Partida Rol por web

Rister tenía más recursos de lo que aparentaba para una dama de aspecto tan fino y elegante, pero aún así, Kate prefería estar cerca, por lo que pudiese pasarle. Pero aunque quería alcanzarla pronto, en lugar de ir directamente por el pasillo detrás de ella, se detuvo un momento en la sala, y mientras contemplaba las imágenes en movimiento con curiosidad, les dijo a sus compañeros en un susurro.

-¿Recuerdan los gritos y ruídos que parecían disparos que se oían a lo lejos despues de la lucha en la primera sala? Aún no nos hemos encontrado con la gente que los producía. Pero si lo que escuchó Rister en la sala del fuego negro es cierto, el grupo que pasó por allí antes que nosotros, si siguen vivos, deben de estar en una de las salas de delante.-Dejó las imágenes en las pareces y se acercó al mapamundi, echándole un vistazo, pensativa. ¿Serviría aquello de guía si algún día dejaba Bastión y se echaba a navegar por aguas más amplias?-A lo mejor son gente con que podemos reunir fuerzas para conseguir encontrar lo que queremos y conseguimos más amigos. Eso estaría bien. O a lo mejor quieren lo mismo que nosotros y no les gusta compartir. Eso no estrñia tan bien. A lo mejor no siguen vivos, y las cosas que provocaron los gritos y disparos está aún esperándonos. Eso va a ser interesante, a juzgar por el resto de mobiliario de la biblioteca. Quizás deberíamos tener especial cuidado, de ahora en adelante. No queremos perder demasiados miembros antes de revisar todas las salas.

Sin mucho más que mirar que le llamase la atención, Kate puso su bichero sobre el hombro, recogió su cubo, que había dejado en el suelo mientras curioseaba la habitación, y se dirigió a zancadas hacia el pasillo.

-¿Seguimos a ver qué encontramos?-Preguntó, con una sonrisa, mirando hacia el pasillo. Y quizás un observador atento notara que, a pesar de la despreocupación en su expresión, por la tensión en sus dedos y la forma en que sostenía el bichero, estaba preparada para blandirlo en el momento en que fuera necesario.

Siguiendo de cerca a Kate Mr.Smith revisa con la mirada la nueva habitación, con unos cuadros notables y un mapamundi que resultaría de lo mas interesante en unas circunstancias mas relajadas

-mm, tal vez mas bibliotecarios, o puede que incluso escucharamos alguna grabación de sonido. Este edificio está resultando de lo mas extraño- responde a lo dicho por Kate mientras mira uno de los cuadros y gesticula frente a el a ver si las imagenes reaccionan de alguna forma

-Sigamos- dice finalmente incorporandose, en su derecha esgrime la pesada llave inglesa de Pandora. En sus facciones mecánicas es imposible leer ninguna emoción.

No así en las de Pandora, que manosea la pistola con silenciador que consiguio con visible nerviosismo que también se nota en su rostro

Sr. Smith y compañía! parece que los ratones nos han dejado una dulce tajada aquí. Los pasadizos secretos siempre son lugares interesantes. No hay movimiento perceptible en la estancia oculta, ni tampoco un peligro per se. ¿Qué les parece si investigamos este sitio antes de arriesgarnos con el pequeño joven-viejo sol enano, que parecía bastante peligroso? Algo bueno tienen que haber escondido aquí para tomarse el trabajo de esconderlo. Espero no sean solo ratones gordos y golosos. 

Termino de susurrar la joven mientra los invitaba a adentrarse por el pasadizo que acababa de aparecer mágicamente ante sus ojos.

Ademas, nuestra competencia marcho por la otra entrada y mejor no cruzar nuestros caminos, al menos no por ahora. Si encontramos algo interesante podemos negociar o quizás ya estén negociando ellos con los bibliotecarios robots por nosotros y no creo que sea en buenos términos (aseguró mientras sonreía). Esas maquinas deben tener alguna debilidad, debemos averiguar cuál podrá ser. ¿Cómo les fue con la tormenta,hay olor a quemado? 

Mientras Kate divaga sobre posibles nuevos amigos o enemigos, Smith comprueba que los cuadros vivientes no reaccionan a sus muecas. Al contrario. Parecían ser restransmisiones realizadas desde distintas calles de Bastión, incluso había un cuadro más voluminoso que parecía mostrar qué pasaba en un poblado exótico del Pueblo Profundo. No parecía ser una retransmisión que se,repitiese. Puede que incluso fuesen imágenes de lo que estaba pasando en ese mismo instante.

