Partida Rol por web

El recién liberado Pyotr, antes de recobrar su pose erguida, gateó entre cascotes y caídos hasta dar con la pistola y la porra de uno de los polizontes caídos, ya que su equipo había sido requisado al ser detenido en la comisaría. Al ver cómo Kate atacaba a uno de los recién llegados, optó por unirse a su ataque, pero la mala suerte quiso que su arma estuviese dañada y el proyectil no saliese con la fuerza deseada. Aun así Kate si que le había propinado un buen bicherazo en el cuello, donde el garfio se enganchó haciéndole una buena tajada pero se soltó antes de que Rata pudiese hacer un daño más definitivo.

- ¡¡¡Furcia rastrera!!!- Espetó el polizonte, escupiendo sangre, pero se había girado hacia Pyotr al ver su arma y procedió a atacar a este quien consiguió escudarse tras un cascote que retuvo gran parte del impacto, pero aun así notó una punzada en su flanco izquierdo.

Mr Smith se había hecho con un buen cascote que se disponía a arrojar contra Evepo una vez que el escudo de este bajase o fuese neutralizado, pero los mecanismos de sus dedos fallaron sin previo aviso dejando que la mole de ladrillo y argamasa cayese a los pies de este, quien miró el proyectil, acongojado, antes de intentar usar su trabuco contra él. Había sido algo isntintivo.

- Cerdo, podías haberme... HABERME MATADO.- Vociferó hacia la cornisa tratando de enfocar a su rival. 

Al bajar su escudo se encontró de frente con dos sables, blandidos por sendas damiselas de armas tomar y un disparo propinado por una tercera aventurera desde las alturas, quedando asaetado y con media cabeza reventada en el acto.

Posiblemente las cábalas de Rister eran ciertas, iba a ser difícil huir de aquella nueva vida que se habría ante ellos al atacar abiertamente a varios agentes del orden, que caían como moscas a su alrededor.

Artinatus estaba reservando su disparo, pero no fue necesario. Descargó su puño contra un segundo polizonte quien lo recibió en todo el estómago, pero parecía llevar algún tipo de protección blanda que absorvió parte del impacto. Este trató de devolver el ataque liberando su porra sobre la cabeza del veterano, en la que impactó de lleno, causándole una fuerte fractura que le hizo probar el sabor de su propia sangre.

Tras descargar sus ataques y ver caer a Evepo, Caila y Relincho Cerdo escucharon a Kate, apremiándolos a subir hacia la azotea de la que habían bajado. El cerdo acuático no se lo pensó dos veces, pero la ahijada de Artinatus, al extraer triunfal su sable del cuerpo del Marhall y girarse en busca de una expresión de admiración por parte del veterano, vio cómo este recibía el fatal zurriagazo.

Quiso la mala suerte que otro de los polizontes tratase de descargar su hierro contra Relincho, quien recibió un tiro por la espalda que lo dejó sangrando en el suelo. No había sido mortal pero iba a necesitar ayuda médica.

Filo, el lanza cuchillos del circo trató de afinar puntería contra el otro polizonte que quedaba. Desde su posición, y haciendo gala de su increible talento con los cuchillos, fue capaz de alcanzar a su blanco en toda la cabeza, dejándolo muerto in situ.

Mr.Smith iba a responder a Evepo explicandole que esa había sido su intención, cuando la vida del policia acaba abruptamente

-tal vez luego necesite una revisión de la mano Pandora, ¿te acuerdas de ese ruidito que te dije que hacia?-

La mencionada no parece atender a las palabras de su cliente, su cara verdosa expresa angustia, tal vez por la perspectiva de ser una fuera de la ley. Aun así alcanza a disparar al policia que ha derribado a Artitantus

-hablando de ruiditos, ese ruido de la cabeza de Artitantus no es normal, ¿no?- dice el ser mecánico fijandose en el estado de su compañero con preocupación (o podemos suponer preocupacion ya que no la expresa demasiado bien)

Ahora si estarían acorralados. La joven se inclino y tomo las armas de Evepo, también sus fundas. Habían llegado demasiado lejos con todo esto. La decisión a tomar a continuación era:
*Terminar lo que habían empezado... cosa difícil de lograr; siempre habrá testigos en Bastión
*Volver atrás sus pasos y deponer las armas sin hacer mas daño
Con las armas del villano, que casi mata al escudero que llevaba en su vientre; la joven de níveos cabellos se dispone a responder contundentemente si sus socios avanzan sobre los polizontes. Más no sería lamentablemente con argumentos, estima...
¿o todavía hay alguna posibilidad de deponer las armas? 
¡¿CÓMO SIGUE ESTO MES AMIS... (grita Rister)? ¿Seguimos adelante o ofrecemos una tregua?
Yo creo que ha sido suficiente... Rindanse.
Y con esa palabra con R termino su breve discurso. Acaso exigía la rendición de sus contrarios o la de ellos mismos.
Las armas aun estaban desenfundadas y listas.

