Partida Rol por web

Me rasco la cabeza pensativo ante las opciones, parece que todos tenemos ideas diferentes de que hacer a continuación

-a ver. Entonces nuestras opciones son. Ir a preguntar al caballero frente a la biblioteca, propuesto por la señorita Rata y por mi mismo. Ir a rescatar al señor cerdo, propuesto por la señorita Rister. Ir a informar a las autoridades sobre el cadaver o ir a la chocolateria a buscar mas información. ¿Tu que opinas Penelope?-

La mecánica bufa apartando un mechon de pelo de sus ojos

-creo que podriamos largarnos de aquí y buscar pagar la deuda de alguna otra manera, este sitio me da muy mala espina-

Aprovechando que estaban cerca de los Dormitorios, ahora ocupados por los guardias de cobalto, Rister cuchicheó uno de sus extraños reclamos a su búho, Phi, quien se adelantó al grupo y dio la vuelta al edificio para no llamar la atención de los polizontes. El ave volvió a los pocos segundos al hombro de su compañera donde depositó unos mínimos fragmentos de cal y piedra que esta procedió a introducir en sus oídos, en un ritual que casi parecía anunciar los preparativos para una de esas sesiones de meditación alienígenas tan populares últimamente.

La joven de cabellos perlados cerró los ojos mientras perdía momentáneamente el sentido del oído. Un bufido y un efecto de sonido similar al que emitía una radio al juguetear con su dial dieron paso a unas voces huecas, en lontananza, subiendo de volumen y volviéndose más nítidas en unos segundos.

- Hay movimiento en el lago, esos malditos gamberros han vuelto a tirar una de sus pilas de basura por el tobogán. Los críos dicen que hay unos tipos de aspecto estrafalario de paseo por el barrio.- Increrpaba una voz masculina, ronca, en la que casi se podía percibir un ligero hedor a whisky. - Eh, Relincho ¿No les has manadado una postal a tus amigos diciéndoles que esta es tu nueva casa y que dejen de tocarnos las pelotas con sus tonterías?- La voz parecía dirigirse a otra persona aún más lejos, pero si esta respondió a la pregunta, el micrófono fantasma que recibía la señal para Rister no tenía suficiente cobertura como para oírlo. - Roderick, Lictor, id a buscar a Trapillos a la cantina y salid a dar una ronda por la zona. Acercaros al lago, a ver qué han tirado esta vez.

A esta cháchara le siguió una ronda de quejas que fueron subiendo de volumen hasta convertirse en una onda de ruido que dejó a Rister con la misma sensación que tendría de haber hundido la cabeza en el agua dejando que sus delicados oídos se llenasen de agua. La urborista salió de su trance con la convicción de que aquella cháchara había tenido lugar justo cuando ellos vieron la fachada de los Dormitorios.

Mientras transmitía esta información explicando su peculiar don auditivo, Kate y Mr Smith tomaron la delantera al resto para acercarse a la entrada de la biblioteca, que a fin de cuentas no estaba muy lejos, dejando a Artinatus y Alkimium con la palabra en la boca.

Smith fue el primero en darse cuenta de que habían errado, aquello no era un cadáver, o al menos no el de una persona. El bulto frente a la puerta era una máquina rota. Tenía todos los atributos de un cuerpo humanoide pero sus brazos estaban conformados por tuberías y varillas metálicas. Su torso había sido roto por la mitad, muy posiblemente por balazos que habían dado lugar a la acumulación de casquillos que reposaban sobre la acera.

Sobre la fachada de la biblioteca hay unas letras similares a las de la fachada del dormitorio indicando su nombre:

BIBLIOTECA PÚBLICA POSITRÓNICA (ANTIGUAMENTE NAVE CONSERVERA DE LA FAMILIA MASÓN).

La tipología del edificio ciertamente deja clara su anterior función, un solo piso pero con un techo muy elevado y demasiada superficie interior para una simple biblioteca de barrio. Aparte de eso hay canales salientes de agua que posiblemente servían para la limpieza del edificio antaño, se han conservado y curiosamente parecen no estar completamente secos, pero aun así están casi a ras de suelo y poco más cabría que una carta por esas ranuras.