La estancia en la que se encuentra Rister es más oscura y fría que las anteriores. A los aventureros les toma un buen minuto comenzar a definir la forma de su compañera y lo que allí se encuentra. 

Aparentemente hay un espejo que recorre toda la pared derecha de la estancia, algo que deducen por los brillos y movimientos que ellos mismos generaban en la lisa superficie pulida.

Hay otra cosa que recorre la longitud del cuarto: un estrecho carril central en el suelo. Del mismo sobresale algún tipo de maquina, como el torso sin cabeza de uno de aquellos bibliotecarios robóticos. Está completamente inmóvil y, junto a su brazo, reposa un largo berbiquí de manivela cuyo brazo llegaría hasta el techo.

En la pared izquierda una especie de relieve geométrico con incrustaciones brillantes ocupa la mayoría de la superficie. Hay una columna con diales e interruptores que parece comunicarse con el carril central.

En el fondo de la sala hay un portalón mecánico del que parece provenir la corriente de aire frío.

-Mr. Smith encontró varios tubos con tormentas dentro. -contestó Kate, excitada por compartir las cosas chulas que habían encontrado.-El pararrayos de señor Artintatus fue un éxito, no volvió a haber rayos. Aunque pareció volver la tormenta después de que a Mr Smith se le cayera una probeta. ¿No se ha encontrado con problemas? ¿Alguien le ha disparado o se ha muerto por aquí?-le preguntó a Rister, mientras examinaba el chisme que estaba en los raíles. ¿Por qué en raíles?

-¿Se supone que va a dividir el techo a la mitad?¿Pulsamos los botones a ver qué hace?

Los cuadros que se mueven parecen mostrar escenas de lugares distantes, ¿están ocurriendo ahora o son recuerdos de acontecimientos pasados?. Es imposible saberlo ahora, pero desde luego es algo fascinante y Mr.Smith intenta llevarse uno de los cuadros mas pequeños de recuerdo

-ah señorita Rister, es un placer volver a verla- dice respondiendo a la mencionada, sus ojos emiten un inapreciable zumbido cuando se ajustan a la oscuridad de la habitación

-coincido con usted en evitar a la competencia en la medida de lo posible y.. mmm ¿como está sujeto este cuadro?-

Sigue intentnado sacar el cuadro de su sitio y asiente a Kate

-si, los botones e interruptores están hechos para ser apretados. Yo ire en cuanto solucione esto... creo que ya sale-

Una vez más solo podía fascinarse ante el valor que tenían sus compañeros, que armados solo de intuición y descaro se abalanzaban hacia lo desconocido.

Se encogió de hombros ante la sugerencia de Kate y Smith de trastear con el panel de mandos.  Ni corto ni perezoso, se acerco, se crujió los dedos de las manos, como un pianista antes de empezar y se lanzó de cabeza a tocar botones y mover palancas al ritmo de una música demencial que sólo el escuchaba. 

Rister, mientras tanto analiza las incrustaciones brillantes de la pared izquierda. Acaso había visto algo similar antes en su corta pero ambulante vida. Quizás sospecha que la clave pueda estar reflejada en el espejo.

Siempre adoré los espejos y este sin dudas es el mas grande que haya visto. 

Con mucha calma tratará de trazar el reflejo en el polvo del suelo para comprobar si le encuentra algun sentido, en caso contrario tomara nota de las protuberancias grabandolas con mugre en el dobladillo de su vestido.

Quizás esto no sea útil de momento o no tenga idea ahora para que sirve, pero... se ve demasiado curioso para dejarlo olvidado.

Mientras garabatea el dobladillo (utilizando su dedo, saliva y polvo, todo sobre la suave superficie de la prenda) recuerda sus años como señorita y los ramos que llego a cursar en la Universidad de Bastión. Ella no hacia trampa, solo tomaba notas para tener un ayuda memoria si todo lo demás no funcionaba y su preparación para dicho examen era insuficiente. Mientras duró fue una alumna ejemplar.

Pero un día alguien mas puso sus ojos en este secreto, y esos indiscretos ojos eran los de su profesor...

Tras su rápido resumen sobre qué había acaecido con el cuerto tormentoso y los tormentosos juguetes in vitro de Smith, Kate se quedó esperando expectante a que alguien manipulase los diales y botones de la esquina de la sala. 