Pyotr sujetó a Relincho bajo una axila y ayudó a Caila a Subir las escaleras con él, mientras Kate protegía su subida.

Parecía que Rister era partidaria de parlamentar, así que a ver si podía apoyarla.

-Ya está bien. ¡Los que quedan, vamos a daros una oportunidad de rendiros ante la autoridad antes de que las cosas empeoren para vosotros! Si no desistís, vais a tener aquí a una compañía entera de nuestros compañeros Agentes de Protección Arquitectural de Bastión. Y no van a estar muy contentos de saber que habeis detenido a varios de nuestros confidentes y que nos habeis atacado mientras levantábamos informes del estado de los edificions de la ciudad, que se caen a trozos. ¡Ya sabemos que pretendíais ocultar vuestros crímenes contra la arquitectura emblemática bastionita, si persistis, va a ser peor para vosotros!-¿se lo tragarían? Por probar, nada se perdía. Bueno, sí, la oportunidad de dar más golpes en cabezas.

Caila mantenía el sable desenvainado, más por aportar una amenaza objetiva a su cara desafiante que otra cosa, invitando al policía que había herido a Artin a dar un paso atrás. Se acercó al cuerpo de su padrastro y lo agarró por una muñeca para tirar de él. 

- No puedes dejarme así, Arti, no puedes.- Notaba que se le quebraba la voz, y decidió callarse. Aunque su furia se encendía por momentos y con lágrimas en los ojos miró al policía con un desprecio tan profundo y puro que podría helar la sangre de un caballo a la carrera.

Puede que Pandora no emplease armas de fuego en su día a día, pero su ojo estaba afinado a base de tener que localizar los errores más minúsculos entre los mecanismos más complejos. Con el paso de los años había comprobado, al participar en las barracas de tiro de las ferias, o al tener que participar en algún duelo por su honor de mecánica por algún absurdo artículo de garantía que un cliente podía considerar que se había saltado, que donde ponía el ojo, ponía el proyectil. Y en esta ocasión su suerte no le falló. Presionó el gatillo apuntando a donde se erguía la cabeza de aquel polizón bigotudo, y un pestañeo después, aquella prominencia había desaparecido en una burbuja escarlata que reventó tiñendo de morado la casaca azul de su víctima y de rojo la pálida acera que ribeteaba la biblioteca.

El discurso de Rister se vio rematado por aquella descarga de pólvora sobre uno de los polizontes. Parecía que su llamamiento al diálogo no resultaba muy esperanzador, pero Kate, la rata de los canales, retomó la cháchara de su compañera y trató de llamar al ¿Orden? Quién podía saberlo a aquellas alturas. Aun así ella sí que pareció encender una chispa de esperanza en la media neurona de los dos uniformados que quedaban. La caída de otro de ellos era una clara señal de su futura derrota, cuando su número nunca había estado a la par que el de aquellos aventureros de fuera del distrito, pero fue la mención a los Agentes de Protección Arquitectural de Bastión la que hizo que a otro de los polizontes se le abriesen los ojos como platos, pues todavía cargaba a sus espaldas una pesada deuda por un quítame allá esos ladrillos que había cometido inconscientemente al tratar de hacerse con unos bloques refractarios para improvisar una barbacoa hacía cinco años. Este guardó su arma y puso las manos en alto en señal de buena voluntad.

- Por... Por mí bien.- Malditos Agentes de Protección Arquitectural de Bastión. Malditos. Malditos. Malditos. Malditos. Cuánto los odiaba.

Así pues, solo quedaba otro agente, encarando al cuerpo caído de Artinatus y tratando de sostener la fiera mirada de Caila, quien había jurado cholo sobre su sedente padrastro: no le importaba perder la vida mientras se llevase por delante a aquel maldito polizonte, y este lo comprendió perfectamente. Vio la serpiente revolverse en las pupilas de la joven y habría vaciado su pequeña vejiga, si no la hubiese vaciado cinco minutos antes en la esquina del bloque anterior. Como su compañero, bajó su arma y levantó las manos hacia la zona en la que los aventureros los controlaban desde las azoteas.