La puerta de acceso parece ser algún tipo de modelo electromecánico de última generación. Les sonaba haber visto alguna modernez similar que se abría al paso de la gente por efecto de algún aparejo de laboratorio, pero en este caso las dos gruesas láminas mecánicas de la puerta permanecían cerradas.

... y eso fue todo lo que escuché ...

​​​​​​Créanme, sin duda el amigo Relincho está ahí dentro. No me figuro como podríamos rescatarlo sin poner en riesgo nuestra integridad y nombre. 

No sé, ¿Y si generamos una distracción? Tal vez hay pocos guardias en la comisaría.

Podríamos buscar un abogado, estos lugares tarde o temprano terminan asediados por los caranchos... Creo que tengo el teléfono/dirección de uno (saca una pequeña libreta que guarda en el escote y comienza a voltear páginas, mientras como si de una pequeña letanía se tratara varios nombres van surgiendo).

¿Quizás nuestro empleador y acreedor pueda ayudarnos con uno? 

Termina la muchacha de ojos soñadores y extraños modales.

Tras una inspección muy breve del cadaver de la máquina volvemos con los demás, tal vez Penelope quiera inspeccionarla mejor, pero para mi los mecanismos y engranajes son un galimatias útil donde habitar nada mas.

La propuesta de Rister suena bastante razonable, después de todo algunos de esos guardias deben estar buscandonos ahora mismo.

-bueno, sin duda esa chocolateria parece la mejor opción de ponernos en contacto con abogados y con nuestro contratante/acreedor a la vez- en realidad no tengo muy claro de qu eserviría eso. De hecho pese a los años pasados entre humanos en el Bastión aun no tengo claro que hacen exactamente los abogados, la gente recurre a ellos para toda clase de problemas variados, pero no parecen resolverlos sino... algo, tal vez alguna vez debería acompañar a uno de ellos en su trabajo

-¿Supongo que no era nadie que conociera?-Preguntó Kate a Mr. Smith, mientras daba unos tentativos golpecitos con la punta roma de su bichero en el no-cadaver.

-Podemos ir a la chocolatería entonces. Por lo que dice la señorita Rister, cuanto antes salgamos de la calle, mejor.-Señaló al no-muerto-¿Nos lo llevamos para ver si Penélope puede arreglarlo y nos dice algo o lo dejamos aquí?

El soldado se encogió de hombros, estaba acostumbrado a obedecer. Eso hacía fácil la vida en el Bastión, demasiado caótico, demasiado rápido para él. Parecía que de esta alianza no sólo iba a sacar un cierto alivio de su deuda, además iba a poder volver a su antiguo modo de vida, y sólo tendría que seguir la corriente dictada por otros. 

Sonrió y asintió. 

Justo cuando el grupo se había decidido ir a curiosear a Fa tasía - Casa de los Chocodioramas (Al volver verían que nadie se había molestado en reponer la N robada), Penélope, Alkimium y su ayudante Cappico se aproximaron rápidamente a la entrada de la biblioteca, donde echaron un vistazo superficial a los restos de la maquinaria humanoide antes de atreverse a tocarla. 

Al remover sus harapos un frasco de cristal salió rodando hacia donde Kate, Rister y Smith esperaban. Penélope extrajo una escopeta de entre los restos, pero aparentemente estaba descargada, atendiendo a sus gestos. 

Alkimium y Cappico habían encontrado un sobre mediano que el segundo procedió a abrir, su jefe, el científico, sustrajo una hoja plegada de su interior. Al abrirla pasó algo difícil de explicar: un topo negro de unos 30 centímetros de diámetro saltó del papel a la acera y, sin más dilación, comenzó a aumentar y desplazarse bajo los pies de los dos cazadores de tesoros, quienes se hundieron en su interior hasta los codos, ya que lograron detener su caída abriendo sus brazos tan largos como eran.

