increíble jinete que era y al ver el blanquecino barro con barro sucio y no tan blanco, primero pensó en revolcarse un rato, pero recordó que su súbdito ¿...como era,...? ¿Ule, Muke, Oncle, Munkle? Bueno, da igual, el súbdito había lavado con esmero a su perro apestoso y no lo quiso ensuciar, poniéndose sobre sus rodillas para evitar el latigazo de la caída, hizo saltar al bicho con gran elegancia.

Luego tocaba una subidita de muy al voltear la horizontal, y cú-cú se volteó mientras subía a saludar al público, después de todo se notaba que no era el quien subía con un peso extra en la espalda.

Y cuando por fin llegaron arriba, empezó a menear la cola al ritmo de la mofeta, ya no eran mofeta y jite, eran un transformer de esos que parecen solo uno, pues cú-cú ni siquiera se le veía,... - ufff cashi me meo - ...bueno, no he dicho nada, no se le veía porque no estaba,... de un saltito subió de nuevo a su montura, y la montura ni siquiera necesitaba ser guiada, solo seguía un rastro ...líquido...sospecho..so...

Cuando casi alcanzaba su objetivo, comenzó a hacer gestos y movimientos a cámara lenta, parecía querer dar intriga a aquel instante y la mofeta aparentaba seguirle el rollo haciendo su pasos pausados. En realidad estaba esperando a su compañero, el súbdito no, el otro. Pensó que si golpearan juntos al gnomobazín quedaría más impactante y lleno de tripas de calabaza salpicando al público.

...continuara,...

Cú-cú salió disparado y decidido hacia la mofeta. Smoralek no se movió con tanta rapidez. Prefería reflexionar sobre la montura pero la verdad es que estaba contento con la elección de Cú-cú. Para sí mismo él habría escogido a Gruñidos. Una montura con mucho más carácter, y más agresiva. Perfectamente acorde con el carácter de Smoralek.

Asi que con paso decisivo Smoralek se acercó a Gruñidos y sin miedo se subió a lomos de aquel animal. Le dirigió una rápida y certera mirada a los ojos: "Si me muerdes te muerdo... y yo muerdo más fuerte." 

Una vez echas las presentaciones entre jinete y montura, Smoralek guió a Gruñidos hacia la primera prueba: el barro. Con menos elegancia que Cú-cú y la mofeta, Smoralek y Gruñidos saltaron por encima de aquella trampa. Fueron simples pero efectivos y ni una sola mota de barro ensució al jinete o al animal.

De ahí Gruñidos fue directo a trepar sobre los riscos. Aquel animal debía de tener práctica en ello pues prácticamente parecía que se pegaba a la pared. Smoralek apenas tuvo que hacer un esfuerzo mínimo con las rodillas para mantenerse sobre su lomo, e imitó a Cú-cú saludando e incluso haciendo alguna leve reverencia mientras trepaba a todos los presentes.

Tras acabar de trepar, el guerrero del pantano azuzó a Gruñidos en dirección a la calabaza-gnomo. Eso ya era más el terreno de Smoralek y éste lanzó un jubiloso grito de guerra a la par que acompañaba la carga de Gruñidos con un golpe lateral de su rajaperros flamígero. Fue un poco apurado más bien, pero la pericia de Smoralek quedó fuera de toda duda cuando logró golpear a la calabaza.

Todo iba viento en popa, y la pareja que parecía fusionada se lanzó a descender por la pendiente, tratando de coger carrerilla para salvar el obstáculo final y salyar aquella mata de zarzas que parecían colocadas a mala leche.

Gruñidos parecía algo torpón bajando por la pendiente, pero cogió suficiente velocidad para en el último momento dar un enorme salto triunfal por encima de las zarzas. Ni uno sólo de sus pelos quedó enredado en las mismas, y un Smoralek triunfante sonrió al graderío subido en Gruñidos cuando acabaron todas las pruebas sin aparentemente el menor problema.

Cú-cú había parado para esperarles y aun no había acabado. Sólo quedaba ver si seguía haciéndolo igual de bien que al principio. Smoralek había comprobado que su compañero era mejor jinete que él asi que dependería de la suerte quién de los dos ganaría.

Por el contrario, no contemplaba la posibilidad de que Munkle tuviera alguna oportunidad...

Dicho y hecho, Rashud se fue para sentarse en el trono central, acomodándose en él, repantingado, con la cola sobre uno de los brazos del trono. Con un gesto llamó a un paje para que le trajera un tentempié.

-Y un cuenco de gusanos.- Añadió mientras tomaba a Mordisquitos y lo ponía en su regazo para contemplar el espectáculo. 

Realmente Cú-cú y Smoralek dejaron el pabellón bien alto, entonces el criador de monturas se preparó para la carrera también... subido encima del puerco espín. Otra cosa tal vez, pero no le faltaban agallas.

-Ánimos Munkle, muestranos tus destrezas. A ver si alcanzas a los miembros Reales.- Pero ante el griterío de los excitados kóbolds apenas pudo ser oído Rashud.