- No... Nosotros no hemos visto nada. He... Hemos llegado tarde y quien quiera que haya matado a nuestros compañeros ya... Ya había huído.- Comentó el primer alguacil que se había rendido. El segundo simplemente asintió mientras se iba tiñendo de amarillo. Malditos. Malditos. Malditos. Malditos Agentes de Protección Arquitectural de Bastión.

Un certero disparo de Pandora y la mención del temido departamento de protección arquitectural de Bastión, que Mr.Smith no conocia pero al que parecia pertenecer, concluyen la situación satisfactoriamente con la rendición de los dos agentes restantes

-entonces.. Artitantus está herido de gravedad como tu antes, ¿no?- pregunta a su mecánica para tener del todo clara la situación, los seres orgánicos parecen absurdamente frágiles

Una vez aclarado el punto bajan del tejado para ayudar a transportar a los heridos ante Posie y a lo que sea necesario antes de abandonar Achicorias Gandul, un barrio bastatne colorido que no le importaría volver a visitar en el futuro

Mientras Posie arreglaba a Artinatus y le daba un repasillo a los demás heridos, Kate se sentó en el suelo a observar las operaciones, algo que no había tenido ocasión cuando había estado ella en el otro lado del gran mar de la vida, y a explicarle a Pyotr y Caila lo que había pasado por su lado con la exploración de la biblioteca.

Con todo lo que había pasado, parecía un poco absurdo que la primera vez que realmente habían tenido ocasión de relajarse un poco y descansar, había sido usando como refugio el mismo bastión cargado de trampas y peligros que casi los había matado antes. Pero tras ganar la amistad de Posie, la cosa había cambiado bastante.

-Dejando a un lado las heridas, muertes, y desapariciones misteriosas tras ser devorados por topos, han sido unas aventuras de lo más agradables en su compañía.-Les dijo a los demás miembros de aquel reciente grupo cuando acabó su relato.- Supongo que una vez que paguemos la deuda, cada uno volveremos a nuestra casa y a resolver nuestros asuntos pendientes. Pero si alguna vez necesitan ayuda, tienen algún asunto interesante en el que les vendría bien un par de manos o les apetece visitar los canales y deciden que quieren la compañía de una rata para ese día, estaré encantada de volverlos a ver. Cuando quieran vernos, pregunten por nosotros en los canales. No somos dificiles de encontrar. A no ser que no queramos ser encontrados. Y no te preocupes Posie-desde el suelo, donde estaba sentada, estiró la maño para darle unas palmaditas amistosas a uno de los tentáculos mecánicos-ya sé que no puedes hacer visitas, por ahora, pero vendré a verte de vez en cuando.

De igual manera, la chica del cabello deslumbrantemente blanco, acerco a su escudero o escudo en esta ocasión. Phi, el búho, se veía bastante desalineado, apenas emitía un suave murmullo mecánico. Perdía fluidos y fundamentalmente tenía un hoyo justo en medio de la puertecita que se abría hacia el compartimento secreto. 
¡Parece que volverás a ver otro día para luchar mi querido Phi! 

Por mas que han soplado plomo para derribar la puerta que lleva a tu corazón no lo han encontrado. Tu corazón estuvo siempre en mi poder, al cabo que a mí me es mucho más útil.

¿Podrían arreglar esta puertecita arruinada? ¿Qué es un escudero que no puede cargar con lo pertrechos de su ama? o sea estos pesados artículos de muerte y destrucción que tanto nos afean.

Rister miro con amor a su recién nacido (o vuelto a nacer) compañero. Su loca mirada ahora era calma y maternal, como la de una niña jugando a la mamá. 

¿Qué les parece organizar una fiesta para festejar nuestro inusitado éxito? ¿Quién lo hubiera dicho que estos locos y yo lo lograríamos?

VIVAAAAAAAAA!!!!

Nos merecemos un buen brindis mes amisss :D

Los heridos más graves fueron carretados al interior de la biblioteca, donde Posie se debatía entre el fastidio (De ser interrumpido cuando se había abandonado a la escucha de la partitura Voltaica), el asombro (De ver la biblioteca invadida por nuevos y viejos amigos en tras un corto espacio de tiempo) y la maravilla (De tener nuevos juguetes con los que probar sus dotes quirúrgicas).