- Socorro.- Gritó Cappico mientras Alkimium parecía tratar de impulsarse hacia fuera, pero aquella cosa, sea lo que fuere, aumentó su diámetro, provocando la caída de aquellos personajes. Acto seguido, el topo emitió un sonoro eructo que lo propulsó en la dirección opuesta a la del resto de los aventureros, desapareciendo entre los callejones sin más explicación.

Penélope poco más pudo que encojerse de hombros y volver por donde había venido. Los restos del cadáver habían sido sorbidos por aquel agujero pero este no había mostrado el más mínimo interés por la mecánica, quien se reincorporó al resto de la tropa para desandar su camino hasta llegar frente al escaparate de la Casa de los Chocodioramas.

Justo cuando llegaban una señora mayor salía de su interior, plantándose una enorme pamela en la cabeza antes de sacar una cajetilla de tabaco y prender un pitillo mentolado con un voluminoso zippo. Vestía un uniforme azul celeste en cuya pechera destacaba un nombre bordado en hilo de color burdeos sobre el identificador de Fat asía (que en este caso si que contenía la misteriosa N perdida): Wanda. 

Tras una profunda calada, Wanda se giró hacia los aventureros y les preguntó no sin cierto tono de fastidio...

- ¿Qué se les ofrece? ¿Vienen por el chocolate o por la justicia?- Acompañó la pregunta de un gesto de cabeza hacia el rótulo de la firma de bogados que había en el escaparate.

Arti dobló las rodillas y recogió el frasco al paso. Era una ley de las trincheras, si las botas del muerto eran mejores que las tuyas, podías quedártelas. En el Bastión la política no era muy diferente.Cuando alzo la mirada y se irguió fue repasando a la mujer que les había salido al paso de los pies a la cabeza. Era cuanto menos extraño que alguien tuviera algo, y si ese algo era un negocio que funcionaba era tres veces raro. 

- Un poco de ambas, ¿cuál es la especialidad de la casa?- El soldado tenía sincera curiosidad por saber que era un Chocodiorama, pero probablemente, no podría permitírselo.

-¿Supongo que no era nadie que conociera?-

Ante la pregunta de la señorita Rata niego con la cabeza rotundamente -oh, no. Pese a mi apariencia tengo poca relación con las máquinas vivientes que habitan el subsuelo de Bastión. No obstante, la similitud me ha causado problemas en varios ocasiones-

Estaba a punto de explicar aquella ocasión en que casi me linchan en una tetería un club de lectura de octogenarias cuando sucede un evento de lo mas sorprendente con un agujero negro portatil mas bien hambriento. No había llegado a conocer demasiado a Alkimium y su socio, pero me siento aliviado por la supervivencia de Pandora

-lástima no haber podido recuperar la cabeza de esa criatura-máquina- comento tras comprobar el buen estado físico de mi mecánica, la cual ahora mismo se encuentra un poco alterada

Y mientras tanto, ya el señor Artitantus ha entrado en contacto con la representante de la Chocolatería legal. Al entender poco el sistema legal de bastión y no disponer de papilas gustativas (ni sistema digestivo ya entrados en detalles) me quedo escuchando aparte, calmando a Pandora

Kate negó desaprobadoramente con la cabeza mientras chascaba la lengua a la vista de lo sucedido con el topo. Por esas cosas prefería el agua, con peligros correctos y apropiados, como krakens, piratas espectrales o el ocasional barco de guerra emú.

Pero reflexionaba sobre las diferencias entre tierra firme y los canales, ya habían salido alguien del edificio al que se dirigían.

-¿Y hay alguna posibilidad de combinar las dos cosas?-Añadió a lo dicho por Artintatus. Uno nunca rechazaba chocolate así de primeras.

- Si no se pudiesen combinar ambas cosas, yo no estaría aquí ahora mismo, jovencita.- Comentó Wanda antes de tirar su pitillo al suelo, extraer una bolsa de tabaco de mascar y llenarse la pequeña boca con un buen pellizco de hebras pardas.

