Partida Rol por web

Dos días y medio después, el sol se empieza a ocultar tras las montañas. Pronto anochecerá. El ruido de una cascada suena fuerte en frente. Alice, Fosco y Hollín divisan algo entre la espesura de los matorrales. Un puente. El puente. El único que aparecía en la maqueta de la sala de guerra en la torre de Stabcrow. Pero más allá del río también ven a una manada de lobos. Una docena, aproximadamente, y uno de ellos es bien grande.

El grupo se detiene. Nikeras examina un momento el suelo.

Hay huellas de cascos de caballo. Supongo que pertenecen a Trompicón. Victor debió ver también a los lobos. No llegó a cruzar el puente. Torció hacia el oeste, manteniéndose en nuestro lado de la orilla. Tratará de vadear a caballo, si es que no lo ha hecho ya, unas cuantas millas río abajo para no ser localizado por los lobos. Podemos evitar la lucha, seguir al caballo y nadar el río. Luego continuaríamos por la orilla hasta el pueblo. También podemos enfrentarnos a los lobos, que no nos han hecho nada, y así cruzar el puente y continuar por el camino hasta Vor Ziyden. La tercera opción sería dar un rodeo: vamos al este, remontamos el río en su nacimiento, sin necesidad de nadar, aunque quizás haya que trepar; después volvemos a retomar la dirección oeste para reunirnos con Victor Wachter. Perderíamos bastantes días de viaje.

Desde que no se paran para recolectar comida, han estado caminando 18 millas al día frente a las 12 millas al día que mantuvieron hasta llegar a Stabcrow. Pero aún podrían avanzar más rápido si no fuera por algunas personas. Victor tenía razón: el numeroso grupo se está moviendo a la velocidad del enano, de Klasius y del humano y la humana con coraza, mientras que él ya debe de haber llegado a Vor Ziyden con su hija Lovina y Trompicón.

El enano se adelantó unos pasos hacia el puente para observar de primera mano a los lobos.

-Necesitamos comida, pero no es muy sensato arriesgar la vida cuando el poblacho ese al que vamos queda tan cerca. Otra cosa que podemos hacer es cruzar y mantenernos en el camino sin provocar a los animales. Si no están hambrientos...--hace una pausa intencionada el viejo guerrero--, no creo que nos ataquen. Somos demasiados. 

El mago acusa el cansancio del paso apresurado y contesta con cierta desgana.

- Por mi cruzamos el puente directamente.- Sólo podía pensar en llegar al pueblo lo antes posible sin sopesar la posibilidad del encuentro con los lobos. Tampoco veía lógico seguir el camino de Víctor si debían cruzar a nado el río teniendo el puente delante de sus narices. Lo de trepar no le importaba pero le parecía un gran atraso- Cuanto antes lleguemos antes descansaremos y comeremos caliente. Estoy con el enano.- No le preocupaba lo que estuviera fuera d elas brumas sino lo que éstas traían en su interior. Los lobos le parecían perros domesticados frente a el murciélago en llamas. aprovechó la pequeña pausa para ajustar la ballesta a su espalda y comprobar que estaba cargada.

Fosco escuchó al enano y a Onfale y asintió. El bosque le seguía horrorizando desde que vio a aquel enorme bicho con fuego. Además estaba el hecho de dormir al raso, la noche anterior durmió bastante a gusto, pero quien sabe si la noche de hoy se toparía con una rama o algún ruido ensordecedor. Como la respiración del enano. Igual hay alguna forma de cruzar y hacer que los lobos no se acerquen... Asustándolos o lo que sea, tal vez con fuego o magia... Desde luego no veo el momento de llegar. Fosco buscaba la forma de usar su ingenio y llegar rápido a su destino sin tener que matar a los lobos, aunque si los mataban seguramente harían un favor a otros transeúntes. 

Flame oteó el horizonte con la esperanza de no encontrarse ningún enemigo más. Y luego observó desde lejos aquel lobo de terribles dimensiones, sin lugar a dudas el resto de lobos sería pan comido. Pero ese grandullón quizá supusiese un duro trabajo.

Creo que lo mejor será atravesar el puente, esos lobos nos proporcionarán la comida que necesitamos por si nos sucede algo de aquí al final del camino. Además son 12 lobos, con que cada uno logre eliminar a uno sería suficiente. Aunque los lobos son animales de manada, quizá si acabamos con el macho alfa, que seguramente sea el más grande, se acabe el problema.

Yo perdí mi ballesta entre las brumas, pero si los que tenéis armas atacais a distancia al lobo, yo puedo prepararme para enfrentarme a él en combate. Y con la ayuda de cualquiera que esté dispuesto a ayudar. ¿Os parece bien?

Estoy de acuerdo. El puente parece nuestra mejor opción. Yo también estoy agotada de dormir al raso - la espalda la estaba matando, temía haber dormido sobre una piedra y ahora la estaba pasando factura-.