Una vez que Artinatus y Relincho fueron devueltos al mundo de los vivos, Posie escuchó la petición de Rister y comenzó a encajar las piezas de Phi, como si de un puzzle mecánico se tratase, mientras comentaba un curioso episodio que había acontecido tras la salida de los aventureros.

- Mi primera escucha de la partitura fue interrumpida por los murmullos de una fémina brujuleando por las entrañas de mi morada, parecía buscar a un tal Loko, pero me temo que terminó al otro lado del vórtice de Onix antes de que pudiese consultarla por sus inquietudes para tratar de ayudarla. Pobre, creo que las ratas ya deben de haber dado buena cuenta de sus crujientes restos. Aun así, creo que podría recuperar su consciencia y la del otro incauto.

Kate se puso al servicio de sus otros compañeros y dio unos toquecillos en uno de los tentáculos de Posie mientras este terminaba de coser a... ¿Evepo? Nadie sabía muy bien cómo pero los cuerpos de los polizontes habían terminado también en el cuarto en que se encontraba el núcleo de la inteligencia de la Biblioteca y esta había pasado a trabajar con ellos. 

- Me temo que los sujetos vestidos de azul han llegado en muy mal estado, la única manera de recuperarlos va a ser uniendo sus pedazos en un único sujeto. Espero que los humanos estén preparados para aceptar tal amalgama en sus calles.

El cuerpo de un polizonte descabezado estaba cosido ahora al sobaco del alguacil y el del otro estaba cosido en su espalda. Aquello parecía un torpe intento de títere ensangrentado, pero peor estarían muertos. A ver con qué cara miraba la dependienta de la chocolatería a su nuevo hijo. Visto lo visto puede que ni hubiese parte o denuncia contra los aventureros.

Comenzaba a anochecer cuando Phi estuvo completamente operativo y la tropa pudo salir de la biblioteca. Evepo tendría que permanecer sedado hasta ña mañana siguiente, pero Posie parecía más que segura de sus buenas artes como reanimadora, bisturí, aguja y tanza mediante.

Rister parecía tener ganas de jarana, pero antes sería preferible poner tierra de por medio entre ellos y el peculiar barrio de Achicorias Gandul.

Siguiendo el consejo de Mungo, la tropa optó por intentar salir de allí yendo por la alcantarilla, donde se encontraron con un lujoso asilo para ancianos, donde fueron recibidos por un delirante anciano, emperrado en medir la fuerza de sus puños con el cuerpo artificial de Mr Smith, y una simpática enfermera que les invitó a una rápida infusión de grosellas antes de dejarles usar el acceso del alcantarillado que les llevaría hasta el barrio de Chavalería Ñu.

Allí pudieron cenar en la cocina popular de Madame Electricitta, que acababa de convertirse en un modeno autoservicio psíquico gracias a tecnología de más allá de las estrellas vivas.

Desde allí pudieron enviar un telegrama a la oficina de Willhem Drugos, que fue desviado al hospital en el que este reposaba tras su accidente con los gigantes la noche anterior. Le informaron de la buena suerte en su incursión y salieron a consumir las baratas bebidas espirituosas que sus escasos bolsillos se podían permitir.

Mientras Artinatus comentaba con Caila sus impresiones sobre el más allá y esta les resumía, con ayuda de Pyotr el fracaso de sus negociaciones en los calabozos, un cuervo amaestrado, con un vistoso collar de terciopelo rojo, se posó en el hombro del primero. Este les retransmitió, con una graciosa imitación, las felicitaciones del abogado, quien los citó al día siguiente, a primera hora de la mañana,en su oficina.

A los aventureros les tocó hacer noche en un burdel alienígena, en la frontera del barrio de Bárbara Escupeliendres al no encontrar camastro en ninguna otra hospedería de la zona. Una trabajadora del lugar se había encaprichado de Phi y aún sabiendo que no se podía quedar con él, les cedió su dormitorio a cambio de poder udsar al búho mecánico como reclamo aquella noche.

Cuando la tropa llegó al gabinete de WWF se encontraron con un pequeño gran caos, ocasionado por unos obreros que habían sido contratados para tirar unos tabiques y remodelar los pasillos para que la aparatosa cama hospitalaria de Drugos (Ahora con una improvisada instalación de ruedas de distinto diámetro y origen en el extremo de cada pata) pudiese ser transportada hasta el despacho de este.