Giró lentamente sobre sus talones, casi como una máquina y miró a los aventureros por encima de su huesudo hombro. - Pasen, pasen y vean.- Les invitó con la cantidad de ánimo justa como para que pudiese parecer que le importaba un mínimo aquella visita.

La tropa entró por delante de ella en el recinto, de paredes amarillo pastel. La jefa encendió las luces, el poco tráfico de clientela le debía permitir ahorrase grandes estipendios en electricidad, 'la nueva energía barata del mañana'. 

- La especilaidad de la casa, caballero...- Comentó dirigiéndose a Artinatus.- ... Son los dioramas de chocolate, como los que pueden ver expuestos en nuestras estanterías.

Una vez que la vista se acostumbró a la artificial suma del amarillo de las bombillas y las paredes, los aventureros pudieron ver a qué se refería la buena de Wanda: En las repisas descansaban escenas de distintas temáticas completamente realizadas en chocolate.

- Esta es una dramatización dle juicio de Mae Cincodedos.- Señaló una de las piezas. - Ese otro es un pasaje de la célebre novela Las Bastionitas en Pueblo Profundo.- Indicó, refiriéndose a otra de carácter más infantil, adornada con gominolas y nubes de marshmallow. - Y ese otro diorama es una adaptación de una foto de prensa de la explosión en Santa Nucelar del año pasado.

La mujer parecía orgullosa de sus labores, su voz se animaba a medida que iba mostrando piezas cada vez más absurdas.

- Pero este negocio pertenecía a mis padres, que en paz descansen.- Al comentar esto último señaló otro diorama sobre el mostrador, en el que se podían apreciar varias lápidas medio mordisqueadas por algún roedor al rededor de una lápida más grande y decorada, con su ramillete de flores de mazapán, en la que se leían los nombres de los difuntos señor y señora Fat Asía (Brudio y Cospita).

- Lo mío realmente es la justicia, batirse las leyes con los peores jueces y escupir a las caras de mis abogados rivales. Están hablando con Wanda, la primera W de la firma WWF: WANDA, WILHEM Y FOGGY, a su servicio. - Comentó mientras señalaba el cartel de la firma que los aventureros habían visto en su escaparate. - En aquella estantería del fondo pueden ver algunos dioramas con algunos de mis juicios más sonados, hechos partiendo de las estampitas de los retratistas oficiales de los juzgados de Bastión. 

La señora se acercó al mostrador y tomó una bandeja con muestras de distintos tipos de chocolates talladas con el semblante de figuras populares de la ciudad. Se la ofreció a Kate, ya que parecía reconocer en la nómada de los canales a una sibarita de los derivados del cacao.

- Y en la mesa que está junto al escaparate pueden ver nuestra exposición temporal de edificios a escala del barrio de Achicorias Gandul, realizados partiendo de los planos originales de los arquitectos Asbestos Punzón.- Señaló, dando por finalizada la presentación. - ¿Quieren ustedes que les haga un diorama a medida para un cumpleaños, boda o despedida de soltero? ¿O a caso he de echar mano de mi maletín para emplumar a algún desaprensivo criminal?- Esto último lo dijo con tono socarrón, plantando teatralmente su mano izquierda, en un puño, contra su cintura.

-Quedemosh asuda pada facar alden mashmoda-Dijo Kate, con la boca llena de Xtenza de chocolate-Quiero decir, queremos ayuda para sacar a alguien de las mazmorras.-Repitió, más claramente, tras terminar de masticar.

Detrás de ella, Pyotr estaba mirando con más desconfianza el chocolate que le había pasado Kate, antes de darle un mordisco. Separándose un poco de la conversación que estaba teniendo lugar, se dedicó a curiosear los dioramas que estaban expuestos. Hasta que su atención cayó sobre los versión chocolatífera de los edificios del barrio.