Quizás algún truco de magia los espantase o si alguien supiese tratar con animales...

Sacó su honda y la cargó con una bala por si tenían que enfrentarse con los hambrientos cánidos.

Asiento en silencio. No temía a los lobos y efectivamente quizás se podía cruzar el puente sin que les atacaran. La prioridad era llegar cuando antes y los lobos no serían una amenaza seria para una grupo tan numeroso.

Fosco asiente a Flame. Después de su enfrentamiento con el gnoll demostró una gran valía. Si decía que los lobos huirían en cuanto callese el grande era más que probable que lo hicieran. Silenciosamente sacó una de sus dagas. Miró una vez más a Flame esperando a cuando ella estuviese preparada. No quería anticiparse y que la diestra guerrera no hubiese hecho algún ritual o hablado con alguno de sus dioses "o como quiera que hiciese aquello de la escama..." 

Flame levanta la mano para que sus compañeros detengan el avance. Aquel detalle no lo había esperado. "Hombres lobo".

Había escuchado hablar de esas criaturas, pero jamás se había topado con ninguna de ellas. Flame no era buena para la diplomacia, no era buena tratando con las personas, al menos no si lo que pretendía es ir de buenas formas.

Flame se quedó observando a Nikeras, que no entendía porque había reaccionado de esa forma, aunque por otra parte había sido todo un acierto. Luego miró a sus compañeros, no quería mencionar nada para que la chiquilla lobuna no fuera a asustarse. Pero si esa manada estaba compuesta de hombres lobo, y si encima eran hostiles, entonces no tendrían absolutamente nada que hacer contra ellos. Eran mucho más y encima mucho más poderosos.

Luego se planteó si aquel que les acompañaba, ese que se estaba haciendo pasar por un explorador, realmente fuera un miembro más de una manada de licántropos. Habría que tener cuidado con él.

El eunuco se sorprendió de lo rápido que acató la orden de Flame cuando ésta levantó la mano. Se quedó parado ante la imagen de lo que sucedía en el puente. Ni siquiera hizo ademán de llevar la mano a la ballesta. Ojiplático, observaba a Nikeras fascinado por la trasnformación del lobo y la habilidad del explorador.

Pero qué coño...

Esperaba que la habilidad delhumano barbudo les permitiera atravesar el puente sin tener que luchar con semejantes enemigos.

Leiath observaba la escena con una sonrisa en la boca. Aquel explorador entrado en años cada día la complacía más. Notaba la bondad de su corazón a través de sus acciones. A parte de lo gracioso que resultaba verle auyar como un lobo...

Nikeras el druida. Su madre le habia hablado sobre los druidas. Hacían más o menos lo mismo que los de su congregación, pero enfocado al bosque y sus habitantes.

Guardó la honda, no quería parecer una amenaza para los nuevos amigos de Nikeras. Esperó pacientemente a que el sabio druida resolviese la situación.

Fosco estaba preparado para lanzar uno de sus cuchillos cuando Nikeras le adelantó. Esta acción le desconcertó. Cuando miró hacia atrás, Flame tenía la mano en alto así que fue a retroceder unos pasos cuando el alarido de Nikeras le hizo volver de nuevo la espalda. Fosco estaba bien confuso no sabía que hacer y más ante su sorpresa cuando uno de los lobos se le acerca y..."No, si seré yo el raro" dijo casi para sí mismo. Guardó su daga y se rascó la cabeza en un intento de comprensión de lo que en este bosque ocurría. "Ahora los lobos son personas! Las personas son murciélagos! Y..." Y enfrascado en su pensamiento. Fosco retrocedió con pasos cautelosos, cayó de culo y con ojos como platos asustado, siguió retrocediendo. El miedo se volvía apoderar de él. El mismo miedo que había sentido días atrás y sólo podía retroceder. Su corazón era como un tambor que marcaba sus pasos... Hasta que se estrelló con algo. Cerró unos segundos sus ojos y miró lentamente hacia arriba. Para su alegría era Onfale quien había detenido su marcha. De un salto se puso en pie.
-Onfale... llamó al perfumista sé que no lo merezco el mediano sabía que el perfumista le había cazado una de sus mentiras y ahora cuando más lo necesitaba podía dudar de su palabra pero tienes que creerme su voz se quebraba al rememorar los acontecimientos días atrás... en e bosque... sus ojos se cerraban con fuerza para no mostrar el miedo que aún le poseía, se guardaba tras su capa verde el horror...antes de ser horror... fue humano! Intentando referirse al murciélago de fuego Sus palabras fueron sus ojos se abrieron como platos y una lágrima salió "la hora del lobo ha llegado...!" Y tras confesar su secreto, siguió retrocediendo en busca de un sitio seguro, aunque el miedo casi le hacía pasar una mala jugada...