Y en ella les recibió, con todo su cuerpo escayolado, sus extremidades colgando de distintos soportes y un monete novato a modo de secretario y enfermero. Aparentemente en el hospital se habían encontrado con complicaciones.

El simio, de nombre Panush, tomó la partitura de las manos de Kate y se la mostró al complacido Drugos, quien empleó una lata cableada para comunicarse directamente con Xtenza, quien aparentemente no se había podido personar para cerrar el caso por algún problema relacionado con el secuestro de su barcaza y la aparición de una versión fantasmal de esta ocupada por viajeros del futuro.

Panush procedió a interpretar la Partitura Voltaica empleando una máquina de escribir modificada, gracias a lo cual esta no podía dañar a sus oyentes humanos. Pandora se encargó de sostener la lata empleada como micrófono para retransmitir el mini concierto a Xtenza, quien, tras escucharla, dio el visto bueno al roto Drugos para que este sellase como pagada la deuda de los aventureros.

En los días siguientes Mr Smith se dedicó al estudio de su peculiar pintura viviente mientras el resto de los exploradores vendían a peristas callejeros las armas y baratijas que habían extraído de la biblioteca, recuperando la cantidad de dinero que tenían en sus bolsillos antes de su visita a Achicorias. Al menos se habían librado de la espada de Xtenza sobre sus cabezas, pero la vida en Bastión seguía siendo dura.

En los días posteriores a su aventura extrañas noticias comenzaron a aparecer en las portadas de la prensa más amarillista: un Marshall de la ciudad se había despertado, amnésico, desnudo, en mitad de la calle, con dos de sus esbirros cosidos a su cuerpo. Los tres trataban de acostumbrarse a una difícil convivencia.

Una troupe circense se había topado con que recibía comunicaciones de dos de sus miembros, desaparecidos tras un 'accidente interdimensional' a través de la trompa de su afamado elefante, Mister E.

Una afamada confitera, especializada en el ensamblaje de dioramas, se había reciclado como primera informática elaboradora de cilindros computacionales en chocolate.

Los ganadores del Festival de Canción Marítima y del Pueblo Profundo habían sido el Orfeón de Cerdos Acuáticos, con su afamado solista Relincho Cerdo batiendo el record de O sostenida ininterrumpida al alcanzar los 6 minutos de duración con un ulular épico.

El núcleo central de una biblioteca abandonada había comunicado mediante ratas cyborg a un periódico cercano que se disponía a escribir un poemario kilométrico inspirado en una partitura para máquinas nunca percibida por el oído humano. Serían varios volúmenes compuestos únicamente de ceros, unos y doses.

Solo cierto grupo de aventureros que se habían perdido en las entrañas del distrito de A.G. eran capaces de poner nombre a todas las personas a las que se citaba en esas noticias, y posiblemente volverían a coincidir visitando en algún recital, festival de la canción, muestra práctica de programación con chocolates o visitando cierta biblioteca mecánica si es que no se habían establecido como una agrupación independiente de cazadores de tesoros.

Bastión te obligaba a establecer las más inusitadas alianzas si querías sobrevivir en sus calles...

La habilidad de Artintatus y Caila para convencer a la representante de WWF de Achicorias Gandúl para presentar un alegato a favor del Cerdo de agua gratuitamente, había llegado a oídos de la firma de abogacía. Tras unas arduas negociaciones, ambos fueron contratados para la firma como ayudantes. No tardarían en volar las noticias sobre los grandilocuentes alegatos que el soldado daba para convencer a jueces de lo que a él le interesaba, y aquellos que se resistían, perdían las ganas de llevarle la contraria después de que los apuntase con el trabuco (aunque sólo lo hacía para que admirasen una pieza de historia, aún funcional, de las guerras que se libraban en ciertos distritos del bastión).

La administración tampoco parecía poderles detener, gracias al clonador con el que conseguían todas las copias, duplicados y triplicados de los documentos que tardaban meses en emitir y sólo podían solicitarse de uno en uno. 

Aún así su vida estuvo lejos de ser una asentada en despachos, como casi-abogados les tocaría entregar notificaciones en los confines más extraños del bastión y sus aledaños. Sin embargo, esta experiencia, les había hecho darse cuenta de que siempre se podían conseguir aliados, por extraños que fueran, en cualquier lugar. 