-¿Cómo de al día está esto? ¿Podemos conocer cómo es la estructura actual de la biblioteca con estos dioramas?

Los dioramas de chocolate son verdaderamente fascinantes, y pronto me encuentro estudiando algunos de ellos en detalle. Hasta que ofrece sus servicios y algo de chocolate

-Podríamos encargar un diorama en memoria de nuestro difunto compañero Alkimium y su socio. Mientras eran devorados por el agujero, y podrías salir tu escapando por los pelos Pandora-

La mecánica responde con una mirada cargada de veneno a su jefe, preguntandose, no por primera vez, porque seguia a su servicio si apenas le pagaba

Sin embargo tanto Rata como Pyotr dan respuestas mas prácticas a la pregunta

-oh, que buena idea. Incluso podría tener aquí un diorama de la carcel. Solo por si la opción legal no acaba de funcionar-

Con los ojos abiertos como platos y una expresión soñadora.

Profético!!! necesitamos sacar a alguien, es un cerdo el pobrecito y ya debe extrañar a su familia. ¿cuánto nos costaría Dr. Wanda o cómo podríamos arreglar con usted, dulce mujer (sonríe ilusamente)? ... finalmente agrega, ¿cuánto tiempo nos llevaría?; tenemos prisa.

Mientras, se aleja un poco y se detiene muy cerca del hombre mecánico...

Sr. Smith lo del diorama conmemorativo no estaría mal, pero que le parece si se lo enviamos al pobre recluso, creo que Alkimium hubiera estado encantado, presentí madera de generosidad en él. Quizás podríamos colocar una sorpresita dentro... y le susurra al oído: limas con cobertura de chocolate o un buen cartucho de dinamita, de esos que caen mal al hígado pero que tanto nos liberan en esta pesada existencia...  He sabido de reclusos que para su cumpleaños sólo desean: libertad; existe aunque sea dicha idea o todo esta pre determinado... 

¿Vende velas Dr.oña Wanda? exclama alto, pero con voz angelical.

Phi revolotea por el lugar, ha olfateado ratones y eso lo entusiasma. Tanto él como su Sra. evitan el chocolate; engorda y produce caries, ni hablar de los dulces rellenos; sobre todo los que incluyen explosivos. Además, no hay nada mejor que una sonrisa para salirse uno con las suyas.

El búho se detiene en un sitio elevado para contemplar toda la escena... 

_Bonito diorama saldría de todo esto_ piensa, y sonríe como solo lo pueden hacer los búhos; enigmáticamente.    

- Bonito aparejo gasta, joven.- Comentó Wanda dirigiéndose a Rister, hablando de Phi, quien había encontrado a un pequeño roedor con el que jugueteaba de manera siniestra. - ¿Cuesta mucho dinero? ¿Me lo alquilaría por horas? Podría pagarle un plus por alimaña despedazada. - La señora no hablaba en broma, y el búho mecánico era el único que había conseguido arrancarle un poco de amabilidad desde la llegada de los aventureros.

- Claro que vendo velas. Tengo tanto de esas vaciadas con formas de números como cientos de velas anónimas dispuestas a ser ensartadas en alguna de nuestras increíbles selva negras o tartas de yema al reactor.- Continuó.- Tercera estantería a su espalda.- Wanda continuó mascando su gran bola de tabaco mientras pensaba a quien contestar, saltándose intencionadamente algunas de las preguntas de Rister.

- Un diorama sobre la escena que comenta, por lo que medio entiendo de su aventura, sería un desafío, sin duda, tiene un componente abstracto que la gente no me suele solicitar. ¿Un agujero devoró a su amigo? Debe de ser una de esas maravillas de la modernidad, tantos juguetes y nuevos inventos para entretener al ciudadano de a pie me tienen medio perdida. Menos mal que muchas de esas cosas no han traspasado la frontera de Achicorias, o mi hijo perdería el tiempo todo el día tratando de desarmarlas y rearmarlas para ver cómo funcionan. Hay cuando le dije que con los pájaros eso no funcionaba... Me temo que no me han facilitado los planos de los Dormitorios, pero seamos sinceros, son meras viviendas unifamiliares con pasadizos cerrados, no es un tema muy inspirador.