Manada proteger puente. Nosotros matar a cualquier sucio "dos patas" que trate de huír al sur. Porque esta ser Edad de Lobo. No Edad de Hombre... No Edad de Mediano... ¡Edad de Lobo! Auuuuuuuuu...

Los lobos empiezan a aullar, haciendo coro a la muchacha, durante quince o veinte segundos demenciales.

Vosotros ir a norte. Leyes no decir nada de los que ir a norte. ¿Estar seguros de querer ir a norte? Una vez cruzado puente, manada jamás dejar volver a sur. Ni siquiera a hombre perro que oler a apetitoso perro.

Los ojos salvajes de Cicuta se posan en Zicko. No hubo camadería en el hecho de olisquear el cuello de Nikeras... fue el acto de un comensal que olisquea la comida para saber si está buena. Nikeras vuelve la vista atrás, hacia sus compañeros, sin saber qué responder a la propuesta. Pueden seguir hacia delante, pero que les veden el puente les dificultará regresar a por el tesoro de Stabcrow dentro de unos días. Por otro lado, ¿quién quiere huir al sur, dónde las Brumas empiezan a cubrirlo todo?

El enano cruzaba el puente tras el druida hasta que el aullido de éste lo paralizó por completo. 

-¿Se puede saber qué...?--se iba a preguntar cuando el tiempo pareció detenerse para todos excepto para el pequeño lobezno que terminaría transformándose en una chiquilla--¡Por las barbas de mi abuelo! ¡Cambiaformas!

Los ojos del viejo se abrieron como platos y rápidamente se llevó las manos a la cadena armada casi en un gesto instintivo. Sin embargo, la complicada situación fue a desinflarse cuando escuchó la propuesta de aquella licántropo.

-No hay problema--se atrevió a contestar aferrando el arma con fuerza, pero sin llegar a blandirla por no resultar aún más provocativo--Nuestro camino lleva hacia el norte. No es nuestro deseo enfrentarnos a los lobos.

Flame se giró hacia los demás, pero antes hizo un gesto a Nikeras para que se acercara a ellos. Dio algunos pasos hacia atrás como queriendo deliberar si seguir adelante o no.

Yo no tengo interés en el tesoro ese que dejamos atrás. Vosotros parecíais tener más curiosidad, antes habíamos pensado en dividirnos o no. Ahora ha llegado el momento de tomar una clara decisión, si seguimos adelante es muy probable que no retrocedamos jamás, y si lo hacemos tendremos que cruzar el río o dar una gran vuelta.

Desde luego que no tendremos nada que hacer contra estas criaturas, al menos no sin armas de plata que tengo entendido que son las que les dañan.

Por mi seguimos, pero sois vosotros los que tenéis la última palabra. Quien quiera quedarse aquí que lo diga ahora e investigue ese tesoro, los que no... Me temo que no habrá vuelta atrás.

El perfumista hizo caso omiso a los lloros del mediano, respondiendo a Flame antes que nada.

- Mi voto es seguir hacia el norte.- No dijo más. No dijo que el rencor le empujaba a ir tras Víctor por habérsela jugado, ni que pensaba que el "aprendiz" del mago muerto podía haber ido allí también. Un libro de conjuros era algo muy preciado. Si Alice, que había perdido el caballo, se dirigía también al norte, quizás Onfale y ella pudieran intercambiar conocimientos. Una vez expuesta su posición hablo con Fosco, apartándose un poco del grupo para que no le avergonzase.

- Controlate Fosco.- Los lloros del mediano le recordaban las húmedas súplicas de las chicas más jóvenes del harén. Él no podía conmoverse antes tales comportamientos ya que debía educarlas y hacer que obedecieran si npo quería que le cortaran algo más de lo que ya le habían cortado. Se sintió tentado a pegar una bofetada al mediano para cortar de golep su llanto, pero quizá éste le pinchara con su daga, no debía ser malo pinchando. Así que trató de hacerlo de otra manera.- Mmm, entiendo. Los cambiaformas, como dice el enano, no son comunes pero es evidente, y aquí tenemos la prueba,  que existen.- El mago hace un gesto hacia los lobos hombre.- Ese murciélago humanoide era otro tipo de aberración sin embargo. No podemos considerarlo igual. Intuyo que esas neblinas tienen un poder enormemente maligno. Dices que era humano y se tranformó, no tendría por qué no creerte amigo Fosco. Alice estaba allí también.  Cuanto antes dejemos los bosques y lleguemos al pueblo mejor que mejor ¿no?.- Se sorprendió más cuando hablño de la hora del lobo, pues coincidía con lo que Cicuta decía.- Extraño...la hora del lobo...- El perfumista se quedó pensativo.

El posible tesoro quedó atrás ya que teníamos mucha prisa en alcanzar la ciudad. ¿En qué ha cambiado eso?

En que antes podríais volver a por ello. Ahora ya no hay vuelta atrás. Contestó a Leiath.