Rister volvió a la urbaristería (el negocio de la construcción en Bastión es un poco duro). Paulatinamente, fue recuperando un cliente tras otro y con ello la posibilidad de extorsiones por medio de chismes, donaciones variadas y definitivamente enemigos por doquier. 
Dicta ("algo así") el viejo adagio: ten a tus amigos cerca pero a tus enemigos todavía más, ellos se preocupan realmente por hacer tu vida una mierda. 
O era hacer mierda la vida... OMMMMMMMMMMMMMMMMMM ...
También dedicaba tiempo a la meditación, intentando controlar aquellos impulsos desmedidos, casi demoníacos. Intentaba al menos, con todas sus energías...
Phi, su fiel escudero búho, custodiaba sus armas hasta la próxima ocasión. Sabía que eso sería en cuestión de segundos, su ama nunca se caracterizó por ser cuidadosa.
De vez en cuando se reunía con sus socios, a tomar un tecito y presumir sus nuevos vestidos a la moda. Sobre todo con el Sr. Smith, definitivamente el sabía lo que una chica como ella piensa y quiere en esta vida.
Rister pensaba mucho en ese hombre tan extraño, le parecían muy divertidos todos sus dichos y acciones. Al igual que hacía con Phi, siempre insistía de sobremanera para que se comieran todos los pastelitos recién horneados... con escaso éxito.
También fue a ver a Posie en varias ocasiones, casi que lalo adoptx como une Padre/Madre. También llevaba esos pasteles muy horneados (por algún motivo siempre le salía negruzcos y sólidos) para convidarle, los hacia especialmente para sus amigos puesto que ella se encontraba a dieta estricta de tierra, para lograr que su negocio prospere.
Muchos secretos llegaron a sus oídos, la tierra todo lo sabe. Y junto con todas esas indiscreciones nuevos problemas...    

Tras la estimulante aventura en la Biblioteca Positrónica Mr.Smith reanudo su oficio y pasión, ser un turista en Bastión. Durante un tiempo viajo junto a "Rata" Kate, hasta que el rumor de una teteria eléctrica hizo que separaran sus caminos.

También se separo de Pandora cuando decidio visitar al pueblo profundo para conocer sus costumbres. Pero cuando volvio algunos meses después con un cuerpo nuevo y el sombrero del mecánico que sustituyo a Pandora esta decidio renovar su relación comercial.

Entre tanto ir y venir no desaprovecho las diversas opciones de encontrarse con sus compañeros, Kate, Rister, Posie, la troupe de Mungo (muy interesado con hablar con la trompa de Mr.E) y con Artitantus, al que encontro en un juicio. El hecho de que el antiguo soldado representara a la asociación de fabricantes de peonzas oniricas de Rastro Acuoso que denunciaba al ser mecánico no empaño para nada la alegría de Mr.Smith al encontrarse de nuevo con su compañero.

Y se dice que así sigue, haciendo turismo, metiendose en problemas, y con una mecánica que le abandona cada 3 meses para sentar cabeza

El año de la visita a Bastión, Kate no participó en las regatas en los canales, por primera vez desde que había sido capaz de mantenerse en pie en una embarcación. Por un lado, aún no había conseguido una nueva desde el accidente que había llevado a contraer su deuda. Por otro lado, Nelly había aparecido misteriosamente en los canales, quizás encontrando por si misma el camino a aventuras más interesantes que servir de embarcación de recreo, y Kate y Pyotr decidieron que si la chica necesitaba ver mundo, sería una lástima no ayudarla.

Con la ayuda de varios de sus amigosde los canales y Bastión, incluyendo a Mr. Smith por un tiempo, pasaron los siguientes meses conociendo sirenas, mapeando las ciudades Siemprecambiantes y explorando las islas flotantes de Isr, junto con otras aventuras más. Aunque Artintatus y Rister estaban demasiado ocupados para acompañarlos, no perdieron su pista, y de vez en cuando, cuando sus viajes los llevaban de nuevo a la ciudad, pasaban a tomar el té con ellos, llevarles regalos de tierras exóticas o buscar consejo legal por un pequeño desacuerdo de quién abordó a quién y que si algo era piratería o no. Y a Posie, para quien de vez en cuando tenían un libro nuevo o un interesante enigma mecánico.

Por ahora, aún hay mucho que Nellie quiere ver, así que aún hay mucho que navegar. Pero no se olvidan de Bastión.