Se fijó entonces en el joven barbudo que revisaba sus dioramas. - Oh, me temo que el diorama de la biblioteca fue uno de los primeros que hice, así que no es un trabajo muy fino y las musarañas se han cebado un poco con él, peor puede echarle un ojo, es la segunda estructura empezando por la izquierda de esa mesa en la que está curioseando.

Como bien había reconocido Wanda, la estructura era tosca y no daba demasiada información de qué había en su interior, pero al menos podía verse la estructura de su parte central y derecha. No era tan claro qué se habían comido los pequeños intrusos dentudos...

- ¿Sacar a alguien de las mazmorras? O, se podría hacer, con ochocientas libras en mano comenzaríamos a hablar, no sé cómo de rápido sería.- Parecía contestar tanto a Kate como a Rister. - Pero me temo que no será posible ni con esos cuartos. Veréis, me temo que, más para mi desgracia que para mi suerte, soy la madre del alguacil, y no me agradaría demasiado ir en su contra...- Sonreía, tras el mostrador, derca de un cubo que parecía lleno de lanzas festivas, de tono metálico, peor recorridas por una gruesa filigrana de color, distinta en cada una, como puntiagudas velas de cumpleaños.

Por un momento la tensión y el silencio se vieron rotos exclusivamente por el munch munch que hacían las mandíbulas de Kate devorando el chocolate. 

-¡Pero eso es perfecto, mi buena señora Wanda!.- Se acercó el soldado a ella, con paso vigoroso y la cogió del brazo que tenía más cerca de las réplicas bélicas.- Mis muchos años de cabezologo...- aquella entrada estaba ya ensayada muchas veces, y Caila cogiéndolo al vuelo se acercó al otro brazo y juntos los tres comenzaron a pasear por la sala, llevando casi en volandas a la mujer.- ... me permiten ver, que su hijo, el alguacil, es alguacil y no abogado, porque la culpa a usted de sus propias altas expectativas en sí mismo. Es normal que a la sombra de su enorme talento...- acompañó la frase con un gesto en el que intentaba abarcar toda la tienda.

- Enormísimo, no sólo es técnica, es arte

- Es arte

Ambos la miraron y dijeron al unísono.

- Arte

Artintatus continuó con su diatriba:

-Arte que junto a su enorme capacidad intelectual, han supuesto una gran traba en su desarrollo. Me puedo imaginar que usted le animó a que optara por la ley, pero no alcanzando los requisitos para practicar la abogacía se ha limitado a una función mucho más física y pueril.

- Mucho más pueril y poco refinada. 

-Además que está claro, que la culpa a usted por su falta de libertad personal, por eso tiene tanta inquina a los Cerdos de Agua. Por que ellos son libres, y los envidia.

- Clarísimo.- Apoyó Caila

- Creo que sería terapeútico para ambos, que usted representase a la caricatura de pirata que tiene retenida en un pleito brutal. Por un lado le estaría demostrando que valora y respeta la libertad ajena, de forma que si él no ha tenido valor para hacer lo que le de la gana, la culpa ha sido toda de él, y no suya.

- Si, sí, eso sería muy liberador.

- Además le daría una lección sobre el poder del intelecto, frente a la autoridad y el poderío físico, con lo que puede inspirarle a alcanzar metas más elevadas, como ha hecho usted.

- Mucho más elevadas. 

-Y por último, su hijo claramente ha descuidado sus deberes familiares ¿Cuando la visitó por última vez? Tenía la luz apagada, porque no sólo no tiene clientes, él tampoco la visita.

- Qué mal hijo...- Caila agito una mano mientras hinchaba los carrilos.

- Así que darle con la ley en las narices y obligarle a tener que asumir que usted tiene razón, sería muy satisfactorio. Además de que como madre, conseguir que su hijo le de la razón, marcaría un hito histórico, no sólo en la abogacía, si no en el propio Bastión. 