Smith se había quedado en la sala anterior, seleccionando uno entre los muchos cuadros que descansaban en la pared o apoyados en el suelo, donde Rister los había dejado en busca dle panel que se había abierto al nuevo cuarto, finalmente se quedó con uno especialmente transportable*.

Fue Artinatus quien tomó la iniciativa con los mecanismos de la sala. Al comenzar a manipularlos ocurrieron un par de cosas curiosas:

1 el droide de los carriles en mitad de la sala comenzó a erguirse todo lo que podía, no levantando mucho más que medio metro desde el suelo, su único ojo se tornó rojo y enfocó a la parte inferior del espejo, donde ahora los aventureros pudieron apreciar distintos agujeros a lo largo de la pared. 

2 Cuando el haz de luz del androide penetró en uno de esos agujeros, casi accidentalmente, un sonido como de órgano de tubos pero claramente producido por un artefacto eléctrico llenó la sala. Aun así parecía faltar algo en la ecuación para que aquello funcionase. Podía ser porque el raíl estaba obstruido, porque el artilugio mecánico no estaba programado o... Cáspitas, a este pobre narrador no se le ocurre qué más podría ser...

El veterano, por estar más próximo a las incrustaciones de la pared de la izquierda, percibió que estas parecían estar adheridas al papel de pared que cubría la estancia.

Mientras Rister garabatea lo que ve en el espejo cae en la cuenta de que hay algún tipo de código allí escondido, hay una cadencia... Un ritmo... ¿Es aquello una partitura? ¿y de serlo qué versión es la correcta? ¿La que se refleja en el espejo o la del panel de brillantes relieves situado en la pared del fondo?

Su análisis también le permite comprobar que hay manchas parduzcas secas en el suelo, y es consciente de que son máculas de sangre, diseminadas por el suelo en cuatro puntos distintos de la sala.

Finalmente Mr.Smith selecciona una imagen adecuadamente portatil y la envuelve con cuidado para llevarsela.

Y justo a tiempo porque el droide parece cobrar vida iluminando un poco mas la curiosa estancia

-parece ser tanto un acertijo como una trampa mortal- comenta de buen humor

Observa la situación un momento antes de concluir

-habrá que dar mas instrucciones al androide. Con la correcta podremos seguir por este camino, con la incorrecta caerá sobre nosotros alguna clase de artificio letal- hace una tensa pausa antes de añadir con mas ligereza -¿Creeis que esta biblioteca estuvo abierta al público en algún momento?-

Una vez transcrito el código que muestra el reflejo, y después de saborear los restos de mugre que habían quedado en su dedo indice izquierdo (Rister, había escuchado de inventores que escribían sus descubrimientos con esta técnica para que los curiosos no pudieran descifrarlos sin la ayuda de un espejo).

Mes Amis! creo que podría llegar a sonar un melodía si seguimos insistiéndole a la maquina y por los restos de sangre que encontré en el piso, dudo que sea bueno para nuestra salud. Les sugiero que aunque sea lo intenten con los oídos tapados y nos comuniquemos por señas.

Mantente atento Phi, tus alas no te ayudarán a bloquear tus sensores de sonido, pero como mi Ulises, me anunciaras si oyes algo y de esa manera quizás naveguemos a través del canto de las sirenas (las mitológicas o las extremadamente ruidosas, si es que no explotas en el intento :D).

La joven lleva sus indices a las orejas y meterá presión para evitar toda onda acústica remanente. Les puede hablar, pero salvo que utilicen gestos que puedan ser vistos... no puede oírlos. Al fin y al cabo salvo por la música mas actual y electrónica, nunca fue muy adepta a escuchar otras tonadas. Para ensordecer aun mas entonará en voz alta su canción favorita, utilizando silbidos y sonidos guturales.

Punchi... Punchiii... Punchiiiiii... punch.
OOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMM! silbido: ommmmmm, silbido. Silbido... Silbido
Punchi... Punchi... Punchiii PUNCH! 

Silencio Dramático...

Sonríe y a continuación vuelve a comenzar su ecléctico, también eléctrico estribillo. Baila al compás, es casi un sonajero o un cascabel! Con sus zapatos sobre los hombros, sostenidos por las garras del rapaz, descalza y bastante desalineada ya, parece haber salido de uno de esos modernos salones de música de la ciudad.     
 