Wanda escuchó todo el speech de Artinatus (Puntuado por la excitable Caila) pasando su bola de tabaco de un carrillo al otro, mordiendo con ganas mientras toda su relación con su hijo pasaba ante sus ojos. Realmente el militar veterano había presionado el interruptor correcto y su cabeza ya repasaba los posible sprecedentes y leyes a los que podría recurrir para restregar su abandono (y la necesidad de liberar a Relincho Cerdo, por supuesto) al alguacil, que responde al singular nombre de Gran Duque Evepo.

- Al diablo.- Masculló abandonando su posición en el mostrador para abrir un buró metálico verde que destacaba contra la pared del fondo. De su interior extrajo un maletín de piel de cocodrilo con una enorme W caligráfica enmarcada por florituras doradas. - Hagamos esto por el arte, piquito de oro. - Sonrió al elemento marcial de la tropa, abriendo el paso hacia la puerta de su establecimiento, con la llave en la mano para cerrar la puerta a la espalda de los aventureros cuando estos saliesen. 

Dio buena suerte del coágulo de tabaco requetemascado aprovechando una toma de alcantarillado abierta y apremió con la mirada a aquella extraña tropa que había avivado su espíritu mortecino por primera vez en años.

- Liberemos ese Relincho de Cerdo, y pateemos el culo de otro cerdo que me conozco...- Wanda parecía haber rejuvenecido 15 o 20 años, estaba exultante y encabronada a más no poder.

El Bastión podía ser el último y único refugio de la humanidad. Sus leyes de la física, el espacio, y el tiempo, no se aplicaban de igual forma, ni en todo momento a la totalidad de la ciudad. Una metrópoli enorme en la que la estabilidad era un concepto casi tan alienígena como las formas de vidas procedentes de las Estrellas. Sin embargo, algo parecía inmutable. Las relaciones entre los humanos, su ansia de proteger su autoestima culpando a otros de sus decisiones y errores, su búsqueda de una rutina y la apatía que se aposenta tarde o temprano en una vida que sólo espera el momento de morir llenando el tiempo con actividades y aficiones que parecen importantes. Y por supuesto, la ambición de dejar un legado por el que ser recordado. 

Arti y Caila salieron de allí con paso apresurado, abriendo lo que podría ser una marcha triunfal, tal y como estaba de ánimos la señora Wanda ¿Evepo?.

Pero el soldado no tenía intención de esperar a que la discusión terminase para asaltar la biblioteca, aprovechar mientras el alguacil estaba ocupado, por si las cosas se iban al garete parecía la mejor opción. 

Así que cogió a Caila y a Pyotr del brazo mientras salía y se alejaba de Wanda, con la intención de dejar salir a los demás, y de paso que no escuchasen su conversación. 

- Tengo un plan para vosotros, Caila, tu vas a seguir azuzando a la abogada, y tú...- Miró fijamente al amigo de Kate.-... Tienes pinta de que sabes escabullirte. La vas a acompañar y te vas a asegurar de que no le ocurre nada malo, mientras los demás vamos a la biblioteca y están distraídos, conseguiremos el libro y lo sacaremos del barrio. Le diré a Rister que mande a su búho a pegaros un chillido cuando lo tengamos. Saldremos por el agujero de los vagabundos del sur, llamaremos menos la atención. ¿Todos de acuerdo?

Aun observando la maqueta mordisqueada me incorporo cuando Antintatus empieza su.. ¿actuación?, el despliegue resulta impresionante, aunque confuso. Cuando acaba no estoy seguro de haber entendido todo lo que ha dicho el soldado/cabezologo y parpadeo una sola vez con un sonoro "click" como señal de estupefacción

Pero ha funcionado así que bien esta "que curiosos son los humanos"

A continuación el soldado expone su plan para recuperar el libro por el que habíamos venido en primer lugar

-todo claro- respondo afirmativamente