Por cierto Sr. Smith, una biblioteca no creo, pero podemos hacer que sea una fiesta, baile incluido.

Grita desde un extremo, mientras se contonea a su propio ritmo! Ya no escucha mas nada.

-Pues parece que ya tiene su nueva partitura, Artintatus.-Dijo Kate, señalando el reflejo de las inscripciones en la pared, mientras se taponaba los oídos con una tira de tela sacada del borde de su camisa- Su anterior interpretación fue extraordinaria, un día tiene que venir a amenizar las tardes a la pandilla en los canales. Estoy deseando ver lo que consigue esta vez.

- Creo que tiene más que ver con la entrada de esa herramienta en los agujeros, que con que vaya a hacer ruido...- Comentó mientras dejaba caer la frase a medida que Rister se comportaba como una cría que no quería escuchar a sus padres. Se encogió de hombros y estudió la partitura y el supuesto "instrumento" que tenía entre manos. Esperaba que con su primer acercamiento tuviera conocimientos suficientes para aplicar la partitura al cacharro. 

Comenzó a tocar siguiendo lo dispuesto en el pentagrama, o al menos, lo que interpretaba que decía

Si Mr SMith se paraba a escuchar a una voz, venida de ninguna parte, que a veces parecía narrar detalles de lo que a los personajes pasaba o trataba de empujarlos un poco en alguna dirección, oiría cómo esta comentaba que realmente la biblioteca se abrió al público hacía un año. Era un proyecto titánico en el que no se habían reparado en gastos, con respecto al fondo al que iba a dar asilo y la tecnología experimental que se había instalado para catalogar los libros y atender a sus usuarios. Pero algo aconteció con parte de esta tecnología y se cerraron sus puertas sin dar mayores explicaciones a la población.

Su catálogo aún no archivado fue repartido entre otras bibliotecas y varios palés ocupados por colecciones completas de enciclopedias ilustrados quedaron en tierra de nadie, sin ser reclamados, en la zona de Bastión conocida como Agujero de Tata, donde los volúmenes fueron empleados a modo de ladrillos y losas para levantar el asentamiento de Palabra de Gorgo, donde, para conseguir un habitáculo para tu familia, solo debías prometer memorizar los libros con los que este habían sido conformados, a medida que eran sustituidos por otros volúmenes defectuosos.

Pero en el momento en que esta información fue desgranada, tanto Smith como sus compañeros estaban bastante ocupados tratando de deducir cómo funcionaba aquel droide o tomando medidas de seguridad algo precarias para no exponerse a un posible peligro inminente, si lograban que aquella caja de música funcionase correctamente.

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A Artinatus le bastó con observar un par de veces la partitura reflejada en el espejo y comprobar cómo se movía el mecanismo del droide para deducir el funcionamiento del mecanismo y cómo proceder para su ejecución. Su teoría sobre la herramienta y los agujeros no parecía correcta, pues tenía que ver más bien con cuanto profundizaba el haz de luz roja del ojo del autómata en los agujeros ya trazados en la pared, la partitura fundamentalmente indicaba un tempo y había servido como modelo para quien quiera que hubiese trazado aquella segunda partitura bajo el espejo.

El ejecutor de la pieza comenzó a funcionar en mitad de su carril, desplazándose por este hacía su derecha a medida que reproducía la curiosa sonata de pitidos y acoples. Una vez que llegó al extremo de su guía pareció saltar a un renglón inferior de agujeros, continuando con la pieza sin detenerse. Llegó al extremo del fondo de la sala y volvió a repetir el mismo recorrido, confirmando que aquella pieza se construía sobre un bucle en dos partes, pero a cada vuelta aceleraba o desaceleraba en determinados puntos causando pequeñas variaciones.

Aquello comenzó a moverse cada vez más rápido, aumentando cadencia, volumen y eco hasta un punto en que se tornó ensordecedor, algo que no parecía afectar ni a Mr SMith ni a Phi, puede que por sus naturalezas artificiales. Kate y Rister parecían haberse librado de los efectos de la partitura al taponarse los oídos y dedicarse a repetir 'la la la la la' o canciones de ritmos extraños por encima del ruido, pero Pandora y Artinatus habían comenzado a sentir naúseas a la tercera repetición dle ciclo y a la cuarta algo cálido, líquido (para más señas rojo) comenzó a brotar de sus oídos...

Mientras la joven mecánica y el veterano trataban de cubrirse los oídos o alejarse de la sala, una serie de chispazos violetas comenzaron a brotar de la puerta electrificada del fondo de la sala, en la que nadie se había fijado demasiado hasta ese momento. El flujo eléctrico pareció apagarse facilitando el que la lámina mecánica se hiciese a un lado, dando paso a una nueva sala.

Por una parte, viendo las consecuencias, Kate se alegraba de haberse tapado los oídos. Por otra, era una lástima no poder conocer una música capaz de abrir puertas y reventar tímpanos. Las orejas de Artintatus y Pandora habían salido malparadas por la música, pero Kate no tenía mucha capacidad para sanar orejas. Lo que sí tenía era un palo muy largo, así que sin pararse a prestarles una ayuda que no les iba a servir de mucho, se acercó a la puerta que se acababa de abrir para ver si al otro lado había algo que necesitaba ser golpeado con un palo antes de que consiguiera entrar. Bibliotecarios furiosos, cosas ardiendo, libros malditos...ese tipo de cosas.

- Me cago en tó.- Gritó el exsoldado mientras se llevaba las manos a la cabeza. No sabía que le dolía más, haberse equivocado o esa insufrible canción  que no podía dejar de canturrear. Ahora no podía parar de rechinar los dientes al tempo.

- ¿Vamos dentro o qué?- Preguntó malhumorado. 

Mr.Smith observa fascinado la ejecución musical, este es sin duda un instrumento único y fascinante y queda pensativo cuando acaba la pieza hasta que Artintatus dice algo

-¿que? o perdón, mis receptores auditivos se adaptaron a la pieza, ya esta, vuelvo a oir normal y... ¿Sabes que estas perdiendo fluidos corporales Artintatus? oh, tu también Pandora. Eso suele ser malo-

Por un momento considera si no estarán realizando funciones de excrección de residuos, un tema con el que los orgánicos son muy discretos, pero la cara de nausea de su mecánica parece corroborar que no es el caso y el ser mecánico le presta su pañuelo

-mm, bueno, ya que se ha abierto esa compuerta deberíamos entrar-

La troupe aprovechó la apertura de la puerta del fondo para tratar de huir de la lacerante pieza musical, pero Kate, siendo previsora, envió su bichero por adelantado, por si algo les esperaba al otro lado. Echó una ojeada, topándose con una estancia rectangular en cuyo centro destaca una especie de armario cableado, ¿Sería a lo que se referían como el núcleo de la biblioteca? Entorno a la misma parecía haber marcas negruzcas formando una circunferencia irregular.

El sonido de la música del cuarto anterior no se escuchaba allí, pero una vibración extraña sacudía un par de altavoces situados al fondo de la sala. Estaban congelados, como también lo estaban dos bibliotecarios mecánicos como aquellos a los que se habían enfrentado en la primera sala. Kate pudo deslizarse en la sala sin resistencia, seguida por sus compañeros, y pudo ver que en el peculiar y zumbante armario central había un dial situado en la posición 'congelar'. Para poder manipularlo tendría que usar el bichero o penetrar en el diámetro marcado en el suelo.

En la pared de la derecha había un portalón hidráulico cerrado.

Kate miró al centro de la sala. ¿Sería allí donde estaba la P. voltaica? Miró a los altavoces. ¿Empezarían a transmitir la música rompetímpanos en cuanto se descongelaran? Miró a los bibliotecarios. ¿Iban a intentar matarlos cuando estuvieran libres de hielo?

Había un montón de cosas allí hechas para acabar con ellos si descongelaban la habitación. Pero iban a tener que descongelar la  habitación antes de usarla. Curiosamente, el palo parecía ser la solución maestra para todo en aquella habitación. Mover botones, reventar cabezas de bibliotecarios, destrozar altavoces...

Ya tenía el bichero en alto e iba a empezar a reventar la primera cabeza cuando le entraron las dudas.

-A ver,-le dijo a sus compañeros-ustedes que son gente lista. Estos cosos son de los del tipo de la primera habitación, que están para acabar con nosotros; o de los del tipo de la última en la que hemos estado, del que estaba enganchado al raíl y tal, que hacen cosas y abren puertas. ¿Les rompo la cabeza o esperamos a ver lo que hacen cuando apriete el botón antes de romperlos?